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El viaje de un tomate (II) | Travesía al mediodía: mercado y seguridad alimentaria

Cadena de Valor
Sostenibilidad
El viaje de un tomate (II)

21 October 2023

Imagínate ahora un campo en plena estación de cosecha, donde cada tomate es una pequeña esfera de conocimiento que ha absorbido los secretos del suelo, el agua y el aire. En este nuevo capítulo de nuestro viaje metafórico, cada tomate representa una encrucijada: la de equilibrar las demandas del mercado con la necesidad apremiante de garantizar la seguridad alimentaria para todos.

Como un barco en alta mar, el tomate —y por ende, nuestro sistema alimentario— navega en aguas a veces tranquilas, a veces turbulentas, tratando de encontrar el puerto seguro de un mercado sostenible. Pero a diferencia del mundo inanimado de la marina mercante, nuestro barco lleva una carga viviente y preciosa: el bienestar humano y la salud del planeta.

En este nuevo capítulo de nuestro viaje metafórico, cada tomate representa una encrucijada: la de equilibrar las demandas del mercado con las de la seguridad alimentaria global

En este entorno complejo, los pactos y acuerdos internacionales como el Acuerdo de París o los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas marcan las coordenadas de navegación. Asimismo, las normativas europeas y las expectativas de los analistas expertos en sostenibilidad se convierten en los faros que guían nuestro camino.

Pero ¿es posible mantener el rumbo cuando las corrientes del mercado empujan hacia un lugar y las necesidades de la seguridad alimentaria hacia otro? 

¿Cómo podemos asegurarnos de que en nuestro periplo no sacrificamos lo que es intrínsecamente invaluable en aras de lo que es coyunturalmente rentable?

En este artículo vamos a explorar estos desafíos a través de los ojos de nuestro protagonista, el tomate. A medida que este fruto madura, también lo hacen las complejidades y las responsabilidades que llevamos como custodios de un sistema que nos alimenta, pero que también tiene el poder de dejarnos vacíos y vulnerables.

Acompáñame en esta travesía hacia la madurez, en la que aprenderemos cómo navegar en el delicado equilibrio entre las fuerzas del mercado y la ineludible realidad de nuestra seguridad alimentaria

Será un viaje que nos retará a ver más allá de lo inmediato, invitándonos a reflexionar y, quizás, a cambiar de rumbo.

SECCIÓN 1: EL MERCADO COMO ESCENARIO DE PRUEBAS

Imaginemos por un momento que el mercado es una especie de gran teatro. Aquí, nuestro tomate es como un actor que interpreta múltiples papeles en un solo acto: es una fuente de nutrición, un indicador de prácticas agrícolas, un producto en la cadena de suministro y un objeto de deseo para el consumidor. 

Como en cualquier obra, hay premios y castigos, aplausos y abucheos. Los focos del escenario son, en este caso, las prácticas de descarbonización y sostenibilidad, que iluminan o ensombrecen la actuación del tomate.

¿El mercado premia la descarbonización?

Los mercados, en su incansable búsqueda de eficiencia, a menudo se encuentran en un dilema. Por un lado, la urgencia de abordar el cambio climático está creando un nuevo tipo de consumidor, más informado y dispuesto a pagar una prima por productos sostenibles. 

Aquí, nuestro tomate ‘verde’, cultivado bajo esquemas de baja emisión de carbono, puede encontrar un nicho dispuesto a aplaudirlo y hacerlo brillar.

Sin embargo, este escenario idílico choca con la cruda realidad de la economía de escala. A menudo, las prácticas sostenibles requieren inversiones iniciales y, quizás, costos operativos más elevados. Esto, en términos de mercado puro, podría interpretarse como una desventaja competitiva

En tales circunstancias, la actuación de nuestro tomate podría no ser lo suficientemente cautivadora como para evitar el ‘abucheo’ de un mercado que busca el menor precio.

