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Avances previstos en el sector lácteo para 2024

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La producción de leche experimentó una ligera recuperación en 2023, impulsada por la estabilidad en los precios y la demanda, tendencia que se prevé pueda mantenerse este año
Vacas en granja


26 February 2024

Resumen ejecutivo

A pesar de las persistentes incertidumbres, la situación económica mundial está mostrando señales claras de mejora, lo que parece estar impulsando el consumo y el comercio agroalimentario, una tendencia que podría extenderse hasta 2024.

En el sector lácteo, se está observando un notable descenso en el costo de la alimentación, gracias a la mejora en el suministro de grano en esta campaña y a los ajustes realizados en la producción láctea desde 2022. 

Estos avances están generando mejoras significativas en la producción, contribuyendo a la estabilización de los precios internacionales de los principales productos agroalimentarios, los cuales se mantienen en niveles medio-altos en comparación con años anteriores.

Esta tendencia positiva se refleja a nivel global, donde el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) prevé un leve aumento en la producción mundial de leche para 2024, con la excepción de Nueva Zelanda debido a factores meteorológicos. Además, se espera un crecimiento claro en el consumo, especialmente en países del Extremo Oriente y Estados Unidos.

Por otro lado, el sector lácteo europeo parece estar superando las expectativas iniciales del año, con incrementos en la producción desde el otoño, aunque con variaciones regionales, lo que ha contribuido a una estabilización en la producción. Esta mejora ha sido precedida por aumentos en los precios, probablemente impulsados por mejoras en el consumo en un contexto más optimista.

De hecho, en Europa se anticipa una mejora en la producción, especialmente debido al aumento de la demanda para la transformación en queso, sobre todo si continúa la reducción de los precios de los piensos y las mejores condiciones climáticas respecto a 2023.

Finalmente, en España, se ha registrado una leve recuperación en las entregas de leche de vaca en 2023 después de una caída en 2022

Sin embargo, la producción de leche de oveja y cabra permanece estancada, en parte debido a los efectos de la sequía en los costes, pero también a otros factores socioeconómicos.

El mantenimiento de la demanda interna ha permitido que los precios se mantengan por encima de la media europea, lo que ha resultado también en un aumento en las importaciones de queso desde 2022 y de leche en 2023.

No obstante, la progresiva convergencia de precios y el aumento en la demanda global han permitido que las exportaciones de queso vuelvan a incrementarse desde el otoño de 2023, con un ligero aumento en volumen y un significativo aumento en valor.

Introducción

El malestar del sector agrario en Europa, que está provocando grandes movilizaciones a lo largo del continente, se está traduciendo en cambios importantes en la agenda de los gobiernos nacionales y de la actual Comisión Europea.

Sin embargo, aún no se cuenta con información oficial sobre otros dos aspectos de gran relevancia para el sector ganadero: el paquete de bienestar animal y un posible acuerdo con Mercosur, aunque es probable que ninguno de los dos se concrete durante esta legislatura.

En el primero de ellos, solo se ha hecho pública la propuesta que afectaría al transporte de animales como mamones o novillas de recría, y aunque según el informe de impacto de la Comisión, supondrían solo un pequeño coste a escala europea, estas medidas podrían tener un importante impacto económico, social y medioambiental en nuestro país.

En cuanto a los acuerdos con Mercosur, es crucial seguir de cerca las negociaciones por su potencial impacto en el sector cárnico más que en el lácteo, sobre todo teniendo en cuenta las tensiones en Europa con el sector productor y la inestabilidad económica en Argentina.

En cuanto a las perspectivas generales para 2024, en primer lugar, se espera que la actividad económica en la UE se acelere el próximo año, a medida que el consumo se recupere gracias a la solidez del mercado laboral, el crecimiento de los salarios y la moderación de la inflación.

Este crecimiento sería desigual, con una tendencia débil en Alemania pero un impulso más fuerte en España, que lideraría el crecimiento de la zona euro con tasas de crecimiento de alrededor 1,7 %, algo menos del 2,5 % del año pasado.

