12 November 2024
Los electores americanos han votado hacer a Trump grande de nuevo. Tengo mi convicción personal, pero es totalmente irrelevante, sobre si es una buena noticia para los Estados Unidos de América. Pero sí se sabe que no es una buena noticia ni para el Planeta, ni para Europa, ni para una gran potencia exportadora de productos alimentarios como es España.
Del planeta vamos a hablar poco aquí. Basta con decir que el objetivo máximo que en las Cumbres del clima se había fijado, una subida media de las temperaturas del 1,5 % al fin de siglo, se ha alcanzado en el 2023. Vamos mal, y la tragedia que han vivido, que están viviendo en Valencia, no hace más que confirmarlo. El negacionismo en general, y el climático en particular, mata.
De la situación mundial, podríamos hablar más, pero no es propósito de este artículo. No son buenos tiempos ni para los ucranianos ni para los palestinos. Tampoco para los africanos en los países en conflicto.
Del comercio mundial podemos ya hablar con mas detenimiento. Sabemos que las promesas electorales solo comprometen a los que las escuchan, pero lo que se anuncia y los primeros nombramientos anunciados, anuncian nubes negras.
Es incompatible luchar contra la inflación y fijar aranceles (hablan que serían entre el 10 y el 20 %) a las importaciones. Una guerra comercial con China nos afectara directamente, en primer lugar por la desviación de comercio hacia Europa de productos chinos que antes hubieran ido a los Estados Unidos.
Una subida del dólar encarece la factura energética, aunque es verdad que una bajada del precio de la energía, al aumentar la producción americana, sería una buena noticia.
Preocupan las consecuencias sobre Alemania. La 'locomotora alemana' está parada. Su sector industrial en crisis, en particular el automóvil, presionado por el auge de las ventas de coches eléctricos chinos. Y también tiene latente una crisis bancaria de consecuencias imprevisibles. En primer lugar en los bancos regionales (equivalentes a nuestras antiguas cajas de ahorro), y escenifica el intento de compra de Commerzbank (el cuarto banco alemán en importancia) por parte del banco italiano UniCredit, que ya sería el primer accionista con el 21 % del capital.
Según Eurostat, el excedente comercial germano con los Estados Unidos fue en el año 2023 de 85.800 millones de euros
El comercio con los Estados Unidos
Las exportaciones españolas se han reducido ligeramente en lo que va de año, pero siguen en máximos históricos. En el 2023, Estados Unidos fue el sexto mayor destino exportador, detrás de Francia, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido. Al otro lado del Atlántico se vendieron productos por 18.904 millones de euros, un 5 % de todos los exportados y un 38 % más que al iniciarse el mandato del todavía presidente Joe Biden.
En declaraciones a La Vanguardia, Ángel Talavera, responsable de Europe Economics en Oxford Economics, avisa de “los efectos de segunda ronda” de una eventual imposición de aranceles. España también vende productos a Europa que se utilizan en manufacturas destinadas a su exportación a Estados Unidos”.
En el 2023, Estados Unidos fue el sexto mayor destino exportador español
Por sectores, las principales exportaciones españolas a los Estados Unidos, fuera del sector agroalimentario que abordaremos a continuación, son los de bienes de equipo y los productos semifacturados.
Si descendemos a productos más concretos, el refino de petróleo y los medicamentos ocupan los dos primeros lugares, seguido por los vehículos.
El comercio agroalimentario con los Estados Unidos
En la página web del Ministerio encontramos el último análisis publicado sobre el Comercio Agroalimentario y Pesquero (AAP) con los Estados Unidos. Es verdad que son datos del 2022, pero las tendencias anunciadas solo se pueden haber acentuado desde entonces.
Estas exportaciones españolas supusieron el 4,7 % del total de exportaciones AAP realizadas por España a todo el mundo, mientras que nuestras importaciones AAP procedentes de Estados Unidos supusieron el 3,8 % del total de las importaciones AAP españolas.
Tenemos un saldo comercial positivo y creciente año tras año (Tabla 1) de 1.147 millones de euros en el año 2022.
La tabla 2 recoge los productos españoles mas exportados a este destino.
En primer lugar, en euros, destaca el aceite de oliva, seguido por el vino y los mostos.
La tabla 3 hace lo mismo, pero con los productos importados.
En esta lista, destacan los frutos secos y el haba de soja.
Una conclusión se impone después de ver estos datos. Nuestros productos exportados pueden ser relativamente sustituidos por otros orígenes, producción americana o verse reducidos en la dieta de los ciudadanos norteamericanos.
Nuestras importaciones son mucho más estructurales, sobre todo la de habas de soja, pero también de frutos secos.
Nuestros productos exportados pueden ser relativamente sustituidos por otros orígenes
Tenemos precedentes y no son buenos
Algunas industrias españolas, sobre todo la alimentaria, tienen todavía reciente lo ocurrido en el primer mandato de Trump.
En el 2019 se comenzaron a aplicar aranceles por cerca de 7.000 millones de euros sobre 113 productos españoles en plena disputa entre la UE y Estados Unidos por las ayudas a Airbus y Boeing. En el 2021 se suspendieron estos gravámenes durante cinco años.
Pero han seguido otros, como el gravamen a la aceituna negra española. Desde el año 2018, se trata de un arancel del 35 %, que en algunos casos se reduce al 31 %, pero para ello las empresas se tienen que someter a unas inspecciones que en muchos casos no compensan la reducción del coste final.
Como ha recordado Antonio de Mesa, secretario general de la Asociación Española de Exportadores Industriales de Aceituna de Mesa (ASEMESA) a Agropopular, “los productores españoles de aceituna negra han perdido más de 280 millones de euros (dato de finales de 2023), a lo que se une que hay países que nunca iban a tener negocio en Estados Unidos y ahora están vendiendo sus aceitunas”. Se refiere en particular a Turquía, Marruecos y Egipto.
Este precedente es doblemente importante, no solo por el impacto económico directo que acabamos de señalar, sino por el no-acatamiento por parte de los Estados Unidos de las conclusiones del panel de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que promovió la Unión Europea. En el anterior panel, perdido por los Estados Unidos, el iniciado por Brasil por sus ayudas a la producción de jugo de naranja, sí que acataron la sentencia y modificaron su reglamentación.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) fallo en contra de esta medida en 2021. Los Estados Unidos se comprometieron después con la UE a adecuar su legislación antes del 14 de enero de 2023.
Sin embargo, en septiembre de 2022 una nueva sentencia de un tribunal norteamericano se pronunció a favor de la imposición del arancel a la aceituna negra española y sirvió de justificación para volver a paralizar el proceso.
En julio de 2023, la Comisión Europea volvió a llevar a Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio por no haber eliminado el arancel y la OMC acordó crear un nuevo panel para determinar si el país norteamericano había cumplido su sentencia previa contra los aranceles que impone a la aceituna negra española, lo que reabría un contencioso entre Bruselas y Washington iniciado en 2018.
Además, hay que enmarcar todo este proceso en una actitud agresiva mucho más global de los Estados Unidos en contra de la OMC y de la existencia de unas reglas generales que se han de aplicar a todos, incluidos los países más poderosos. Esta se refleja en su oposición sistemática de Estados Unidos a los nombramientos de los jueces que cubrieran las vacantes que se van produciendo en el Órgano de Apelación, una parte inherente desde los inicios del GATT y, luego, de la Organización Mundial de Comercio.
No cabe esperar por parte de la nueva Administración Trump II otra actitud que el desprecio a las reglas internacionales y el rechazo a cualquier poder que pueda, incluso en una pequeña medida, limitar su capacidad de actuación autónoma.
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