Directrices y su impacto en el mercado

Un giro en este drama lo proporcionan las políticas gubernamentales y las regulaciones, especialmente en contextos como el europeo y el español, donde las agendas de descarbonización son ambiciosas. 

Incentivos fiscales, certificaciones y etiquetas de sostenibilidad son como críticos de teatro que pueden influir en la percepción del público. De aplicarse correctamente, estos elementos podrían elevar la actuación de nuestro tomate a una ovación de pie.

La dicotomía del mercado

Como cualquier escenario, el mercado tiene sus propias dualidades. Puede ser tanto un juez despiadado como un catalizador para el cambio. Puede marginar a nuestro tomate si sus prácticas de sostenibilidad encarecen su costo, pero también puede celebrarlo y convertirlo en un modelo a seguir si dichas prácticas encuentran un equilibrio con las expectativas del consumidor y los marcos regulatorios.

En el gran teatro del mercado, nuestro tomate no actúa solo; está en una obra colectiva con otros actores: políticos, agricultores, inversionistas y consumidores. Y como en toda gran representación, la calidad de la obra final dependerá de cómo cada uno asuma su rol en este escenario de pruebas que es el mercado.

En el gran teatro del mercado, nuestro tomate está en una obra colectiva con otros actores: políticos, agricultores, inversionistas y consumidores. La calidad de la obra final dependerá de cómo cada uno asuma su rol en este escenario de pruebas que es el mercado

Así, el viaje de nuestro tomate continúa, enfrentando nuevos retos, pero siempre en busca de ese aplauso final que solo puede conseguir si logra ser tanto económica como ambientalmente sostenible.

SECCIÓN 2: REGULACIONES Y CERTIFICACIONES

En la travesía de nuestro tomate desde el campo hasta la mesa, hay una parada ineludible: el mundo de las regulaciones y certificaciones

Imaginemos este paso como el momento en que nuestro tomate recibe un pasaporte, una identificación que lo distingue en el mundo entero. 

No es un simple trámite burocrático; es más bien como una especie de bautismo, donde se le asigna una identidad basada en sus méritos y desafíos, sus virtudes y sus pecados.

El pasaporte de la transparencia

El etiquetado y la certificación son como un pasaporte que nuestro tomate porta, un libro abierto que nos cuenta su historia. ¿Fue cultivado con prácticas regenerativas? ¿Se ha minimizado su huella de carbono? 

El poder de esta información radica en su capacidad para influir en la decisión del consumidor, ofreciéndole una opción más consciente y, potencialmente, más sostenible.

Los cambios en el horizonte regulatorio

El entorno regulatorio, particularmente en Europa y España, está comenzando a exigir mayor transparencia y prácticas más sostenibles. Los ‘grandes guionistas’ de la normativa están reescribiendo las reglas del juego, desde el Pacto Verde Europeo hasta estrategias más localizadas como la Ley de Cambio Climático y Transición Energética en España. 

Estas regulaciones son como críticos que examinan la actuación de nuestro tomate en escena, decidiendo si es digno de un aplauso o si necesita mejorar su actuación.

Certificaciones: la estrella de cinco puntas

A menudo, hay sistemas de certificación que van más allá de lo que las regulaciones exigen, como la certificación ecológica Fair Trade, o sellos de carbono neutral. Estos son como críticos de cinco estrellas que hacen que nuestro tomate destaque en el gran escaparate del mercado

Sin embargo, es crucial entender que estos sellos no son simplemente medallas al mérito; representan un pacto de confianza y transparencia entre el productor y el consumidor.

Las dos caras de la moneda

Es esencial, sin embargo, no perder de vista las complejidades involucradas. ¿Estas certificaciones son accesibles para todos los productores, o son un lujo reservado para grandes corporaciones? ¿Contribuyen realmente a un cambio sustancial en las prácticas agrícolas o se convierten en meras herramientas de marketing

La crítica aquí es necesaria, porque cada sello y cada línea de una etiqueta son trazos en el retrato más grande de la sostenibilidad y la descarbonización en la vida de nuestro tomate.

