25 November 2024
El tamarillo, conocido comúnmente como tomate de árbol, es una fruta que ha ganado popularidad en los últimos años por sus propiedades nutricionales y su sabor distintivo.
Originario de Sudamérica, hoy en día se cultiva en diversas partes del mundo, incluida España, y su consumo ha ido creciendo progresivamente, encontrando su espacio en el mercado de frutas exóticas y saludables.
Qué es el tamarillo
El tamarillo es una fruta de origen sudamericano, específicamente de las regiones altas de los Andes en países como Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia.
Su nombre científico es Solanum betaceum y pertenece a la familia de las solanáceas, la misma que agrupa a plantas como el tomate común, la patata y la berenjena.
Se le conoce comúnmente como 'tomate de árbol' debido a que el tamarillo tiene una apariencia y sabor similares a los del tomate común, aunque crece en un árbol en lugar de una planta herbácea como el tomate tradicional.
Características del tamarillo
Crece en un árbol de hoja perenne que puede alcanzar los 3-5 metros de altura. De forma ovalada y tamaño similar al de un huevo, el tamarillo destaca por su piel lisa y colores vibrantes que van del rojo intenso al amarillo y naranja, dependiendo de la variedad.
En su interior, la pulpa es jugosa y contiene pequeñas semillas oscuras, con un sabor que combina notas dulces y ácidas, con toques afrutados que recuerdan al tomate, pero con notas que pueden recordar a frutas tropicales como la guayaba o el maracuyá.
Beneficios y propiedades del tamarillo
El tamarillo es considerado un 'superalimento' debido a su alto contenido de nutrientes esenciales. Su perfil nutritivo destaca por ser una excelente fuente de vitaminas A, C y E, antioxidantes y minerales como el potasio y el magnesio.
Algunos de los beneficios más destacados incluyen:
- Rico en antioxidantes: la pulpa del tamarillo es rica en antioxidantes como las antocianinas y los carotenoides, los cuales ayudan a combatir los radicales libres y protegen las células del daño oxidativo.
- Apoyo a la salud cardiovascular: gracias a su contenido de potasio y bajo nivel de sodio, el tamarillo puede ayudar a regular la presión arterial, contribuyendo así a la salud del corazón.
- Refuerzo del sistema inmunológico: con altos niveles de vitamina C, el tamarillo fortalece el sistema inmunológico, ayudando al organismo a defenderse de infecciones.
- Beneficios para la vista: la vitamina A presente en el tamarillo es fundamental para la salud ocular, ya que protege la retina y previene enfermedades relacionadas con la vista.
- Ayuda en la pérdida de peso: bajo en calorías y alto en fibra, lo que lo convierte en un aliado en dietas para perder peso. La fibra aumenta la sensación de saciedad y mejora la digestión, ayudando a controlar el apetito y a mantener un sistema digestivo saludable.
- Propiedades antiinflamatorias: contiene compuestos antiinflamatorios, siendo de utilidad para personas con enfermedades crónicas como la artritis.
Cómo se come la fruta de tamarillo
El tamarillo es una fruta versátil que se puede consumir de varias maneras, ya sea cruda o en diversas preparaciones culinarias. Eso si, su piel es algo amarga, por lo que es recomendable retirarla o evitar consumirla.
- Fresco y al natural: para comer el tamarillo crudo, basta con cortarlo por la mitad y retirar la pulpa con una cuchara, al estilo de un kiwi.
- Ensaladas y salsas: la acidez y el toque afrutado del tamarillo lo convierten en un ingrediente perfecto para ensaladas. Puedes añadirlo a ensaladas verdes o de frutas. También se utiliza en salsas para acompañar carnes, pescados o vegetales asados.
- Batidos: el tamarillo se puede licuar para preparar jugos, batidos o smoothies, ya sea solo o combinado con otras frutas.
- Mermeladas y conservas: gracias a su pulpa jugosa, el tamarillo es perfecto para hacer mermeladas y conservas caseras.
Cómo se cultiva el tamarillo
El tamarillo es una planta relativamente fácil de cultivar en climas templados y subtropicales, donde se adapta bien a temperaturas moderadas.
Esto ha facilitado su expansión hacia diferentes países, incluido España, donde se adapta bien a ciertas regiones.
- Clima y ubicación: el tamarillo necesita temperaturas entre 15 y 25 °C para desarrollarse adecuadamente. Aunque tolera climas fríos, es sensible a heladas intensas, por lo que es importante ubicarlo en un lugar protegido si se cultiva en zonas con inviernos severos.
- Suelo adecuado: esta planta crece mejor en suelos ligeros, bien drenados y ricos en materia orgánica. Se recomienda un suelo con pH neutro o ligeramente ácido (entre 5.5 y 7). Es importante evitar terrenos muy arcillosos o encharcados, ya que el tamarillo es sensible al exceso de humedad, lo que puede afectar sus raíces.
- Riego: el tamarillo requiere un riego regular y moderado, manteniendo el suelo húmedo sin encharcarlo. Durante el verano o en climas cálidos, se recomienda aumentar la frecuencia del riego, mientras que en invierno se debe reducir para evitar el exceso de agua. Un sistema de riego por goteo es ideal para mantener la humedad controlada.
- Fertilización: para un crecimiento óptimo, el tamarillo necesita fertilización frecuente, especialmente durante su fase de crecimiento. Es recomendable aplicar compost o fertilizantes ricos en nitrógeno y potasio al inicio de la temporada y continuar con abonos equilibrados cada dos meses.
- Poda: la poda es esencial para mantener la forma y salud de la planta, favoreciendo una mejor ventilación y exposición a la luz. Se recomienda podar las ramas laterales y eliminar las hojas y tallos dañados o enfermos.
- Cosecha: el tamarillo tarda entre 18 y 24 meses en dar sus primeros frutos desde la siembra. Los frutos están listos para cosechar cuando adquieren un color uniforme (rojo, naranja o amarillo, según la variedad) y se desprenden con facilidad al tocarlos. La cosecha se puede realizar una vez al año, generalmente durante el verano y el otoño.
En España, el cultivo del tamarillo ha ganado popularidad en los últimos años, aunque no es tan común como otros frutales. Regiones como las Islas Canarias y algunas zonas de Andalucía como la Costa Tropical y la Axarquía pueden ser apropiadas para este cultivo por su tipo de clima.
Aunque algunas fincas especializadas en productos exóticos han comenzado a incorporar el tamarillo como parte de su oferta, de momento no es un cultivo muy extendido a escala comercial.