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Prácticas agrícolas sostenibles para hacer frente a la sequía

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La adaptación es clave ante el déficit hídrico y es ahí donde entran varias técnicas que, de ser aplicadas, favorecen la disminución de la huella hídrica y la preservación de recursos
Riego por goteo en un cultivo de pepinos


17 August 2023
  • La agricultura sostenible es fundamental para enfrentar el desafío de la sequía y garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo.
  • El manejo adecuado de los recursos hídricos, incluyendo la captación y almacenamiento del agua, o los bioestimulantes, es esencial para una agricultura sostenible en regiones afectadas por la sequía.
  • La diversificación de cultivos resistentes a la sequía y el fomento de la conservación del suelo son estrategias clave para promover una agricultura sostenible en regiones afectadas por la escasez de agua.

La agricultura sostenible es un enfoque holístico para la producción de alimentos que tiene en cuenta tanto las necesidades actuales como las futuras de la sociedad y del medioambiente. Se basa en principios y prácticas que buscan minimizar los impactos negativos de la agricultura en el entorno natural, al tiempo que garantiza la producción de alimentos saludables y nutritivos.

Uno de los pilares fundamentales de la agricultura sostenible es la conservación de los recursos naturales. Esto implica el uso eficiente del agua, la conservación del suelo y la protección de la biodiversidad

Para ello adopta técnicas como la rotación de cultivos, el uso de abonos orgánicos y el control biológico de plagas. Estas prácticas permiten mantener la fertilidad del suelo, preservar la calidad del agua y promover la diversidad de especies en los ecosistemas agrícolas. 

Además de la conservación de los recursos naturales, la agricultura sostenible también se preocupa por el bienestar de los agricultores y las comunidades rurales y promueve sistemas agrícolas que sean económicamente viables y socialmente justos. 

Esto implica asegurar que los agricultores reciban precios justos por sus productos, tengan acceso a recursos y tecnologías adecuados, y sean parte de decisiones que afecten su trabajo y su entorno.

La agricultura sostenible tiene un papel crucial en la mitigación y adaptación al creciente problema de las sequías

Las sequías son eventos climáticos extremos que afectan negativamente la disponibilidad de agua para la agricultura ente otros usos, y su frecuencia e intensidad se espera que aumenten debido al cambio climático.

En este contexto, la agricultura sostenible se convierte en una herramienta fundamental para hacer frente a los desafíos asociados con las sequías.

Principios fundamentales de la agricultura sostenible 

La agricultura sostenible busca garantizar la seguridad alimentaria mundial y promover ecosistemas saludables, apoyando la gestión sostenible de la tierra, el agua y los recursos naturales. 

Para lograr la transición hacia la agricultura sostenible, se han establecido cinco principios fundamentales:

  1. Mejorar la eficiencia en el uso de los recursos: la agricultura sostenible debe utilizar de manera eficiente los recursos naturales, como el agua, la tierra y la energía, para minimizar el impacto ambiental y garantizar la disponibilidad de estos recursos para las generaciones futuras.
  2. Aumentar la productividad, el empleo y el valor añadido de los sistemas alimentarios: la agricultura sostenible debe buscar incrementar la producción de alimentos y productos agrícolas, generando empleo y valor económico, sin comprometer la calidad y la seguridad alimentaria.
  3. Proteger y mejorar el medioambiente: la agricultura sostenible debe minimizar la degradación del suelo, la contaminación del agua y la pérdida de biodiversidad, promoviendo prácticas agrícolas que protejan y mejoren el medio ambiente. 
  4. Fomentar la equidad social y económica: la agricultura sostenible debe garantizar que los beneficios económicos y sociales se distribuyan de manera justa entre los productores, los trabajadores y las comunidades locales, promoviendo el acceso a recursos y oportunidades para todos. 
  5. Promover la resiliencia de los sistemas: la agricultura sostenible debe ser capaz de adaptarse y recuperarse de los desafíos y cambios, como el cambio climático, las fluctuaciones económicas y las crisis alimentarias, garantizando la estabilidad y la seguridad alimentaria a largo plazo. 

Para implementar estos principios, la agricultura sostenible utiliza diversas técnicas y tecnologías, como la agricultura de precisión, la rotación de cultivos, el uso de abonos orgánicos y la conservación del suelo. 