También el mercado de cereales se mantiene a la baja, a pesar de la pequeña corrección a la baja de las estimaciones de maíz para esta campaña de Brasil.

Finalmente, es crucial destacar que el clima se presenta como una gran incógnita para el año 2024. Las condiciones de sequía persisten en extensas áreas del sur y este peninsular, y a una escala más amplia, los efectos del fenómeno de El Niño se proyectan sentirse al menos hasta la primavera de este año.

Situación internacional y perspectivas para 2024

En los últimos tres años, hemos sido testigos de una notable volatilidad en el sector de los cereales, superando incluso a la del sector lácteo, lo que representa un cambio significativo en comparación con la tendencia de la última década.

Sin embargo, la normalización del comercio de grano en la campaña pasada, las buenas perspectivas de cosecha para la presente campaña, los ajustes en la producción láctea desde 2022 por parte de los principales exportadores, y la mejora en los datos de consumo desde el otoño pasado, en un contexto económico más favorable (aunque con grandes incertidumbres), parecen estar estabilizando los precios y reduciendo las brechas entre diferentes productos agroalimentarios, situándose en una franja de precios medio-altos en comparación con años anteriores.

 

 

Según las últimas estimaciones del USDA, la producción mundial de leche subiría ligeramente un 0,7 % en 2024, pero se mantendría en los mismos niveles en los principales países exportadores, a excepción de Nueva Zelanda, principalmente por los efectos de El Niño en su meteorología. Mientras, el consumo crecería un 1,3 %, principalmente en los países de Extremo Oriente y en EE. UU.

Mientras en EE. UU. se espera que el incremento de la producción por los altos precios estimule la producción, para la UE este organismo anticipa una reducción de las entregas de leche debido a que los altos precios de la alimentación impedirían una mayor mejora del rendimiento por vaca.

 

 

Estos datos contrastan con las estimaciones de octubre de la Comisión Europea, anteriores a las del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), que pronosticaban una ligera mejora en la producción para la Unión Europea. Esta mejora se basaba en un incremento mayor en el rendimiento, siendo esta la principal discrepancia entre ambas proyecciones.

Es previsible que una disminución más marcada en los precios de los granos y una mejora en las condiciones climáticas en Europa contribuyan a mejorar estos rendimientos.

Esta mejora podría compensar una nueva disminución en el censo de vacas, que sería menos pronunciada que en años anteriores. En la última década, el número de animales ha disminuido a una tasa anual del 0,8 %, mientras que el rendimiento por animal ha aumentado en un 1,5 % anual, lo que ha permitido que la producción crezca a un ritmo anual del 0,7 %.

 

 

Asimismo, la evolución de los precios internacionales está evidenciando una tendencia hacia la convergencia entre los principales productores. Nueva Zelanda, la UE y EE. UU., que en conjunto representan el 80% de las exportaciones globales de productos lácteos, están experimentando cambios que están reduciendo las disparidades de precios. Esto se debe al aumento de la oferta en EE. UU. debido a los altos precios, a la creciente demanda en la UE y a la disminución en Nueva Zelanda debido a condiciones climáticas adversas

 

 

De cara a este año, el aumento de la producción interna contribuirá a mejorar las exportaciones de los EE. UU., las cuales se habían mantenido en 2023 gracias a la progresiva devaluación del dólar frente a otras divisas luego de alcanzar su punto máximo en el primer semestre de 2022. 

Por el contrario, las exportaciones de Nueva Zelanda descenderían en 2024, debido a una menor producción, al igual que las de la UE, aunque en este caso debido a un aumento en el consumo interno. Aunque el crecimiento sería menor que el que se pensaba en noviembre, la menor inflación y el mantenimiento del empleo se espera que ayude a ir recuperando poder de compra en los hogares.

De las exportaciones europeas, solo el queso europeo podría aumentar sus ventas al exterior por la mayor demanda internacional, gracias a la mejora de las perspectivas globales de crecimiento.

