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Innovación en vitivinicultura como solución a la nueva realidad climática

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El impacto ambiental ya se hace patente en una producción de vino española y sus actores principales ya se han puesto manos a la obra para impulsar la transformación de este sector en el medio plazo

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01 March 2024

El sector vitivinícola está estrechamente vinculado al territorio (medio rural), la cultura, la sociedad y la economía de España. Esta práctica agrícola está presente en un 40 % de los municipios nacionales, y representa un 2 % del total de los empleos. Los municipios de pequeño tamaño con especialización vitivinícola fueron los únicos que experimentaron notables crecimientos en su número de habitantes.
El impacto climático está exigiendo que los vitivinicultores actúen frente a la disminución del rendimiento derivado de los fenómenos climáticos indeseados y la aparición de enfermedades, así como que propongan estrategias para prevenir el adelanto en las vendimias.
En el sector vitivinícola, la ciencia y la tecnología siempre han impulsado los avances constantes para mantener la calidad y la adaptabilidad de los cultivos. De este modo la innovación es el eje central del sector.
Los desafíos del cambio climático y la demanda por la trazabilidad están impulsando iniciativas para mantener la relevancia y la resiliencia del sector, basadas en el uso de la Inteligencia Artificial, IoT (Internet de las Cosas), blockchain y otras tecnologías para proteger las vides que se muestran como solución a estos desafíos.

La elaboración del vino es una de las actividades humanas más antiguas, y su importancia cultural supera los términos del mercado. El sector tuvo que ser renovado varias veces a lo largo de la historia, un ejemplo clave fue la epidemia de filoxera a finales del siglo XIX, que se esparció por los viñedos de Europa.

De acuerdo con la OIV (Organización Internacional de la Viña y el Vino), se anticipa una disminución en el volumen de producción en toda la Unión Europea.

Tanto Italia como España experimentaron una notable caída de su producción en 2023 con respecto al año anterior, principalmente debido a las heladas tardías en primavera y a la sequía.

Por otro lado, Francia se ha posicionado como el principal productor mundial de vino en 2023, alcanzando aproximadamente 45,8 millones de hectolitros de producción.

La relevancia socioeconómica de la industria vinícola se manifiesta también en el ámbito del empleo.

Según un estudio de Afi, se estima que el sector vitivinícola, considerando los trabajos directos, indirectos e inducidos, contribuye a la generación y mantenimiento de más de 363.980 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en España. Esta cifra representa aproximadamente el 2 % del empleo total a escala nacional.

Adicionalmente, es una de las actividades clave para evitar los efectos de la España vaciada. Según el estudio anterior, durante el período comprendido entre 2002 y 2023, los municipios españoles con menos de 2.000 habitantes sufrieron una disminución en su población de aproximadamente el 10 %.

Los municipios de tamaño reducido, pero con una especialización en viticultura, experimentaron un aumento en su número de habitantes de 2002 a 2023

En concreto, los municipios con menos de 2.000 habitantes con viñedo como cultivo principal tuvieron un aumento poblacional del 11,4 %. Por otro lado, los municipios que comparten el viñedo con otros cultivos perdieron un 10,2 % de sus habitantes.

Impacto ambiental

Los problemas medioambientales globales suponen un gran desafío para los vitivinicultores. Se espera que el aumento de las temperaturas y los fenómenos agroclimáticos extremos causen daños a las cosechas futuras.

Es probable que las plagas y las enfermedades se intensifiquen en los próximos años. Además, se espera que la ubicación adecuada para la vid también cambie a mayor altitud y latitud.

Concretamente, en 2023, la producción nacional de vino disminuyó un 14 % con relación al año anterior, debido a los impactos de las heladas y de la sequía. Dentro de 20 años estos impactos pueden ser todavía más severos.

Se proyecta que el clima será el responsable del exterminio de algunas de las más prestigiosas regiones vinícolas del mundo. El cambio climático tendrá un impacto significativo en España, siendo una de las regiones europeas más afectadas por este fenómeno.

Los especialistas indican que el aumento generalizado de las temperaturas podría llevar a muchos vitivinicultores a considerar la opción de trasladar sus viñedos a áreas más al norte, con latitudes más altas, o a optar por variedades de uva más resistentes a temperaturas intensas.

El aumento generalizado de las temperaturas podría llevar a muchos vitivinicultores a considerar la opción de trasladar sus viñedos más al norte

En respuesta al cambio climático, la bodega catalana Familia Torres ha decido plantar viñedos a altitudes de 900 a 1.200 metros en los Pirineos. Esta iniciativa hace veinticinco años hubiera sido imposible.

