4 min

Día Mundial del Agua 2022: “Aguas subterráneas: hacer visible lo invisible”

Sostenibilidad
Naciones Unidas celebra cada 22 de marzo desde 1993 el Día Mundial del Agua, con el objetivo de destacar la importancia de este recurso esencial para la vida y concienciar sobre la problemática de más de dos mil millones de personas que carecen de acceso a agua potable
Día Mundial del Agua 2022


22 March 2022

Uno de los objetivos principales del Día Mundial del Agua consiste en respaldar la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6: agua y saneamiento para todos, de aquí a 2030

Cada año ONU-Agua determina un tema distinto, y en 2022 la atención se centra en las aguas subterráneas. Puedes consultar los temas de años anteriores en este enlace. Además, coincidiendo con el Día Mundial del Agua se hace público el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos, en el que se aborda el tema de la campaña y se recomiendan orientaciones en materia de políticas a las instancias decisorias.

Las aguas subterráneas se encuentran bajo tierra, en los acuíferos, que son formaciones geológicas de rocas, arenas y gravas que contienen cantidades importantes de agua. Tras alimentar manantiales, ríos, lagos y humedales, las aguas subterráneas finalmente se filtran a los océanos. Su principal fuente de recarga es la lluvia y la nieve que se infiltran en el suelo, y pueden extraerse a la superficie por medio de bombas y pozos.

Aguas subterráneas: hacer visible lo invisible

Las aguas subterráneas son invisibles, pero sus efectos se aprecian en todas partes. Escondidas bajo nuestros pies, las aguas subterráneas constituyen un tesoro oculto que enriquece nuestras vidas. Casi la totalidad del agua dulce en forma líquida del mundo es agua subterránea, y representa la base del suministro de agua potable, los sistemas de saneamiento, la agricultura, la industria y los ecosistemas. En las zonas más áridas del planeta pueden ser la única fuente de agua al alcance de la población.

Las aguas subterráneas desempeñarán un papel fundamental en la adaptación al cambio climático. Debemos estudiarlas y protegerlas, tratando de encontrar un equilibrio entre las necesidades de las personas y las del planeta.

Casi la totalidad del agua dulce en forma líquida del mundo es agua subterránea, y representa la base del suministro de agua potable, los sistemas de saneamiento, la agricultura, la industria y los ecosistemas. No obstante, en muchos lugares, se sobreexplotan y contaminan las aguas subterráneas como consecuencia de la actividad humana. En otros, simplemente desconocemos la cantidad de agua que se esconde bajo tierra.

Lo que hacemos en la superficie repercute bajo tierra. Los únicos productos con los que debemos tratar los suelos deben ser inocuos y biodegradables, y debemos utilizar el agua con la mayor eficiencia posible. Las aguas subterráneas atraviesan fronteras. Debemos trabajar juntos para gestionar las aguas subterráneas transfronterizas. 

No podemos gestionar lo que no medimos: de ahí la necesidad de estudiar, analizar y monitorear exhaustivamente las aguas subterráneas

¿Por qué son tan importantes?

Casi toda el agua dulce en estado líquido del mundo es agua subterránea, y la vida no sería posible sin ella

La mayoría de las zonas áridas del planeta dependen por completo de este recurso, que suministra una gran proporción del agua que utilizamos para fines de consumo, saneamiento, producción de alimentos y procesos industriales. Asimismo, las aguas subterráneas son decisivas para el buen funcionamiento de los ecosistemas, como los humedales y los ríos

Las consecuencias de la sobreexplotación de las aguas subterráneas pueden ser, entre otras, la inestabilidad del suelo y la subsidencia y, en las regiones costeras, la intrusión de agua marina bajo tierra.

¿Por qué debemos cuidarlas?

El estudio, la protección y la utilización de las aguas subterráneas de forma sostenible será fundamental tanto para sobrevivir al cambio climático y adaptarse a sus efectos, como para satisfacer las necesidades de una población en constante crecimiento.

