La presidenta de la Comisión Europea ha sido reelegida para un segundo mandato. Se puede ver el resultado como una botella medio llena o medio vacía.

Estaría medio llena porque su resultado es mejor que el cosechado en la legislatura anterior, con el apoyo de los dirigentes de los grupos populares, socialistas, liberales y verdes. Estaría medio llena porque son 53 los diputados de estos grupos que no la han apoyado. Entre ellos figuran los eurodiputados españoles elegidos por Sumar, Compromís y los Comunes.

Recibió 401 votos a favor, 285 en contra, 15 abstenciones y 7 nulos, superando con creces el umbral mínimo de los 361 votos necesarios. La vez anterior le sobraron únicamente 9 votos, esta vez fueron 41.

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El Parlamento Europeo confirma a Ursua von der Leyen para un segundo mandato como presidenta de la Comisión Europea.

Tendrá otros cinco años para elaborar y proponer legislación al frente del principal órgano ejecutivo de la Unión Europea pic.twitter.com/3bKOslrNzd
— Parlamento Europeo en España (@Europarl_ES) July 18, 2024

Para conseguir este resultado, la candidata ha tenido que incorporar a su programa distintas prioridades a las de los populares europeos, una práctica totalmente normal cuando existe tradición de gobernar en coalición.

Varias de sus ambiciones superan con creces los límites de su mandato, tanto por el tiempo necesario para su implementación como por los apoyos políticos necesarios en los restantes instituciones europeas.

Se trata, entre otros, de la reforma del Tratado con vistas a una ampliación que abarque desde Ucrania a los Balcanes occidentales, pasando por Moldavia. La renovación incluiría un presupuesto comunitario reforzado con nuevas fuentes de ingreso; una política de cohesión supeditada a reformas estructurales ajustadas para cada Estado miembro; una revisión de la política de competencia que tome en cuenta la competencia global y una adaptación del funcionamiento de las instituciones para sortear el veto de los Estados más remisos a avanzar.

Reforzar las fronteras europeas

La presidenta abogó por un enfoque "más fuerte y ágil" en materia migratoria, fortaleciendo la Agencia Europea de Guardia de Fronteras y Costas ('Frontex') con tecnología de punta para la vigilancia y el conocimiento situacional, y triplicando el número de guardias fronterizos y costeros europeos hasta los 30.000 agentes.

Anunció que no habrá tolerancia a quienes amenacen la seguridad de nuestras fronteras y nuestros ciudadanos con ataques híbridos. "Los actores hostiles que empujan a personas a cruzar las fronteras exteriores de la UE con fines políticos deben ser reconocidos como una amenaza a nuestra seguridad y deben ser sancionados", aseguró.

Habrá un comisario de Defensa, cuya principal tarea será promover un escudo antiaéreo europeo. Dijo que, en una era de rearme, la primera prioridad es "aumentar significativamente la inversión" en áreas "esenciales" como la naval, la terrestre, el aéreo y en el ciberespacio.

Hacer frente a la injerencia extranjera

Von der Leyen propondrá un "escudo europeo de la democracia" para luchar contra la manipulación de la información y la injerencia extranjera. Se creará una "red europea de verificadores de hechos" en todos los idiomas, e intensificará el control digital para garantizar que la información engañosa sea señalada o eliminada.

También instará al cumplimiento de los requisitos de transparencia establecidos por la Ley de Inteligencia Artificial, en especial sobre la generación de las fake news, las mentiras cochinas de toda la vida. Aseguró que la UE necesita "su propia estructura" dedicada a contrarrestar la manipulación, y que esta nueva herramienta "reunirá toda la experiencia" y "se coordinará con las agencias nacionales".

El cambio climático

Uno de los mayores riesgos para nuestra seguridad es el impacto del cambio climático, con "devastadores" impactos a través de "inundaciones, incendios y sequías". Afrontarlo pasa por reforzar los mecanismos de protección civil, abordando todas las facetas de la gestión de crisis y desastres, junto con la construcción de resiliencia comunitaria y por mejorar la adaptación climática; es decir, prepararse para lo que vendrá más allá de mitigar la crisis reduciendo las emisiones de CO₂.