En definitiva, el cambio climático provocará una enorme reestructuración en la distribución geográfica de la producción de vino. Esto podría implicar los cultivos de más variedades de uvas desde áreas al norte de Europa y el noroeste de Estados Unidos, hasta las colinas del centro de China.

En esta línea, los actores del sector vitivinícola tienen que, por un lado, mitigar el impacto negativo de sus actividades sobre el medioambiente, y por el otro, adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes.

A su vez, las medidas de mitigación se basan en reducir la huella de carbono y de agua, aumentar la eficiencia energética, utilizar fuentes de energía renovables, disminuir el uso de fertilizantes, optimizar el aprovechamiento de los residuos de los procesos y nuevas alternativas de embalaje. Ya las medidas de adaptación son el uso de cobertura, riego, cambios en la geografía del vino, y la introducción de nuevas cepas y herramientas tecnológicas.

Los vitivinicultores tienen que promover ambas iniciativas para mejorar la sostenibilidad de las vides a largo plazo y garantizar buenos rendimientos para los próximos años. En este sentido, la innovación y las herramientas tecnológicas son el eje central para promover estrategias más exitosas que van a garantizar la resiliencia del sector.

Innovación

La innovación es indispensable para sobrevivir, mejorar, crecer y asegurar continuamente la capacidad de generar ganancias y mantener los niveles de calidad en un mercado muchas veces turbulento. Sin embargo, las empresas pueden alterar el mercado competitivo a través de nuevos productos y procesos.

La innovación se puede dar de muchas formas, y el sector siempre estuvo impulsado por la ciencia, la tecnología y la innovación. Actualmente, la innovación sigue dando pasos importantes para mantener la adaptabilidad de estos cultivos.

Sin duda, los desafíos derivados del cambio climático, así como la creciente demanda por parte de los consumidores para mejorar la trazabilidad y la responsabilidad en las cadenas de suministro, están impulsando iniciativas para que el sector siga siendo uno de los sectores clave de la agricultura nacional.

Según la Federación Española del Vino (FEV), se estima que el sector español invierte de media entre 170 y 180 millones de euros al año en proyectos de I+D+i.

Una de las iniciativas fomentadas por la FEV es el Hub de Digitalización y Vino, que recientemente inició su cuarto año de actividades para impulsar la transformación digital en el sector vitivinícola. Se establecerán dos nuevos grupos de trabajo centrados en la digitalización aplicada a la viticultura y el proceso de producción, liderados por bodegas y empresas tecnológicas.

Estos nuevos grupos se sumarán a los ya existentes, que se ocupan de temas como la ciberseguridad y la comercialización del vino. La colaboración entre los miembros de estos grupos permite diseñar soluciones digitales adaptadas a las necesidades específicas de cada bodega.

Además, como parte de esta iniciativa, se ofrecerá un programa de webinars a lo largo del año para capacitar a los profesionales del sector en diferentes aspectos de la digitalización, como marketing, inteligencia artificial, ciberseguridad, rentabilidad de los viñedos y el proceso de producción. El año pasado, más de 500 personas participaron en 19 sesiones sobre estos temas.

La última ola de cambios promovidos por la tecnología se centra en el uso de la Inteligencia Artificial (IA), el Internet de las cosas (IoT) y el blockchain, además de otras tecnologías para la protección de la vid, que se detallarán a continuación.

Inteligencia artificial

Actualmente, la IA es un tema de debate presente en muchos sectores, y sus avances están potenciando amplios beneficios. El sector vitivinícola no está fuera, y su aplicación puede traer ventajas competitivas a los vitivinicultores.

Los datos ecoclimáticos recopilados en diferentes regiones y periodos están siendo analizados y procesados utilizando cada vez con más frecuencia inteligencia artificial y tecnologías de big data.

Estos análisis permiten desarrollar algoritmos diseñados para la mitigación del riesgo de enfermedades endémicas, estrategias de podas y uso optimizado de fertilizantes, además de mejores prácticas del uso del agua.

Estos datos son la base para la creación de modelos predictivos, que cada día están más afinados y pueden servir para una toma de decisión más acertada a los agricultores.

En este sentido, el objetivo de estos modelos es reducir el uso innecesario de aplicaciones fitosanitarias y recomendar su aplicación en momentos críticos de riesgo, que a menudo no se detectan en el manejo convencional del viñedo, y pueden cada vez abarcar más casuísticas, según la tecnología se desarrolle.