La Unión Europea, con el fin de potenciar la agricultura sostenible, ha marcado como objetivo que en 2030 el 25 % de la superficie agraria útil (SAU) se destine a actividades agrícolas sostenibles

Sin embargo, España se encuentra aún lejos de esta cifra, mostrando una gran diferencia entre las diferentes comunidades autónomas. 

En 2021 el porcentaje de la superficie agraria bajo prácticas sostenibles en España era del 10,79 %, mientras que las CCAA más avanzadas se encontraban alrededor del 20 % producción sostenible

Efectos de la sequía en la agricultura y la seguridad alimentaria

 

Actualmente, España se encuentra bajo condiciones de sequía en una parte importante del territorio

El país comenzaba el pasado mes de junio de 2023 con un 34 % del territorio en sequía prolongada, y con algunos de los principales embalses del país en bajos porcentajes. La cuenca mediterránea andaluza o el Guadiana eran ejemplos de ello, con un 34,3 % y un 31,8 % de agua embalsada, respectivamente. 

Este fenómeno climático tiene numerosos efectos adversos en la agricultura y la seguridad alimentaria, ya que el agua es un recurso fundamental para el crecimiento de los cultivos y la producción de alimentos.

Uno de los principales efectos de la sequía en la agricultura es la reducción de la productividad de los cultivos

La falta de agua limita el desarrollo de las plantas y afecta su capacidad para absorber nutrientes del suelo. Esto se traduce en una disminución de la producción agrícola, tanto en términos de cantidad como de calidad de los cultivos. 

Además, la sequía puede tener un impacto negativo en la diversidad de los cultivos. Algunas especies de plantas son más susceptibles a la falta de agua que otras, lo que puede llevar a la disminución de la variedad de alimentos disponibles. Esto puede ser especialmente problemático en las regiones donde la agricultura depende en gran medida de unos pocos cultivos principales.

La sequía también afecta el ganado y la producción de carne, leche y otros productos animales. La falta de agua reduce la disponibilidad de pastos y forraje, lo que dificulta la alimentación adecuada del ganado. 

Como resultado, el ganado puede sufrir de desnutrición, enfermedades y estrés, lo que afecta su salud y rendimiento productivo.

Por último, además de los impactos directos en la producción agrícola y el acceso al agua potable, la sequía también puede tener consecuencias económicas y sociales significativas

La disminución de la producción agrícola puede provocar la pérdida de empleos en el sector agrícola y agudizar la pobreza en las zonas rurales

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Estrategias de adaptación en condiciones de sequía

La adaptación de la agricultura sostenible a condiciones de sequía es crucial para garantizar la seguridad alimentaria y la resiliencia de los sistemas agrícolas. 

A continuación, se tratan las principales soluciones que se emplean para combatir estas condiciones climáticas. 

− Conservación de agua 

La conservación del agua es fundamental en la agricultura sostenible, especialmente en condiciones de sequía. Algunas de las técnicas más habituales son: 

  1. Recolección y almacenamiento de agua de lluvia: la captación y almacenamiento del agua de lluvia es una estrategia eficiente para utilizar en períodos secos. Se pueden recolectar las aguas pluviales de los techos de edificios, invernaderos o estructuras especiales, y almacenarlas en tanques o embalses. Esta agua puede ser utilizada posteriormente para el riego de los cultivos.
  2. Irrigación de precisión: mediante el uso de tecnologías avanzadas como sensores de humedad del suelo y estaciones meteorológicas, se puede ajustar la cantidad de agua y el momento del riego de acuerdo con las necesidades específicas de cada cultivo y las condiciones climáticas. Esto evita el riego excesivo y optimiza el uso del agua disponible.
  3. Mulching o acolchado: el mulching consiste en cubrir el suelo alrededor de las plantas con materiales orgánicos (como paja, hojas secas o plástico especializado) para reducir la evaporación y mantener la humedad en el suelo. Esta capa de cobertura actúa como una barrera que evita la pérdida de agua por evaporación y protege el suelo de la radiación solar directa.
  4. Rotación de cultivos: esta práctica implica cambiar el tipo de cultivo en una parcela en diferentes temporadas. Ayuda a reducir el estrés hídrico, ya que los diferentes cultivos tienen diferentes requerimientos de agua. Además, ciertos cultivos pueden mejorar la estructura del suelo y aumentar su capacidad de retención de agua.

