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La huella hídrica en la producción de alimentos

Sostenibilidad
España cierra el año hidrológico 2021-2022 como uno de los más secos de la historia desde 1961 y la huella hídrica se eleva a 2,5 millones de litros, el doble de la media mundial. Pero, ¿cuál es este consumo y cuál su retorno en la agricultura?
Riego por goteo


10 October 2022

El 30 de septiembre se cerraba en España el año hidrológico 2021-2022, convirtiéndose en uno de los tres más secos de la historia desde 1961, según señala la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

Los datos recogidos nos muestran que el año termina con 473 litros por metro cuadrado acumulados de media, cuando lo normal era alrededor de 635 litros de media, lo que supone un 26 % menos.

Tras un invierno especialmente seco y un verano caracterizado por la sequía, los incendios y las fuertes olas de calor, la situación del agua en España se ha convertido en un problema de primer orden, ya que un 70 % del territorio está en riesgo de desertificación y siete de las diez cuencas hidrográficas con mayor sequía de Europa están en nuestro país.

Además, hace unos días Greenpeace presentaba el informe SOS Acuíferos, donde se muestra un análisis de las 804 masas de agua subterránea que tiene España y de la dramática situación en la que se encuentra nuestro país.

Pero, ¿qué consecuencias trae todo esto? ¿Cuál es el estado real de los embalses y su evolución en nuestro país? ¿Cómo afecta el uso del agua en los diferentes sectores económicos

¿Qué significa la falta de agua y cómo nos afecta?

La escasez de agua se puede definir como una falta de agua suficiente para cumplir con la demanda de los diferentes sectores o una falta de accesos a suministros de agua seguros.

El 80 % del agua dulce para consumo humano y otros usos procede de ríos y aguas subterráneas.

La actual sequía y el elevado estrés hídrico que sufre nuestro país desencadena diferentes consecuencias que afectan a nuestra calidad de vida y amenazan con afectar a casi cualquier sector de la economía, desde la energía, hasta la agricultura y el transporte de mercancías.

Esta sequía tiene consecuencias directas sobre nuestra vida, entre otras cosas porque amenaza productos alimentarios básicos como  por ejemplo, la leche y el uso directo y personal de la propia agua

Los bajos niveles de la reserva hídrica ya han obligado a varias comunidades autónomas a restringir los usos del agua, llegando a cortar el grifo en determinados casos o franjas horarias. Comunidades como Andalucía, Galicia, Cataluña, Cantabria, Castilla y León o Navarra ya han visto su suministro afectado.

Por otro lado, el uso eficiente de los recursos naturales es una de las prioridades en el ámbito de la sostenibilidad. En el caso del agua, la disponibilidad de esta se mide a través de los niveles de estrés hídrico, que es, además, uno de los indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Según la FAO: “El estrés hídrico es una de las principales amenazas para el desarrollo sostenible”.

 La reserva hídrica en España

  • ¿Cuál es el estado de los embalses en España?

Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), la reserva hídrica total total del país ha descendido al 31,9 %, un nivel alarmantemente bajo que no se veía desde hacía 27 años, desde el año 1995. Los embalses de uso consuntivo se encuentran al 27,8 %, según los datos del último informe semanal del Boletín Hidrológico.

Comunidades como Galicia, Castilla y León, Extremadura, Andalucía, Cataluña y Navarra están padeciendo distintos problemas y cortes de suministro. La situación es especialmente preocupante en Andalucía, donde las reservas de agua no llegan al 25 % del total.

La situación de los embalses por comunidades autónomas señala grandes contrastes en el agua embalsada: mientras que el País Vasco es el que más porcentaje de agua tiene (64,29%), Andalucía es la que menos acumulación registra (23,36 %).

Entre ambos extremos, encontramos comunidades con porcentajes que se deslizan entre el 50 y 40 % de capacidad: Asturias, la Comunidad de Madrid, Valencia, La Rioja, Galicia, Cataluña y Aragón

En las últimas posiciones se sitúan Castilla y León, Cantabria, Navarra, Castilla-La Mancha, Murcia y Extremadura.

 

 

La mayoría de las cuencas peninsulares se encuentran por debajo de sus niveles habituales en esta época del año. Un 70 % de las cuencas hidrográficas en España presentan un nivel de estrés hídrico alto o severo, incluidas algunas de las más grandes de España, como son la del Tajo, la del Guadiana o la del Guadalquivir. 

