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¿Para qué se utilizan los gases fluorados en el sector agroalimentario?

Cambio Climático
Sostenibilidad
Estos gases representan un 2,5 % del total de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo y se busca una reducción en Europa que llegue al consumo nulo en 2050
Camión refrigerado con productos perecederos


17 April 2023

Los gases fluorados se utilizan como refrigerantes y son necesarios para la conservación de los alimentos a lo largo de toda la cadena de valor, si bien tienen un efecto invernadero que hace necesaria la reducción de su uso en los próximos años.

Desde el momento en que se recogen las cosechas como las de fruta y verdura hace falta mantenerlas en frío, lo que incluye el transporte refrigerado para su traslado a los diferentes mercados de España y del exterior.

Al llegar a su destino, muchas de esas producciones se guardan en cámaras frigoríficas en el almacenaje y en los expositores de los supermercados, que además deben mantener la temperatura en su interior y recurrir al aire acondicionado o la calefacción.

Los gases fluorados, que sirven para la refrigeración, no tienen fuentes naturales y solo provienen de actividades del ser humano

Muchos de ellos tienen un Potencial de Calentamiento Atmosférico (PCA) muy elevado en comparación con otros gases de efecto invernadero, persisten en la atmósfera hasta miles de años y se dispersan por todo el mundo.

Una de las categorías de gases fluorados es la de los hidrofluorocarbonos (HFC), cuya principal fuente de emisiones es su uso como refrigerantes

Estos productos químicos se desarrollaron como sustitutos de sustancias que destruyen la capa de ozono y que se están eliminando de forma progresiva a nivel internacional de acuerdo con el Protocolo de Montreal.

Dentro de los HFC se han creado refrigerantes de última generación, las hidrofluorolefinas (HFO), que tienen un potencial de calentamiento más bajo y menos persistencia atmosférica.

Los gases fluorados, incluidos en los esfuerzos del Acuerdo de París contra el cambio climático, representan un 2,5 % del total de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Su oferta ha disminuido desde 2015 y actualmente se están utilizando alternativas de origen natural como el dióxido de carbono o el amoniaco en muchos equipos que antes empleaban gases fluorados.

El Grupo Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático (IPCC) estima que se requiere una disminución de hasta el 90 % de los gases fluorados de efecto invernadero a nivel mundial entre 2015 y 2050.

En 2016, los países firmantes del Protocolo de Montreal decidieron reducir la producción y consumo de HFC en más del 80 % en los siguientes 30 años.

La Unión Europea está inmersa en un proceso de revisión legislativa y, en su última propuesta, la Comisión Europea ha instado a reducir emisiones equivalentes a 40 millones de toneladas de dióxido de carbono para 2030 y 310 millones de toneladas a mitad de siglo.

Ante las próximas negociaciones entre las instituciones europeas, que se espera que culminen a finales de este año, el Parlamento Europeo reclama una eliminación más rápida de los hidrofluorocarbonos en el mercado europeo a partir de 2039, de forma que su producción y su consumo sean nulos en 2050.

Los sectores de la industria y la distribución españolas han expresado su compromiso en alcanzar la neutralidad climática en 2050, pero han advertido de que imponer restricciones mucho más severas a los gases fluorados limitará su actividad por la dependencia de la refrigeración en toda la cadena de suministro.