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Mirando hacia el futuro: tendencias y desafíos del sector bovino en 2024

Economía Agroalimentaria
Estadísticas
La mejora del consumo y la bajada del coste de la alimentación redundan positivamente en los márgenes del sector, que sigue mirando la sequía con preocupación
Terneros pastando


05 February 2024

"Consideramos la incertidumbre como el peor de todos los males, hasta que la realidad nos demuestra lo contrario". 

 

Jean-Baptiste Alphonse Karr

Resumen

En el siguiente informe se aborda la situación económica y comercial del sector bovino, destacando las incertidumbres y perspectivas para el año 2024. A pesar de que todo está sujeto a cambios, se vislumbra optimismo para el próximo año. Se espera una aceleración de la actividad económica en la Unión Europea (UE), respaldada por la solidez del mercado laboral y el crecimiento de salarios, aunque persisten incógnitas relacionadas con el bienestar animal y posibles acuerdos con Mercosur.

A nivel global, se espera que siga aumentando la producción de carne bovina en 2024, con diferencias regionales destacadas. La disminución prevista en Argentina y Estados Unidos beneficiaría a Australia y Brasil. En la UE, las mejoras económicas podrían impulsar el consumo interno, pero también un aumento de las importaciones.

En España, el sector bovino se ha enfrentado a desafíos significativos ocasionados por la guerra en Ucrania y la persistente sequía. Sin embargo, el crecimiento de las exportaciones en 2022 y la estabilización del consumo interno en 2023 han mantenido los precios elevados, lo que unido a la contracción del coste de la alimentación ha permitido un aumento en los márgenes de la actividad de cebo. Aunque se observa una disminución del consumo aparente hasta octubre de 2023, se espera una mejora en los últimos meses de 2023 y principios de 2024.

Además de las condiciones climáticas, una de las fuentes principales de incertidumbre, surgen nuevos desafíos a largo plazo. Aunque la proximidad de las elecciones europeas podría retrasar muchas decisiones, en diciembre se aprobó el primer borrador de legislación de bienestar animal, centrado en el transporte de animales. También siguen las dudas sobre el futuro de las negociaciones con Mercosur y el efecto que la legislación de deforestación en Brasil tendrá en el comercio bilateral.

Introducción

Aunque la incertidumbre está aquí para quedarse, algunos datos parece que invitan al optimismo para el año 2024. 

En primer lugar, se espera que la actividad económica en la UE se acelere el próximo año, a medida que el consumo se recupere gracias a la solidez del mercado laboral, el crecimiento de los salarios y la moderación de la inflación.

También el mercado de cereales se mantiene a la baja, sobre todo tras la revisión que hizo el USDA de los datos de maíz en enero.

No obstante, también se abren incógnitas como los efectos del paquete de bienestar animal o los efectos que tendrían un potencial acuerdo con Mercosur.

A finales de 2023 se ha hecho público el primer paquete de reforma de la legislación sobre el bienestar animal y que afectaría al transporte de animales. Esta propuesta propone acortar la duración de los traslados y proporcionar descansos durante los viajes largos. Los tiempos de viaje propuestos para animales afectarían sobre todo a los animales destinados al sacrificio, ya que entre el 9 % y el 16 % superarían los umbrales actualmente.

También propone aumentar el espacio disponible y restringir el transporte a temperaturas extremas.

Estas normas serán aplicables también a la exportación de animales hasta su llegada a destino y, según el informe de impacto de la Comisión, supondrían en conjunto un incremento del coste de medio de producción de 0,014 €/kg a escala europea. La mayor parte de este incremento se atribuye al aumento del espacio en los vehículos.

No obstante, estas medidas podrían tener un importante impacto económico, social y medioambiental en nuestro país. Las exigencias de adaptación no solo aumentarían los coste de producción y transporte, sino también la huella de carbono, lo que podría resultar en el cierre de hasta 900 explotaciones y la pérdida de 1.400 empleos.

Sigue sin haber un calendario para el resto de las cuestiones de bienestar animal con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, aunque la Comisión Europea se compromete a seguir trabajando en las propuestas restantes.

En cuanto a los Acuerdos con Mercosur, es crucial seguir de cerca las negociaciones, teniendo en cuenta las tensiones en Europa con el sector productor y la inestabilidad política y económica en Argentina.

