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¿Hacia dónde va la sostenibilidad en ganadería en la Unión Europea?

Economía Circular y Bioeconomía
Producción Animal
El autor responde a una pregunta que, con frecuencia, se hace cualquier persona en la cadena de valor ganadera. Yo, en mi granja o en mi industria, ¿cómo puedo ser más sostenible? ¿Cómo puedo demostrarlo? ¿Estoy haciendo lo que espera de mí?
Vacas pastan en Galicia

  • Manuel Lainez Andrés ha sido nombrado director de Innovación y Desarrollo Agroalimentario y director de la Fundación Grupo Cajamar
    Manuel Lainez Andrés
    Director de Innovación y Desarrollo Agroalimentario y Director de la Fundación Grupo Cajamar

14 December 2022

Todas las actividades humanas, también las económicas, consumen recursos y generan impactos en el entorno. La producción de alimentos, cualquiera que sea su origen, también los consume y los genera. 

En la Cumbre de Desarrollo Sostenible de Río, en 1992, se sentaron las bases del concepto de desarrollo sostenible, que se asocia a idea de la utilización actual de los recursos naturales garantizando la disponibilidad y el acceso a los mismos por parte de las generaciones futuras. 

Después se han ido consolidando objetivos más amplios para la sostenibilidad de los sistemas agrarios, centrados en satisfacer las necesidades nutricionales de la población mundial, la calidad del medioambiente y los recursos naturales, la calidad de vida de los agricultores, los trabajadores agrarios y sociedad en general, así como la viabilidad de los productores agrarios

A lo largo de este tiempo, el concepto de sostenibilidad, especialmente la ambiental, se viene concretando y consolidado. En este artículo vamos a describir la evolución del concepto en la ganadería en España, considerando la evolución de la normativa, veremos hacia donde nos lleva el Green Deal de la UE, así como las razones y la estrategia para avanzar en sostenibilidad y acabar con la forma en la que la UE quiere medir la sostenibilidad en un futuro cercano. 

La evolución del concepto de la sostenibilidad en España

En España, la legislación aplicada a la producción animal ha venido concretando las exigencias ambientales para la ganadería. Para entender las medidas que se aplican por la administración española es conveniente conocer las razones que hay detrás. Desde hace más de veinte años, hay tres elementos importantes a los que se presta atención: la contaminación de las aguas, los gases de efecto invernadero y el amoniaco.

Emisiones de GEI (en kt de CO2 equivalente) por actividad IPCC

España presenta anualmente las emisiones de gases de efecto invernadero y de amoniaco al IPCC y la Comisión Europea (Fuente: Sistema Español de Inventario de Emisiones, MITERD, 2022)

 

Emisiones de NH3, en kilotoneladas, por sector agregado (con Canarias)

España presenta anualmente las emisiones de gases de efecto invernadero y de amoniaco al IPCC y la Comisión Europea (Fuente: Sistema Español de Inventario de Emisiones, MITERD, 2022)2

Figura 1. España presenta anualmente las emisiones de gases de efecto invernadero y de amoniaco al IPCC y la Comisión Europea (Fuente: Sistema Español de Inventario de Emisiones, MITERD, 2022).

 

Teniendo en cuenta este hecho, y considerando las exigencias impuestas por la UE, en cuyo proceso de decisión intervienen los parlamentarios europeos y los gobiernos de los estados miembros, se ha ido desarrollando un cuerpo normativo

A continuación establecemos las diferentes fases para explicar la evolución del marco legislativo aplicado a la ganadería, y particularmente a la producción intensiva:

  • Primera fase: los purines y las deyecciones ganaderas. La aparición del RD sobre protección de las aguas contra la contaminación producida por los nitratos procedentes de fuentes agrarias, en 1996, que supuso el inicio de las exigencias de la adopción de medidas para prevenir la contaminación de aguas superficiales y acuíferos. En esta fase también encontramos las normas básicas de ordenación sectorial de porcino publicadas en el año 2000 o las de la avicultura de carne en 2005. La protección de las aguas contra la contaminación difusa producida por los nitratos se ha actualizado en 2022.
  • Segunda fase: la autorización ambiental integrada. La publicación de la Directiva de emisiones Industriales en 2010, complementada por la Ley de prevención y control integrados de la contaminación en 2016, supusieron la obligación de solicitar la autorización ambiental integrada y la presentación de declaraciones anuales de emisiones para las granjas de porcino y aves de mayor tamaño. Se empezó a hablar por primera vez de las mejores técnicas disponibles (MTD).
  • Tercera fase: la reducción de las emisiones a la atmósfera. La publicación del RD sobre medidas para la reducción de las emisiones nacionales de determinados contaminantes atmosféricos, en 2018, y del Programa nacional de control de la contaminación atmosférica, con la exigencia de disponer de un código de buenas prácticas agrarias para el control de emisiones de amoníaco fue un hito importante, que quizá pasó desapercibido. 
  • Cuarta fase: gases de efecto invernadero y economía circular. La publicación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 preveía un conjunto de medidas para reducir las emisiones de amoníaco, metano y óxido nitroso. Esta medida se completó con la estrategia española de economía circular, que han planteado como objetivos la reducción del consumo de agua, los residuos o el desperdicio alimentario.
  • Quinta fase: actualización de la ordenación de explotaciones ganaderas. En 2020 se publicó el RD que establece normas básicas de ordenación de las granjas porcinas intensivas. En 2021, las normas básicas de ordenación de las granjas avícolas. En este mismo periodo se está tramitando la propuesta de RD de explotaciones de vacuno. En todos los casos se establecen las medidas para que las granjas de estas especies, progresivamente, vayan incorporando medidas, sobre todo para reducir las emisiones de amoniaco, pero también de gases de efecto invernadero. En noviembre de 2022 se ha aprobado el registro de MTD y la obligación de que las explotaciones hagan sus declaraciones en el ECOGAN.
  • Sexta fase: el Green Deal. Tras la publicación de esta propuesta de la Comisión, que fue respaldada tanto por el Parlamento Europeo como por los Gobiernos de los Estados Miembros, se han ido proponiendo, y en algunos casos aprobando, la estrategia de la granja a la mesa, la de biodiversidad, la estrategia cero contaminación, la propuesta de reglamento de deforestación, y reforzando la estrategia de economía circular. La normativa que derivará de todas estas decisiones políticas está en fase de adopción en la actualidad y se aplicará en los próximos años. 

Por qué trabajar en sostenibilidad en ganadería

La evolución de la legislación nos lleva a adoptar tecnologías y manejos para garantizar su cumplimiento. No obstante, en estos años el entorno de la producción animal ha cambiado mucho, como comentaremos a continuación: 

  • La sociedad española evoluciona hacia una mayor conciencia ambiental. De acuerdo con un estudio de la Fundación BBVA, publicada en 2022, el interés por la sostenibilidad en España ha pasado de 6,4 sobre 10 en 2005 a 8,8 en 2021. Resulta llamativo que, según esa encuesta, en el primer año de ese mismo periodo solo un 25 % de los consultados decían hablar bastantes o muchas veces de este tema en el trabajo; sin embargo, al final del periodo ese porcentaje se había elevado al 51 %. Esta percepción la recogen los medios de comunicación, donde secciones especialmente dedicadas a este asunto, y en los que, con relativa frecuencia, se hace mención a las producciones ganaderas, como un actividad contaminante. 
  • Los consumidores también están concienciados, aunque solo unos pocos están dispuestos a pagar por productos que incorporan valores añadidos ambientales. En artículos previos en esta plataforma hemos mostrado los resultados del Eurobarómetro 2020. La encuesta de Hábitos de consumo 2021, realizado en España por las Asociaciones de consumidores (MPAC), lo refleja. Al 13 % de las 3.500 familias consultadas le interesa saber si el fabricante de los alimentos es respetuoso con el medioambiente y al 23 % le gusta saber cómo se ha producido. No obstante, como señalamos en la Figura 2, aunque al 88 % les preocupa la sostenibilidad, solo un 40 % dice que estaría dispuesto a pagar un precio más alto por productos alimentarios sostenibles. 
  • La distribución también muestra interés por la sostenibilidad, como consecuencia de la tendencia de la sociedad, de los medios y, especialmente, de los propios consumidores. 

Figura 2. La encuesta de Hábitos de Consumo elaborada por MPAC sobre la opinión de 3.500 familias muestra que los consumidores españoles valoran la sostenibilidad. 

