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Retrato del porcino en 2024: un mosaico de mercados

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El sector enfrenta cambios: reducción global de la producción y aumento en demanda y exportaciones desde EEUU y Brasil hacia Asia. Europa y España ven mejoras en precios y oferta
Granja porcina


15 April 2024

 

La situación del sector porcino en el 2024 se encuentra en un punto de inflexión, con una compleja interacción de factores a escala internacional, europeo, y nacional que configuran sus perspectivas. 

A escala global, la industria enfrenta una reducción en la producción, atribuida principalmente a una menor cantidad de reproductoras y desafíos en el mercado chino, contrastando con un crecimiento en la demanda en la mayoría de países que fomenta un aumento en las exportaciones, especialmente desde EEUU y Brasil hacia Asia.

Europa, aunque enfrenta sus propios desafíos, incluyendo una producción menguante y una competitividad reducida en mercados externos, ve oportunidades de mejora en los precios y un ligero aumento en la producción hacia 2024, impulsado por una demanda interna en recuperación y un crecimiento económico moderado. 

España, en particular, experimenta una estabilización en los precios y una visión más positiva en el sector, con un incremento significativo en el valor de las exportaciones a pesar de la disminución en el volumen. Este cambio se refleja especialmente en el incremento de las exportaciones hacia Europa, donde se está concentrando cada vez más el interés y la actividad comercial del sector.

Introducción

Con el inicio del 2024, el sector porcino enfrenta el desafío de navegar por las turbulentas aguas de la economía global, un factor determinante que modula desde los costes de producción hasta el poder adquisitivo de los consumidores a escala mundial. La incertidumbre se agudiza con la volatilidad de los tipos de cambio y las fluctuantes políticas comerciales y aranceles, que pueden alternativamente obstaculizar o propiciar las operaciones de exportación e importación. Adicionalmente, la inversión y los costes de financiación, íntimamente atados a los tipos de interés, representan un desafío constante.

España, con proyecciones de crecimiento del 1,7 % para 2024 según la Comisión Europea, espera que el consumo y la inversión impulsen su economía

El FMI y la OCDE anticipan un crecimiento económico global moderado cerca del 3 % para 2024, destacando la resiliencia económica en EE. UU., de ciertos mercados emergentes, y el apoyo fiscal en China. A pesar de esto, el crecimiento permanece por debajo del promedio histórico debido a las altas tasas de interés, la disminución del apoyo fiscal en un contexto de deuda alta, y un bajo crecimiento de la productividad. 

También se espera que la inflación mundial disminuya al 5,8 % en 2024, aunque persisten grandes desafíos derivados de la invasión de Ucrania y de las tensiones en Medio Oriente.

La Comisión Europea proyecta un crecimiento más lento en la UE y la zona euro, con estimaciones ajustadas a 0,9 % y 0,8 % respectivamente para 2024, y una inflación aproximada del 3 %. Se observa una notable disparidad de crecimiento dentro de la UE, con algunas economías esperando crecimientos del PIB de 2-3 % para 2024, mientras que las mayores economías enfrentan desafíos más significativos.

España, con proyecciones de crecimiento del 1.7 % para 2024 según la Comisión Europea, espera que el consumo y la inversión impulsen su economía, beneficiándose de la implementación del Plan de Recuperación y Resiliencia. 

La estabilidad económica de España, en comparación con revisiones a la baja en otros países grandes de la UE, sugiere una cierta resiliencia, aunque persisten desafíos como incertidumbres geopolíticas, presiones inflacionarias y el impacto de políticas monetarias ajustadas.

Por ahora, la inflación se ha ido reduciendo por la caída de las materias primas y de la energía, aunque los precios se sitúan todavía en umbrales elevados

El precio de los cereales se ha ido reduciendo por la mejora de la cosecha, y es probable que siga tendencia bajista si las perspectivas de cosecha en el hemisferio norte son buenas. A pesar de los posibles impactos de El Niño en la cosecha de soja y maíz, las estimaciones apuntan a que la cosecha sea de las más altas de los últimos años, también por el aumento de la superficie.