En el caso de Brasil, la entrada en vigor de la legislación de deforestación a finales de 2024 plantea incertidumbres sobre el comercio bilateral. El sector bovino, incluido en los acuerdos, es responsable del 57 % de la deforestación en Brasil, por lo que el impacto de esta medida será crucial.

Brasil, el el líder mundial en la exportación de carne de vacuno y nuestro principal proveedor fuera de la UE. En su esfuerzo por diversificar sus destinos comerciales, está implementando medidas significativas para superar las barreras de acceso en varios países. Entre estas iniciativas se destacan la mitigación de problemas sanitarios, como la fiebre aftosa, con el fin de consolidar su presencia y prestigio a nivel internacional. Estos aspectos sanitarios y medioambientales serán claves en un potencial acuerdo entre ambos bloques.

Finalmente, es crucial destacar que el clima se presenta como una gran incógnita para el año 2024. Las condiciones de sequía persisten en extensas áreas del sur y este peninsular, y a una escala más amplia, los efectos del fenómeno de El Niño se proyectan sentirse al menos hasta la primavera de este año.

Perspectivas del mercado internacional para 2024

Según el informe de enero del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, se espera un aumento en la producción de carne de bovino a escala global en 2024 por segundo año consecutivo. No obstante, este incremento de los sacrificios se fundamentaría más en una reducción de la cabaña ganadera mundial que en un aumento de la producción de terneros, que se espera que caiga por segundo año consecutivo.

 

 

La producción presentaría fuertes diferencias regionales. En primer lugar, se espera una fuerte caída en Argentina principalmente debido a la sequía en 2023, y en Estados Unidos, donde además de este factor, el alto costo de los insumos y las dificultades de financiación derivadas de las elevadas tasas de interés continuarían afectando negativamente la producción ganadera.

En contraste, Australia sigue aumentando el ritmo de sacrificios y su producción de carne. Aunque se ha visto favorecida por las buenas condiciones climáticas de los últimos años, el temor a la sequía del Niño incrementó los sacrificios este otoño y hundió los precios. No obstante, las lluvias de diciembre han dado más tranquilidad y están contribuyendo a estabilizar la situación.

El aumento de las exportaciones está contribuyendo a compensar comercialmente en parte estas reducciones.

En el caso de Brasil, se espera que su producción de carne aumente un 3% respecto al año pasado, alcanzando los 10,8 millones de toneladas en 2024. Esto se debe en parte a un aumento en el sacrificio de hembras y a un potencial descenso del censo con dudas sobre la duración de la sequía.

 

 

En contraste, el USDA espera que el consumo mundial se mantenga estable en 2024, con la notable excepción de Argentina. En este país, la crisis social y económica está generando un declive gradual en el consumo de carne, que históricamente ha sido uno de los más elevados a nivel global. Como consecuencia, se observa un desplazamiento de la producción hacia el mercado internacional.

Además, prevé una reducción significativa en Estados Unidos y Canadá, afectada por la escasez de oferta y, como consecuencia, por la sobrecapacidad de su industria, lo que tendría un impacto en los precios a lo largo de este año.

 

 

En el ámbito del comercio, Australia y Brasil emergerían como los principales beneficiarios de la disminución en la producción de Estados Unidos. Los buenos datos de producción de terneros en los dos últimos años en ambos países han permitido que los precios hayan evolucionado a la baja con unos precios muy competitivos en el mercado internacional, lo que está impulsando sus exportaciones.

 

 

 

De hecho, hasta el tercer trimestre de 2023, Australia ha experimentado un notorio aumento del 70 % en sus exportaciones a Estados Unidos, aprovechando eficazmente los acuerdos comerciales existentes o un 60 % en Indonesia, uno de los principales destinos de las exportaciones españolas fuera de la UE. Además, ha logrado un incremento del 30 % en sus exportaciones a China, el principal importador mundial.

Aunque Australia ha ampliado significativamente su presencia en este mercado estratégico, aún se encuentra a gran distancia de Brasil, país del cual proviene el 40 % de las importaciones chinas, y que continúa expandiéndose a un ritmo destacado a pesar de las incertidumbres sanitarias en el inicio del año pasado.

