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Avícola de carne Semestre S2 2022. Los altos precios impulsan la rentabilidad a positivo

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Producción Animal
En el último año, el sector de avícola de carne ha sufrido bastante en todos los eslabones de la cadena de valor desde su etapa de producción hasta la industria
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16 December 2022

DICIEMBRE 2022 | Desde julio de 2022, el sector productivo de carne de pollo registra rentabilidades positivas en las explotaciones ganaderas por el encarecimiento del precio del pollo a la canal, dejando atrás un periodo de viabilidad negativa desde agosto de 2021. Por lo cual, parte de este beneficio tiene que ir destinado a cubrir las pérdidas de ciclos anteriores y con la mentalidad de cubrir todas las plazas posibles en las explotaciones para aprovechar este ciclo de rentabilidad positiva.

La industria cárnica del sector del pollo no está atravesando su mejor ciclo económico, debido al cuello de botella que se ha producido entre el incremento de sus materias primas (carne de pollo) y el precio repercutido al consumidor, que ha sido en mayor magnitud durante todos los meses de 2022.

La situación es compleja porque la distribución minoristas no quiere incrementar los precios a los hogares porque el consumo está disminuyendo las compras de este producto y de otros agroalimentarios debido a la pérdida de poder adquisitivo en las familias por la inflación. No obstante, el incremento del consumo en el canal horeca está compensando las pérdidas del sector, sobre todo las empresas suministradoras a hoteles y restaurantes, ya que ha crecido el número de turistas nacionales e internacionales, que ha sido el gran propulsor para que el consumo aparente de España registre un aumento del 4,4 % entre enero y septiembre de 2022, respecto al mismo periodo del año pasado.

Con respecto al comercio de carne avícola, se ha producido un déficit en valor (-40 millones de euros entre enero y septiembre), mientras que en cantidad se ha mantenido en superávit (+8,5 miles de toneladas), aunque se ha reducido un -84,5 %, respecto al mismo periodo del año pasado. Esto se ha debido a la subida de valor de la carne y a las partidas importadas, que han sido de mayor cuantía por kg comprados que las vendidas al exterior. Esta circunstancia se estima que es puntual y que se ha dado por las necesidades de cubrir el aumento del consumo aparente en España. No obstante, hay recorrido para incrementar la producción y para cubrir las necesidades internas del país, y así recuperar las exportaciones del año pasado, porque la rentabilidad del ciclo de engorde está en positivo y el precio de la carne de pollo en España está más barato que en Europa. Estas circunstancias, junto con los menores costes productivos españoles, y aprovechando el descenso del sacrificio en cantidad en Francia (-8,9 %), Alemania (-1,4 %) e Italia (-14,3 %). Aunque tendremos que ser más competitivos que las mercancías procedentes de Polonia y Turquía, que han aumentado sus producciones en 7,7 % y 10,4 % en los nueve primeros meses, respecto al año anterior. Tampoco hay que perder de vista a Brasil, que es muy competitivo y ha conseguido expandir sus ventas hacia Europa en 2022.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, se estiman buenas perspectivas para el sector de carne avícola de cara a 2023 por la recuperación de la rentabilidad del sector de finales de 2022 y porque su principal partida de costes, los piensos, que se elaboran a partir de los cereales, están reduciendo sus cotizaciones debido a la mayor cantidad inyectada del grano ucraniano y ruso en el mercado, gracias al reciente acuerdo de continuidad del comercio agroalimentario a través del mar Negro.

La producción española de carne de pollo tiene recorrido para expandirse por el aumento del consumo aparente; además, si se aprovechan los descensos productivos de los países europeos, se pueden incrementar sus ventas al exterior.

Las perspectivas europeas es que la producción en su continente se contraiga un 0,4 % en 2023 por los costes de los insumos, a pesar de la buena demanda de esta carne, que es más económica.

El mayor enemigo del sector es la inflación por el incremento de costes y la reducción del consumo por la pérdida de poder adquisitivo de las familias en la cesta de la compra y por la probabilidad de una reducción de turistas tanto nacionales e internacionales, que ha sido el mayor propulsor del aumento del consumo de la carne en el canal horeca. La inflación en noviembre ha registrado un IPC del 6,6 %, así que empieza alejarse de los valores más altos.

El otro gran reto es mantener las medidas de bioseguridad para tener controlados los brotes que se puedan producir de la IAAP, por tanto, no se puede bajar la guardia, se necesita extremar la vigilancia en las explotaciones y los veterinarios jugaran un papel clave, asesorando a los ganaderos e implantando medidas de seguridad oportunas para evitar el contagio procedente de la fauna silvestre.

 

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