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¿Hasta qué punto está digitalizado el sector agro?

Transformación Digital
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23 August 2023

Tras la presentación de los resultados obtenidos por el Observatorio de la Digitalización del Sector Agroalimentario Español es hora de realizar una reflexión sobre ellos. 

Una de las conclusiones que hemos podido alcanzar es que la transformación digital del sector agroalimentario se encuentra en un estado más avanzado del que creíamos inicialmente. 

Diferentes parámetros han mostrado un nivel más elevado de esperado. 

 

Interconexión

Una de estas variables es la disponibilidad de conectividad en las unidades productivas agroalimentarias.

El 97,7 % de los operadores de la agricultura, de la ganadería o de la industria agroalimentaria disponía de algún tipo de conexión a internet, ya sea fija o móvil.

Ahora bien, ¿esto significa que el grado de conectividad de las explotaciones agropecuarias e industrias agroalimentarias es el adecuado? 

La respuesta a esta pregunta es depende. Estos agentes comunicaron una problemática asociada y es la falta de una red estable en la totalidad de la superficie de las parcelas. 

Alta conectividad, pero moderada disponibilidad de red en todo el centro de producción

Una respuesta de importancia, sobre todo en las parcelas que disponen de una superficie elevada. La disponibilidad de la conexión puede encontrarse en un punto distinto al necesario y ello condicionar la expansión de las nuevas tecnologías. 

 

 

La capacidad digital 

Otro dado para destacar es la competencia digital general de los agentes del sector agroalimentario. Ocho de cada diez encuestados disponían unas competencias digitales superior a básica en materia de software, de información o de resolver problemas. 

Tanto es así que las competencias digitales son superiores a la media de la población española.

Los agentes del sector agroalimentario disponen de una alta competencia digital general

 

 

Tradicionalmente, se ha ofrecido una visión subdesarrollada de las competencias de los productores primarios, pero como se ha visto en los resultados presentados por el Observatorio de la Digitalización del Sector Agroalimentario Español, esto no es así. 

Que los agricultores disponen de conocimientos en diversos campos es sabido por todos. Tomy Rohde, un agricultor agroinfluencer, indicó esta reflexión en una de sus publicaciones. 

En ella comunicó que cuando hace más de 16 años comenzó a dedicarse a la agricultura se dio cuenta que para ser agricultor debía ser mecánico, para reparar su maquinaria; químico, para conocer la compatibilidad de los diversos abonos; edafólogo, para conocer el estado del suelo de sus cultivos y tomar las mejores decisiones con el objetivo de mejorar la fertilidad del suelo de sus olivos, entre otros. 

Siguiendo con su reflexión, las nuevas tecnologías están llevando a los operadores agroalimentarios también a ser informáticos

Esto no quiere decir que no sea necesario mejorar la capacitación de estas personas en materias diversas. Ellos mismos lo solicitan, pero al igual que ocurre en otros sectores económicos. Se debería potenciar la formación práctica en el uso de análisis masivo de datos, sistemas de inteligencia artificial u otros tipos de nuevas tecnologías digitales. 

Es necesario continuar con la formación en nuevas tecnologías digitales a pesar de los resultados obtenidos

Aunque tampoco debemos perder el foco. El envejecimiento de los titulares de explotación de la agricultura y la ganadería es visible, por lo que estos agentes van a tener unas peores competencias digitales y se les debe brindar toda la ayuda posible para facilitar su adaptación a las nuevas tecnologías.

El dato más importante

Una de las cuestiones de mayor relevancia, por lo menos a mi parecer, es el nivel de recolección de datos que se realiza en la producción primaria. Más de ocho de cada diez agricultores y ganaderos recolectan datos de sus unidades productivas. 

Esta cifra baja hasta cinco de cada diez en industria agroalimentaria. Aunque los datos de este sector hay que tomarlos con cautela. Solo hacen referencia a la tipología de sensores que se identifican en el cuestionario, cosa que no ocurre en la cifra de la producción primaria. 

Los operadores de la agricultura, la ganadería o la industria agroalimentaria son proactivos a la hora de recolectar datos de sus unidades productivas

 

 

La gran recolección de datos que se realiza en el sector primario, siempre que se compartan de forma adecuada, puede catalizar el desarrollo de nuevos sistemas de toma de decisiones basados en modelos de inteligencia artificial

Aunque para ello es necesario disponer de una plataforma que permita ofrecerlos de manera anonimizada. 

España dispone de la Oficina del Dato, pero para ello es necesario que los datos recolectados por las unidades productivas se transfieran a este organismo.

Es necesario crear una arquitectura nacional adecuada para compartir los datos del campo

Es necesario respetar los principios del buen tratamiento de los datos agrícolas. En agricultura existe una guía de buenas prácticas realizada por la FAO para dicho fin.

Automatismos

En cuanto al uso de herramientas digitales en agricultura, destacó el uso de aplicaciones de riego. Dos de cada diez productores agrícolas utilizaban las citadas herramientas. 

