
27 October 2025
España, Italia, Reino Unido, Dinamarca, Noruega, Bélgica y Suiza se han unido en un proyecto científico que podría transformar la forma en que se combate a las plagas agrícolas.
CropSafe, financiado por la Unión Europea, apuesta por pesticidas verdes elaborados a partir de residuos orgánicos como posos de café, algas marinas y subproductos forestales.
Liderazgo desde Alicante
La iniciativa está coordinada por el Grupo de Investigación de Fitopatología de la Universidad de Alicante (UA), dirigido por el profesor Luis Vicente López Llorca y con la participación del doctor Federico López Moya. Este equipo trabaja en la obtención de compuestos bioactivos con baja huella de carbono, capaces de sustituir a los pesticidas químicos tradicionales.
Cultivos en riesgo
CropSafe se centra en tres cultivos esenciales para la alimentación: patata, tomate y plátano. Los dos primeros sufren el ataque de nematodos, parásitos que dañan las raíces y pueden reducir las cosechas, en el caso del tomate hasta en un 65 %.
En el caso del plátano, el picudo negro y el hongo Fusarium oxysporum amenazan con provocar una crisis global.
De residuos a soluciones
Tres biorrefinerías en Noruega y Dinamarca aportan la biomasa que servirá como base para los nuevos pesticidas. Los ensayos se realizarán en Reino Unido (patata), Italia y España (tomate), y Canarias (plátano), en colaboración con Coplaca.

Primeros resultados prometedores
En los laboratorios de la UA, los investigadores ya han obtenido compuestos con propiedades antifúngicas y antiparasitarias. Además, se estudia el uso de microorganismos antagónicos como agentes de control biológico, capaces de generar metabolitos útiles para el campo.
CropSafe no solo busca proteger los cultivos, sino también revalorizar residuos que hoy suponen un problema ambiental. Una apuesta por la sostenibilidad y la economía circular que podría marcar un nuevo rumbo en la agricultura europea.
