Control biológico por conservación. Experiencias

La agricultura intensiva, el monocultivo, la concentración y proximidad entre invernaderos, entre otros factores, configura un ecosistema muy vulnerable al ataque de plagas y enfermedades, con consecuencias negativas para el medio ambiente y la biodiversidad, aparte de la pérdida de rentabilidad de los cultivos. 

Muchos estudios han destacado las ventajas que tiene la vegetación cercana a los cultivos en zonas agrícolas, como es el incremento y diversidad de insectos beneficiosos que ayudan en la regulación de las poblaciones de insectos fitófagos que causan daños en los cultivos. Con el control biológico por conservación se modifica el entorno, se manipula el hábitat favoreciendo y potenciando la presencia de enemigos naturales que resultan útiles, aportándoles todos aquellos recursos que necesitan para establecerse.

Las autoridades europeas son conscientes de que la intensificación agrícola es una de las principales causas de las pérdidas de biodiversidad, por ello, han establecido que para el 2030, un 10% de las tierras agrícolas deben estar dedicadas a elementos no productivos, es decir dedicadas a la biodiversidad.

En la actualidad, ya existen agricultores que realizan control biológico por conservación, pero para una mayor implementación de la estrategia, es adecuado conocer su experiencia.

El objetivo de este proyecto es recoger experiencias de tres agricultores en la provincia de Almería, que llevan realizando estrategias de control biológico por conservación durante los últimos años y evaluar los resultados obtenidos.