− Selección de cultivos y variedades resistentes a la sequía

La selección de cultivos y variedades resistentes a la sequía es una estrategia importante en la agricultura sostenible para enfrentar condiciones de escasez de agua. Al elegir variedades de plantas adaptadas a la sequía, se pueden minimizar los efectos negativos del estrés hídrico en los cultivos y garantizar una producción más estable.

− Bioestimulantes

Los bioestimulantes son productos agrícolas que mejoran el crecimiento y la resistencia de las plantas a través de sustancias biológicas o químicas. En la agricultura sostenible, desempeñan un papel clave al reemplazar los fertilizantes y pesticidas convencionales, y al mejorar la eficiencia de los recursos naturales. 

Los bioestimulantes ayudan a promover un crecimiento saludable de las plantas, aumentar su tolerancia al estrés y fortalecer sus sistemas de defensa natural

En particular, en condiciones de sequía, los bioestimulantes son especialmente beneficiosos. Ayudan a las plantas a retener agua y regular su consumo, minimizando los efectos negativos de la falta de agua en los cultivos. 

Además, fortalecen las defensas de las plantas, reduciendo el riesgo de enfermedades y muerte en condiciones de sequía. Entre los bioestimulantes más comunes se pueden identificar proteínas hidrolizadas, aminoácidos, ácidos fúlvicos y húmicos, extractos de algas y extractos de plantas

Es importante destacar que los bioestimulantes no sustituyen el riego adecuado y otras prácticas de gestión del agua, pero son herramientas complementarias valiosas para mejorar la resiliencia de los cultivos en condiciones de sequía y promover una agricultura más sostenible y eficiente en términos de recursos naturales.

Casos de Éxito

− LIDA Plant Research 

LIDA Plant Research es una empresa biotecnológica que se especializa en desarrollar nuevas soluciones y productos para la protección de cultivos frente al estrés biótico y abiótico. Sus productos son soluciones biotecnológicas que mejoran el estado nutricional y de salud de los cultivos, proporcionando beneficios a los agricultores y consumidores.

En concreto, tienen tres productos bioestimulantes (Neostren, Algamix y Norcaren) que ya han sido empleados con éxito en plantaciones tanto españolas como de Sudamérica. Estos bioestimulantes ya se emplean en plantaciones de judías, cerezas o café, entre otras. 

 

− HANNA Instruments

HANNA Instruments es una multinacional que se dedica al desarrollo y fabricación de instrumentos de medición electroquímicos, fotométricos y de electrodos. Si bien es cierto que proporcionan instrumentación para numerosos sectores, esta empresa está vinculada con proyectos de sostenibilidad y gestión de agua. 

En concreto, Hanna Instruments ha colaborado con una bodega navarra referente en el sector, cuyos vinos ecológicos han sido pioneros tanto en España como en Europa. La bodega en cuestión busca avanzar en la digitalización de sus procesos. 

Uno de sus logros destacados ha sido el aprovechamiento de las aguas residuales para el riego de sus viñedos. Estas aguas son almacenadas en balsas con una capacidad de aproximadamente 20.000 litros.

Antes de utilizarlas, se realiza una medición del pH y, en caso de ser necesario, se corrige manualmente añadiendo sosa. Sin embargo, este proceso resulta tedioso y requiere mucho trabajo. 

Es aquí donde entra en escena Hanna Instruments, proporcionando las herramientas necesarias para digitalizar los procesos mediante sensores y bombas peristálticas capaces de automatizar el proceso de adición de sosa. 

Gracias a los sensores, que leen el pH del agua según llega a la balsa, es posible dosificar la sosa para tener un pH constante que permita reutilizar el agua. 

De esta manera, la bodega es capaz de mejorar la eficiencia del proceso de gestión y ahorro de agua con el que consiguen producir su vino ecológico.

Bibliografía

  1. Plataforma Tierra. https://www.plataformatierra.es/innovacion/bioestimulantes-biofertilizantes-agricultura-sostenible
  2. FAOhttps://www.fao.org/sustainable-development-goals/overview/fao-and-post-2015/sustainable-agriculture/es/ 
  3. Unión de Pequeños Agricultores (UPA). https://www.upa.es/upa/noticias-upa/2021/2232/
  4. MITECOhttps://www.miteco.gob.es/es/agua/temas/sistema-espaniol-gestion-agua/