7 min

Contención de deuda y morosidad financiera en el sector agroalimentario

17 November 2024
Economía Agroalimentaria
Economía y Empresa
La agraria y agroalimentaria nunca han sido actividades especulativas, y eso se nota en la gestión financiera de sus inversiones y en sus niveles de morosidad
Endeudamiento agro

17 November 2024

La evolución coyuntural del grado de endeudamiento crediticio de la actividad en los sectores agrario (agricultura, ganadería, caza y selvicultura), pesquero y agroalimentario, y su comparación con el resto de las actividades productivas, es uno de los fundamentos macroeconómicos que despierta mayor interés (y nunca mejor dicho) informativo para conocer la temperatura financiera de los mismos. 

Aunque se trata de datos agregados, aportan una visión general de la situación actual del crédito que sostiene al sector agroalimentario, e indican las posibles dificultades de financiación que presentan ante las entidades financieras, al analizarlos también y de forma paralela en relación con el volumen de los créditos de dudoso cobro, incluidos aquellos que han entrado en la fase de morosidad.

Entrando en faena, según el análisis del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) a partir de los datos publicados por el Boletín Estadístico del Banco de España, hay que destacar la orientación a la baja del endeudamiento financiero de los sectores agrario, pesquero y de la industria de alimentación, bebidas y tabaco, hasta el pasado 30 de junio del presente año, así como la contención de los niveles de morosidad en relación con los préstamos “vivos” o en vigor.

 

endeudamiento-agro-1.png
Fuente: MAPA.

 

Así, el sector agrario rebajó su deuda crediticia al término de la primera mitad de 2024 hasta los 19.906 millones de euros, una cifra no conocida al menos en el presente siglo, con un descenso del 0,3 % trimestral y del 2,6 % interanual (con respecto a 30 de junio de 2023). A simple vista, este dato da lugar a interpretaciones que incluso son opuestas

De entrada, puede parecer positivo ese menor nivel de endeudamiento, si apreciamos que el sector directamente (a través de los recursos que genera en su propio negocio) o indirectamente (mediante ayudas o apoyos públicos) es capaz de financiarse en buena parte por sí mismo para desarrollar su actividad sin acudir en exceso a financiación ajena.

Pero también puede darse otra lectura, quizás más preocupante, si estimamos que ese menor endeudamiento se debe a una contracción de la actividad y a menos inversiones que necesitan financiación externa a corto (liquidez para hacer frente a los costes de campaña) o a medio-largo plazo (adquisición de maquinaria, infraestructura, tierras… etc.).

Lo más lógico es, por tanto, no descartar ninguna de las dos opciones de interpretación, porque ambas pueden obedecer a la realidad y responder a casos específicos si se desciende a analizarlos sobre el terreno.

Al final del primer semestre del año, el nivel de endeudamiento de la actividad agraria era equivalente a solo el 58,5 % de su Valor Añadido Bruto (VAB) que, en su tercera estimación (avance) de octubre de las Cuentas Económicas de la Agricultura (CEA) de 2023, se elevó a 34.020,1 millones de euros. 

Eso, en un año en que la Renta Agraria marcó un récord de 33.068,1 millones, sin que por ello fuese un buen año para todos, debido a que muchos sectores (principalmente los extensivos), padecieron una fuerte reducción de sus cosechas por la sequía y una menor disponibilidad de agua para riego. Algo que fue compensado por otros sectores (como los ganaderos) con mejor desempeño, pero sobre todo por una inflación de precios unitarios de los productos.

Al cierre del primer trimestre del año, la deuda financiera de la actividad agraria era equivalente al 3,7 % del endeudamiento total (544.223 millones de euros) que mantenía el conjunto de las actividades productivas de la economía española.

Variación del endeudamiento

endeudamiento-agro-3.png
Fuente: MAPA.

Industria agroalimentaria

Por su parte, el nivel de deuda financiera de la actividad de la industria de alimentación, bebidas y tabaco, se incrementó ligeramente en un 0,3 % respecto al primer trimestre del año, hasta 24.162 millones de euros, pero se redujo un 3,8 % con relación al mismo periodo del año anterior. Este volumen de crédito equivalió al 74,8 % del VAB de la industria agroalimentario (estimado para 2023 en 32.303 millones de euros por el Observatorio del Sector Agroalimentario en el contexto europeo). Este endeudamiento representó, a su vez, el 4,4 % del volumen total de deuda “viva” del conjunto de las actividades productivas. 