 

 

Por último, el descenso de la producción en EEUU y la UE llevarían a un aumento de las importaciones en ambos mercados, incremento seguido, aunque con menos fuerza, en otros mercados asiáticos como Corea, Malasia o Filipinas.

 

Situación en la UE

Los datos publicados por el USDA en enero sobre la UE indican una mejora con respecto a las perspectivas anteriores, tanto las elaboradas internamente como las publicadas por la Comisión Europea en octubre.

Según este último informe del USDA, se espera que el censo ganadero disminuya en 2024 con menos intensidad, registrando solo un descenso del 0,6 %, en comparación con el casi 2 % pronosticado en octubre. De manera similar, la producción de carne disminuiría menos del 0,6 % en contraste con el 1 % proyectado en las previsiones de otoño de la Comisión (sobre todo en Polonia, Italia y Holanda).

Aunque no contamos con datos de la UE, según las estimaciones del USDA, el inicio del nuevo año ha experimentado una disminución en el número de vacas, aproximadamente 130.000 menos (equivalente a una reducción del 0,6 %). Esta tendencia seguramente continuará ejerciendo presión al alza sobre el precio de los animales vivos, sobre todo si analizamos la tendencia de consumo.

En la UE, la mejora de los datos económicos podrían propiciar la estabilización del consumo interno y estimular la producción, pero también las importaciones

La mejora en las perspectivas económicas de la Unión Europea, con una inflación más controlada y mayor empleo, abriría la posibilidad de una recuperación del consumo interno que crecería ligeramente según el análisis del USDA (a pesar de que la Comisión Europea estimaba en octubre una reducción del 1 %). Esto, a su vez, podría dar lugar a una disminución de las exportaciones, destinadas a satisfacer la demanda interna.

Sin embargo, la estabilización de los datos de consumo debe interpretarse en el contexto de una tendencia a la baja a largo plazo en el consumo a escala europea y nacional por diversas razones, la cual probablemente tendrá repercusiones en la producción a largo plazo.

 

 

Estos datos de mejora del consumo se podrían estar reflejando ya en la evolución de los precios, que suben ligeramente en la UE desde los últimos meses de 2023.

 

Balance en España del sector bovino

La crisis vivida en 2022 y 2023, primero por el aumento del coste de alimentación debido a la guerra en Ucrania y posteriormente por la sequía, ha tenido un impacto en el censo de ganado bovino, que disminuyó un 3 % en el primer semestre de 2023 respecto al de 2022.

Esta reducción fue más acusada en el caso de vacas nodrizas y en bovino de menos de 12 meses, cuyo número cayó un 2 % y un 4 % respectivamente.

 

 

La fuerte subida de los precios hasta primavera junto con la constante bajada que ha experimentado el coste de la alimentación, ha permitido que la rentabilidad del cebo (excluyendo el resto de costes) se haya situado en niveles muy altos en 2023.

En contraste con los datos de 2022, la primera estimación de renta agraria nacional de 2023 para el 2023 revela que el valor de la producción bovina experimentó un incremento del 0,5 %, debido a un aumento del 8,3 % en el precio y a una reducción del 7,2 % en la producción. No obstante, durante el mismo periodo, se observó una disminución del 2 % en el gasto en piensos.

La evolución positiva de los datos en la demanda europea e interna desde los meses de otoño ha propiciado la recuperación de los precios después del breve declive experimentado durante el verano. Este cambio ha permitido una nueva mejora en los márgenes.

 

 

La mejora de los márgenes de la actividad de cebo en 2023, y la caída de la reposición y de la producción de terneros por la sequía en 2022, hizo que las importaciones de animales vivos para cebo subieran un 16 % en los 11 primeros meses de 2023 respecto a 2022.

 

 

Estas importaciones han desempeñado un papel crucial al contribuir de manera significativa a la estabilización de la producción de carne en 2023 y frenar la disminución, que ya había llegado al 6% con respecto al año anterior. En ese periodo, el riesgo y la baja rentabilidad habían impulsado un aumento en los sacrificios que llevó la producción de carne a sus niveles más altos.

 

 

En lo que respecta al consumo, el paulatino control de la inflación y la robustez del empleo han posibilitado la estabilización del volumen de compra de los hogares en 2023. No obstante, aún se encuentra un 20 % por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia.