En el sector energético, el precio del gas experimentó una significativa caída, reduciéndose a la mitad en tres meses debido a las altas temperaturas en invierno. Paralelamente, el petróleo ha vuelto a superar los 80 dólares por primera vez en el año en un contexto de crecimiento económico y guerras en Medio Oriente y de ataques a la infraestructura rusa por parte de Ucrania, a la espera de la decisión final de suministro de la OPEP.

También la cotización euro parece retroceder frente al dólar con los datos más sólidos de crecimiento de los EE. UU., a la espera de la reacción de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo con los tipos de interés.

Estos dos factores clave, el precio del petróleo y el tipo de cambio frente al dólar, tendrán un impacto significativo en la capacidad de exportación fuera de nuestro continente, especialmente en un entorno como el actual de altos precios internos y dificultades para navegar el Mar Rojo.

 

 

Otra incertidumbre crítica a destacar es la expansión continua de la peste porcina africana a través de nuestro continente, sobre todo en Italia, donde se han detectado nuevos casos en marzo de este año.

 

Mercado internacional

En EE. UU., la combinación de una mayor demanda típica de la estación y temperaturas anormalmente suaves están contribuyendo a la recuperación de los precios en el sector porcino. Este escenario ofrece un respiro a la producción, permitiendo una reducción en el ritmo de sacrificios de reproductoras, que previamente alcanzaron picos históricos, y facilitando un retorno gradual hacia niveles de rentabilidad positivos.

Los precios en Brasil se mantienen estables, con márgenes de rentabilidad ligeramente positivos, gracias principalmente a los buenos precios de la alimentación, con niveles de cosecha récord estas dos últimas campañas, aunque con dudas de los efectos del Niño en la actual cosecha.

En Europa, aunque continua la reestructuración del sector en el norte de Europa, la demanda de cara a la primavera sigue impulsando los precios hasta cerca de los máximos del año pasado, especialmente en España, donde más se espera que crezca la producción.

La diferencia de costes entre la UE y EEUU, pero especialmente con Brasil, junto con la tendencia al alza del mercado en Europa, sugiere que el diferencial de precios entre estos mercados podría mantenerse durante esta primavera.

 

 

La situación en China es distinta, donde la persistente baja demanda no logra impulsar los precios, resultando en un aumento continuo de los sacrificios de cerdas debido a su baja rentabilidad. Si esta tendencia persiste, resultará en una disminución gradual del total de animales en la cabaña ganadera.

 

 

Para el año 2024, se anticipa un leve descenso del 1 % en la producción global del sector porcino, a pesar de que las últimas proyecciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) de marzo han revisado al alza las estimaciones de producción en la Unión Europea y China.

Este descenso se atribuye principalmente a la reducción en el número de reproductoras al comienzo de 2024, en contraste con el año anterior, durante el cual únicamente Europa y Brasil habrían experimentado un aumento. Las perspectivas desfavorables del mercado en China también juegan un papel crucial como una de las principales causas de este retroceso, resaltando así las marcadas diferencias por zonas geográficas.

Para el año 2024, se anticipa un leve descenso del 1 % en la producción global por las perspectivas poco favorables del mercado en China, las cuales se señalan como una de las razones principales de este retroceso

 

En Asia, China experimentará una reducción del 3 % en 2024, principalmente debido a la caída de los precios. Por su parte, Corea del Sur enfrenta un descenso por desafíos sanitarios, con la peste porcina como principal obstáculo. En Vietnam, se anticipa un crecimiento significativo del 5 % en la producción, gracias a la superación de problemas sanitarios que afectaron al sector el año anterior.

En América, Canadá vería una disminución en su producción porcina, causada por un menor número de cerdas al inicio del 2024, una reducción en la capacidad de procesamiento en Quebec debido al cierre de instalaciones de sacrificio, junto con la implementación de un programa para fomentar el cese de actividades, y por una mejora en los indicadores de su gran vecino. 