Iot

Los avances en IoT se basan en sensores en línea que promueven la gestión inteligente de los viñedos. Dichos sensores miden y controlan, por ejemplo:

El estrés hídrico.
La temperatura, humedad y oscilación térmica.
La maduración de la uva.
Detectan enfermedades.
Supervisan la fermentación y la crianza.

Estos sensores innovadores supervisarán de manera continua procesos, ofreciendo información detallada sobre aspectos ambientales, físicoquímicos, microbiológicos y organolépticos en tiempo real.

Al disponer de sensores inteligentes, los vitivinicultores pueden enfrentar situaciones indeseadas, detectando anomalías en tiempo real, lo que resulta en acciones a medida frente a estos eventos, que promueven la seguridad de la cosecha y del proceso de elaboración del vino.

Blockchain

El blockchain, aplicado a la vitivinicultura, añade información cifrada para mejorar la trazabilidad del vino y facilitar el uso de contratos inteligentes. Esta tecnología es especialmente beneficiosa en la distribución de vinos, permitiendo a los distribuidores y consumidores rastrear el historial del vino.

En esta línea, la tecnología blockchain puede ser aplicada en las etiquetas, potenciando la sofisticación y la información disponible para el consumidor, que podrá consultar información clave desde la producción e ingredientes utilizados hasta las propriedades nutricionales, lo que resulta por un lado en la satisfacción de los clientes, y por el otro en la optimización del cumplimiento legal.

Adicionalmente, esta tecnología contribuye a la reducción de fraudes y previene posible falsificación de vinos, así como abarca toda la cadena de valor.

A continuación, se detallará algunos casos de éxito en los que la innovación busca brindar a los vitivinicultores con herramientas para enfrentar los desafíos del futuro del sector.

Casos de éxito

VINIoT

VINIoT propone un innovador servicio tecnológico para la monitorización de viñedos, que combina imágenes multiespectrales y sensorización del terreno mediante una red de sensores IoT.

El objetivo primordial es ofrecer información precisa sobre el estado de los viñedos, con el fin de mejorar la toma de decisiones tanto para los viticultores como para las bodegas.

Este enfoque de viticultura de precisión aspira a ser una solución asequible y de fácil acceso para el sector vitivinícola, especialmente dirigida a las pequeñas bodegas.

Dichos sensores de bajo cote permiten obtener información sobre el grado de maduración de la uva, conociendo su contenido en azúcares, las primeras señales de enfermedades o el estrés hídrico.

Adicionalmente, el proyecto ha creado un Hub para promover la conexión, formación y el soporte a los vitivinicultores.

LifeIsLight

El proyecto LifeIsLight, financiado por la Comisión Europea, busca demostrar la eficacia de la estimulación de las plantas por luz ultravioleta (UV-C) para combatir enfermedades fúngicas en el viñedo y reducir el uso de fitosanitarios. Concretamente, el objetivo del proyecto es disminuir hasta un 50 % del uso de fitosanitarios

Las bodegas Familia Torres y Jean Leon, así como la empresa UVBoosting y las universidades de Tolosa y Burdeos participan del proyecto

Los ensayos realizados muestran que la luz ultravioleta UV-C FOCUS puede estimular las defensas naturales de las plantas, haciéndolas más resistentes a enfermedades y condiciones adversas como la sequía.

Aunque los resultados aún no son concluyentes, se observa un rendimiento superior en viñedos jóvenes tratados con luz ultravioleta. Se planean más ensayos en 2024 para estudiar los efectos en insectos y microorganismos de la uva.

VitIA 5.0

El proyecto VitIA 5.0, liderado por el Clúster Alimentario de Galicia (Clusaga), busca revolucionar la vitivinicultura mediante la aplicación de tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) y el Internet de las Cosas (IoT).

El proyecto está financiado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, y cuenta con la colaboración de bodegas destacadas de la Denominación de Origen Rías Baixas, seis empresas tecnológicas especializadas y un centro tecnológico Fundació Parc Tecnològic del Vi.

El proyecto arrancó en 2023, y tiene el objetivo de desarrollar una herramienta avanzada para monitorizar los procesos productivos del vino, utilizando sensores IoT y IA para predecir la calidad del producto final. Adicionalmente, busca potenciar la ciberseguridad, respaldada por Blockchain, que garantizará la protección de la información y la trazabilidad del proceso de producción.