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Hortalizas al aire libre Semestre S2 2022. Mayores precios para una menor producción

Economía Agroalimentaria
Estadísticas
El menor rendimiento por superficie en 2022 por la meteorología, junto con una menor superficie, ha ocasionado una reducción de la producción española
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22 November 2022

NOVIEMBRE 2022 | En el balance del primer semestre de 2022 se ha reducido la oferta de las principales hortalizas cultivadas en España. La menor superficie, junto con un peor rendimiento por hectáreas y las inclemencias meteorológicas (clima más cálido y menos precipitaciones, exceptuando los 5 primeros meses del año en el suroeste de la península ibérica) han sido los factores que han provocado este descenso, especialmente de melón (-20,7 %), de sandía (-22,8 %) y de lechuga (-22,7 %). Hasta finales de septiembre de 2022, los precios han aumentado para los principales productos hortícolas, excepto ajo.

El ajo ha registrado un descenso del 7,4 %, respecto al mismo periodo del año pasado. El incremento de costes y el menor precio percibido ha provocado que sea el producto hortícola con peor rentabilidad. También, ha visto disminuida su demanda por la reducción del consumo en los hogares, junto con una contracción en la producción y en las exportaciones y en las importaciones. Entre enero y julio de 2022, España es el principal suministrador a la UE-27 y Reino Unido, a pesar de haberse reducido un 26,7 % en cantidad. No obstante, su balanza comercial ha mejorado porque las importaciones se han contraído en mayor magnitud.

La zanahoria han registrado un patrón similar al ajo, pero con la única diferencia de que las importaciones se han incrementado, provocando una disminución del superávit comercial.

La cebolla ha sido el producto con mayor incremento (+39,2 %) en el superávit comercial en valor entre enero y agosto, por la disminución de las compras foráneas y por el incremento de las exportaciones. España se ha posicionado como segundo país suministrador de la Unión Europea tanto en valor como en volumen, debido a la contracción producida en Egipto.

El precio de sandía sin semillas ha registrado el mayor aumento (+111,1 %) entre las principales hortalizas por la menor oferta productiva y por el incremento de las ventas al exterior en valor, lo que ha hecho que la balanza comercial en valor se haya expandido hasta los 384 millones de euros (+11,0 %), a pesar de que las importaciones también hayan crecido un 50,0 % en valor, respecto al mismo periodo del año pasado.

El melón ha tenido un comportamiento similar a la sandía, con un aumento del precio (+82,6 %), pero las exportaciones se han contraído en valor (-0,4 %) situando el superávit comercial en 226 millones de euros.

El espárrago de Navarra ha tenido un mejor comportamiento que el de Andalucía porque los productos navarros han incrementado sus precios (+12,4 %) y su producción (+2,0 %), frente a los andaluces que han reducido sus cotizaciones (-0,2 %) y su cosecha (-9,6 %), respecto al mismo periodo del año pasado. La balanza comercial del espárrago ha registrado una contracción del superávit en valor de -26,2 %, debido al incremento de las importaciones y la reducción de las exportaciones.

Al analizar el consumo en los hogares se han observado menores cantidades compradas en todos los productos hortícolas estudiados, a excepción de la sandía, que ha incrementado (+12,3 %).

Este descenso en el consumo de hortalizas se ha producido en más productos de la cesta de la compra, ya que ha habido una menor producción como consecuencia de la alta inflación registrada y porque al levantarse las restricciones de la pandemia, los consumidores pasan más tiempo fuera de casa.

Las perspectivas del sector de hortalizas al aire libre son optimistas, ya que la demanda está activa por parte de la distribución. La incertidumbre en la producción de aquellos países europeos con alta dependencia de la energía para las explotaciones (debido al incremento de las cotizaciones del gas por la posible paralización del suministro del gas ruso) hacen presagiar que se producirá una contracción de la oferta en estos y una mayor demanda para los países productores con una menor dependencia de la energía como es el caso de España.

Ahora el gran reto del sector es conseguir la mayor eficiencia como productor y como comercializador debido al incremento de los costes energéticos previstos, embalajes (cartón y plásticos) e insumos de las explotaciones agrícolas. El agricultor tendrá que optimizar sus gastos fijos para producir un producto de calidad, pero con la mayor rentabilidad posible.