Precisamente, en los Estados Unidos, se estima una expansión de la producción porcina del 2 % en comparación con el año anterior, aunque esta expectativa es recibida con escepticismo por algunos analistas debido al bajo número de reproductoras registradas a principios de año

Brasil anticipa un crecimiento del 4 % en su producción, impulsado por un aumento en la demanda externa y en el consumo interno, aunque los efectos de la sequía en el costo de los alimentos podrían modificar estas proyecciones.

En Europa, se anticipa igualmente un incremento del 2 % en la producción, impulsado por la mejora de los precios. Mientras tanto, en Vietnam, la producción podría experimentar un significativo crecimiento del 5 %, gracias a la superación de los desafíos sanitarios que afectaron al sector en 2023.

 

 

Con respecto al consumo, la coyuntura económica global invita al optimismo para el año 2024, sugiriendo un potencial aumento de la demanda en la mayoría de los países. 

Sin embargo, las proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) indican un descenso del 1 % debido principalmente a los datos preocupantes provenientes de China.

Se espera que los desafíos económicos que enfrenta el gigante asiático continúen durante todo el año, a pesar de la implementación de políticas de estímulo. 

Esta situación está teniendo un impacto negativo en el consumo interno, lo que, a su vez, está afectando los precios y provocando una disminución en la producción debido a la falta de rentabilidad. Sin embargo, de manera paradójica, para compensar esta merma, se prevé que las importaciones de carne de cerdo en China experimenten un ligero aumento, particularmente de Brasil, debido a la competitividad de sus precios.

 

 

En el panorama del comercio internacional, los atractivos precios ofrecidos por Estados Unidos y Brasil están propiciando un impresionante aumento en sus exportaciones, con alzas del 12 % y del 7 % respectivamente en 2023, destacando especialmente en el mercado asiático. 

En contraposición, las exportaciones extracomunitarias de los países europeos se han desplomado un 30 % en el mismo periodo. La dificultad para competir en mercados internacionales ha incentivado que la Unión Europea concentre la mayoría de su comercio dentro de sus fronteras, buscando aprovechar la mayor rentabilidad y menores barreras.

 

 

Para este año, impulsado por el aumento en la producción de la mayoría de los principales exportadores y, especialmente, por el fortalecimiento del consumo, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos anticipa un crecimiento en las exportaciones a escala mundial. 

No obstante, la competencia con Brasil y Estados Unidos, junto con los desafíos logísticos en el canal de Suez, podrían afectar negativamente el desempeño de las exportaciones europeas, que el USDA estima que crezcan en un 3 %.

 

 

Se anticipa que el aumento significativo en las importaciones se concentre principalmente en el Este y Sudeste de Asia, donde se espera un crecimiento que varía desde un 2 % en Japón hasta un notable 10 % en Filipinas. 

Como se mencionó anteriormente, China, que se caracteriza principalmente como un país importador, podría experimentar un aumento del 3 % en sus importaciones para equilibrar la disminución de su producción interna.

 

Mercado europeo

En 2023, la producción de carne en la Unión Europea registró una notable caída del 7 %, impulsada en gran medida por las condiciones económicas a escala continental. 

La transferencia del aumento de los costes de producción al consumidor, en un contexto de inflación severa como el vivido durante ese año, resultó en una reducción del consumo del 5 %, que alcanzó su nivel más bajo en al menos los últimos 20 años, y una drástica disminución en las exportaciones fuera de la UE del 16 %, en comparación con el año anterior.

 

 

El descenso de la producción fue especialmente notable en países medianos con una fuerte dependencia del mercado exterior, como Dinamarca y los Países Bajos. Dichos países, que exportan más del 60 % de su producción, vieron disminuir su producción en un 20 % y un 13 % respectivamente. 

La sobrecapacidad resultante del descenso del consumo en Europa el año pasado afectó de manera más pronunciada a estos grandes exportadores, que se inclinan cada vez más hacia la cría de lechones en lugar del engorde por los bajos precios relativos de la carne respecto a otros mercados.

La producción de carne experimentó descensos también en otros países, aunque de forma más moderada: Polonia registró una caída del 2 %, mientras que tanto Francia como España vieron disminuciones del 4 %, seguidas por un 7 % en Alemania. 

