
24 November 2025
El Observatorio de la Digitalización del Sector Agroalimentario Español es un proyecto impulsado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en colaboración con Grupo Cajamar. En este marco, se ha desarrollado un análisis de las necesidades formativas de las personas del sector agroalimentario y sus asesores en materia de digitalización.

El objetivo central del estudio es identificar con precisión qué competencias digitales requieren agricultores, ganaderos, industria y personal de asesoramiento, y proponer líneas de actuación para acelerar la adopción tecnológica, con impacto en competitividad y sostenibilidad. La publicación sitúa esta prioridad en un contexto de carencias relevantes en habilidades digitales, especialmente en el sector primario y en pymes, que exigen itinerarios formativos adaptados por nivel, subsector y territorio.
El método
La metodología combinó ocho grupos focales virtuales, segmentados por colectivos (sector primario, industria agroalimentaria, colegios profesionales, universidades, centros de investigación, hubs de innovación y proveedores tecnológicos), con una encuesta estructurada posterior a los participantes. La información se recopiló entre marzo y septiembre de 2024 y se organizó en bloques: competencias, liderazgo, canales de formación, temas prioritarios y recomendaciones. Este enfoque permitió contrastar percepciones y necesidades a lo largo de toda la cadena de valor.
Brechas y prioridades formativas
Entre los hallazgos, destaca que el nivel de capacitación digital es moderadamente bajo en el eslabón primario, condicionado por la elevada edad media y por déficits en el uso de aplicaciones específicas y en la interpretación de datos, mientras que en la industria persisten brechas en micro y pequeñas empresas. El estudio recomienda segmentar por tamaño, modelo productivo y experiencia previa, para adecuar los contenidos y favorecer la confianza y la adopción.
Las temáticas prioritarias difieren por eslabón: en agricultura y ganadería sobresalen agricultura/ganadería de precisión, automatización y robotización, así como trazabilidad y control de calidad. En la industria, la prioridad recae en ciberseguridad, gobernanza de datos, automatización de procesos e inteligencia artificial aplicada a la producción.
En cuanto al liderazgo, el estudio sitúa a cooperativas e integradoras como coordinadoras idóneas de la formación en el sector primario, por su proximidad y lazos de confianza, con apoyo de organizaciones profesionales agrarias. Para la industria, se propone un rol tractor de centros tecnológicos y universidades, en estrecha colaboración con empresas y administraciones. Se subraya, además, la necesidad de articular redes de colaboración que coordinen esfuerzos y refuercen la transferencia efectiva del conocimiento.
Respecto a formatos, existe consenso en priorizar jornadas técnicas demostrativas, seguidas de cursos mixtos y cursos breves (≤15 horas), con fuerte componente práctico y, cuando sea viable, formación in situ en fincas o plantas para acelerar la transferencia. La elección del formato debe ajustarse a la temática y al perfil de destinatarios.
Finalmente, se identifican barreras como falta de habilidades técnicas, edad/desconfianza, contenidos poco especializados, distancia geográfica, distracciones en e-learning y rápida obsolescencia tecnológica. Como habilitadores, se proponen ampliar la oferta y especializarla, mejorar la comunicación para llegar al público objetivo, impulsar proyectos piloto y consolidar redes descentralizadas de capacitación con colaboración público-privada.


