Nuevas inversiones en la fruticultura nacional

El valor de la producción frutícola nacional ha experimentado un crecimiento del 31 % durante los últimos 5 años, hasta alcanzar los 11.497 millones de euros en 2023, lo que representa el 32 % del total de la producción agrícola nacional, según datos del MInisterio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

Comercio exterior

El carácter exportador de España sigue siendo muy representativo. El valor de las exportaciones de frutas ha experimentado un aumento del 10 % durante los últimos 5 años, pese al importante descenso que se ha producido en el volumen exportado durante este mismo periodo, superior al 20 %, como se puede apreciar en el siguiente gráfico. 

Esto ha sido posible gracias al incremento del precio medio de la fruta exportada, desde los 1,09 €/kg en 2019, hasta los 1,53 €/kg correspondientes al año 2023, poniendo de manifiesto la apreciación de nuestro producto en los mercados exteriores, sobre todo en la UE-27, donde se concentran más del 73 % del total exportado.

Nuestras importaciones han aumentado en el último lustro, tanto en volumen (24 %) como en valor (32 %), superando en el último ejercicio los 2,5 millones de toneladas, traduciéndose en 4.116 millones de euros.

Consumos intermedios

Los principales aprovisionamientos de la agricultura han experimentado un importante incremento en valor durante los últimos 5 años, variando en porcentajes desde el 15 % en fertilizantes y enmiendas, hasta el 32 % experimentado en los productos fitosanitarios.

Este incremento de costes repercute en la rentabilidad de las explotaciones agrícolas, que han de buscar aumentar el valor de sus producciones para poder paliar el alza de estos consumos intermedios. 

Evolución de la superficie de frutales en España

En el siguiente gráfico se muestran las variaciones de superficie más representativas durante el último quinquenio.

Como se puede apreciar, almendro, olivar y pistacho son los cultivos que más han aumentado su superficie en este periodo y donde se están focalizando las nuevas inversiones en fruticultura. 

Además, se trata de cultivos adaptados tanto a secano como a regadío, con presencia en gran parte del territorio nacional, fácil mecanización de las principales tareas de cultivo, y donde los sistemas de cultivo intensivos están permitiendo optimizar los recursos y minorar los costes unitarios de producción.

El cultivo del algarrobo gana mayor relevancia durante los últimos años, gracias a la demanda del sector en búsqueda de un producto vegetal con alto nivel proteico. Su mayor concentración en este periodo se halla en Baleares y Tarragona.

Cultivos subtropicales, como aguacate y mango, están experimentando un crecimiento más lento durante los últimos años, debido principalmente a la localización concreta de sus zonas de producción, así como a los episodios de sequía vividos en los últimos tiempos. Esto ha propiciado la búsqueda de fuentes de agua alternativas, como agua desalada y regenerada, para poder garantizar la viabilidad de estas nuevas explotaciones.

En lo que respecta a los cítricos, tan solo el limonero ha incrementado su superficie durante este periodo, sobre todo en los principales núcleos de producción como son la Región de Murcia y la provincia de Alicante. Mientras que naranjo y mandarino han visto reducida su superficie, enfocándose las nuevas inversiones en este sector hacia variedades con royalties, cuyos elevados precios en origen favorecen sus rentabilidades.

Los principales frutales de hueso y de pepita han descendido su superficie, motivado principalmente por el incremento de costes, sobre todo los vinculados con la mano de obra necesaria para realizar las distintas labores de cultivo.

La superficie de viñedo ha sufrido un acusado retroceso en este periodo, sobre todo en Castilla-La Mancha y la Región de Murcia, en parte puede deberse a la baja rentabilidad de las explotaciones cuyo producto es destinado a bodegas que elaboran vino a granel. Este sector en los últimos años se está enfocando más hacia inversiones vinculadas con la obtención de vinos de alta gama, que permiten conseguir mayores beneficios para los viticultores. 

Cajamar y su compromiso con las inversiones en fruticultura

En Cajamar Caja Rural contamos con una amplia gama de productos y líneas de financiación, según las necesidades de los distintos agentes del sector:

• Préstamo modernización: nuevas plantaciones y/o reconversiones varietales, hasta 4 años de carencia.
• Necesidades de circulante: según tipo de cultivo y zona agraria específica.
• Financiación malla antigranizo: ganando en precocidad y mitigando posibles afecciones por inclemencias meteorológicas.
• Producción ecológica: línea encaminada hacia una alimentación más saludable.
• Uso y eficiencia del agua: producto específico para financiar inversiones ligadas a sistemas eficientes de riego, optimizando así este recurso esencial.
• Energías renovables: contribuyendo a la sostenibilidad de nuestro sistema productivo.
• Seguros agrarios: necesarios para mayor tranquilidad, cubriendo así cualquier fenómeno meteorológico adverso que pueda afectar a la plantación.
• Anticipo PAC: permite adelantar tesorería al productor respecto a la subvención concedida.
• Otros productos: Agrorenting, tarjeta Agrofuerte, etc.