El declive en Alemania no solo fue más marcado, sino que además inició antes, impulsado por la baja rentabilidad y la incertidumbre derivada de los costos asociados a nuevas regulaciones.

A pesar de que Alemania posee una robusta industria cárnica, que atrae a animales de otros países para su procesamiento, se observa que está reduciendo su capacidad de sacrificio.

 

 

Después del reajuste experimentado en 2023, a partir de enero de 2024 la industria comienza a observar con alivio la reactivación de la tradicional alta demanda de la temporada primaveral, estimulada además por una leve recuperación económica. Este cambio parece estar contribuyendo a una recuperación de los precios en toda Europa.

 

 

Esta recuperación está desempeñando un papel esencial para mejorar las perspectivas del sector industrial, ya que, a pesar de que los precios del porcino se mantienen elevados, el coste de factores como la mano de obra ha registrado aumentos significativos. Este fenómeno es especialmente evidente en los países del norte y este de Europa, donde la inflación tuvo un impacto más pronunciado en 2023.

 

 

Las significativas pérdidas que han golpeado a la industria porcina europea durante los últimos dos años conducen a una proyección cautelosa y desigual para la recuperación del censo de reproductoras. 

A inicios de 2024, se observa un incremento del 2 % en el censo de reproductoras a escala de la Unión Europea, destacándose España y Polonia con aumentos del 5 % y del 12 %, respectivamente. Sin embargo, solo se prevé que España logre un crecimiento sostenido, manteniendo su número de animales por encima de los registros de 2018.

 

 

No obstante, la recuperación del consumo podría impulsar un aumento en la producción de carne superior al 1,5 % en 2024. A medida que los indicadores económicos muestran signos de mejoría en Europa, a pesar de las incertidumbres en torno a Alemania y su posible contagio a otros países, las previsiones de consumo también mejoran. 

De hecho, se observa un cambio positivo desde el modesto incremento del 0,9 % proyectado por la Comisión Europea en octubre, así como por el USDA en diciembre, al pronóstico del 1,4 % emitido por este último en marzo.

Este leve repunte en el consumo representa el primer aumento del consumo per cápita a escala europea en los últimos seis años. Además de factores económicos, las modificaciones en los patrones de consumo continúan perjudicando la adquisición de este tipo de carnes.

Por otro lado, el crecimiento en la demanda de importaciones de naciones como el Reino Unido, Japón o Corea podría impulsar, aunque de forma leve, las exportaciones europeas, que previamente habían descendido por debajo de los registros de 2016. 

No obstante, la recuperación gradual del consumo interno y el incremento en los precios están mermando paulatinamente las perspectivas de esta revitalización de ventas fuera del ámbito europeo. Adicionalmente, las exportaciones hacia el mercado asiático podrían enfrentar obstáculos debido al incremento de los costes, provocado por las adversidades en el Mar Rojo.

 

Mercado nacional

La estabilización de los precios en el otoño de 2023 y su posterior crecimiento a partir de febrero, junto con la tendencia a la baja en el coste de los piensos durante toda la temporada, están generando una perspectiva más positiva en el sector

El impulso del mercado nacional se refleja en el constante aumento de las importaciones de lechones para la crianza, una tendencia que persiste a lo largo de 2023. 

Este crecimiento se produce a pesar del progresivo aumento de las reproductoras, lo cual está ayudando también a compensar el incremento en la tasa de mortalidad, principalmente ocasionada por problemas sanitarios como el Síndrome Reproductivo y Respiratorio Porcino (PRRS).

 

 

El aumento del censo se ve impulsado por la mejora de los márgenes desde el otoño, después de haber experimentado una caída hacia finales del verano. 

La estabilización de los precios en el otoño de 2023 y su posterior crecimiento a partir de febrero, junto con la tendencia a la baja en el coste de los piensos durante toda la temporada, están generando una perspectiva más positiva en el sector.