Y así, con su ‘pasaporte’ en mano, nuestro tomate está listo para enfrentar el mundo, o al menos la siguiente fase de su viaje. 

Pero este documento es más que un simple papel; es un contrato social, un voto de confianza y, sobre todo, un capítulo vital en la crónica de la sostenibilidad alimentaria.

Las certificaciones son más que un simple papel: son un contrato social, un voto de confianza y, sobre todo, un capítulo vital en la crónica de la sostenibilidad alimentaria

SECCIÓN 3: DESAFÍOS Y TENDENCIAS

La travesía de nuestro querido tomate toma un nuevo giro en un paisaje desafiante: el mercado y sus dinámicas actuales. Imaginemos este mercado como un vasto océano con corrientes y mareas en constante cambio

En este océano, nuestro tomate, como un barco, está a merced de las fuerzas que lo rodean. A veces, el viento es favorable y las olas son suaves, pero en otras ocasiones, enfrenta tormentas y corrientes peligrosas.

Las corrientes cambiantes del mercado

Diversos factores, desde la volatilidad en los precios de los insumos hasta las fluctuaciones en la demanda, pueden actuar como corrientes marinas que mueven o retienen a nuestro tomate. 

La seguridad alimentaria, en este contexto, no es solo una cuestión de producción; es también una interacción compleja con las leyes de la oferta y la demanda, que a veces pueden ser crueles con los más vulnerables. 

Por ejemplo, los fenómenos climáticos extremos que inflan los costos de producción pueden tener como resultado precios prohibitivos para los consumidores de bajos ingresos, complicando la tarea de garantizar el acceso universal a alimentos de calidad.

El mercado de capitales y la seguridad alimentaria

El océano del mercado también está influenciado por vientos que soplan desde lejos: las tendencias en el mercado de capitales. La inversión en tecnologías de producción sostenible, o la falta de ella, tiene un impacto directo en la vida de nuestro tomate. 

Aquí, los inversores actúan como los vientos alisios, que pueden llevar a nuestro barco a tierras más fértiles o, en el peor de los casos, a un naufragio. 

Las inversiones en tecnologías limpias y prácticas agrícolas sostenibles son una brisa favorable, mientras que la falta de inversión es un viento en contra que dificulta el avance hacia la seguridad alimentaria y la descarbonización.

Tendencias de doble filo

Es necesario tener en cuenta las tendencias emergentes, como la agricultura vertical o la carne cultivada en laboratorio, que capturan la imaginación de inversores y consumidores por igual. 

Estas tendencias pueden parecer a primera vista como corrientes favorables, pero su efecto en la seguridad alimentaria es ambiguo

Mientras que pueden ofrecer soluciones a la descarbonización, también plantean cuestiones éticas y prácticas: ¿están realmente al alcance de todos o solo benefician a una élite?

Las tendencias emergentes, como la agricultura vertical o la carne cultivada en laboratorio, también plantean cuestiones éticas y prácticas: ¿están realmente al alcance de todos o solo benefician a una élite?

Nuestro tomate, en su odisea a través de este océano cambiante, es tanto un espectador como un protagonista, influenciado por las fuerzas del mercado y, al mismo tiempo, parte de ellas. 

A medida que enfrenta las corrientes y vientos cambiantes, es un reflejo viviente de los desafíos y las oportunidades que se presentan en el intento de maridar descarbonización y seguridad alimentaria.

Así, con un mapa náutico complejo y lleno de desafíos y tendencias, nuestro tomate se prepara para la siguiente etapa de su viaje, llevando en su piel las marcas de las pruebas que ha superado y las que aún le esperan.

