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Interpretación y diagnóstico de suelos: importancia del muestreo

Manejo de Cultivos
Sostenibilidad
Este tipo de análisis ofrece una información valiosa que permite establecer el aporte de fertilizantes, evitar deficiencias, aumentar la productividad, calidad, además de mejorar la rentabilidad de los cultivos
Brotes jóvenes de soja plantados en hileras ordenadas


16 October 2023

Es fundamental el análisis de suelo de cara a una agricultura sostenible, pues podemos ahorrar fertilizantes o evitar la contaminación, pero sobre todo, convivir de forma amigable aumentando su biodiversidad.

Los análisis de suelos proporcionan información sobre las propiedades físicas, químicas y biológicas de los mismos, constituyendo una herramienta necesaria para un correcto manejo de los cultivos.

La utilidad de estos análisis se basa en diversas razones fundamentales:

  • Aportar la dosis adecuada de fertilizantes, lo que se traduce en un ahorro de fertilizantes y, por tanto, un ahorro económico, pero también, y no menos importante, una reducción del impacto ambiental, evitando la acumulación y contaminación innecesaria que provoca el exceso de abonado.
  • Evitar deficiencias por falta de un nutriente en concreto o por desequilibrios nutricionales.
  • Aumentar la productividad y la calidad de las cosechas, como consecuencia de una fertilización ajustada y equilibrada.
  • Aumentar la rentabilidad, derivada del ahorro de fertilizantes y de la mayor productividad.
  • Realizados en forma sistemática a través del tiempo, permiten conocer cómo evoluciona la fertilidad de un lote.

Una analítica de suelos consta de varias fases bien diferenciadas:

  1. Toma de muestras en campo.
  2. Determinaciones analíticas en laboratorio.
  3. Interpretación de resultados.
  4. Elaboración de recomendaciones a la vista de los resultados.

Para la correcta interpretación es fundamental hacer un muestreo correcto del que podamos extraer la máxima información.

1.1. Toma de muestras en campo

La toma de muestras es la parte más importante, y a su vez la más difícil, en el análisis de suelos, pues una pequeña cantidad de suelo debe representar las características de una gran área de cultivo

Por lo tanto, los procedimientos para tomar la muestra de suelo deben ser rigurosos, ya que una muestra mal tomada puede inducir a posteriores errores de interpretación en los resultados.

La toma de muestras constituye el primer paso de un análisis químico de suelo, y el más crítico, ya que se constituye como la fuente de error más común. 

Un muestreo mal realizado puede introducir entre un 70 % y un 85 % de error en los datos obtenidos posteriormente, por lo que el análisis de una muestra mal tomada no tiene ningún valor y puede inducir a una fertilización equivocada con consecuencias de gravedad variable.

Un muestreo mal realizado puede introducir entre un 70 % y un 85 % de error en los datos obtenidos posteriormente

Los aspectos generales más importantes que deben tenerse en cuenta para realizar el muestreo para evaluación agrícola de suelos son los siguientes:

1.2.1 Definir las unidades de muestreo    

Antes de comenzar el muestreo de suelos es de vital importancia haber definido con anticipación las ‘unidades de muestreo’, es decir, zonas o áreas con características homogéneas o similares en cuanto a topografía, vegetación, especie cultivada, sistemas de cultivo y manejo del suelo, características físicas (textura y color), profundidad de suelo, drenaje, etc.; realizando o analizando tantas unidades de muestreo como sean necesarias en función de las características de la parcela. 

1.2.2 Época del muestreo

En general, se recomienda realizar el muestreo con 1 o 2 meses de antelación al establecimiento del cultivo. De esta manera hay tiempo para obtener los resultados, interpretarlos, establecer las recomendaciones y adquirir los fertilizantes y mejoradores de suelo, y así, poder implementar un programa óptimo de fertilización. 

En función del tipo de cultivo, hay algunas fechas recomendadas para realizar el muestro de suelo: 

  • Cultivos hortícolas de verano: desde su cosecha hasta antes de su implantación, a ser posible con un tiempo de dos meses de antelación a la plantación, para así poder aplicar soluciones en caso de identificar problemas.
  • Cultivos hortícolas de invierno: hasta dos semanas antes de su siembra/plantación.
  • En huertos de frutales el muestreo debe realizarse antes de la primavera, para decidir el programa de fertilización antes de la brotación. Si las condiciones de tiempo lo permiten, el muestreo se puede realizar antes de la labranza, en caso de realizarla.
  • Olivar, viñedo, pistacho e higuera: siempre tras la cosecha. 
  • Cítricos, de noviembre a enero, habiendo transcurrido como mínimo 1 mes desde el último abonado. 

En el caso de plantaciones frutales, cítricos, viña y olivar, es imprescindible un primer análisis de suelo antes de la plantación, para la correcta elección de los portainjertos y del abonado de fondo.