 

El aumento en los precios ha permitido que las exportaciones alcancen casi los 6.300 millones de euros, una cifra histórica

El descenso en la producción, combinado con los altos precios, ha tenido un impacto significativo en el comercio exterior de España en productos derivados del cerdo. 

Durante 2023, se observó nuevamente una disminución del 6 % en el volumen exportado en comparación con el año anterior, una tendencia a la baja que comenzó en el segundo semestre de 2021 y que aún no ha mostrado signos de detenerse. A pesar de este declive, el volumen total sigue siendo un 2 % más alto que el promedio de los últimos cinco años.

A pesar de la disminución en el volumen exportado, el valor de estas exportaciones ha alcanzado niveles históricos. El aumento en los precios ha permitido que las exportaciones alcancen casi los 6.300 millones de euros, un 8 % más que el año anterior y un 26 % más alto que el valor promedio de los últimos cinco años.

 

 

La variación en las exportaciones ha sido dispar. Mientras que la carne, el producto más exportado, experimentó una caída del 8 % en 2023, otros productos se han mantenido más o menos estables, como los despojos, e incluso han experimentado un aumento, como las grasas y los productos salados o secos. De hecho, el volumen de estas categorías distintas de la carne continúa siendo elevado en comparación con los últimos cinco años, manteniéndose alrededor de un 15 % por encima en el caso de los productos transformados y un 7 % en el caso de las grasas.

 

 

Si analizamos el destino de estas exportaciones, podemos observar cómo el continente europeo ha recuperado su importancia en los últimos años, llegando a representar el 60 % de nuestras exportaciones, un valor similar al de 2018 y 2019. 

Por otro lado, las exportaciones hacia el conjunto de países asiáticos excluyendo a China han experimentado un deterioro en 2023, disminuyendo del 21 % al 18 % en un año, aunque siguen manteniendo el segundo mayor peso dentro de la cartera de exportaciones en toda la serie histórica.

Finalmente, las exportaciones hacia China han retrocedido, representando el 18 % del total el año pasado, en comparación con el 44 % alcanzado en 2020, cuando los casos de peste porcina impulsaron las importaciones en el país asiático.

 

 

Las importaciones chinas de productos porcinos han experimentado cambios significativos no solo en términos de volumen, sino también en su composición. Mientras que en 2020 la carne representaba el 75 % de las exportaciones españolas, ahora constituye el 53 %, mientras que el restante 47 % corresponde a grasa y despojos. 

Es importante destacar que estas dos últimas categorías han sido las que más han crecido en los últimos cinco años, con aumentos del 170 % y 150 % respectivamente, y que la mayoría se destinan a Asia; por ejemplo, el 70 % de las ventas de despojos se dirige a países del este y sudeste asiático, con un 50 % específicamente hacia China.

La carne europea, en concreto la española sigue gozando de una buena reputación en los mercados asiáticos, ya que entre otros factores, garantiza la ausencia de ractopamina

La disminución en las exportaciones hacia Asia, y en particular hacia China, se atribuye a dos factores principales: la reducción en las importaciones de carne debido a la recuperación de su propia producción porcina, y los elevados precios en Europa, que hacen que el mercado europeo sea más atractivo para las exportaciones.

Las importaciones chinas de carne de cerdo procedentes del resto del mundo han disminuido un 64 % desde su punto máximo en 2020. Además, las empresas chinas están mostrando un interés creciente en Brasil, que se ha convertido en el principal proveedor de carne en 2023, con una participación de mercado del 26 %. 

A pesar de estas tendencias, China sigue siendo el principal cliente en términos de volumen de carne exportada, y en 2023, España ocupó el segundo lugar como proveedor, con una participación del 24 %, muy cerca de Brasil.

La carne europea, en concreto la española, sigue gozando de una buena reputación en los mercados asiáticos, ya que entre otros factores, garantiza la ausencia de ractopamina

El uso de esta sustancia sigue generando debates internos donde su uso está autorizado y en los países importadores, aunque en algún caso con acusaciones de manipulación informativa por parte de China.