 

 

Si analizamos el posible destino de las exportaciones del conjunto de los lácteos, destacaría el potencial crecimiento hacia naciones asiáticas como Filipinas, Japón y Taiwán. La reactivación del consumo impulsaría sus importaciones, las cuales podrían aumentar hasta un 15 % en volumen, excepto en el caso de China. Las incertidumbres en torno a su economía y su baja tasa de natalidad limitan las necesidades de importación de leche en polvo. Además, la mejora del consumo interno beneficiaría las importaciones de los mercados europeo y norteamericano.

Este aumento también se reflejaría de forma más específica en las importaciones de quesos, un producto asociado a un mayor valor añadido, que incluso podría experimentar un aumento del 5 % en China.

Por último, resaltar el descenso de las importaciones en Brasil, tras la ligera recuperación de su producción en 2023, con un consumo que creció menos de lo esperado y la reducción del diferencial de precios con el resto de los países de Mercosur.

 

Balance europeo

En 2023, el volumen de entregas de leche en Europa se ha mantenido estable gracias a la mejora que se ha producido, especialmente desde el otoño en Alemania (+1,7 %), Polonia (+1,8 %) y Países Bajos (+1,2 %), que han podido compensar la bajada en otros grandes productores.

 

 

Las mayores caídas en los grandes productores se han producido en Francia (-2,9 %), Italia (-2,4 %) e Irlanda (-3,2 %), donde la recuperación relativa de los precios fue menor durante este otoño.

 

 

Justamente, la tendencia de los precios indica que gradualmente se está reduciendo la gran disparidad que existe entre países, especialmente en comparación con España. Este fenómeno posiblemente se deba al aumento del comercio interno y a la estabilización del consumo.

 

 

En el caso del sector del queso en Europa superó las expectativas en 2023 en comparación con las proyecciones de primavera. Así, la producción de queso experimentó un aumento del 1,7 %, mientras que el consumo creció un 0,9 %, cifras significativamente más altas de lo previsto en primavera o verano.

Este incremento en la demanda interna y la mayor producción de queso contribuyeron a una reducción del 6 % en las importaciones y a un modesto crecimiento del 1,2 % en las exportaciones, en contraste con el 2 % esperado inicialmente.

En 2024 se anticipa un repunte en la producción y consumo, continuando la tendencia de años previos, aunque a un ritmo más moderado. Hasta 2021, ambos habían experimentado un crecimiento anual del 1,6 % según los datos de balance de la UE.

 

Situación en España

En la última década, las entregas de leche de vaca a la industria han mantenido un crecimiento constante del 1 % anual, superando la media de la Unión Europea, que se sitúa en un 0,7 %. Sin embargo, el año 2022 marcó un punto de inflexión en esta tendencia, con una caída del 2,1 % en nuestro país. A pesar de este descenso, en 2023 se retomó la senda positiva, con un crecimiento del 0,2 % hasta noviembre.

Los datos del censo indicarían que se está produciendo una moderación en la caída del censo. Según SITRAN, el número de vacas lecheras en enero de 2024 sería de 780.962, un 0,8 % menos que en el mismo mes del año anterior, lejos ya del descenso del 3 % que se experimentó en el año 2022.

En cuanto al censo de novillas, el descenso a escala nacional es de cerca del 8 % en febrero de 2024 respecto al año pasado, aunque en zonas como Galicia, donde se concentra el sector lácteo, este descenso es de alrededor del 3 %.

Estos datos tienen que analizarse dentro de un contexto, más general, ya que el sector lácteo se está produciendo un proceso de concentración que lleva aparejado un descenso del número de animales que, hasta 2021, antes de la guerra de Ucrania, era del 0,4 % anual, según datos del Ministerio de Agricultura.