No se debe muestrear después de aplicar fertilizantes o encalar, ya que alteraría el resultado de las analíticas, teniendo que transcurrir, como mínimo, 1 mes desde la última aplicación y la toma de la muestra. 

Los análisis tras la fertilización solo se realizarán en caso de necesidad imperiosa por tener algún problema con la fertilización en el cultivo

1.2.3 Puntos de muestreo

Cada muestra de suelo estará compuesta de unos 15 a 20 puntos de recogida, también denominadas submuestras, que se tomarán de diferentes lugares de la parcela, de manera que toda el área quede representada.

Existen varias formas de muestrear la parcela, siendo algunas de las recomendadas: el muestreo en X, muestreo en zigzag o muestreo en cuadrículas o grillas

 

Formas de muestrear una parcela

 

Sea cual fuere la manera de muestrear, es muy importante no tomar muestras en sitios cercanos a las orillas del campo, donde es común que se acumulen cantidades excesivas de fertilizante debido a las vueltas del tractor.

  • En el caso de frutales, cítricos, viña y olivar con cultivo establecido, las submuestras deben de cogerse en el área de sombra de la copa del árbol, ni muy cerca del tronco del árbol, ni muy alejado.
  • En riego por goteo, cada submuestra se recoge de un punto situado entre gotero y la planta, en un entorno de unos 10 -15 cm del gotero, no situándose ni debajo de este (zona muy lavada) ni en los bordes del bulbo húmedo (frente salino).
  • En el caso de cultivos en invernadero, con sistemas de riego por goteo, las muestras deben de tomarse del lugar donde vayan a ubicarse las líneas de cultivo, en función del marco de plantación. 
  • El sistema de muestreo en los suelos enarenados de la zona de Almería es diferente en cuanto a que la raíz de la planta se encuentra en la interfase formada por una capa de arena, otra de materia orgánica, generalmente estiércol y la denominada ‘tierra de cañada’. Para la toma de la muestra se eliminarán las capas de arena y materia orgánica y nos centraremos en la capa de tierra. Si esta es arcillosa, con un contenido de un 40 % de arcilla, muestrearemos a 5-10 cm de profundidad. Si es de tipo franco a franco-limoso, las denominadas ‘greas’, deberemos de profundizar hasta los 15-20 cm. Se debe seguir siempre la pauta de muestreo que será el tomar la muestra en la zona donde se encuentren la mayor cantidad de raíces. 

1.2.4 Toma de la muestra

Antes de tomar las submuestras debe limpiarse la superficie del terreno en cada lugar a muestrear, retirando las hojas y otros restos de plantas, residuos orgánicos etc.

La recolección de las submuestras se recomienda realizarla con una barrena, de preferencia de acero inoxidable, con la cual se extraen pequeñas cantidades de suelo a una misma profundidad. Si no se cuenta con una barrena, la extracción también puede realizarse con pala recta o con azada, en cuyo caso se hará una cavidad en forma de “V” con una profundidad de 30 cm. 

A partir de esta cavidad, se cogerá una lámina de suelo de unos 5 cm. de espesor, obteniendo una rebanada de suelo, de la que se despreciarán los bordes de la rebanada, cogiendo solo la parte central, según se muestra en las fotografías.

 

Fotografía 1.- Barrena, pala recta y azada.

 

Fotografía 1. Barrena, pala recta y azada.

 

Fotografía 2.- Toma de muestra con barrena.

 

Fotografía 2. Toma de muestra con barrena.

 

Fotografía 3.- Cavidad en forma de “V”.

 

Fotografía 3. Cavidad en forma de 'V'.

 

Fotografía 4.- Toma de muestra de suelo con pala.

 

Fotografía 4. Toma de muestra de suelo con pala.

 

Fotografía 5.- Retirada de los bordes de la muestra, cogiendo únicamente la parte central.

 

Fotografía 5. Retirada de los bordes de la muestra, cogiendo únicamente la parte central.

 

Una vez obtenidas todas las submuestras se mezclarán bien, rompiendo los terrones y tirando las piedras de mayor tamaño. De esta mezcla se tomará aproximadamente 1 kg de suelo que se pondrá en una bolsa limpia y que, finalmente, se enviará al laboratorio.

1.2.5 Profundidad del muestreo

La profundidad adecuada será aquella en la que se concentre el mayor volumen de raíces del cultivo a analizar. Así pues:

  • En cultivos hortícolas se muestrea el estrato más superficial, que comprende la superficie arable, entre 0 y 30 cm de profundidad.
  • En cultivos frutales, cítricos, viña y olivar se recolectan dos submuestras, un estrato superficial entre 0 y 30 cm de profundidad y un segundo estrato, correspondiente al subsuelo, entre 30 y 60 cm.

Es de vital importancia que, en caso de realizar una analítica a distintas profundidades, estas se tomen por separado, evitando cualquier tipo de interferencias entre estratos. Las muestras deben de identificarse y enviarse al laboratorio por separado.

