China ha dado un golpe en la mesa aprovechando que los precios internos del porcino se encuentran en su nivel más bajo de los últimos 3 años, señal de cierta sobreoferta. A partir del 10 de septiembre de 2025, Pekín exigirá depósitos anti-dumping al cerdo europeo que oscilan entre el 15,6 % y el 62,4 %, según la empresa exportadora.
Es una decisión preliminar del Ministerio de Comercio chino detallada en el Anuncio 46/2025 del MOFCOM, que incluye qué productos abarca (carne, vísceras y subproductos) y cómo se calcula la garantía, y que se completa con un anexo donde aparecen las compañías y sus porcentajes (ver lista de empresas y tipos).
Estos aranceles son consecuencia de la investigación china al porcino europeo arrancó en junio de 2024 y se prorrogó hasta finales de 2025, como represalia por los aranceles al coche eléctrico.
España, en el centro del tablero
El impacto se nota especialmente en España, Países Bajos y Dinamarca, los grandes vendedores europeos en China.
El anexo sitúa a muchas empresas españolas en el 20 %, aunque que Litera Meat, perteneciente al grupo Pini, arranca con 15,6 % ,mientras que grupos como Danish Crown o Vion quedan por encima del 30 %. Para las firmas no listadas o no cooperantes, la fianza asciende al 62,4 % (todo ello, consultable en el anexo oficial).
Las exportaciones europeas a China se apoyan desde hace tiempo en gran medida en casquería y subproductos —manitas, orejas, estómagos, tripas—, muy valorados en la gastronomía china pero con menos salida en casa.
Por ejemplo, las exportaciones españolas de carne a China, aunque siguen siendo importantes en valor, suponen apenas el 10 % de las exportaciones de este tipo de productos, mientras que despojos alcanzan casi un 60 % del total.
Las exportaciones de carne de Brasil, poco a poco están desplazando a las de otros orígenes por sus bajos precios valor, pero no ocurre lo mismo en la casquería, donde se valora la calidad de la producción europea y norteamericana.
La foto de la competencia: Brasil, EEUU y Canadá
China aplica un arancel base a la carne de cerdo. Para los cortes congelados —los que dominan el comercio— ese suelo ronda el 12 %; los productos frescos o refrigerados pagan más, alrededor del 20 %.
Los nuevos recargos se sumarían a estos aranceles y pueden afectara a la capacidad de competir en el mercado chino. Una nueva tarifa del 15-20 % puede forzar renegociaciones; uno del 30-60 % puede sacar a un proveedor del mercado.
Porque mientras Europa asume las nuevas fianzas, Brasil juega con ventaja: no tiene recargos especiales y vende a arancel base, por lo que en cortes congelados compite con un 12 % de entrada. Estados Unidos, en cambio, llega muy penalizado.
Tras una escalada de represalias a comienzos de año, Washington y Pekín acordaron el 14 de mayo una rebaja temporal que alivió parte de las tasas, y el 12 de agosto China prorrogó 90 días esa relajación manteniendo +10 puntos adicionales y suspendiendo otros 24, según el propio sector y los documentos oficiales (nota USDA FAS del 14-may, comunicado USDA FAS del 12-ago y análisis de USMEF).
Estos aranceles se han dejado sentir en las importaciones provenientes de EE. UU. en este 2025, no obstante, la caída del dólar en más o menos un 10 % frente al euro en lo que llevamos de año a mitigado en parte el impacto.
Canadá tampoco lo tiene fácil: desde el 20 de marzo de 2025 soporta un +25 % adicional sobre cerdo y productos acuáticos, según el anuncio del Comité Arancelario del Consejo de Estado.
Qué cambia para Europa (y cómo puede reaccionar España)
Para la UE, y especialmente para España, el reto está en recalibrar. Un depósito del 15-20 % no es necesariamente una condena en casquería si se ajustan mezcla de productos, logística y divisa, pero obliga a pelear cada contrato. Las empresas con 30 % o más lo tendrán más cuesta arriba, y quedar fuera del anexo o no cooperar —y caer en el 62,4 %— equivale, en la práctica, a cerrar el mercado.
La competencia se reordenará. Brasil puede ganar cuota en carne, aunque va seguir teniendo dificultades para ganar cuota en vísceras por la demanda de calidad; EEUU solo podrá ocupar hueco si su enfrentamiento arancelario con China no vuelve a escalar; y Canadá parte lastrado por su +25 %.
Del lado chino, si los precios internos se mantienen estables, Pekín tendrá pocos incentivos para suavizar la medida antes del cierre de la investigación. Si, por el contrario, la casquería escasea o se encarece, podrían verse ajustes para evitar que la factura llegue al consumidor.
En todo caso, la decisión es provisional y aún puede moverse. Las empresas tienen un breve periodo para presentar alegaciones y el expediente debe resolverse más adelante. Hasta entonces, el mercado chino seguirá mirando con lupa a quién compra, a qué precio, y con qué regularidad.
Para España, que ha sido el motor europeo en este destino, la prioridad es defender contratos y seguir cuidando la calidad.
Distribución mensual de las importaciones de porcino de China
