
17 July 2025
La vecería, alternancia o añerismo, como también se le conoce, se define por la sucesión de ciclos bienales de producción en especies leñosas (frutales) de modo que a una cosecha elevada le sucede una producción escasa o nula, generando lo que llamamos año de carga y año de descarga, respectivamente.
Aunque otros ciclos (de 5 años o 7 años) pueden alcanzar en algunas especies significación estadística, estos no tienen sentido biológico y se consideran artefactos estadísticos.
La vecería no es exclusiva de plantas cultivadas, sino que también se observa en plantas silvestres (Monselise y Goldschmidt, 1982). Por lo tanto, no es consecuencia de la domesticación o de la adopción de técnicas específicas de cultivo que hayan perseguido cosechas exageradas. Los efectos son probablemente más graves en las plantas cultivadas.
En este sentido, el año de carga, hay una sobreproducción de fruta que determina cosecha de peor calidad (calibre, ya crítico en aguacate) y precio. Además, se produce un retraso e insuficiente maduración del fruto que es más escalonada. Todo ello, dificulta la adecuada selección y comercialización de fruta homogénea.
Por el contrario, el año de descarga, el agricultor obtiene una insuficiente producción para abastecer a sus clientes, un efecto negativo que es extensivo a las comercializadoras que se pueden ver obligadas a importar más género. Hay por otra parte, en su conjunto un sobredimensionamiento de infraestructuras y medios de producción para afrontar años de carga, que resultan infrautilizadas el año de descarga.
Por último, una vecería acentuada implica igual manejo (riego y abonado, por ejemplo) para árboles con diferentes necesidades. Este aspecto es el que se desarrolla con mayor profundidad a continuación.
Aunque la vecería se define como años de producción alternante, en realidad, la vecería es una alternancia de los niveles de floración. Lo que pasa es que, si no hay flores, no puedo tener frutos. Esta consideración no es una simpleza. Por el contrario, si identificamos correctamente la alternancia como una falta de flores, entonces eliminamos de la ecuación problemas de polinización, cuajado y engorde del fruto. Aún más, aunque tradicionalmente la vecería ha sido interpretada como un año de recuperación del árbol tras una cosecha excepcional, hoy la mayoría de los autores coinciden en que la causa de la vecería es una fuerte inhibición del proceso de floración, en concreto del primer paso de la misma: la inducción floral de la yema.
Causas de la alternancia
La pregunta correcta para abordar la vecería es, pues ¿por qué no tengo flores el año de descarga? En este sentido, también se ha generado consenso en culpar a la presencia el año previo de muchos frutos y más concretamente la abundancia de semillas como generadora de la inhibición de la inducción floral.
En este sentido, diferentes investigadores han señalado a las giberelinas sintetizadas en la semilla como la última causante de la inhibición de la floración del año siguiente en diferentes frutales (Chan y Cain, 1967; Monselise y Goldschimidt, 1982). En concreto, en aguacate, la transición a flor se produce entre finales de julio y final de agosto del año previo (Salazar-García et al., 1999). Cualquier medida efectiva de control de la vecería ha de ser tomada antes.
Alcanzado ese consenso, también hay bastante coincidencia en los métodos posibles para atenuar o minimizar, quizás no eliminar, la vecería. El procedimiento es tener menos frutos el año de carga y para eso tenemos dos técnicas de cultivo disponibles, la poda y el aclareo de flores y/o frutos. Si el problema es la elevada cosecha, los agricultores pueden ajustar el nivel de cosecha el año de carga mediante poda y aclareo de flores y frutos. Ambas técnicas reducen la cosecha esperada con el objetivo de incrementar la floración del año siguiente para atenuar la vecería.
Control de la vecería
En la mayoría de los cultivos veceros, el procedimiento elegido es el aclareo. El aclareo temprano a mano o químico es el procedimiento estándar para atenuar la alternancia en muchos cultivos (manzano, peral, melocotonero, ciruelo, etc.).
Este aclareo ha demostrado su utilidad para mejorar el calibre cuando es esencial para la adecuada comercialización (uva y olivar de mesa). Sin embargo, en aguacate el aclareo debiera ser forzosamente químico y aún no hemos desarrollado un método totalmente efectivo para ello.
Entonces, como herramienta fundamental nos queda solo la poda. Un tanto paradójicamente, en olivo, la vecería se lucha podando intensamente tras una cosecha escasa. Ese aparente sindiós se explica por la necesidad de aminorar la floración intensa que se avecina y así atenuar la vecería. La poda severa el año de descarga es, pues, un modo eficiente y barato para reducir el nivel de floración el año siguiente. No obstante, los agricultores son reluctantes a ejecutarla por los escasos beneficios dejados por la cosecha del año de descarga.
Por otra parte, una ejecución temprana de la poda (recomendada en septiembre en California) coincidiría con la presencia de la fruta en el árbol y, aunque posible, la poda se hace más difícil. Una poda severa promueve además un crecimiento excesivo de chupones, por lo que es aconsejable una poda menos intensa.
