El suelo encoge bajo nuestros pies

El cualquier sistema de producción agrícola existen tres elementos fundamentales: suelo, agua y energía. 

Cualquier fallo en alguno de estos elementos lleva a la depreciación de las cosechas y, con ello, en una reducción de los alimentos y bebidas. Por tanto, es necesario realizar un adecuado cuidado de estos. 

Se degrada lo más preciado

Recientemente he visto una publicación científica publicada en la prestigiosa revista Nature Communication la cual me ha preocupado bastante. 

El estudio ha indicado que alrededor de un 11 % de los suelos europeos se encuentran afectados con un nivel cuatro y cinco de degradación. Mientras que el 56 % de los suelos están afectados por un nivel dos o tres de degradación. 

Solo el 26,3 % de los suelos están afectados por un nivel 1, mientras que 6,1 % no están degradados. 

Solo el 6,1 % de los suelos agrícolas europeos no presenta algún tipo de degradación

Las tierras arables más degradadas se encuentran en el arco mediterráneo, influido por la propia aridez de los lugares, además del propio déficit de precipitaciones que sufren los territorios de forma sistémica. 

Los datos

En total, los autores evaluaron 12 fenómenos de degradación de suelos: la erosión hídrica, la erosión eólica, la pérdida de carbono, la salinización, la compactación, la aplicación excesiva de nutrientes, la contaminación por pesticidas, la contaminación por metales pesados, la degradación de la vegetación y la aridez. 

El 52 % de los suelos europeos se encuentran degradados debido a la aplicación excesiva de pesticidas. Italia, Francia, España, Bélgica, Países Bajos y Reino Unido presentaban la mayor concentración de valores críticos. 

En Europa occidental y parte de Europa septentrional, se registraba la mayor concentración de valores críticos debido a un mal ajuste en el balance de los nutrientes, afectando al 39 % de los suelos. 

El tercer fenómeno de degradación más importante en los suelos europeos era la contaminación por metales pesados, siendo Francia el país más afectado por este fenómeno. 

La aridez era el cuarto fenómeno de degradación de los suelos más afectados, con un 26 % de los suelos europeos presentando valores críticos en este aspecto.

El resto de los fenómenos de degradación mostraban valores críticos entre el 1 % y el 16 % de los suelos. Si bien son valores bajos, la concentración de estos fenómenos en ciertos territorios requiere que sean considerados por varios países.

La necesidad de consenso

Los datos presentados anteriormente son alarmantes. Es evidente que los suelos europeos sufren un estado de salud delicado, en algunos casos debido a la aplicación de prácticas de cultivo agresivas y, en otros casos, debido a las condiciones edafoclimáticas propias de cada lugar. 

Sin duda, es necesario aplicar las medidas que se consideren oportunas para mejorar la salud de los suelos. Sin embargo, se requiere el consenso de todas las partes interesadas para obtener medidas aceptadas por todos. 

Una de las cuestiones más importantes es evitar las protestas que se registraron en la Unión Europea durante el primer trimestre de 2024. Evitar esas protestas no significa aplicar medidas que no tengan efecto en la vertiente medioambiental de la sostenibilidad, sino proporcionar a los productores las herramientas necesarias para que puedan implementarlas en sus campos o granjas. 

En muchas ocasiones, las tecnologías necesarias para mejorar la huella medioambiental ya están desarrolladas, por lo que es importante realizar una adecuada transferencia de las mismas. Un error en este proceso puede causar un gran retraso en la implementación de las tecnologías. 

En otros casos, las tecnologías necesarias están en proceso de desarrollo, lo que requiere adaptar la fecha de entrada de las obligaciones normativas al desarrollo de las tecnologías requeridas para mejorar la huella medioambiental. 

Además, es necesario tener en cuenta que se necesita una desviación significativa del comportamiento actual de las partes interesadas para mejorar la vertiente medioambiental de la sostenibilidad. 

Por consiguiente, es necesario desarrollar un plan de acción que permita adaptar el comportamiento de los actores involucrados. 

Se requiere de consenso y unidad en la política agraria

La percepción medioambiental de los propios productores es una cuestión importante a considerar. Numerosas investigaciones realizadas en el sistema agropecuario de la Unión Europea han identificado la existencia de dos perfiles medioambientales, normalmente: activos y pasivos medioambientales. Lo que tiene una influencia significativa en la aceptación o no de las medidas. 

Por tanto, el desarrollo de la política no se debe centrar solo en una norma, sino combinarla con el desarrollo de numerosos instrumentos que permitan abordar las diversas casuísticas que pueden surgir a lo largo del proceso, algo que no se realiza de manera completa en la actualidad.