El algarrobo se reinventa como cultivo estratégico en el Sureste español

El director del Centro de Experiencias Cajamar, Carlos Baixauli, nos traslada las claves de una experiencia con el cultivo de algarrobo en un nuevo vídeo de 'Agricultura Práctica'. Se trata de un ensayo que tiene por objetivo dar respuesta al creciente interés por la algarroba y sus derivados.

Este proyecto, que comenzó hace tres años, entra ahora en una fase crucial con la primera cosecha, momento en el que se evaluarán las variedades más prometedoras para la zona.

La iniciativa surge tras una 'burbuja' en el precio de la algarroba, que ha impulsado su valorización como fruto saludable. De ella se obtienen productos como sucedáneos de chocolate, mientras que el garrofín (una de sus partes más valiosas) se utiliza como emulgente y conservante en repostería.

Las variedades seleccionadas en esta línea experimental destacan por su alto rendimiento, superando el 16 % de garrofín, lo que las convierte en opciones especialmente atractivas para el sector agroalimentario.

Además del valor económico, el algarrobo se presenta como una herramienta eficaz en la lucha contra el cambio climático, gracias a su notable capacidad de captación de CO₂. 

El vídeo también muestra prácticas agrícolas sostenibles como el acolchado para evitar herbicidas, el uso de cubiertas vegetales y estrategias para mejorar la microbiota del suelo, con el objetivo de fomentar un 'suelo vivo'.

Este ensayo no solo busca identificar las mejores variedades, sino también optimizar el modelo de cultivo mediante técnicas de semiintensificación, como el aumento de la densidad de plantación y el riego de apoyo.