Sector de la pesca

En línea con los sectores anteriores, el sector pesquero recortó su nivel de deuda un 0,3 % trimestre, así como un considerable 6,2 % interanual, dejándolo en apenas 812 millones de euros, equivalente al 59,7 % de su VAB (dato 2022). 

A la hora de interpretar la diferente evolución en este ámbito de unos u otros sectores, esta menor deuda financiera en el sector de la pesca podría deberse a que ha acometido menores inversiones, con demanda de financiación ajena, para el desarrollo de una actividad que lleva años en una situación económica delicada.

 

En todo caso, los actuales importes de endeudamiento del sector primario (agrario y pesquero) están muy alejados de los niveles máximos de financiación, alcanzados en el tercer trimestre de 2008 (23.936 millones de euros en el agro y 2.657 en la pesca), poco después de desencadenarse la crisis financiera a raíz de la quiebra de la entidad Lehman Brothers, en Estados Unidos, que provocó un shock de crédito, arrastrando a los mercados financieros de todo el mundo. De hecho, el endeudamiento del sector agrario en 2008 representó el 105 % del VAB sectorial de ese año, cifra muy diferente al menos del 60 % actual.

En la industria agroalimentaria, la mayor cuantía de deuda financiera se produjo al final del primer trimestre de 2023, cuando llegó a los 25.214 millones de euros, superando los 23.035 millones de deuda del periodo señalado.

Créditos dudosos

La subida de los tipos de interés de los préstamos bancarios en los años posteriores a la pandemia de covid-19, debido a una inflación de la oferta (costes de los medios de producción y de los servicios) por la guerra en Ucrania, llevó a un ligero repunte de la tasa créditos de dudoso cobro (incluidos los morosos) en relación con la deuda “viva”, afectando a la financiación de la actividad económica en general.

Evolución de la tasa de dudosos en el sector

endeudamiento-agro-2.png
Fuente: MAPA.

 

Esta situación incidió también, como no podía ser menos, en una mayor carestía (subida de tipos de interés) de la financiación externa de la actividad agraria y agroalimentaria. La tasa de créditos dudosos aumentó ligeramente con respecto a un año antes, pero sin llegar a alcanzar unos niveles que puedan calificarse (globalmente) como preocupantes. Por su particular condición, la agraria y agroalimentaria nunca han sido actividades especulativas y eso es algo que se nota en la gestión financiera de sus inversiones y en sus niveles de morosidad, que se mantienen bastante estables pese a los vaivenes coyunturales de los mercados.

A finales de primer semestre del año, la actividad agraria contabilizaba 1.080 millones de euros de créditos dudosos, con una tasa sobre préstamos “vivos” (en vigor y por amortizar) del 5,4 %, dos décimas porcentuales más que en el mismo periodo del año anterior (5,2 %), pero tres décimas menos que en el primer trimestre, cuando la tasa de morosidad llegó hasta el 5,7 % (el BCE aún no había iniciado la senda bajista de los tipos oficiales de interés financiero). 

La tasa de dudoso cobro del conjunto de las actividades económicas en este periodo bajó hasta el 4 %, es decir, aproximadamente 1,4 puntos porcentuales inferior a la del sector agrario, mientras que la del conjunto de la economía (incluidos créditos a hogares) se situó en el 3,4 %, dos décimas menos que al final del primer trimestre.

En la industria agroalimentaria, la tasa de créditos dudosos se situó en este mismo periodo en el 4,2 % sobre deuda “viva”, con 1.018 millones de euros, pero aumentó en 9 décimas respecto a la que tenía (3,3 %) al cierre del segundo trimestre de 2023, mientras que la del sector pesquero, pese a ser de apenas 85 millones de euros, representó un 8 % del total de sus préstamos, tres décimas más que la de un año antes (7,7 %), pero tres menos sobre la del primer trimestre de 2024.