22 May 2025
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha declarado el sistema agrícola tradicional de cultivos en arena volcánica de Lanzarote como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM). Esta distinción convierte a Lanzarote en la primera isla europea en recibir este prestigioso reconocimiento internacional.
Este sistema agrícola ancestral, desarrollado tras las erupciones volcánicas del siglo XVIII, ha sido mantenido y perfeccionado por generaciones de agricultores que han sabido adaptarse a condiciones extremadamente áridas y suelos aparentemente improductivos.
¿Qué son los SIPAM?
Los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) son reconocimientos otorgados por la FAO a paisajes agrícolas únicos que combinan biodiversidad, conocimientos tradicionales, prácticas agrícolas sostenibles y valores culturales excepcionales.
Estos sistemas destacan por:
- Su resiliencia frente al cambio climático
- La seguridad alimentaria
- La conservación del entorno
Con esta designación, Lanzarote se une a una red internacional de territorios ejemplares en la producción agrícola sostenible, junto con otros 86 sistemas en 27 países.

Un sistema agrícola único, cultivo sobre lava y picón
El sistema agrícola de La Geria y otras zonas de la isla de Lanzarote se basa en un método innovador desarrollado tras las erupciones de los volcanes entre 1730 y 1736.
Los agricultores transformaron un paisaje desolado, cubierto de lava y ceniza volcánica, en campos productivos utilizando técnicas propias e ingeniosas.
Las claves del sistema:
- Lapilli volcánico (picón): una capa de ceniza que cubre el suelo, permite retener la humedad ambiental, reduce la evaporación del agua y protege los cultivos del viento.
- Hoyos y muros semicirculares: las plantas, especialmente la vid, se colocan en hoyos excavados que las protegen del viento y acumulan rocío. Cada hoyo se rodea con un pequeño muro de piedra volcánica llamado zoco.
- Sin riego artificial: la escasa precipitación (menos de 115 mm al año) se suple con la humedad retenida por el picón, haciendo innecesario el riego convencional.
Viñedos volcánicos, todo un símbolo de la identidad lanzaroteña
La práctica más emblemática de este sistema es la viticultura volcánica. Las uvas Malvasía Volcánica, cultivadas en hoyos, producen vinos únicos, con matices minerales muy valorados internacionalmente.
Las viñas prefiloxéricas, libres de injertos, permiten preservar variedades autóctonas en su estado original.
Este paisaje de viñedos negros salpicado de muros de piedra no solo es un referente agrícola, sino también paisajístico y turístico, contribuyendo a la identidad cultural y económica de Lanzarote.
Biodiversidad agrícola y sostenibilidad
La FAO también destaca el valor del sistema en términos de conservación de la biodiversidad agrícola. En la isla se conservan variedades tradicionales de cereales, legumbres, verduras y tubérculos, muchas de ellas adaptadas a condiciones extremas.
Además, la zona promueve prácticas de agricultura ecológica y regenerativa, como el uso de compost, vermicompost y métodos de cultivo orgánico.
Iniciativas como las de Lanzaloe y colectivos como Regenerando Lanzarote apuestan por recuperar la fertilidad del suelo mediante microorganismos y técnicas respetuosas con el medio ambiente.

Reconocimiento internacional y futuro del sistema
El reconocimiento SIPAM se suma a otros logros históricos:
- Lanzarote fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993
- Más del 40 % de la isla está protegido mediante figuras medioambientales
- La Geria es una de las zonas agrícolas con más alto valor ecológico y paisajístico de Europa
Con este nuevo reconocimiento, la FAO no solo protege un modelo agrícola singular, sino que también lo impulsa como ejemplo global de adaptación al cambio climático, eficiencia hídrica y soberanía alimentaria.
Poseemos un legado que debemos proteger
El sistema de cultivos sobre arena volcánica de Lanzarote no solo representa una forma de supervivencia en un entorno hostil, sino una muestra viva de innovación agrícola, sostenibilidad y cultura.
La FAO lo reconoce como un legado que debe protegerse, promoverse y servir de inspiración para afrontar los retos ambientales del presente y del futuro.