Se propone mapear los riesgos y necesidades de preparación para infraestructura, energía, agua, alimentos y tierra en ciudades y áreas rurales, así como la necesidad de datos y sistemas de alerta temprana. Para ello, quiere proponer un plan europeo de adaptación climática, para apoyar a los Estados miembros, especialmente en preparación y planificación, y asegurar evaluaciones regulares,

Una estrategia de resiliencia del agua

La Presidenta respondió al llamamiento de 21 Estados miembros (todos menos Suecia, Finlandia, Republica Checa, Letonia, Hungría e Irlanda), que enviaron una carta a la Comisión pidiendo que se garantice que el agua será una "prioridad absoluta" en la agenda europea, y que se elabore un enfoque integral para impulsar la seguridad y la resiliencia hídrica.

Afirmó que el agua es un recurso indispensable para la seguridad de nuestra alimentación, energía y economía, pero está cada vez más bajo estrés debido al cambio climático y las crecientes demandas. Una nueva "estrategia europea de resiliencia del agua" buscará asegurar que las fuentes estén bien gestionadas, se aborde la escasez, y que mejoremos la ventaja competitiva e innovadora de nuestra industria del agua y adoptemos un enfoque de economía circular.

La agricultura y el medio rural

La agricultura debe seguir siendo una parte fundamental de la forma de vida europea. La presidenta no hizo propuestas concretas, sino que anunció que a partir del "diálogo estratégico sobre agricultura" ya iniciado, presentará en sus primeros 100 días de mandato una "visión para la agricultura y la alimentación". Habrá que buscar encontrar un equilibrio adecuado entre incentivos, inversiones y regulación, lo que pasaría por apoyar a los agricultores familiares y apoyar a los agricultores que trabajan con la naturaleza, preservando nuestra biodiversidad y ecosistemas naturales y ayudando a descarbonizar nuestra economía.

Parece que la idea de que no hay agricultura verde en números rojos avanza poco a poco

Parece que la idea de que no hay agricultura verde en números rojos avanza poco a poco. La presidenta consideró vital que los agricultores tengan un ingreso justo y suficiente y que no se vean obligados a vender sus productos por debajo de los costos de producción. En este sentido, la celebración de la primera reunión del nuevo Observatorio Europeo de la Cadena Alimentaria es un primer paso que se ha de saludar.

Otros anuncios

Von der Leyen nombrará un comisario europeo cuyas responsabilidades incluirán abordar la crisis de vivienda y el primer 'Plan Europeo de Vivienda Asequible'. Para ello, la nueva Comisión, aseguró, trabajará con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) en una "inversión paneuropea" para viviendas asequibles y sostenibles a fin de atraer más inversión pública y privada.

Habrá otro para el Mediterráneo y otro de Pesca y Océanos. También ha recogido propuestas como la puesta en marcha de una cartera de Igualdad en la que se elaborará, por ejemplo, una estrategia de trato para las personas LGTBi, un nuevo plan de lucha contra el racismo, medidas de lucha contra el cyberbulling y para proteger a la infancia.

Unos comentarios finales

Para terminar esta tercera entrega, me gustaría dejar claro unas reflexiones personales finales.

La Presidenta ha anunciado nuevas prioridades, pero sigue pendiente la forma en que se van a financiar. Sabemos que las promesas electorales solo comprometen a los que las escuchan, nunca a los que las pronuncian. Existe el riesgo de que estas nuevas prioridades se cubran recortando las políticas actuales con mayor presupuesto: la agrícola y la de cohesión.

Al anunciar que presentará en 2025 una propuesta para reformar el Marco Financiero Plurianual (MFP), dejó claro que este no estaría listo para el próximo periodo 2027-2034, sino que se aplicaría en el siguiente periodo, a las puertas de la adhesión de Ucrania.

La presidenta anunció también que mantendrá el rumbo de los objetivos del Pacto Verde Europeo, lo que anuncia una mayor flexibilidad implícita en cuanto a los instrumentos a utilizar. El Pacto Verde sigue vivo, pero parece reorientarse algo, al menos, hacia una estrategia industrial para mejorar la competitividad del bloque comunitario, que entre otros puntos buscará seguir avanzando en el despliegue de energías renovables.

Es verdad que, en el anterior mandato, las Direcciones Generales encargadas de la política industrial y energética fueron incapaces de avanzar significativamente en este camino, seguramente –al menos en parte– por su falta de experiencia operativa en la preparación y negociación de reglamentos comunitarios. Queda por ver si acontecerá lo mismo en estos próximos cinco años.

En la próxima entrega...

La primera prueba de fuego será la composición de la próxima Comisión, cuyo análisis era objeto de la cuarta y última parte de esta pequeña serie de artículos.

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