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Innovar con propósito: un nuevo modelo para transformar conocimiento en valor real

02 December 2025
Las Palmerillas 4.0
Emprendimiento
Del modelo I+D+i tradicional a la innovación i+d+I centrada en impacto: cómo transformar el conocimiento científico en soluciones reales que generen valor en el mercado agroalimentario
Demostración de tecnología en un invernadero

02 December 2025

La innovación como proceso continuo de transformación

Si algo he aprendido es que innovar no es llegar a un destino, sino la forma en que avanzamos cada día. La verdadera transformación ocurre cuando dejamos de centrarnos solo en hacer proyectos y empezamos a crear soluciones que aporten valor real al mercado.

Durante buena parte de mi vida profesional he tenido la oportunidad de vivir la innovación desde dentro, siempre en el Ecosistema de Innovación de Cajamar, pero desde ángulos muy distintos: investigación aplicada, transferencia de conocimiento y tecnología y, actualmente, acompañando a startups desde la aceleradora de alta tecnología Cajamar Innova, un espacio donde la innovación deja de ser promesa y se convierte en impacto real.

Mirando atrás, esta evolución se resume en una transformación conceptual tan simple como profunda: pasar de la I+D+i tradicional a una i+d+I centrada en el impacto. No se trata de alterar letras sin más, sino de replantear prioridades, procesos y la manera en la que entendemos el valor de la innovación.

Jornada Agrotest Almería

La investigación aplicada: el punto de partida de la innovación

España es un referente en investigación agroalimentaria, apoyado en universidades, centros de investigación y centros tecnológicos de gran prestigio, como muestra el Mapeo del Ecosistema Agrotech 2024, elaborado por Cajamar junto a ICEX-Invest in Spain.

A diferencia de la investigación básica —orientada a generar conocimiento sin aplicación inmediata—, la investigación aplicada parte de una necesidad concreta y busca soluciones útiles, eficaces y transferibles a empresas o sectores productivos.

Fue una etapa apasionante, que me permitió descubrir tanto el poder del conocimiento como sus limitaciones cuando no se orienta adecuadamente. Con los años entendí que investigar no es suficiente para innovar. La investigación aporta respuestas; la innovación las convierte en soluciones reales. Y ese salto no se produce de forma automática.

Con los años entendí que investigar no es suficiente para innovar. La investigación aporta respuestas; la innovación las convierte en soluciones reales

Tres aprendizajes clave de la investigación aplicada

De esa etapa me llevo tres aprendizajes fundamentales:

  1. La excelencia técnico-científica no basta. Muchas investigaciones con gran potencial no llegan a convertirse en productos o servicios reales. Para que una idea funcione en el mercado, hay que conectar desde el principio con necesidades concretas.
  2. El tiempo es crítico. La investigación avanza lentamente; el mercado no. Encontrar el ritmo adecuado es un desafío constante.
  3. La colaboración es el verdadero acelerador de la innovación. Cuando investigadores, empresas y tecnólogos trabajan juntos desde el inicio —lo que hoy llamamos cocreación— los resultados multiplican su valor.

En definitiva, la investigación aplicada es necesaria, pero solo es el comienzo. La innovación empieza cuando nos preguntamos: ¿para qué sirve esto? ¿Cómo lo llevamos al mundo real? 

Y la mejor forma de lograrlo es involucrar en los proyectos a quienes finalmente desarrollarán y comercializarán las soluciones.

La transferencia de conocimiento: el puente entre ciencia y mercado

Mi etapa en la transferencia de conocimiento y tecnología me permitió comprender que gran parte del conocimiento generado no llega al usuario final. Y que cerrar esa brecha requiere un esfuerzo deliberado.

La transferencia actúa como puente entre quienes generan conocimiento —universidades, centros tecnológicos, investigadores— y quienes lo aplican —agricultores, técnicos o empresas—. 

Pero no basta con entregar resultados: hay que hablar el idioma del usuario, diseñar formatos adecuados (jornadas, talleres, visitas, demostraciones) y traducir el lenguaje técnico a mensajes claros y aplicables.

Sin embargo, también entendí que transferir más no siempre implica innovar mejor. La transferencia, por sí sola, no garantiza que una tecnología se adopte ni que se convierta en un modelo de negocio viable. Para que haya innovación real, hacen falta otros elementos: validar en el mercado, desarrollar productos escalables, atraer inversión y, sobre todo, equipos capaces de ejecutar.

Sin ese proceso de adaptación y prueba, la transferencia se queda en conocimiento entregado… pero sin impacto.

La aceleración de startups: el camino más rápido hacia la innovación

Hoy, desde Cajamar Innova, vivo la innovación desde un rol distinto: el acompañamiento a startups. Esta experiencia me ha demostrado que, en muchos casos, la forma más eficiente de innovar es impulsar a quienes ya están convirtiendo ideas en soluciones reales.

Las startups trabajan con una combinación difícil de encontrar en estructuras tradicionales: agilidad, uso de las nuevas tecnologías, orientación al cliente y enfoque en impacto. Esto las convierte en un motor de innovación práctica, medible y enfocada en resultados.

El papel de las infraestructuras de innovación

La innovación requiere ciclos rápidos de prototipado, experimentación y aprendizaje. Cada iteración acerca la tecnología a su aplicación real. Y para ello es indispensable contar con las infraestructuras adecuadas, como incubadoras, aceleradoras, centros tecnológicos, laboratorios de prototipado, plantas piloto y entornos de experimentación.

Las incubadoras y aceleradoras de empresas brindan un apoyo integral para impulsar el desarrollo y la innovación de nuevos proyectos. Desde Cajamar Innova ofrecemos un acompañamiento personalizado a 95 startups, proporcionando asesoramiento especializado, formación, acceso a redes de contactos e infraestructuras, personal y recursos tecnológicos para desarrollar y validar las soluciones tecnológicas en nuestros centros experimentales.

Cinco aprendizajes de la aceleración de startups

De esta etapa he aprendido que:

  1. Innovar empieza por el problema, no por la solución
  2. La mejor innovación ocurre en el mercado, probando desde el primer día
  3. La tecnología solo crea valor si existe un modelo de negocio viable
  4. La innovación necesita velocidad, pero también método y acompañamiento
  5. El equipo humano es tan importante como la propia solución

Ha sido en este entorno donde he comprendido con más claridad el cambio conceptual que inspira este artículo: durante años hablamos de I+D+i (Investigación, Desarrollo e innovación), pero la experiencia demuestra que, para generar impacto, el orden debería ser el contrario: i+d+I.

No se trata de restar importancia a la investigación, sino de integrarla en un proceso donde el usuario y el mercado tienen un papel protagonista desde el inicio.

Innovación con propósito: el modelo del futuro

Después de recorrer durante años todos los eslabones de la cadena del conocimiento, mi conclusión es sencilla pero esencial: la innovación debe tener propósito, y solo tiene sentido si genera un impacto real.
 

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