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El impacto del cambio climático en los seguros agrarios

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En 2023 la siniestralidad ha batido un nuevo récord en el campo español a consecuencia de la sequía y otros fenómenos meteorológicos extremos
Un joven agrónomo sosteniendo un pluviómetro


20 February 2024
  • Las catástrofes naturales son cada vez más comunes, y la tendencia es que sean cada vez más frecuentes e intensas en los próximos años, si bien desconocemos todas las implicaciones de los efectos del cambio climático para las prácticas agrícolas.
  • La siniestralidad registrada por el seguro agrario en 2023 ha crecido un 56 %, alcanzando los 1.241 millones de euros.
  • La necesidad de seguros que den soporte para las actividades agrícolas se vuelve cada vez más decisivo para preservar la viabilidad de las explotaciones, ya que muchas veces es lo que permite el mantenimiento de la actividad agraria.
  • Aún con las innumerables posibilidades de cobertura y tipos de seguros ofrecidos por las aseguradoras privadas, el Estado se compromete a complementar las pérdidas de los agricultores más afectados por eventos naturales adversos. Además de todo esto, el valor de las subvenciones sube a cada año.
  • Sin embargo, los valores de las primas siguen dejando una brecha de protección frente a los eventos climáticos, situación que va a exigir un cambio en las coberturas de seguros agrarios para el futuro si los impactos del caliento global llegan a ser más severos y frecuentes.

Las catástrofes naturales causaron en 2022 alrededor de 313.000 millones de dólares en pérdidas en todo el mundo, según datos de Aon

De esa cantidad, las aseguradoras cubrieron 132.000 millones de dólares, creando una brecha de protección del 58 %, correspondiente a las pérdidas económicas que no fueron cubiertas por los seguros. 

La siniestralidad en España

En España, Agroseguro ha notificado que  la siniestralidad registrada en 2023 ha alcanzado los 1.241 millones de euros, lo que supone un 56 % más respecto al año anterior, cuando ya se produjo una cifra récord de 793 millones, debido a la sequía y el constante paso de frentes tormentosos.

En 2023, la siniestralidad ha aumentado en un 56 % en España con respecto a 2022, cuando ya se produjo una cifra récord de 793 millones.

La contratación de seguros agrarios ha crecido un 16 % en 2023 y supera los 1.000 millones de euros por primera vez en España

Sergio de Andrés, director general de Agroseguro

 

Notifican, además, que durante el pasado año se produjeron siniestros en 3,5 millones de hectáreas, casi el 60 % del total de la superficie asegurada.

En este sentido, la entidad ha relacionado este nuevo máximo histórico a la gravedad de tres fenómenos meteorológicos: la sequía, las fuertes borrascas y las heladas.

 

 

En el caso de la sequía, especialmente acusada en el primer semestre, ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo de los cultivos herbáceos de secano (cereal de invierno, leguminosas, girasol), viñedo de secano y olivar, lo que se ha traducido en el abono de 496 millones de euros en indemnizaciones.

Los pagos por los efectos de las fuertes borrascas, cargadas de pedrisco, viento y lluvia, han llegado a los 375 millones y se han repartido entre productores asegurados en casi una treintena de sectores.

 

 

Por las heladas, registradas en enero y febrero en producciones de cítricos, frutales y hortalizas, y en la primavera en el viñedo y, de nuevo, en frutales, se han abonado 61 millones de euros.
 

 

 

En la misma línea, a escala europea, los impactos de la sequía también ocupan el primer lugar, sumando pérdidas de 20.000 millones de euros en 2022 (últimos datos disponibles). 

En España se contratan anualmente na media de 410.000 pólizas de seguros agrarios, que cubren unos 6 millones de hectáreas de cultivos y 329 millones de animales

Subvenciones para las pólizas del Plan de Seguros Agrarios 

El 27 de diciembre de 2023 el Ministerio de Agricultura aprobó el 45.º Plan de Seguros Agrarios, combinados con un presupuesto de 284,5 millones de euros para subvenciones de las pólizas en 2024

La Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA) es la encargada de elaborar dicho plan y conceder las subvenciones a los agricultores y ganaderos para atender al pago de una parte del coste de los seguros.

Excepcionalmente, en 2023, el presupuesto ascendió a 317,7 millones de euros debido a una contribución adicional de 60 millones para hacer frente a las consecuencias severas de la sequía y de la guerra en Ucrania. 