 

 

Las cuencas que menos agua almacenan son la del Guadalquivir, Guadalete-Barbate y Guadiana, las tres por debajo del 24 %. La situación en la Cuenca Mediterránea andaluza se agrava sobre todo en el caso del sistema Viñuela-Axarquía, que permanece en situación de emergencia, con el embalse al 10 % de su capacidad.

Por el contrario, las que están en mejor situación relativa son por lo general las cuencas septentrionales, con menor capacidad: la del Cantábrico Occidental, País Vasco y Cantábrico Oriental, todas en torno al 70 % o por encima.

  • Estado de los embalses en Europa  

Europa sufre la peor sequía de los últimos años. Los ríos europeos han alcanzado niveles mínimos de agua, interfiriendo en la producción de cultivos, el transporte y la energía. Se espera que el rendimiento de los principales cultivos disminuya al menos entre un 10 % y un 20 % debido a las restricciones de agua.

Un nuevo análisis de WWF estima que España, junto con Grecia, serán uno de los países que tendrán el mayor riesgo de sufrir estrés hídrico a nivel europeo.

A nivel mundial, nuestro país también es uno de los principales países expuestos a este problema consumiendo cada año entre el 40 % y el 80 % del total de los recursos hídricos de los que disponen. 

Evolución

 

 

  • Evolución de los embalses en España: Comparativa con años anteriores y previsiones

Se observa una tendencia y progresiva disminución del volumen de agua embalsada por el conjunto de embalses nacionales entre los años 2012 y 2022.

 

 

A raíz de los datos ofrecidos por Embalses.net, podemos observar como la evolución del agua embalsada en España en 2022 es significativamente inferior a la de los años anteriores y a la media de los últimos 10 años.

Este nuevo análisis estima que en 2050 tres cuartas partes de la población y el PIB de España podrían enfrentarse a un riesgo alto por la falta de agua si no se toman medidas.

España podría ocupar el puesto 33 en la escala de países con mayor estrés hídrico para entonces, por detrás de países como Qatar, Marruecos, Grecia o Afganistán.

  • ¿Cuál es el estado de aguas subterráneas y acuíferos en España?

Recientemente, Greenpeace ha publicado el informe SOS Acuíferos, donde se pone de manifiesto que 353 de los 804 acuíferos de nuestro país se encuentran deteriorados.

Según los datos presentados por las Confederaciones Hidrográficas en la elaboración de los planes hidrológicos del tercer ciclo (2022-2027), esto quiere decir que alrededor del 44 % de las masas de agua subterránea en España están en mal estado: el 30 % por contaminación, el 27 % por escasez de agua y las extracciones masivas y un 14 % por ambas causas.

Uso del agua por sectores económicos

Dentro de los usos del agua podemos diferenciar:

  • Los usos consuntivos: donde el agua es extraída y una vez usada no se devuelve al medio de donde se extrajo o no se devuelve de la misma manera.  Aquí entran los principales usos: agricultura, uso doméstico e industria.
  • Los usos no consuntivos: el agua utilizada es devuelta posteriormente al medio del cual ha sido extraída. Aquí encontramos los usos recreativos, ambientales y energéticos.

 

  • ¿Qué sector utiliza más agua? 

Dentro de los usos consuntivos, en España la demanda de agua se distribuye entre el regadío y usos agrícolas, que en 2021 supuso aproximadamente el 80 % de la demanda de agua, seguido del abastecimiento de núcleos urbanos que consumió un 14 % y la industria con un 6 %, según datos del informe del PERTE.

 

 

El ciclo urbano del agua supuso aproximadamente el 1 % del PIB y factura de media al año unos 7.600 millones de euros.

Con respecto al uso industrial del agua, en el último informe de seguimiento de la implantación de los planes hidrológicos de cuenca se estima en unos 1.264,04 hm3/año

Una de las características a señalar en el uso industrial del agua es, que al igual que la demanda de uso doméstico, exige altos niveles de garantía.

 

  • ¿Qué sector económico desperdicia más agua?

El hecho de que la agricultura sea el sector que más agua utilice, no significa que sea el sector que más agua desperdicie en términos generales.

Al hablar del uso agrícola hay que tener en cuenta que la ganadería y la agricultura están ligadas, y una gran parte del uso agrícola del agua (se estima que al menos un tercio) es el resultado de la producción de carne, pues su objetivo es la alimentación del ganado. Por ejemplo, los productos como la leche, carne y huevos están ligados a un impacto ambiental más grande que el de las plantas y los vegetales. Esto incluye el consumo de agua, además de los de gases de efecto invernadero o los cambios en el uso del suelo.