Por otro lado, en lo que respecta al uso de un cuaderno de campo digital, cinco de cada diez agricultores indicaron que hacía uso de él. 

Aunque esta cifra, posiblemente, se encuentre sobredimensionada por el uso de una hoja de cálculo (es decir, un Excel) como cuaderno de campo, no siendo relativamente representativa por ello. 

 

 

En lo que respecta, al uso de automatismos, cuatro de cada diez agricultores utilizaban un tractor con asistencia digital

Y siete de cada diez ganaderos disponían de alguna tarea automatizada. Aquí destacaba la distribución del alimento y el control ambiental dentro de las instalaciones de las granjas. 

La mitad de las granjas y las industrias agroalimentarias usaban algún tipo de sistema de inteligencia artificial. Aunque posiblemente se dio una confusión entre los encuestados entre el uso de un simple automatismo que no tiene porqué llevar aparejado el uso de un sistema inteligente. 

Favorecer la digitalización agro

Otro dato de interés es que los operadores de la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria son proactivos a la hora de implementar nuevas tecnologías

Casi siete de cada diez productores primarios estaban a favor de implementar nuevas tecnologías digitales y seis de cada diez industrias agroalimentarias habían desarrollado o estaban desarrollando una estrategia de digitalización. 

Ante esta situación se observa que los agentes del sector agroalimentario están a favor de la digitalización, sea cual sea el motivo interior que desencadena esa opción: una mejora de las condiciones ambientales, un incremento de los márgenes de económicos, etc.  

Los agentes del sector agroalimentario están a favor de la transformación digital

Aunque para ello, se han de solventar obstáculos. Entre los que se destacan: 

  • El coste elevado de las nuevas tecnologías, donde influye tanto la posible elevada necesidad de capital que pueden requerir algunas de estas innovaciones, el propio grado de endeudamiento que posean estos agentes y frene su deseo de implantar las nuevas tecnologías y, actualmente, la subida de tipos de interés. 
  • La escasez de financiación pública. Aunque no existe un adecuado grado de conocimiento de las ayudas. Por ejemplo, el 50 % de los agentes encuestados no conocía la disponibilidad del Kit Digital. 
  • La falta de capacitación de los agentes del sector agroalimentario, refiriéndose a la formación específica en nuevas tecnologías. Para ello solicitan mayormente cursos con una duración máxima de 15 horas en formato on line.
  • Retorno de la inversión. Los encuestados dudan si los ingresos que desencadenan las innovaciones digitales son los adecuados. Aunque reconocen que pueden incrementar la productividad y descender los costes.  

Próximos pasos 

Finalizamos esta reflexión tal y como la iniciamos: “el sector agroalimentario, en materia de digitalización, no se encuentra tal mal como creíamos en un inicio”. 

Por ello, debemos de hacer un ejercicio para mejorar la comunicación que se realiza de la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria con el objetivo de transmitir una imagen real de la producción y transformación de alimentos. 

Para, por un lado, ofrecer una imagen adecuada al consumidor y, por otro, retener y atraer capital humano y favorecer el rejuvenecimiento de la población de titulares de explotación. 

Sin lugar a duda, la implementación de tecnologías digitales puede ser el reclamo perfecto atraer a dicho capital humano. 

Tal y como han indicado los encuestados se puede cosechar un incremento de la productividad y un descenso de los costes de producción, lo que puede traducirse en una mejora del margen de beneficio. 

Por otro lado, algunas disciplinas digitales como la robotización pueden mejorar las condiciones de trabajo en el campo. Asignado las tareas de mayor esfuerzo a otros dispositivos. 

Asimismo, el uso de herramientas digitales en sinergia de otras tecnologías, como el internet de las cosas, el uso del análisis masivo de datos o los sistemas de inteligencia artificial, permitirán controlar de manera deslocalizada la producción de alimentos. 

A pesar de la posición vanguardista de la digitalización del sistema agroalimentario español, no debemos cantar victoria.

En los próximos años nos enfrentaremos a una mayor expansión de las innovaciones digitales en el campo y, principalmente, de la robotización.

Para ello debemos hacer un mayor ejercicio y comunicación y transferencia, tanto de las innovaciones como de la disponibilidad de subvenciones para su uso. 

En la actualidad existe un bajo nivel de solicitud de ayudas en materia de digitalización, siendo uno de los obstáculos de la transformación digital, a consecuencia del elevado coste que pueden tener algunas de las tecnologías. 

No quiere decir que la administración pública no haya intentado realizar un adecuado ejercicio de transferencia. Sin embargo, quizás no ha empleado de manera conveniente los nuevos canales de comunicación, tal y como son las redes sociales, o por lo menos los de mayor impacto.

Los tiempos cambian, y al igual que abogamos por una transformación digital del campo, debemos abogar por incorporar a las nuevas figuras de la comunicación a la transferencia de conocimientos del sector agroalimentario en sinergia de las vías tradicionales. 

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