Los precios internacionales del trigo y el maíz han experimentado un marcado retroceso en los últimos meses, situándose en sus niveles más bajos desde finales de 2020, antes de que las disrupciones logísticas y otros factores comenzaran a tensionar el mercado mundial. Las cotizaciones FOB —calculadas en euros por tonelada y ajustadas al tipo de cambio— han caído con fuerza en los principales orígenes exportadores, incluidos Estados Unidos, Europa y el Mar Negro. Este descenso obedece a una oferta mundial abundante que, en un contexto de demanda estable, ha reducido la urgencia de compra por parte de los operadores, en un entorno donde se anticipan elevados niveles de existencias. El resultado ha sido una presión sostenida a la baja sobre los precios internacionales.
En el caso del trigo, la presión competitiva del Mar Negro ha sido determinante. El trigo del Mar Negro se mantiene en torno a los 180–185 €/t, obligando a la Unión Europea y a Estados Unidos a rebajar sus precios para no perder presencia en mercados sensibles al coste, como África del Norte o Asia. El trigo blando europeo (Rouen, grado 1) ha retrocedido desde los 244 €/t a finales de mayo hasta los 198 €/t actuales, mientras que el trigo estadounidense HRW ha pasado de más de 250 €/t a apenas 199 €/t. Este ajuste ha reducido notablemente el diferencial habitual entre orígenes, haciendo que los trigos europeo y americano pierdan parte del plus que históricamente aportaba su calidad.
El maíz ha seguido una trayectoria similar, aunque con una caída algo más gradual. El grano estadounidense, que a principios de año se situaba en torno a los 220 €/t, cotiza ahora a 166 €/t. En paralelo, el maíz del Mar Negro ha bajado hasta los 198 €/t, en línea con la mejora de las expectativas de cosecha y la competencia creciente desde Sudamérica, especialmente Brasil.
Comparación de precios de trigo blando en el ámbito internacional