Hay otras técnicas que ayudan algo. Por ejemplo, el anillado o rayado de ramas para promover la brotación de más yemas de flor, pero si no hay muchas más yemas de flor formadas, que se hayan quedado sin brotar, poco efecto positivo puede obtenerse de su ejecución. Una alternativa distinta es aplicar fitorreguladores para inhibir algo la masiva floración que se avecina. Dosis de 25-100 mg/árbol, de ácido giberélico (GA3) en noviembre directamente al tronco de árboles en descarga inhiben parcialmente la floración y atenúan la alternancia (Salazar-Garcia y Lovatt 1999; 2000). Reguladores de crecimiento, como Uniconazol y Paclobutrazol, mejoran el cuajado, limitando el crecimiento del brote y son de mayor utilidad en árboles en descarga. Sin embargo, su uso no está autorizado en aguacate en España.
Por último, hay variedades más alternantes que otras y una selección de variedades adecuada nos permitiría atenuar un poquito el problema. En España, es bien sabido la fuerte dependencia actual de ‘Hass’. Los patrones tienen escaso efecto sobre el índice de vecería, aunque Topa-Topa y Toro Canyon la acentúan comparado con Duke 7 (Wolstenholme, 2010).
Los patrones enanizantes, como Maoz, podrían ayudar, aunque no hay mucha experimentación al respecto.

Efectos de la alternancia sobre las necesidades hídricas
En cualquier caso, lo que sí queda completamente claro, es que en muchas variedades de aguacate tenemos dos campañas muy diferentes. Entonces el manejo del huerto tiene que ser diferente y con mucha frecuencia actuamos de igual forma. Podamos igual, abonamos igual, regamos igual y hasta realizamos los mismos tratamientos fitosanitarios. Y eso no es acertado. En particular en lo tocante al riego, la floración masiva genera en esas fechas una mayor transpiración (en definitiva, las flores son hojas modificadas) y tener una cantidad elevada de frutos me genera una mayor demanda de agua y nutrientes. Pero, por el contrario, si regamos (y abonamos) igual un año de carga que un año descarga, con pocas flores y frutos, lo que vamos a generar es un crecimiento vegetativo exuberante, y con ello mayores necesidades de poda y más floración aún el siguiente año de carga. Hay, pues, que ajustar a la baja las dotaciones de riego para restringir el crecimiento vegetativo y no promover otra floración excesiva.
En el Grupo Operativo IRRIGATE-DSS se ha desarrollado una herramienta de recomendación de riego para aguacate basada en el balance de agua en el suelo y el cálculo de la evapotranspiración del cultivo (ETc) a nivel de parcela, que considera la alternancia productiva o vecería del cultivo, realizando ajustes en las dotaciones del riego considerando varios procesos que están asociados al nivel de carga.
En concreto, durante el año de carga se produce una floración masiva que en cultivares como Hass es frecuentemente acompañada de una importante defoliación que reduce la transpiración global del árbol temporalmente. Por otra parte, la carga frutal muy diferente entre años genera una demanda hídrica diferente también. Todos estos aspectos deben ser considerados para optimizar el manejo del riego en zonas tan deficitarias como las andaluzas.
En este sentido durante el desarrollo del proyecto se han cuantificado las necesidades teóricas de riego de plantaciones adultas de aguacate en diferentes zonas productoras de Andalucía concluyendo que se precisan cerca de 7.000 m3/ha para satisfacer plenamente la demanda de la arboleda. Estas dotaciones de riego se podrían reducir en unos 1.000 m3/ha para los años de descarga, y aún más, si se adoptan las estrategias de riego deficitario en estudio dentro del Grupo Operativo.


Referencias citadas
- Chan, B.G. y, Cain, J.C. 1967. The effect of seed formation on subsequent flowering in apple. Proc. Am. Soc. Hort. Sci. 91, 63–67.
- Monselise, S. y Goldschmidt, E.E. 1982. Alternate bearing in fruit trees. Horticultural Review 4: 128-173.
- Salazar-Garcia, S. y, Lovatt, C.J. 1999. Winter trunk injections of gibberellic acid altered the fate of 'Hass' avocado buds: Effects on inflorescence type, number and rate of development.
- Journal of Horticultural Science and Biotechnology, 74 (1), 69–73.
- Salazar-García, S. y, Lovatt, C.J. 2000. Use of GA3 to manipulate flowering and yield of 'Hass' avocado. J. Amer. Soc. Hort. Sci., 125 (1), 25–30.
- Salazar-García, S., Lord, E.M., Lovatt, C.J. 1999. Inflorescence development of the ‘Hass’ avocado: commitment to flowering. J. Amer. Soc. Hort. Sci., 478-482.
- Wolstenholme, B.N. 2010. Alternate bearing in avocado: an overview. Consultado en avocadosource.com el 22/09/2024.