Para entender mejor la diferencia entre el uso del agua y el desperdicio de esta dentro de los sectores tenemos que hablar de la huella hídrica.

La huella hídrica

Todo lo que utilizas, la ropa que vistes, lo que comes y todo lo que tocas tiene su precio en agua. Es aquí donde entra en juego el papel de la llamada huella hídrica.

  • ¿Qué es la huella hídrica?

La huella hídrica (HH) es el indicador medioambiental que define el volumen de agua dulce total usada para producir los bienes y servicios que habitualmente consumimos, ya sea como persona, país o empresa, midiendo en m3 o en litros cada unidad de producto. 

Por ejemplo fabricar unos vaqueros cuesta entre 2.000 y 3.000 litros de agua y un filete de ternera alrededor de 3.800.

La HH nos sirve para tomar conciencia del consumo de agua que necesitamos en nuestras actividades y todo lo que consumimos.

huella hídrica de diferentes alimentos


 

  • Huella hídrica en España

Según el último informe disponible de la UNESCO  la huella hídrica (HH) anual de España se sitúa en torno a los 2,5 millones de litros por persona, el doble que el promedio mundial (1.385.000 litros por persona al año). Esto supone unos 6.700 litros por habitante al día, frente a la media mundial de 3.795 litros por persona al día.

Nuestro país ocupa el octavo puesto en la clasificación mundial de países con mayor huella hídrica (producción y consumo) y el segundo puesto en el ranking europeo, según los datos de Water FootPrint Network.

ranking mundial de huella hídrica por países

¿Es entonces la agricultura el sector qué más agua desperdicia? 

Además de la agricultura existen otros sectores que se caracterizan por su elevado consumo de agua, y en muchos casos, con una huella hídrica superior, como son:

  • Ganadería
  • Industria de la moda
  • Industria eléctrica
  • Bebidas
  • El turismo

Un dato a señalar es que el desperdicio de alimentos en los hogares españoles genera una huella hídrica de más de 130 litros por persona y día, según un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid.

Tenemos claro que la agricultura es el sector que más agua demanda. Dentro de esta, el principal uso está destinado a los cultivos de regadío.  Esta cantidad mantiene una cierta estabilidad, o incluso ha descendido ligeramente, durante los últimos años, a pesar de que la superficie total de regadío ha aumentado.

 

 

El regadío ha sido y sigue siendo uno de los pilares del desarrollo rural, la economía y un elemento básico del sistema agroalimentario de nuestro país.

En 2021 la superficie regada en España representó un 22,9 % de la superficie de cultivo. Cabe destacar que, pese a no ser un porcentaje muy elevado respecto a la superficie agraria útil, contribuye a un 65 % de la producción final vegetal.

El aumento en la superficie de regadío en la última década es patente, sin embargo, en la gráfica superior se muestra cómo el consumo de agua de la agricultura se ha reducido considerablemente. ¿Por qué? Sin duda,  la mejora de la eficiencia de los sistemas de riego ha hecho que la huella hídrica en este sector no haya hecho más que bajar, mostrando así el alto grado de implementación de las nuevas tecnologías para conseguir una mayor eficiencia, y por ende, una mayor sostenibilidad.

Esto convierte al regadío en un pilar fundamental representando un 3,1 % del PIB y empleando a un 4 % de la población ocupada. Además, multiplica su efecto a través de la cadena agroalimentaria, la cual es un pilar básico de la economía de nuestro país, tanto en términos de producción, como de empleo. 

Los rendimientos que se obtienen en esta superficie son de vital importancia para la agricultura española. Según los datos del Anuario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de 2020, en 2019 se produjeron un total de 99,5 millones de toneladas de productos agrícolas (41,7 millones de toneladas de secano y 57,8 millones de regadío).

Los alimentos obtenidos en las de regadío alcanzaron un valor de mercado de 22.631 millones de euros frente a los 7.311 millones de euros en secano

El potencial productivo que supone nuestra superficie regada tiene como contrapartida la demanda de un volumen importante de agua en un país donde actualmente esta escasea. Sin embargo, quizás sea uno de los sectores que más rentabilidad le obtiene.

Por ello, una de las principales metas en materia de agua es la digitalización y mejora en los sistemas de almacenamiento, distribución y aplicación que pueden suponer ahorros significativos en las cantidades de agua consumidas. Hay que apoyar y dar visibilidad a todos las startups y emprendedores del agua. Solo así podremos reducir el estrés hídrico al que nos enfrentamos y garantizar el consumo futuro de este bien tan preciado.