 

 

También desde 2022, hemos observado una disminución en la producción de leches de oveja y cabra, especialmente notable en este último caso. Aunque ambas registraron una caída de alrededor del 3,5 % hasta noviembre en comparación con el año anterior, la producción de leche de cabra experimentó el doble de descenso, alcanzando casi el 9,2 % en los últimos dos años. Sin embargo, los datos más recientes de entregas de leche de esta última indican al menos una tendencia hacia la estabilización.

La principal causa es el descenso del censo de reproductoras, que puede haber caído más de un 6 % en cabra y un 5,5 % en oveja, frente a una tendencia de reducción del 1 % anual que se venía observando los 10 años anteriores, salvo un breve repunte que hubo entre 2026-2017 en el caso del caprino.

 

 

La evolución de la producción puede entenderse mejor al analizar la rentabilidad de las explotaciones agrícolas. Un indicador relevante es la relación entre el precio de la leche y el del pienso, aunque este indicador no refleja el impacto de la sequía. A principios de 2022, el aumento en el precio de las materias primas llevó a que este índice alcanzara su punto mínimo en varios años. Sin embargo, gradualmente, con el aumento progresivo de los precios y la disminución en el costo del pienso, este índice comenzó a recuperarse, llegando a diciembre de 2023 con un aumento del 26 % en comparación con 2021 para el ganado vacuno, un 20 % para el ovino y un 8 % para el caprino.

La divergencia en la evolución de los precios de la leche durante los últimos dos años para el ovino y caprino, junto con el significativo impacto de la sequía en las áreas de distribución y factores sociales como la escasez de relevo generacional, sin duda contribuyen a explicar la más prolongada disminución en la producción de estos sectores.

 

 

En cuanto a los productos elaborados, según los datos de encuestas mensuales del Ministerio de Agricultura, en los últimos años se está produciendo un incremento en la producción de productos frescos en comparación con otros productos como el queso. 

En este cambio de tendencia puede estar influyendo varios factores: las tendencias de consumo y el comercio exterior, especialmente del queso de vaca que supone el 50 % de nuestra producción frente al 30 % del de mezcla.

 

 

En primer lugar, el precio de la leche y otros productos frescos en los estantes ha experimentado un aumento proporcionalmente mayor que el de otros productos. Aunque el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ha estabilizado a lo largo de 2023, persiste una brecha con respecto a otros lácteos en el caso de la leche.

 

 

Indudablemente, esta fluctuación de precios ha impactado en las tendencias de consumo de los hogares. La inflación y la incertidumbre económica han afectado menos a las compras de queso en comparación con otros productos lácteos. De hecho, su consumo ha vuelto a alcanzar los niveles de 2019, previos al aumento repentino provocado por la pandemia.

 

 

No obstante, debido a las diferencias entre la distinta evolución del consumo y precios, los niveles de gasto en los hogares se ha disparado a niveles históricos de forma muy parecida en el caso de frescos y elaborados.

Para el futuro, esta capacidad de gasto estará condicionada a la evolución de los tipos de interés y del crecimiento económico. Aunque se espera que este último sea el más alto de la zona euro, sería menor que en 2023 según la Comisión Europea, OCDE, Banco de España y el propio Gobierno.

 

 

Otro factor influyente es el comercio, que refleja una estabilización en las importaciones en equivalentes lácteos, luego del notable aumento registrado en 2022

Durante estos dos años, el descenso de la producción nacional y el diferencial de precios con los principales países productores de la UE ha provocado que la importación de leche haya experimentado un incremento del 57 % hasta noviembre, destacando el aumento del 45 % ocurrido en 2023. Por otro lado, las importaciones de queso han aumentado en un 17 % desde 2021, aunque este año apenas han crecido un 1%.

El aumento en las importaciones de queso durante 2022 y de leche en 2023, provocado por los elevados precios internos, ha ejercido una influencia en el mercado que ha contribuido a moderar y estabilizar los precios.

En cuanto a las exportaciones, en volumen se mantendrían estables respecto al año pasado, con un ligero incremento de las de queso del 2 %, la menor cifra de los últimos tres años perjudicada por los altos precios internos.