1.2.6 Periodicidad del muestreo

La periodicidad de los análisis depende del tipo de cultivo, de las condiciones del suelo y de la presencia de posibles problemas.

En términos generales suele ser recomendable realizar: 

  • 1 analítica anual o bianual en caso de cultivos hortícolas.
  • 1 analítica cada 3 o 4 años en cultivos frutales, cítricos, viña y olivar.
  • 1 analítica anual en suelos con problemas donde se hayan utilizado correctores o productos mejoradores de suelo, para seguir su evolución.
  • En el caso de que vayan a establecerse nuevas plantaciones de frutales, cítricos, viña y olivar es imprescindible un primer análisis antes de la plantación, un segundo análisis cuando la planta entre en producción; y después, cada 3 o 4 años.

1.2.7 Preparación e identificación de la muestra

Una vez obtenidas todas las submuestras se mezclarán bien, eliminando los posibles restos de materia orgánica fresca y las piedras de mayor tamaño. 

De esta mezcla se tomará aproximadamente 1 kg de suelo que se pondrá en una bolsa limpia y que, finalmente, se enviará al laboratorio.

Para su envío, las muestras deberán estar perfectamente identificadas con el nombre del remitente, nombre de la parcela, profundidad del muestreo y fecha de envío.

Es recomendable que el envío se realice en los días posteriores a la recolección de las muestras.

 

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¿Qué quieres evaluar?

− Evaluación de la fertilidad física

Se estudian las propiedades físicas del suelo que en muchas ocasiones son las más olvidadas en los diagnósticos y recomendaciones de suelo, pero sin duda juegan un papel esencial en un buen manejo agronómico. 

Se podría generalizar diciendo que nos informa de la capacidad del suelo para transmitir agua o aire

Para obtener mejores resultados en estas determinaciones conviene que en el momento de la toma de muestras el suelo esté húmedo (capacidad de campo o próximo), pero no barroso (saturado). Tampoco muestrear si el suelo se encuentra muy seco, ya que puede haber alteración del material. 

El estado de humedad ideal es el que se logra 2 o 3 días después de una lluvia 

Las propiedades de suelo a determinar en este estudio pueden ser:

  • Distribución de elementos gruesos o gravas y finos que sería la fracción inferior a 2 mm
  • Densidad aparente del suelo
  • Textura
  • Estructura
  • Conductividad hidráulica y velocidad de infiltración
  • Estabilidad estructural
  • Curvas de retención hídrica o curvas pF

− Evaluación de la fertilidad química

En este punto estudiamos la cantidad y tipo de nutrientes que el suelo le aporta a la planta desde la solución al suelo y la fase sólida como reservorio de los sólidos inorgánicos parcialmente solubles, los compuestos orgánicos mineralizados y los iones adsorbidos en el complejo arcillo-húmico.

La profundidad de muestreo para estos análisis está determinada por el nutriente o la propiedad a determinar. Así, la materia orgánica (carbono orgánico por una constante) y el pH se miden habitualmente en capa superficial (0-20 cm), ya que es la profundidad donde ejercen mayor influencia. Parafósforo-PO4Ξ también se ha recomendado la misma profundidad. 

Con respecto a los nutrientes móviles (caso de Nitrógeno-NO3- y Azufre-SO4=) los métodos de diagnóstico consideran en general que existen buenas correlaciones entre la disponibilidad del elemento en capa superficial (0-20 cm) y en profundidad (0-60 cm).

Las propiedades de suelo a determinar en este estudio pueden ser:

  • Carbono orgánico
  • Ácidos húmicos, fúlvicos y huminas 
  • Nitrógeno total 
  • Nitrógeno inorgánico 
  • Fósforo asimilable 
  • Azufre asimilable 
  • Micronutrientes 
  • Cationes de cambio 
  • Capacidad de intercambio de cationes 
  • pH en extracto saturado y relación 1:2,5 o 1:5
  • Conductividad eléctrica en extracto saturado y relación 1:2,5 o 1:5

Evaluación de la calidad y salud del suelo

La evaluación de esta propiedad se basa en el uso de un conjunto de indicadores, entendiéndose como tal, toda aquella variable seleccionada (propiedad de naturaleza física, química o biológica) y cuantificada que es muy sensible al manejo, permitiendo monitorear el deterioro o la mejora en el uso del suelo. 

Muchos indicadores interactúan con otros y, por lo tanto, los valores de uno son afectados por uno o más de los parámetros seleccionados. 

Determinación de indicadores:

  • Carbono orgánico total y fracciones activas de materia orgánica, glomalina total y fácilmente extraíble
  • Respiración celular de suelo mediante análisis de CO2 infrarrojos
  • Nitrógeno total
  • Infiltración
  • Densidad Aparente
  • pH
  • Estabilidad Estructural
  • Capacidad antioxidante