 

En el apartado anterior hablábamos del impulso que desde la UE se ha dado a las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad a partir del Green Deal. Esta gran apuesta política, adoptada antes de la pandemia COVID y de la Guerra de Ucrania, que se mantiene en la agenda de las instituciones europeas, está suponiendo importantes cambios: 

  • La estrategia de la granja a la mesa, en la producción primaria, pretende desarrollar un nuevo modelo de negocio para la agricultura como sumidero de CO2, promoviendo la bioeconomía circular como actividad e insistiendo en el uso de biofertilizantes o de energía renovable (biogás). También se impulsa la reducción de fitosanitarios, el control integrado de plagas y la reducción de pérdida de N y P en fertilización. En ganadería se propone la reducción de GEI en ganadería, con la vista puesta en la reducción de las importaciones de soja y la búsqueda de otras fuentes de proteína, como insectos y algas. También se plantea impulsar la producción ecológica, para llegar a un 25 % de la superficie cultivada en 2030. Una primera medida ha sido la incorporación de los eco esquemas y Planes estratégicos en la aplicación de la PAC.  
  • Esta estrategia aborda de forma conjunta toda la cadena alimentaria, para promover compromisos de empresas y organizaciones en salud y sostenibilidad. También pretende la implantación de modelos circulares de producción de alimentos o la adopción de normas de comercialización en las que se incorpore la sostenibilidad en las etiquetas. En este momento, se está trabajando en un etiquetado de sistemas alimentarios sostenibles que persigue este objetivo. 
  • El plan de economía circular de la UE se ha reforzada, impulsando la transformación de purines en biofertilizantes y la extracción de sus ingredientes, la generación de energías renovables y la aplicación de los digeridos estabilizados como ingredientes de fertilizantes. En esa misma línea se está implementando una estrategia en materia de plásticos. 
  • El Plan de Acción Contaminación Cero, que consiste en reducir la contaminación del aire, el agua y el suelo a niveles que ya no se consideren perjudiciales para la salud y los ecosistemas naturales, que respeten los límites soportables para nuestro planeta y que creen así un medio ambiente libre de sustancias tóxicas. La consecuencia directa e inmediata es la propuesta de modificación de la directiva de emisiones industriales, que reduce los umbrales para las explotaciones de porcino y aves que deben hacer declaraciones anuales, o la inclusión del vacuno. 

Es evidente que nos estamos enfrentando a la presión de la legislación, de la distribución, los consumidores, la sociedad y los medios de comunicación. Son todos los motivos por los que la actividad ganadera debe trabajar en sostenibilidad.

Donde trabajar en sostenibilidad en ganadería

En este momento, el sector ganadero está trabajando en sostenibilidad con la aplicación de una amplia normativa. Pero, como hemos visto, la normativa europea que previsiblemente se aprobará, o las exigencias de la distribución, obligan a considerar la visión de cadena de valor. Será necesario considerar los aspectos ambientales de todo el proceso de producción, desde las materias primas hasta las plantas de transformación. Tal y como reflejamos en la Figura 3, es necesario pensar en el cumplimiento de la normativa y en la satisfacción de los clientes. 

 

Sostenibilidad ganadera

 

El cumplimiento de la normativa requiere abordar la sostenibilidad en las explotaciones ganaderas. En general, las normas a aplicar serán las específicas que se aprueben para cada sector ganadero. Se ha adoptado ya la ordenación de las explotaciones porcinas y la de las explotaciones avícolas, estando en fase de tramitación la de las explotaciones bovinas. De forma paralela, es obligatorio disponer de la autorización ambiental integrada actualizada

En materia de utilización de estiércoles y purines, ya es obligado el cumplimiento de códigos de buenas prácticas y no superar los límites de nitrógeno por Ha, tanto en zonas vulnerables como en las que no lo son. 

En breve los agricultores deberán registrar, igualmente, todos los fertilizantes que utilizan en sus explotaciones, incluyendo tanto los fertilizantes de origen inorgánico como los orgánicos. 

Recientemente se ha aprobado el RD que regula el ECOGAN. Hoy solo afecta al porcino, pero en adelante se irán incorporando la avicultura y el vacuno. En él se van a contemplar las Mejores Técnicas Disponibles para que las granjas puedan avanzar en la sostenibilidad y reducir sus impactos, con especial atención al amoniaco y a los gases de efecto invernadero. Además, los productores tienen la obligación de registrar la información sobre sus instalaciones, sobre el uso y tipo de piensos que emplean en sus granjas, así como el manejo de purines y estiércoles

A primera vista podría pensarse que es una exigencia que requiere de un esfuerzo baldío para el ganadero. Sin embargo, el objetivo que pretende el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación es demostrar que se está produciendo una reducción de amoniaco y de gases de efecto invernadero muy superior al que se refleja en el sistema español de emisiones. Por otra parte, como señala el propio RD se establecerán sistemas para coordinar estas declaraciones con las del PRTR, asociadas a la normativa de prevención integrada de la contaminación: en definitiva, se hará una sola declaración. 

