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Sector agroalimentario y trabajo. Una relación en transformación

06 November 2025
Economía Agroalimentaria
Desarrollo Rural
Este libro ofrece una visión profunda y plural sobre el empleo como preocupación principal del sector, la disponibilidad de mano de obra, las formas de trabajo y los cambios en las exigencias de cualificación, aportando datos, análisis y reflexiones que ayudan a entender qué está ocurriendo con el factor trabajo en la agricultura y la industria alimentaria. Asimismo, pone el acento en la transformación del sector y su manera de afrontar los retos estructurales y abordar las nuevas oportunidades
Mujer agricultura recolectando pepinos en un invernadero y colocándolo en cajas para su transporte

06 November 2025

El trabajo en la agricultura, junto con el acceso a la tierra, ha sido un eje central en la evolución histórica del sector agrario. Diversas disciplinas —como la economía agraria, la sociología rural y la historia del medio rural— han abordado su estudio desde perspectivas complementarias, revelando cómo el trabajo agrario refleja la inserción del sector en el capitalismo, la modernización tecnológica y los cambios sociales territoriales.

Este monográfico, Sector agroalimentario y trabajo. Una relación en transformación, editado por Cajamar pretende analizar la evolución reciente del trabajo en el sector agroalimentario español, identificando los desafíos actuales y futuros.

En este análisis se destaca la escasez de mano de obra, el relevo generacional y la creciente dependencia de trabajadores asalariados, especialmente de origen extranjero, lo que ha sido clave en el crecimiento y la capacidad exportadora del sector

El libro, coordinado por Dionisio Ortiz Miranda e Ignacio Atance Muñiz, recoge un análisis riguroso y exhaustivo del factor trabajo en la cadena alimentaria española, pilar fundamental para el futuro del sector. En un contexto de profundos cambios estructurales y disrupción tecnológica, la mano de obra constituye uno de los principales desafíos para el sector agroalimentario español, percibido en ciertos territorios como el reto más decisivo para el futuro de la producción de alimentos.

Este documento aborda la cuestión laboral desde una perspectiva poliédrica, superando diagnósticos simplistas y aportando una visión integradora y adaptada a cada eslabón de la cadena productiva. El estudio, que cuenta con la participación de 21 autores de diversos ámbitos profesionales, ofrece un detallado diagnóstico de la situación actual, los factores que han determinado el escenario presente y aquellos que influirán en su evolución futura.

La transformación estructural del empleo agrario

La monografía pone de manifiesto la desaparición del escenario histórico de mano de obra abundante y barata, un cambio que se consolida como estructural y que afecta de manera generalizada a las economías desarrolladas.

Uno de los fenómenos más evidentes es la aceleración de la asalarización del empleo agrario. Luis Camarero detalla la transformación social del agromundo, indicando que la agricultura española ha pasado de tener tres ocupados familiares por cada asalariado a mediados de los años setenta, a contar con dos asalariados por cada agricultor familiar en la actualidad. Esta "desagrarización" implica la reestructuración de las unidades productivas y un quiebre en la tradicional vinculación entre actividad agraria y poblamiento del medio rural. Actualmente, casi el 20% de los ocupados en la agricultura reside en municipios de más de 50.000 habitantes.

Carmen Serrano Balazote e Isabel Fernández Hernández cifran esta asalarización, indicando que, según la EPA, los trabajadores asalariados en el sector agrario español representan entre la mitad y dos terceras partes de la fuerza de trabajo, con una estimación precisa del 62 %.

El análisis de Alicia Langreo Navarro y Tomás García Azcárate subraya que la demanda de trabajo se compone de dos partes: un gran volumen de baja cualificación, temporal y asociado a labores manuales (trabajos "poco prestigiosos"), y otra parte, menor pero creciente, que exige alta formación y tecnificación. Esta dualidad acentúa la importancia de las economías de escala. Las explotaciones de mayor dimensión económica y laboral están más capitalizadas y demandan un trabajo más cualificado, atrayendo a trabajadores mejor preparados y aumentando su productividad.

Productividad y competitividad: España en el contexto europeo

El estudio aborda la relación crucial entre el factor trabajo, la productividad y la competitividad del sector. Joaquín Maudos y Jimena Salamanca ofrecen una comparativa con la UE-27 que destaca la fortaleza de España. El sector agroalimentario español, en su conjunto, es 19,1 % más competitivo que la media comunitaria en 2024, gracias a que genera un Valor Añadido Bruto (VAB) por ocupado un 14 % superior.

El principal motor de esta ventaja es el sector primario, que es un 57,9 % más productivo que la media de la UE-27. Esta diferencia positiva, que lo sitúa como el país más competitivo en agricultura y pesca (53 % superior a la media de la UE-27), permite a los autores concluir que existe un margen significativo para incrementar la remuneración media de los trabajadores (actualmente 29 % inferior al de la UE-27) sin comprometer la competitividad.

