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Aceite de oliva: balance de la campaña 2024/25 y perspectivas para 2025/26

21 October 2025
Economía Agroalimentaria
Estadísticas
El mercado del aceite de oliva en 2024/25 se recupera con fuerza tras dos campañas bajas con más producción, consumo al alza y comercio exterior dinámico
Aceite de oliva.

21 October 2025

Resumen ejecutivo

La campaña 2024/25 ha supuesto un punto de inflexión para el sector oleícola mundial, marcado por la recuperación de la producción y el ajuste de los precios tras dos ejercicios consecutivos de cosechas excepcionalmente bajas. La producción global de aceite de oliva alcanzó los 3,36 millones de toneladas, un 38,6 % más que en 2023/24, liderada por España, que con 1,42 millones de toneladas ha incrementado su volumen un 65 % interanual, especialmente por recuperación de la producción andaluza
 

En el ámbito mediterráneo, el repunte ha sido generalizado, con aumentos significativos en Grecia y Portugal, mientras que Italia y Marruecos registraron descensos. De esta manera, tras dos años a la baja, España recupera su cuota en el mercado mundial.


El aumento de la oferta ha impulsado una recuperación de la demanda mundial (+26 %) y europea (+32 %), reflejada también en el consumo doméstico español, que creció un 37 % interanual, especialmente en las categorías de mayor calidad (AOV y AOVE). Paralelamente, los precios al consumidor se redujeron un 51 %, hasta 4,35 €/l, moderando el gasto total de los hogares pese al aumento del volumen consumido.


En el comercio exterior, las exportaciones españolas aumentaron un 23 %, con un fuerte dinamismo hacia Italia (+89 %) y crecimientos notables en EEUU, China y Australia. La buena marcha exportadora permitió absorber el aumento de producción y equilibrar los niveles de stock, que cerraron la campaña en valores próximos a la media del último lustro.


Los precios en origen, tras caer un 45–50 % durante la mayor parte de la campaña, comenzaron primero a estabilizarse y luego a crecer en el tramo final, sin duda adelantando que las sucesivas olas de calor mermarían la cosecha 25/26, que inicialmente apuntaba mucho más alta a tenor de precipitaciones. En la actualidad, de cara a la campaña 2025/26, se prevé una ligera reducción de la producción mundial (–10 %) y nacional (–3 %), lo que podría contribuir a mantener la estabilidad del mercado y a consolidar el nuevo equilibrio entre oferta y demanda.

Oferta mundial y nacional

Ya con los datos de cierre de campaña 2024/25, la recuperación de la producción mundial de aceite de oliva ha sido evidente, ya que se que han alcanzado las 3,356 millones de toneladas, frente a las 2,422 millones de la campaña anterior, es decir, un 38,6 % superior.

En el arco mediterráneo esta recuperación también ha sido clara, con un total estimado de 1.555.000 toneladas entre Italia, Grecia, Portugal, Marruecos, Túnez y Turquía, frente a las 1.222.000 toneladas de la campaña anterior, lo que supone un aumento del 27 %. No obstante, dentro de esta tendencia al alza, destaca el acusado retroceso de Italia, que junto con Marruecos son los únicos países del grupo que rompen con la dinámica positiva y han registrado una caída en su producción.

Por regiones, los países contemplados de fuera de la Unión Europea han mostrado un crecimiento notable, alcanzando las 880 mil toneladas (+62 %). El aumento más pronunciado corresponde a Turquía, cuya producción se ha recuperado con fuerza hasta alcanzar las 450 mil toneladas, frente a las 215 mil del año anterior (+109 %). También destaca Túnez, con 340 mil toneladas estimadas (+54 %), mientras que Marruecos, pese a las primeras estimaciones que pronosticaban un incremento del 3,8 %, ha resultado finalmente en una caída del 15 %, situándose en las 90 mil toneladas.

Dentro del ámbito comunitario (excluyendo a España), Grecia lidera la recuperación con una producción de 250 mil toneladas, lo que supone un aumento del 30 % respecto a la cosecha anterior. También sube Portugal, que pasa de 161 mil toneladas a 177 mil (+10 %), mientras que Italia experimenta una notable caída, situándose en 248 mil toneladas frente a las 328,5 mil del año previo (-24,5 %).

 

 

A nivel nacional, la producción de aceite en España durante la campaña 2024/25 se estima que haya alcanzado 1.415.800 toneladas, una cifra sensiblemente superior a la que ofreció el primer aforo de campaña (1.262.000 t) y que en todo caso supera de forma considerable las dos cosechas anteriores, que fueron excepcionalmente bajas.