Esta caída sería parcialmente compensada por las exportaciones y el canal horeca, gracias también al buen año turístico

 

 

A pesar del descenso del consumo, el gasto vuelve a remontar desde finales de 2023 y se sitúa únicamente un 7 % por debajo de los niveles de 2019.

 

 

A esta mejora de los datos de consumo han contribuido la mejora de la economía y del empleo, pero también la relativa estabilización de los precios al consumo de carne de vacuno, que aunque ha continuado creciendo en 2023, lo hecho a ritmo mucho más moderados que los de 2022.

 

 

En lo relativo al comercio exterior, a lo largo de 2022 y 2023 el sector cárnico ha exportado 40 % de la producción nacional, 10 puntos más que en 2018, absorbiendo gran parte del aumento de los sacrificios de este periodo.

Tras el gran crecimiento del año pasado, el volumen de exportaciones se encuentra estabilizado, en incluso disminuyen ligeramente a finales de año debido a la mayor demanda interna.

Solo las importaciones muestran un constante aumento y experimentan un incremento de 12,9 millones de toneladas equivalentes en canal hasta noviembre de 2023, lo que representa un 9 % más que el año anterior.

Polonia, Países Bajos y Alemania, en ese orden, siguen siendo los principales países de origen, y además los que más crecen: un 30 %, un 15 % y un 6 % respectivamente.

 

 

Por países de destino, destaca sobre todo el incremento de las ventas a nuestros países más cercanos, principalmente Portugal y Marruecos, donde la sequía también ha sido importante y por tanto las necesidades mayores, y Francia. Mientras, descienden en países de centro Europa y Asia.

Precisamente, es previsible que el comercio se concentre aún más en Europa y el Mediterráneo teniendo en cuenta los mayores precios internos, la competitividad de las exportaciones australianas y los problemas con el tráfico a través del canal de Suez.

 

 

Por otro lado, el volumen del comercio de animales vivos refleja el incremento de las importaciones de animales para cebo en 2023 (un 16 % más hasta noviembre), y el ligero aumento de las exportaciones de un 10 %, tras el hundimiento que se vivió en 2022, cuando retrocedieron un 28 %.

 

 

No obstante, el crecimiento de estas exportaciones se debe a las necesidades de Marruecos derivadas de la sequía, y que ha hecho que las exportaciones al reino alauita se multipliquen por más de cinco.

 

 

En resumen, la balanza comercial del sector vacuno ha arrojado un saldo positivo de 345 millones de euros hasta noviembre de 2023. Aunque este resultado representa un 5 % menos que el año anterior, su evolución indica una aparente estabilización del sector exterior.

 

 

En resumen, el balance de nuestro país entre producción y comercio muestra un descenso del consumo hasta octubre del 5 % en España respecto al año pasado.

Es probable que las cifras de consumo mejoren con la divulgación de los datos oficiales de fin de año, una tendencia respaldada por los informes positivos de algunas destacadas empresas del sector.

Este escenario podría mantener los precios en el nivel elevado actual, lo que podría servir como estímulo tanto para la producción como para las importaciones.

 

Conclusiones

En síntesis, el panorama proyectado para el año 2024 presenta una amalgama de desafíos y señales alentadoras en distintos aspectos económicos y comerciales.

A escala global, se anticipa un incremento en la producción de carne de bovino en 2024, con notables variaciones regionales. La disminución proyectada en Argentina y Estados Unidos beneficiaría a Australia y Brasil estimulando sus exportaciones gracias a unos precios muy competitivos.

En la UE, la mejora de los datos económicos gracias a la robustez del mercado laboral, el aumento de los salarios y la moderación de la inflación, son factores que podrían propiciar la recuperación del consumo interno y estimular la producción, pero también las importaciones.

En España, la producción se ha visto afectada por las consecuencias de la guerra de Ucrania y la sequía. No obstante, el crecimiento de las exportaciones en 2022 y la estabilización del consumo interno en 2023 han mantenido los precios en una franja elevada. Esto, junto con la disminución en el precio del pienso, ha propiciado un aumento en los márgenes del cebo.

Aunque hasta octubre se observa una disminución del consumo aparente del 5 % respecto al año anterior, se espera que las cifras mejoren en el último trimestre y en los primeros meses de 2024 vista la situación económica y de precios.