Para poder presentar al cliente final y al consumidor los resultados ambientales de todo el proceso de producción de una alimento tenemos que mostrarle datos que procedentes de todos los eslabones. Hasta ahora lo estamos haciendo mostrándole los resultados de las emisiones de gases de efecto invernadero o del consumo de agua. 

Les ofrecemos los datos de la huella de carbono o de la huella hídrica. Sin embargo, la Unión europea quiere ir más allá y llegar a un etiquetado ambiental de un producto que refleje lo que denomina huella ambiental de producto

En el mes de diciembre de 2021, mediante la Recomendación 2279, de 15 de diciembre, la Comisión Europea estableció una metodología de la huella ambiental para medir y comunicar el comportamiento ambiental de los productos y de las organizaciones a lo largo de su ciclo de vida. En este documento establecía muchas categorías ambientales a tener en cuenta: el cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono, la toxicidad humana, las partículas, las radiaciones ionizantes, la acidificación, la eutrofización terrestre, del agua dulce y marina, el uso de la tierra, el de agua, de los recursos, minerales y metales y de los recursos fósiles. 

La evaluación de la sostenibilidad en la cadena de valor

La metodología que se recoge en la mencionada decisión de la UE para el cálculo de la huella ambiental de un producto es semejante a la establecida en el análisis del ciclo de vida. De acuerdo con la normativa ISO 14040, el Análisis de Ciclo de Vida es una técnica para determinar los aspectos ambientales e impactos potenciales asociados a un producto: compilando un inventario de las entradas y salidas relevantes del sistema, evaluando los impactos ambientales potenciales asociados a esas entradas y salidas, e interpretando los resultados de las fases de inventario e impacto en relación con los objetivos del estudio

Si lo extrapolamos a la cadena de valor de la producción ganadera, tendremos que considerar todo lo que ocurre en cada uno de los eslabones del proceso productivo. Lo mostramos en la Figura 4 y resumimos a continuación. 

  • La obtención de materias primas para la alimentación, ya sean pastos, forrajes o piensos, requiere el empleo de un amplio abanico de insumos, desde las semillas y el agua hasta los fertilizantes, energía y carburantes necesarios para las labores agrícolas, o los fitosanitarios en su caso. También serán tenidas en cuentas las emisiones a la atmósfera de distintos gases, con especial atención al amoniaco, el óxido nitroso y otros gases de efecto invernadero, además de las pérdidas de nitrógeno y de fósforo hacia las aguas superficiales o los acuíferos. En el caso de materias primas importadas también se hace referencia tanto a su producción como al transporte necesario. 
  • La elaboración de mezclas de materias primas, con consumos de energía, para la obtención de piensos se incluye en los insumos, en las emisiones y otros impactos. 
  • El propio proceso de producción ganadera requiere alimentos, agua, energía, combustibles, productos zoosanitarios, etc., generando estiércoles, animales muertos y otros residuos sólidos urbanos, además de emitir los gases que ya han sido considerados. Todos ellos derivan tanto de la fermentación entérica como de la gestión, almacenamiento y aplicación de los estiércoles o los purines. 
  • La obtención y procesado de la carne en mataderos y salas de despiece, o en industrias lácteas, centros de clasificación de huevos y ovoproductos, u otros alimentos, también comporta el consumo de electricidad, gas natural y propano, combustibles diversos como diésel, gasolina y fuel, agua, etc., originando lodos de depuradora, residuos de origen animal, denominados SANDACH, y otros residuos sólidos urbanos. 
  • Los transportes de materias primas, desde su lugar de producción a las granjas, o a las fábricas de pienso en su caso, así como el de los animales entre granjas o desde estas a los mataderos también se consideran. 
Figura 4. La evaluación de la sostenibilidad en la cadena de valor requiere considerar lo que ocurre en cada uno de los eslabones.

Figura 4. La evaluación de la sostenibilidad en la cadena de valor requiere considerar lo que ocurre en cada uno de los eslabones. 

Conclusión

La actividad de producción ganadera está avanzando hacia sistemas de producción más sostenibles a medida que lo demandan los consumidores y la sociedad, a la vez que se van incorporado normas que la regulan. Esto supone trabajar a nivel de granjas, aplicando diferentes legislaciones sobre ordenación de explotaciones o de prevención integrada de la explotación, en las explotaciones agrícolas en las que se emplean estiércoles y purines como biofertilizantes, y en el ámbito de toda la cadena de valor, para informar al consumidor de la forma en la que se trabaja en la suma de todos los eslabones del proceso, pensando en que a medio plazo habrá que informar al consumidor final mediante etiquetas.