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Mejor no olvidar que las elecciones europeas son elecciones europeas

Cooperativismo
Análisis de los 6 meses de presidencia española de la UE

29 January 2024

La Presidencia española de la Unión terminó con el año 2023. No fue una Presidencia fácil ni cómoda. El contexto internacional no ayudó, como tampoco lo hizo la situación de interinidad en la que estuvo el gobierno español durante casi toda su duración. 

A pesar de todas estas dificultades, podemos hablar de un balance positivo. Me voy a centrar aquí en algunos de los temas relacionados con la agricultura y el medio rural, aunque hay importantes logros fuera de este ámbito como son:

  • El Pacto migratorio

  • Las nuevas reglas fiscales (que como todos los acuerdos sobre temas tan sensibles dejan a todo el mundo insatisfecho por razones contradictorias, pero tienen el mérito de existir)

  • O la reforma del mercado eléctrico

La Presidencia española de la Unión terminó con el año 2023. No fue una Presidencia fácil ni cómoda

Mención especial merece el resultado (de nuevo “bastardo” pero real) de la COP-28, que debe mucho a la firme posición europea y al liderazgo de la Vicepresidenta (en funciones) Teresa Ribera. 

El Consejo de la UE y la Eurocámara alcanzaron un acuerdo político sobre el régimen de las Indicaciones Geográficas Protegidas y otros sistemas de calidad. Ambas instituciones llegaron también a un acuerdo (pendiente a la hora de escribir este post de su ratificación por el plenario del Parlamento Europeo) sobre la polémica Ley de Restauración de la Naturaleza. 

Se ha avanzado significativamente en temas como la nueva regulación de envases y residuos de envases, con una posición común en el Consejo; el Consejo de la Unión aprobó su visión a largo plazo para las zonas rurales; el necesario debate sobre las nuevas técnicas genéticas se ha iniciado.

Por supuesto, no se alcanzaron todos los objetivos que, con excesivo voluntarismo, algunos habían apuntado para una Presidencia, olvidándose un poco de que su duración es solo de 6 meses y que el jefe de orquesta, por bueno y estudioso que sea, depende del buen hacer y de la voluntad de los músicos. 

Yo ya escribí en su momento que no era prudente comunicar sobre posibles avances decisivos en temas como el acuerdo con Mercosur, las cláusulas espejo en los acuerdos comerciales o las relaciones con Marruecos, por solo poner tres ejemplos. 

La realidad ha demostrado que, al margen de declaraciones o gestos que podríamos calificar de “bien intencionados”, los avances concretos son en la práctica poco significantes.

Pero, salvo algunos artículos, el balance de la Presidencia no ha atraído gran interés por parte de los medios de comunicación y, por lo tanto, de la opinión pública. 

Son multitud las noticias las que critican a Europa, sin tener en cuenta que muchos de sus innegables carencias se deben a los propios gobiernos nacionales, a sus intereses y egoísmos nacionales y no a las Instituciones europeas. 

Son muchas menos las voces que destacan sus logros, a pesar de los obstáculos nacionales con los que se enfrentan las iniciativas comunitarias.

Un semestre híbrido

Ahora, tenemos ante nosotros un semestre que calificaría de “híbrido”. El mes pasado calificábamos el año 2024 como “el año de la incertidumbre”

En otro articulo hablaba de “ambiente de fin de reinado en Bruselas”. Todos los argumentos presentados entonces siguen siendo válidos. A esto le debemos sumar los problemas internos de una Presidencia como la belga, con gran experiencia negociadora pero que no puede adoptar una posición como estado miembro sin el acuerdo unánime de sus tres regiones.

  • Una Comisión al final de su ciclo político

  • Unos parlamentarios europeos más preocupados por su reelección que por ceder lo suficiente en sus propuestas maximalistas para poder llegar a acuerdos

  • La espada de Damocles de una subida de la influencia política de la extrema derecha

  • Y la derecha extrema, tanto en distintos gobiernos nacionales como en el futuro Parlamento Europeo

Ponen en peligro la gran coalición “de facto” entre socialdemócratas y democratacristianos que ha cimentado la Unión Europea hasta ahora.

Además, el debate sobre el presupuesto futuro de la Unión (es decir el futuro de las políticas comunes entre las que destaca por méritos propios la política agraria común) se ha iniciado. 

El presupuesto europeo se limita al 1% del Producto Interior Bruto, porcentaje a comparar con el 45% correspondiente al peso del presupuesto en el PIB de nuestro país.

Poco a poco aumentan las responsabilidades que los Estados miembros transfieren a la Unión Europea sin que el presupuesto siga la misma evolución, siendo los fondos PERTE la excepción que confirma la regla. 

No se puede hacer más Europa con menos o idénticos márgenes presupuestarios. Los grandes retos del futuro, como son la adaptación y mitigación del cambio climático o un desarrollo inclusivo del Planeta que permita abordar de frente las raíces de las tensiones migratorias, reclaman una respuesta unida del viejo continente.

No se puede hacer más Europa con menos o idénticos márgenes presupuestarios

Las elecciones al Parlamento Europeo 

En junio, tendremos elecciones al Parlamento Europeo. Es una institución que tiene cada vez más poder efectivo, cuyas opiniones son decisivas sobre el desarrollo de un derecho y unas acciones de la Unión Europea del que depende en su gran mayoría nuestras leyes y la gestión de nuestros gobiernos.

Por solo poner unos ejemplos que tienen que ver con los temas que abordo en estos artículos, estamos hablando de:

  • Doñana

  • El Mar Menor

  • La contaminación de las aguas

  • El etiquetado de los alimentos

  • La información al consumidor

  • La seguridad de los alimentos (la seguridad alimentaria y la garantía del abastecimiento)

  • La gestión de más del 75% del territorio

  • Las garantías brindadas a los consumidores con los productos, también importados, que puede adquirir en el mercado

  • La protección del medio ambiente

  • O el bienestar animal

Las elecciones europeas deberían ser un momento álgido para que estos temas se discutan, para que podamos oír las opiniones de nuestros partidos políticos al respecto, para que podamos votar a diputados que de estos temas sepan y estén decididos a asumirlos con interés.

Desgraciadamente, las cosas no parecen ir por este camino. Tradicionalmente, las listas de los distintos partidos no se han compuesto pensando en conseguir los miembros de las distintas comisiones parlamentarias más útiles para defender los intereses nacionales o las posiciones recogidas en el programa del partido. 

La elaboración de las listas responde a distintos criterios: a veces cementerio de elefantes y a veces premio de consolación; otras veces también segunda oportunidad para políticos que se han de recolocar. 

Es larga la lista de eurodiputados con brillantes resultados que no han sido renovados o que se han metido en puestos con pocas (o ninguna) posibilidad. Por solo poner unos nombres en el campo de esta tribuna, podemos citar a Juan Colino, Mateo Sierra, Salvador Llovet o Esther Herranz.

En el caso de las elecciones que vienen, la cosa puede ir incluso a peor. Muchos partidos ven estas elecciones como la segunda ronda de las generales, una especie de referéndum sobre “amnistía sí o amnistía no”, o como la clave para definir el equilibrio y la relación entre SUMAR y Podemos. 

Sin embargo, todo no está perdido. Tenemos unos meses para poner encima de la mesa los temas que verdaderamente están en el centro del debate europeo. 

Somos muchos los que estamos cansados del clima político degradado que estamos sufriendo en nuestro país. A mi juicio, hablar de Europa, de sus políticas, de los retos que solo podremos abordar juntos sus habitantes, es la mejor manera de conseguir una participación electoral digna.

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