SECCIÓN 4: CONSUMIDORES Y EMPRESAS - ACTORES DEL CAMBIO

Imaginemos por un momento que nuestro tomate ha llegado a un bullicioso mercado, un crisol donde convergen las intenciones y acciones de consumidores y empresas. 

Este mercado es como un teatro, y en su escenario, consumidores y empresas desempeñan roles que van más allá del simple acto de comprar y vender. 

En esta actuación colectiva, cada decisión, cada interacción, se convierte en un voto silencioso pero potente para un futuro más sostenible o, alternativamente, para la perpetuación del statu quo.

La danza simbiótica entre consumidores y empresas

Los consumidores, empoderados como nunca antes, están cada vez más comprometidos con el tipo de mundo en que desean vivir. Demandan productos éticos y sostenibles, y su apetito por la transparencia y la trazabilidad es insaciable. 

Las empresas, a su vez, no pueden ignorar este clamor, pues los tomates que no atienden a estos anhelos pueden quedarse relegados a los márgenes del mercado, oscurecidos por la sombra del olvido.

Recordemos el caso de una empresa española que optó por cultivar tomates mediante agricultura regenerativa. No solo se alinearon con las políticas de descarbonización, sino que también encontraron que su compromiso con la sostenibilidad les ofrecía una ventaja competitiva. 

Los consumidores apoyaron sus esfuerzos comprando sus productos, incluso cuando eran ligeramente más caros. Este ciclo virtuoso confirmó que la rentabilidad y la responsabilidad no sólo pueden coexistir sino potenciarse mutuamente.

Empresas pioneras: de la excepción a la norma

Hay ejemplos de empresas que han trascendido la retórica para implantar prácticas verdaderamente sostenibles. Ellas son las brújulas en este océano mercantil, mostrando que es posible mantener la rentabilidad mientras se hace el bien. 

La tarea ahora es transformar estas excepciones en la norma general, para que nuestro tomate y sus semejantes puedan prosperar en un ambiente que recompensa la sustentabilidad.

El poder del consumidor informado

En esta actuación del mercado, el tomate encuentra su destino final: el hogar de un consumidor informado que ha elegido contribuir a un futuro más sostenible con su compra

Este acto, aparentemente simple, es en realidad un capítulo crucial en la narrativa más amplia de la descarbonización y la seguridad alimentaria.

Concluyamos diciendo que nuestro tomate, en su viaje desde la tierra hasta la mesa, se convierte en un testigo y un emblema de las tensiones y esperanzas de nuestro tiempo

Cada vez que un consumidor elige un tomate cultivado de manera sostenible, y cada vez que una empresa decide invertir en prácticas más responsables, reafirmamos nuestro compromiso colectivo con un futuro más verde y justo.

Cada elección es un pequeño paso en un largo viaje, y en esta travesía, todos somos actores del cambio 

Ahí radica la belleza y el poder del acto de consumir: cada elección es un pequeño paso en un largo viaje, y en esta travesía, todos somos actores del cambio.

SECCIÓN 5: CASOS DE ESTUDIO

Si el mercado es un escenario y nuestro tomate un actor, entonces es el momento de presentar a algunos co-protagonistas que han demostrado maestría en el delicado arte de equilibrar la rentabilidad con la sostenibilidad y la seguridad alimentaria. 

Estos casos no son meros ejemplos aislados, sino faros que iluminan el intrincado laberinto de la descarbonización en el sector agroalimentario.

El tomate ecológico de Almería: trazabilidad y confianza

Ubiquémonos en la próspera región de Almería, en España, donde un proyecto de agricultura ecológica ha establecido un nuevo paradigma. No solo han adoptado prácticas de cultivo regenerativo, sino que también han incorporado tecnología blockchain para garantizar una trazabilidad total desde la semilla hasta la mesa. 

Los consumidores pueden escanear un código QR en el empaque del tomate y obtener toda la información sobre su origen, reduciendo las dudas y fortaleciendo la confianza. La lección aquí es clara: la transparencia no es un lujo, sino una necesidad en el mundo moderno.