Como se puede observar en el gráfico, el presupuesto ha aumentado un 34,6 % en los últimos cinco años para los agricultores españoles.

 

 

El nuevo plan incluye medidas para optimizar los recursos agrícolas, además de priorizar el soporte a grupos específicos, como es el caso de agricultores profesionales, jóvenes y socios de organizaciones de productores. 

Por su parte, estos grupos recibirán 8 puntos porcentuales más en las subvenciones, incremento que alcanzará los 18 puntos en el caso de los jóvenes agricultores

Por otro lado, dicho plan modifica el respaldo en aquellas pólizas con altos índices de siniestralidad con el objetivo de promover la implementación de medidas adaptativas y de mitigación por parte de los agricultores, en concordancia con las demandas generadas por el avance del cambio climático.

Las indemnizaciones nacionales agrarias sumaron 768 millones de euros en 2022, y la estimación es que la cifra supere a los 1.200 millones en 2023 

La siniestralidad en la actividad agrícola española se ha incrementado debido a granizos, heladas, precipitaciones intensas y, especialmente, una sequía severa y persistente.

Ante el aumento de fenómenos naturales adversos, el Gobierno considera necesario adoptar medidas de ajuste para garantizar la viabilidad del sistema agrícola nacional, junto con una mejor eficiencia en el uso de los recursos públicos.

Es notable el aumento de fenómenos naturales extremos en los últimos años, consecuencia del calentamiento global, que han generado un desequilibrio entre las primas recolectadas a través del seguro y la siniestralidad, hecho que se evidencia de manera extraordinaria en 2023. 

Este escenario subraya la creciente importancia del seguro agrario, pero enfatiza la necesidad de que las aseguradoras realicen ajustes para prevenir el colapso de sus operaciones, a la vez que garantiza que dichos seguros sigan siendo accesibles para los agricultores y ganaderos.

Tipos de seguros

Existen varios tipos de seguros agrarios diseñados para cubrir distintos riesgos a los que se enfrentan los agricultores y ganaderos. 

En líneas generales, los seguros se clasifican según la región, el tipo de cultivo o explotación animal y forestal, eventos climáticos e infraestructuras, entre otros.

Los tipos de seguros agrarios más destacables son:

  • Seguros agrarios: estos seguros se definen tanto por la ubicación y el tipo de cultivos, como por las múltiples posibilidades de cobertura. El riesgo determina los valores de cada una de las coberturas, que se calculan en base a un rendimiento estimado considerando los datos históricos de la explotación a asegurar o, a falta de estos datos, se utilizan los promedios de la localidad fijados por el Ministerio de Agricultura.
  • Seguros acuícolas: se dividen en acuicultura marina o continental, así como por la especie explotada.
  • Seguros pecuarios: ofrecen cobertura contra riesgos específicos para las explotaciones ganaderas (vacuno, equino, porcino, ovino, etc.), animales de granja, conejos y abejas, frente a posibles accidentes, desastres naturales o enfermedades contagiosas, así como para la retirada de animales muertos y para cubrir compensación por pérdida de pastos.
  • Seguros forestales: aseguran los costos asociados a la regeneración y repoblación, así como ciertas producciones forestales afectadas por incendios, vientos huracanados, nevadas e inundaciones. 
  • Seguros de maquinaria e infraestructura agrícola: protegen contra daños o pérdidas de maquinaria y edificaciones agrícolas, como tractores y cosechadoras, almacenes, graneros y establos.
  • Seguros paramétricos: están asociados a la ocurrencia de ciertos fenómenos atmosféricos medibles y verificables, como huracanes, lluvias torrenciales, heladas, vientos, inundaciones o sequías. La aseguradora paga al cliente en función de la intensidad de un evento y del importe de la pérdida calculada, según los términos previamente establecidos en la póliza.

Cabe destacar que la disponibilidad de estos seguros puede variar según la región y la normativa local, y los agricultores suelen combinar diferentes tipos de cobertura para adaptarse a sus necesidades específicas.

Inmaculada Poveda, ex directora general de Agroseguro

Seguros agrarios y coberturas

La empresa Agroseguro (Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados) gestiona la emisión de los recibos a los tomadores del seguro y la gestión de su cobro, la recepción de las declaraciones de siniestro de los asegurados y la realización de los trámites de peritación, valoración y pago de siniestros del pool de coaseguradoras, además de gestionar las subvenciones del Estado.

