PLANTAS BIOCIDAS. Estudio de la influencia de la introducción del cultivo de plantas biocidas sobre la sanidad y calidad edáfica del suelo

Cambio Climático
Manejo de Cultivos
Mejora de Cultivos y Herramientas
Producción Vegetal
Sostenibilidad
Alternativa sostenible a la desinfección de suelos agrícolas.
proyecto

Centro y equipo del proyecto

Responsable del proyecto

  • Foto de Carlos Baixauli
    Director del Centro de Experiencias de Cajamar

Equipo Cajamar


Ámbito y alcance

  • Ámbito del proyecto:Nacional
  • Tipo de financiación:Colaboración
  • Línea de trabajo:Agrosostenibilidad
  • Taxonomía:Prevención de la contaminación

Contenido

Uno de los principales retos de la horticultura convencional es intentar reducir los problemas que se ocasionan en el suelo por la falta de rotación de cultivos. La repetición anual de la una especie en la misma parcela produce fatiga y favorece la aparición de patógenos de suelo asociados al cultivo como hongos que dañan el sistema radicular y vascular de las plantas (Phytophthora, Verticillium, Fusarium, Rhizoctonia) y nemátodos, que son gusanos microscópicos que se alimentan de las raíces de las plantas provocando una gran depresión en los cultivos. Todos estos patógenos tienen además la capacidad de crear estructuras que pueden permanecer latentes en el suelo durante muchos años y volver a reinfectar el cultivo cuando la especie vuelve a la misma parcela. La principal herramienta utilizada en la horticultura convencional para controlar los patógenos de suelo ha sido la desinfección química pero actualmente existe una alternativa sostenible como es la utilización de las plantas biocidas. las especies que se utilizan con fines biocidas son aquellas con un alto contenido en glucosinolatos, la sustancia responsable de generar en su descomposición gases con efectos biocidas. Entre las especies más utilizadas se encuentran la Brassica nigra (mostaza negra), B. juncia (mostaza parda), B. carinata (mostaza abisinia), B. oleracea (col de jardín), B. napus (nabo), Sinapis alba (mostaza blanca), Raphanus sativus (rábano) y Eruca sativa (rúcula)…

 

El objetivo es sembrar especies biocidas que puedan incorporarse al terreno antes de comenzar la plantación de un tomate valenciano en ciclo de primavera – verano y evaluar los resultados de esta técnica, que se plantean a medio plazo, al conseguir reducir progresivamente las poblaciones de microorganismos nocivos para el cultivo, estudiándose sobre el compartimiento productivo de una selección de tomate valenciano y comparándola con un testigo sin cultivo previo de biocidas. Además, se testará la variedad de tomate injertado y sin injertar en ambos tratamientos.
Por otro lado, además de este objetivo prioritario también se obtienen otros efectos beneficiosos como el aumento de fertilidad del suelo y la mejora de sus propiedades físicas y microbiológicas.

 

Colaboradores:

Fundación GRUPO CAJAMAR