 

 

Si nos centramos exclusivamente en la evolución de las exportaciones de carne, se observa claramente un aumento en el valor y volumen de las exportaciones hacia los países europeos, a expensas de las dirigidas hacia los países asiáticos, donde también se aprecian diferencias significativas.

El precio promedio de las exportaciones hacia Europa aumentó un 20 % en 2023 en comparación con 2022. Los precios más atractivos del producto en Europa, donde además no existe una competencia directa con otros grandes productores, resultaron ser más atractivos para las empresas nacionales.

Por el contrario, en el caso de China, no solo se redujeron las compras y el valor, sino que el precio promedio también disminuyó un 4 %, lo que implicaría una reducción de la venta de cortes de mayor valor destinados para su mercado. 

Por otro lado, países del este asiático como Japón y Corea, así como otros países del sudeste asiático, experimentaron un aumento en los precios promedio del 6 % y 11 % respectivamente, a pesar de la reducción en el volumen y valor total de las exportaciones.

 

 

Estos cambios han propiciado que dentro del comercio de carne el peso de la carne fresca sea ahora el mayoritario, ocupando un 83 % del volumen frente a la congelada.

 

 

El aumento en el precio de la carne de cerdo se ha reflejado gradualmente en el consumidor, de modo que, aunque continúa siendo una de las opciones más económicas, ha experimentado el mayor encarecimiento en 2023

Este incremento ha sido más acusado en la carne fresca en comparación con la carne seca o salada. Además, los aumentos más significativos se registraron durante la primavera, lo que sugiere que esta diferencia podría acentuarse aún más en 2024.

 

 

Esta mayor subida ha tenido una clara repercusión en el consumo. En los 11 primeros meses de 2023 el consumo creció un 6 % respecto al mismo periodo el año anterior en carne fresca, aunque en transformada (jamones, chorizos, fiambres) se mantuvo estable.

 

 

El efecto de la inflación ha provocado un aumento significativo en el gasto en productos derivados del cerdo, con un incremento del 18 % en carne fresca y un 9 % en productos transformados en comparación con el año anterior, alcanzando casi niveles máximos durante la pandemia.

 

 

A pesar de todo, el consumo total podría incluso haberse incrementado en 2023, probablemente también gracias al incremento del turismo, ya que el número de turistas internacionales y el gasto por turista superaron los registros estadísticos de todos los años anteriores.

 

 

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Conclusiones

El sector productivo se halla inmerso en la volatilidad de la economía global, impactando desde el coste de los insumos hasta el poder adquisitivo de los consumidores, sin olvidar la influencia de factores políticos y climáticos. 

Actualmente, las proyecciones económicas anticipan un crecimiento moderado, especialmente notable en Estados Unidos y en países emergentes (aunque con dudas con China), acompañado de una estabilización de la inflación. La mejora en las cosechas y la reducción en los precios de la energía están mitigando los costos de producción porcina, aunque las repercusiones del conflicto en Oriente Medio y la invasión de Ucrania persisten como preocupaciones significativas.

A escala internacional, se prevé que el crecimiento económico impulse un aumento en la producción y el consumo en la mayoría de los países. Sin embargo, este panorama se ve opacado por las perspectivas desfavorables en China, cuyo crecimiento se mantiene lánguido a pesar de las intervenciones políticas.

En el contexto europeo, el estímulo de la demanda durante la primavera y el fortalecimiento de los indicadores macroeconómicos están propiciando un aumento en los precios. 

Este escenario, junto a un entorno de costes más controlado, está favoreciendo la recuperación de la producción, marcando un claro contraste con las considerables pérdidas registradas en años previos. Sin embargo, hay incertidumbres sobre las posibles repercusiones que podría tener una eventual desaceleración económica en Alemania.

El análisis del mercado nacional resalta una reactivación económica que estimula la demanda y el aumento de precios, proyectando un crecimiento más robusto en comparación con el resto de Europa. 

Esto se ve reforzado por una concentración creciente de nuestras exportaciones hacia el mercado europeo, dada la dificultad de competir con Brasil y Estados Unidos, situación agravada ahora por el cierre del tráfico en el Mar Rojo.