La transparencia no es un lujo, sino una necesidad en el mundo moderno

El modelo nórdico: innovación en almacenamiento y distribución

Volamos hacia los países nórdicos, donde una empresa ha redefinido la cadena de suministro para minimizar la huella de carbono. 

Mediante la utilización de algoritmos avanzados y tecnologías de refrigeración ecológica, han conseguido reducir el desperdicio y asegurar una distribución eficiente. 

Este modelo demuestra que la innovación en logística puede ser un multiplicador de efectividad en la lucha contra el cambio climático y para garantizar la seguridad alimentaria.

La cooperativa italiana: participación y empoderamiento

Nuestro último caso nos lleva a Italia, donde una cooperativa agrícola ha involucrado a los consumidores en el proceso de producción a través de la inversión comunitaria

Los participantes pueden financiar directamente a los agricultores a cambio de una parte de la cosecha. Este modelo crea un sentido de propiedad y responsabilidad, y ayuda a los agricultores a adoptar prácticas más sostenibles sin sacrificar la rentabilidad.

Lecciones aprendidas y aplicabilidad universal

Cada uno de estos casos añade una nota distintiva a la sinfonía del mercado sostenible. De Almería aprendemos el poder de la trazabilidad y la transparencia; de los países nórdicos, la importancia de la innovación en la cadena de suministro; y de Italia, el potencial del financiamiento participativo. Aunque cada contexto es único, los principios subyacentes son universalmente aplicables. En nuestro viaje a través del ciclo de vida de un tomate, estos ejemplos nos sirven como espejos que reflejan las múltiples facetas de lo que podría y debería ser un sector agroalimentario sostenible.

Conclusión: más allá de la madurez – Hacia un horizonte sostenible

La madurez, en el contexto del viaje de nuestro tomate, no es un destino final, sino más bien una etapa en un viaje en constante evolución. Es un punto de equilibrio dinámico entre el mercado, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria

Pero ese equilibrio, lejos de ser estático, es como el vaivén de una brisa suave en un campo de tomates en flor: siempre en movimiento, siempre buscando un nuevo punto de armonía.

Las historias y casos que hemos explorado en este capítulo nos revelan que la madurez también implica adaptabilidad, innovación y un compromiso inquebrantable con el bienestar a largo plazo tanto de los seres humanos como del planeta. 

En cada latitud, desde Almería hasta el norte de Europa, pasando por las tierras soleadas de Italia, vemos reflejadas las múltiples formas de madurez, como las distintas variedades de un tomate que se adapta y prospera en diversos ecosistemas.

Este es el corazón del asunto: que, para nuestro tomate, y para nosotros como actores en este entramado, la madurez es más una dirección que un estado

Para nuestro tomate, y para nosotros como actores en este entramado, la madurez es más una dirección que un estado

Y es hacia esta dirección que debemos continuar evolucionando, conscientes de que cada elección que hacemos —desde la selección de semillas hasta el mecanismo de distribución— tiene ramificaciones que se extienden más allá de nuestro campo de visión inmediato.

Así, llegamos al final de esta etapa del viaje, pero no a su término. Porque la madurez no es el final, sino más bien un puente hacia nuevas posibilidades. 

Nos preparamos ahora para embarcarnos en el próximo capítulo de esta odisea: ‘El ocaso y el nuevo amanecer’, donde exploraremos cómo cada uno de nosotros, desde el consumidor hasta el inversor y el agricultor, tiene un papel que jugar en este drama ecológico en continua transformación.

Así, como el tomate que ha madurado al sol y se prepara para ser cosechado, nos encontramos también en un punto de transición, lleno de potencial y listos para el siguiente acto de esta apasionante travesía. 

Nos vemos en el próximo capítulo, querido lector, donde continuaremos desentrañando las complejidades y maravillas de este viaje en búsqueda de un futuro verdaderamente sostenible.

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