En cuanto a la industria alimentaria, Olga M. Moreno Pérez y Amparo Blázquez Soriano confirman su liderazgo en el sector manufacturero español, empleando a cerca de medio millón de personas. Sin embargo, se observan diferencias internas: las ramas más intensivas en mano de obra (como las procesadoras y conserveras de pescado, donde más del 60 % del personal son mujeres) tienden a tener menor productividad que las más tecnificadas (como la fabricación de piensos o bebidas).

Ignacio Atance y Pablo Izu ofrecen una panorámica internacional, destacando que la problemática laboral de escasez de recursos humanos es compartida con otras economías desarrolladas. Países como Países Bajos, enfrentados a altos costes laborales, han recurrido a una alta tecnificación para alcanzar una elevada productividad y salarios, mostrando un camino de adaptación estructural.

Desafíos clave del factor trabajo

El estudio aborda los retos más acuciantes que condicionan la capacidad del sector para atraer y retener talento:

  1. Relevo generacional: el sector agrario afronta un permanente problema de relevo generacional. Carolina Gutiérrez Ansotegui, Marta Hernández Zapata y Carmen Villar Villalba detallan que el 37,6 % de los trabajadores tienen 50 años o más. El éxito en la instalación de jóvenes titulares está ligado al seguimiento de la tradición familiar y la pasión, pero las barreras críticas son el acceso a la tierra y la financiación.
  2. Inmigración y contratación: el sector agrario en España depende crucialmente de la mano de obra de origen extranjero, especialmente en sistemas intensivos. Juan Carlos Pérez Mesa revela que el 28 % del empleo agrario afiliado a la Seguridad Social es extranjero. Provincias como Almería (70 %) y Lleida (81 %) muestran una alta dependencia. El reto es doble: por un lado, gestionar una oferta laboral poco estable que utiliza el sector como "trampolín" hacia mejores condiciones en otros ámbitos; y por otro, abordar la complejidad de la contratación y los riesgos de explotación laboral (el fenómeno del “caporalato” en Italia o las infracciones en España).
  3. Riesgos laborales (SST): el sector agropecuario es uno de los más exigentes y peligrosos en materia de seguridad y salud en el trabajo (SST). Alun Jones e Isaac Abril Muñoz señalan una elevada incidencia de accidentes, especialmente graves y mortales, con una infranotificación considerable (por ejemplo, los accidentes de tractor en personas jubiladas). Para mejorar la SST, es imprescindible implantar una verdadera cultura preventiva y utilizar herramientas como las guías Visión Zero.

La tecnología y la formación como solución estructural

Ante la escasez de recursos humanos, la innovación y la tecnología se convierten en palancas fundamentales. Ricardo García, Juan Carlos Gázquez, José Luis Racero y Jesús Regodón argumentan que la necesidad laboral es un driver clave para la innovación, que permite maximizar la producción (como en el caso paradigmático de Países Bajos). El sector español muestra un alto interés en robotizar tareas intensivas en mano de obra o de bajo valor (como la recolección, el control de malezas o el embalaje). Las nuevas tecnologías (inteligencia artificial, big data, biotecnología) no solo sustituyen trabajo, sino que generan una demanda creciente de nuevos perfiles altamente cualificados (analistas de datos agrícolas, consultores en transformación digital).

La formación es esencial para cerrar la brecha de conocimiento y adoptar estas tecnologías. Rosa Gallardo Cobos y Pedro Sánchez Zamora enfatizan la necesidad de adaptar la formación reglada y no reglada, integrando competencias digitales (IA, análisis de datos, automatización) y habilidades emprendedoras. La polivalencia y la capacidad para combinar competencias técnicas, de gestión y empresariales son cruciales para la sostenibilidad futura.

Conclusiones

La monografía "Sector agroalimentario y trabajo: Una relación en transformación" es relevante porque proporciona un diagnóstico exhaustivo y multifacético de la situación laboral, confirmando que la escasez de mano de obra es un cambio estructural que demanda respuestas estratégicas y no solo coyunturales.

El principal aporte de la publicación es la sistematización de las dinámicas de transformación (asalarización, externalización, digitalización) y la identificación de las oportunidades de mejora de la competitividad. Los coordinadores, Ignacio Atance Muñiz y Dionisio Ortiz Miranda, concluyen que el sector debe incrementar los esfuerzos para hacer el trabajo más atractivo, cuidando las condiciones laborales y los salarios, aprovechando la alta productividad ya existente en el sector primario para justificar mejores remuneraciones. La obra lanza una llamada a la acción urgente: la sociedad debe revalorizar al sector agroalimentario como un ámbito de futuro estratégico, y el sector debe invertir masivamente en tecnología, digitalización, robotización y formación (especialmente la de la mano de obra inmigrante), como única vía para asegurar la sostenibilidad, la rentabilidad y la captación del capital humano en las próximas décadas.

En última instancia, como un agricultor que invierte en la calidad del suelo para asegurar futuras cosechas, este monográfico detalla cómo la inversión en el "factor trabajo" y la modernización son la única garantía para que el sector agroalimentario español mantenga su posición estratégica y competitiva a largo plazo.

 

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