Hablamos de sobreexplotación cuando se extrae más agua de los acuíferos de la que se recarga con la lluvia y la nieve. Muchas zonas deben encarar este problema que, si se perpetúa, finalmente supone el agotamiento del recurso.

Las aguas subterráneas están contaminadas en muchos lugares y su regeneración a menudo conlleva procesos largos y difíciles. Esto aumenta los costos de tratamiento de las aguas subterráneas, y a veces incluso impide su uso.

En otros lugares, desconocemos la cantidad de agua subterránea que se oculta bajo nuestros pies, lo que significa que podríamos estar desaprovechando un recurso hídrico potencialmente vital.

¿Qué podemos hacer?

Aunque las aguas subterráneas siempre han tenido una enorme trascendencia, esa importancia no se ha reconocido plenamente. Debemos proteger las aguas subterráneas de la contaminación y utilizarlas de forma sostenible, tratando de lograr un equilibrio entre las necesidades de las personas y las del planeta

Las aguas subterráneas desempeñan una función vital en los sistemas hídricos y de saneamiento, la agricultura, la industria, los ecosistemas y las estrategias de adaptación al cambio climático, y ello debe quedar patente en la formulación de políticas de desarrollo sostenible. De acuerdo con el Marco Mundial para Acelerar el Logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, y en particular en las esferas de innovación, gobernanza, datos e información, deben adoptarse medidas urgentes en relación con las aguas subterráneas.

El ingrediente invisible de los alimentos

El crecimiento demográfico, la rápida urbanización y el desarrollo económico son solo algunos de los factores que impulsan el aumento de la demanda de agua, energía y alimentos. 

La agricultura es el mayor consumidor de recursos de agua dulce del mundoy más de una cuarta parte de la energía utilizada en el planeta se destina a fines de producción y suministro de alimentos

Para alimentar a una población mundial que se prevé que alcance los 9.000 millones de personas en 2050, la producción de alimentos deberá aumentar en un 60 %.

Alrededor del 40 % de toda el agua utilizada para el riego proviene de acuíferos. En especial en aquellos países donde el agua escasea, el suministro de energía barata para el bombeo de aguas subterráneas para la agricultura de regadío puede conducir al agotamiento de este recurso y a la disminución de la calidad del agua. 

Además, el uso de fertilizantes y pesticidas en la agricultura constituye una grave amenaza para la calidad de las aguas subterráneas: por ejemplo, los nitratos son la sustancia que contamina con mayor frecuencia los recursos de agua subterránea en todo el mundo. 

Para evitar el agotamiento de las aguas subterráneas deben adoptarse políticas congruentes en materia de energía, uso del suelo y riego. La reducción del desperdicio de alimentos también puede desempeñar un papel importante en la disminución del consumo de agua.

Un bien finito

El uso delas aguas subterráneas no está exento de limitaciones, como las relativas a su calidad y los elevados costos de extracción (en el caso delos acuíferos profundos). Además, las aguas subterráneas no siempre están disponibles en cantidades suficientes en los lugares con mayor demanda de agua por parte de las personas.

La región de Asia y el Pacífico tiene la menor disponibilidad de agua per cápita del mundo, y se prevé que el uso de las aguas subterráneas en la región aumente un 30 % de aquí a 2050.

Aguas subterráneas y Objetivos de Desarrollo Sostenible

Para alcanzar la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 es imprescindible una buena gestión de las aguas subterráneas. 

De las 169 metas de los ODS, 53 guardan relación con este recurso

Por ejemplo, la meta 2.4 (relativa a los sistemas de producción de alimentos sostenibles y las prácticas agrícolas resilientes) depende de la disponibilidad de aguas subterráneas. Asimismo, se necesita una gestión cabal delas aguas subterráneas para alcanzar la meta 6.6 (relativa a la protección y la restauración de los ecosistemas relacionados con el agua) y la meta 15.1 (relativa a la conservación de los ecosistemas de agua dulce y sus servicios).

Más información