La cobertura de los seguros agrarios se dividen en hasta 6 tipos cobertura diferentes, llamados módulos, que definen los cálculos de las indemnizaciones, los valores mínimos indemnizables, la franquicia, y en algunos casos el tipo de planta, según cada uno de los siguientes cultivos: 

  • Ajo: cubre los daños por pedrisco, helada, riesgos excepcionales y otros eventos climáticos.
  • Agroenergéticos: cubre los daños por pedrisco, riesgos excepcionales, y otros riesgos climáticos en producciones de eucalipto y sorgo.
  • Frutales: cubre los daños por helada, pedrisco, falta de cuajado, riesgos excepcionales (fauna silvestre, incendio, inundación, lluvia persistente y viento huracanado) y otros eventos climáticos en producciones de albaricoque ,ciruela, manzana de mesa y sidra, melocotón, nectarina, paraguayo, pera y platerina.
  • Caqui: cubre los daños por helada, pedrisco, riesgos excepcionales, y otros eventos climáticos.
  • Cereza: cubre los daños por lluvia, helada, pedrisco, riesgos excepcionales, y otros eventos climáticos.
  • Cítricos: cubre los daños por helada, pedrisco, viento, riesgos excepcionales (fauna silvestre, incendio e inundaciones) y otros eventos climáticos en producciones de naranja, mandarina, limón, lima y pomelo.
  • Forrajeros: cubre los daños por pedrisco, incendio, no nascencia, riesgos excepcionales (fauna silvestre, inundación-lluvia torrencial, lluvia persistente y viento huracanado) y otros riesgos climáticos.
  • Fresón  y otros frutos rojos: cubre los daños por pedrisco, helada, riesgos excepcionales, y otros eventos climáticos en producciones de arándanos, frambuesa, fresa, fresón, grosella y mora.
  • Frutos secos: cubre los daños por pedrisco, riesgos excepcionales (fauna silvestre, incendio, inundación-lluvia torrencial, lluvia persistente y viento huracanado) y otros riesgos climáticos en las producciones de algarrobo, almendro, avellano, nogal, pacano y pistacho.
  • Herbáceos: cubre los daños por sequía, pedrisco, riesgos excepcionales (fauna silvestre, inundación-lluvia torrencial, lluvia persistente y viento huracanado) y otros riesgos climáticos.
  • Hortalizas al aire libre (otoño-invierno) en la península y las islas baleares: cubre los daños por pedrisco, helada, riesgos excepcionales y otros eventos.
  • Hortalizas al aire libre (primavera-verano) en la península y las islas baleares: cubre los daños por pedrisco, helada, riesgos excepcionales (ahuecado en sandía, fauna silvestre, golpe de calor, incendio, inundación-lluvia torrencial, lluvia persistente, viento huracanado, virosis y podredumbre apical) y otros riesgos climáticos.
  • Hortalizas bajo cubierta en la península y las islas baleares: cubre los daños por pedrisco, helada, viento, virosis, riesgos excepcionales y otros eventos climáticos.
  • Hortalizas ciclos sucesivos al aire libre en la península y las islas baleares: cubre los daños por pedrisco, helada, enfermedades por lluvia persistente, riesgos excepcionales y otros eventos climáticos.
  • Hortaliza en Canarias: cubre los daños por golpe de calor, viento, pedrisco, riesgos excepcionales, y otros eventos climáticos, para todas las explotaciones de Canarias dedicadas a los cultivos de hortalizas, planteles de plátano y planteles de hortalizas.
  • Industrias textiles: cubre los daños por pedrisco, no nascencia, riesgos excepcionales, y otros riesgos climáticos en producciones de algodón, cáñamo y lino.
  • Industriales no textiles: cubre los daños por pedrisco, no nascencia (solo para el cultivo de remolacha azucarera), viento (solo para el cultivo de tabaco, la especie virginia tiene especificaciones en la franquicia para las provincias de Cáceres, Ávila y Toledo), riesgos excepcionales y otros eventos climáticos.
  • Multicultivo de hortalizas: cubre los daños por pedrisco, helada, golpe de calor, viento, riesgos excepcionales y otros eventos climáticos.
  • Nísperos y otros frutales: cubre los daños por pedrisco, helada (riesgo cubierto para Endrino (módulos 1 y 2), Kiwi, Membrillo y Níspero), riesgos excepcionales, y otros eventos climáticos en producciones de azufaifo, castaño, endrino, kiwi, membrillo y níspero.
  • Olivas: permite asegurar hasta 2 cosechas consecutivas y cuenta con la posibilidad de fraccionar el pago de la prima. Cubre los daños ocasionados por el pedrisco, riesgos excepcionales (fauna silvestre, incendio, inundación-lluvia torrencial, lluvia persistente y viento huracanado) y otros riesgos climáticos.
  • Organizaciones de productores y cooperativas: cubre el perjuicio económico de costes fijos asegurables, cuando se produzca una merma de entrada de producción debido a la falta de producción ocasionada por los riesgos acaecidos en las producciones y cubiertos en las pólizas, según las condicionades predefinidas. 
  • Planta viva, flor cortada, viveros y semilla en Canarias: cubre los daños por pedrisco, golpe de calor, viento, riesgos excepcionales, y otros eventos.
  • Planta viva, flor cortada, viveros y semilla en la península y las islas baleares: cubre los daños por pedrisco, helada, viento, riesgos excepcionales, y otros eventos climáticos.
  • Plátano: golpe de calor, viento huracanado, pedrisco, riesgos excepcionales y otros eventos climáticos.
  • Tomate en Canarias: cubre los daños por viento, pedrisco, riesgos excepcionales y otros eventos climáticos.
  • Tropicales y subtropicales: cubre los daños por pedrisco, viento, golpe de calor, helada, riesgos excepcionales, y otros eventos climáticos en producciones de aguacate, chirimoya, chumbera, dátil, lichi, mango, papaya y piña.
  • Uva de mesa: cubre los daños por pedrisco, helada, lluvia persistente, riesgos excepcionales y otros riesgos climáticos.
  • Uva de vino: cubre los daños por pedrisco, helada, marchitez fisiológica, riegos excepcionales, y otros riesgos climáticos. Con la opción de un seguro base, con una cobertura para todos los riesgos por explotación en el que se pueden añadir hasta 4 garantías adicionales según las necesidades del viticultor.
  • Uva de vino en canarias: cubre los daños por viento huracanado, bruma, riesgos excepcionales, y otros eventos climáticos.