 

 

No obstante, esa cierta recuperación de las exportaciones de queso, sobre todo a partir de octubre, unidas al incremento de los precios, permite incrementar el valor de las exportaciones, que llevaban estancadas desde final de 2022.

 

 

El aumento en este comercio ha estado dirigido principalmente hacia el mercado europeo, aunque también se han registrado incrementos en las ventas hacia Estados Unidos y el Reino Unido.

 

 

Así, la recuperación del consumo y las ventas al exterior, especialmente a partir del otoño, ha contribuido a mantener los precios estables y un 22,4 % por encima de los del año pasado. Como resultado, según las primeras estimaciones de la renta agraria, el valor de la producción del sector lácteo ha experimentado un crecimiento del 21 % en 2023 a pesar del descenso del 1,1 % en volumen recogido.

Conclusiones

La situación internacional y las perspectivas para 2024 muestran signos alentadores de mejora en la economía global, con los precios de los principales productos agroalimentarios estabilizándose en niveles medio-altos en comparación con años anteriores. Además, se ha observado una reducción en la brecha de precios entre los cereales y otros productos como los lácteos y la carne de vacuno, gracias a las buenas perspectivas de cosecha y a los ajustes en la producción láctea desde 2022.

Según las estimaciones del USDA, se espera un ligero aumento en la producción mundial de leche para 2024, aunque se anticipa que se mantenga estable en los principales países exportadores, con excepción de Nueva Zelanda debido a factores meteorológicos. Paralelamente, se prevé un crecimiento del consumo, principalmente en los países de Extremo Oriente y en EE. UU.

Respecto a la producción europea, existen discrepancias entre las proyecciones del USDA y las de la Comisión Europea, aunque se espera que un mayor consumo interno, junto con una disminución de los precios de la alimentación y mejores condiciones climáticas en Europa, contribuyan a mejorar la rentabilidad e incrementar la producción.

En el balance europeo, se ha observado una estabilización en las entregas de leche en 2023, gracias al aumento de la producción desde el otoño en países como Alemania, Polonia y los Países Bajos, compensando las caídas en otros grandes productores como Francia, Italia e Irlanda. Esta reducción gradual de la disparidad de precios entre países posiblemente se debe al aumento del comercio interno y a la recuperación del consumo. Específicamente, el sector del queso superó las expectativas en 2023, con un aumento tanto en la producción como en el consumo.

En España, en 2023, se ha recuperado de forma leve la tendencia de crecimiento que se mantenía durante la última década en las entregas de leche de vaca a la industria, tras la caída experimentada en 2022. Sin embargo, la producción de leche de oveja y cabra sigue estancada tras el descenso de 2022, posiblemente por falta de rentabilidad y relevo.

Estos cambios en la producción pueden atribuirse a varios factores, incluida la falta de relevo generacional y la baja rentabilidad de las explotaciones. Esta última está influenciada por el precio de la leche y el costo del pienso, así como por factores climáticos como la sequía.

No obstante, el mantenimiento de la demanda parece estar permitiendo que los precios se mantengan dentro de los más altos de Europa, lo que ha incrementado principalmente las importaciones de queso y de leche.

El aumento de las importaciones de queso desde 2022 ha permitido que los precios de este producto se estabilicen, facilitando la recuperación de los niveles de consumo previos a la pandemia durante el otoño.

Esta dinámica también ha afectado a la producción de queso nacional, que se ha visto resentida por la falta de competitividad frente a las importaciones, lo que ha llevado a parte de la leche a destinarse a la producción de productos frescos. Sin embargo, el incremento gradual de las importaciones en 2023 y la mejora de la producción han estabilizado este mercado.

Por último, la progresiva convergencia de precios y el aumento en la demanda global parecen estar impulsando las exportaciones de queso desde el otoño, lo que ha resultado en un ligero incremento del 2 % en volumen y un significativo aumento del 16 % en valor durante 2023.