Futuro de los seguros agrarios

Asegurar las explotaciones agrícolas con los módulos más completos, en especial incluyendo la cobertura para las adversidades climáticas o extraordinarias, es los más recomendado porque contempla el máximo de escenarios posibles.

No obstante, incluir los valores de las indemnizaciones extraordinarias, derivadas de los efectos del cambio climático en dichos seguros, supone precios muy altos y poco viables para la realidad de los agricultores y ganaderos.

A raíz de este problema, el Estado, como es el caso en España, ya se encarga de suplementar una parte adicional de las pérdidas de estos agricultores asegurados, con las subvenciones de ENESA. A pesar de ello, no consiguen una reparación que se equipare a los valores reales perdidos en un evento adverso. 

En esta misma línea, con el objetivo de minimizar las pérdidas, están las indemnizaciones por parte del Consorcio de Compensación de Seguros (CSS)

El CSS aporta una indemnización para agricultores y ganaderos que estén asegurados, ofreciendo cobertura para los daños producidos por fenómenos naturales y extraordinarios.

Por otro lado, aseguradoras y agricultores pueden utilizar herramientas cada vez más tecnológicas, como satélites, sensores, y datos que aportan información para que los precios de los seguros se ajusten más a la realidad, como es el caso de los seguros paramétricos. 

Los avances tecnológicos no sólo han introducido nuevas tecnologías y sensores de medición, sino que también han posibilitado la recopilación de métricas claves para conocer mejor las variables que influyen en los posibles riesgos asociados.

Actualmente, las startups están liderando el desarrollo de seguros paramétricos, aunque las aseguradoras también siguen esta tendencia.

Los seguros paramétricos están basados en análisis de datos de dispositivos tecnológicos avanzados capaces de medir y automatizar la evaluación de riesgos utilizando las aplicaciones de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y el blockchain.

Más info: 

 

Agroseguro Grupo Cajamar