Este volumen supone un incremento del 65 % respecto a la campaña 2023/24 y un 29 % por encima de la media de los últimos 4 años (1.101.150 t), lo que devuelve cierta normalidad tras periodos marcados por la sequía y las extraordinariamente bajas producciones. Con esto, la campaña 2024/25 se sitúa como la tercera mayor de la última década, sólo por detrás de las de 2018/19 y 2021/22, y con cifras similares a las alcanzadas en 2015/16 y 2020/21.


 

 

Mensualmente, se puede ver cómo el arranque de la campaña empezó con fuerza, con valores de producción en los primeros meses más elevados en términos relativos con respecto a campañas previas, culminando como es costumbre en el mes de diciembre, donde alcanzó el pico más alto del último lustro. En la segunda parte de la campaña, la producción, aunque elevada, se aproximó en ritmo a la media de los últimos cuatro años.


 

 

Por comunidades autónomas, ha habido aumentos y caídas con distintas intensidades. Andalucía tuvo una producción aproximada de 1.143.500 toneladas, lo que representa un crecimiento de casi el 100 % respecto a la campaña anterior. También Castilla-La Mancha muestra una evolución positiva, alcanzando las 145.900 toneladas, un 43 % más que en 2023/24.

En el caso de Extremadura, finalmente la producción se ha mantenido estable, con un ligero retroceso hasta las 77.800 toneladas (-3,70 %). Más negativo ha sido el caso de Cataluña, que se ha visto de nuevo afectada por la sequía y las altas temperaturas, reduciendo su volumen hasta 15.300 toneladas, lo que representa una caída del 47 % respecto a la campaña anterior. El conjunto del resto de comunidades autónomas también refleja una disminución, situándose en torno a las 33.300 toneladas, un 50 % menos que el ejercicio previo.

Por tanto, la recuperación se ha concentrado fundamentalmente en Andalucía, cuya representatividad sobre el total nacional ha vuelto a reforzarse, colocándose en torno al 80 % del volumen total nacional.


 

Demanda: consumo y exportaciones oleícolas

En un producto con limitada capacidad de almacenamiento, en el que se han sucedido además dos campañas muy cortas, oferta y consumo van obligatoriamente de la mano: una menor oferta de aceite conlleva una caída del consumo, no hay alternativa, pues por mucho que el consumo no quiera descender, no hay oferta para satisfacerlo. Así, en las dos campañas previas, la muy baja oferta de aceite hizo que el consumo cayera en la misma proporción, siendo la importante subida de los precios un signo de la disponibilidad al pago y la baja predisposición a buscar productos sustitutivos. En la campaña 2024/25, respondiendo a la mayor oferta, se ha dado una notable recuperación en el consumo de aceite de oliva tanto a nivel mundial como europeo.

A escala mundial, el consumo se estima que ha alcanzado los 3,147 millones de toneladas, un 26 % más que en 2023/24, mientras que en la Unión Europea la recuperación ha sido incluso más pronunciada, con un crecimiento del 32 %, hasta los 1,470 millones de toneladas. Sin duda la buena cosecha ha dado un respiro a los mercados, que venían tensionados de campañas anteriores, generando precios más competitivos para el consumidor.

 

 

Los datos del Ministerio de Agricultura muestran un comportamiento notablemente más dinámico del mercado del aceite de oliva en la campaña 2024/25. A falta de los datos de septiembre, entre octubre y agosto, las salidas totales se incrementaron un 20 % respecto al mismo periodo de la campaña anterior, impulsadas tanto por la recuperación del consumo interno como por una mayor actividad exportadora. El mercado interior ha acumulado un volumen de 458.200 toneladas, lo que supone un aumento interanual del 15 %, mientras que las exportaciones alcanzan las 937.100 toneladas (+23 %).

En todo caso, el aumento de la demanda no ha impedido la recuperación de stocks hasta niveles más normales que permiten un correcto enlace entre campañas. Así las existencias se han incrementado, siendo un 49 % mayores en agosto de 2025 respecto a agosto de 2024, pero aun ligeramente inferiores al enlace medio de campaña de los años anteriores a la reciente sequía, como veremos algo más adelante.

 

Evolución del consumo doméstico de aceite de oliva en España

Si nos fijamos en la evolución del mercado español durante el último año y medio (de marzo de 2024 a julio de 2025), el consumo de aceite de oliva en los hogares ha experimentado una recuperación, impulsada principalmente por la recuperación de la oferta y la consecuente caída en los precios.

Durante este periodo, las cifras mensuales oscilaron entre un mínimo de 16.746 en junio de 2024 y un máximo de 30.389 toneladas en febrero de 2025. Es a partir de junio del 2024 cuando el consumo parece empezar a crecer de manera constante, hasta alcanzar el máximo mencionado en febrero del 25, momento en el cual comienza a decrecer ligeramente en los últimos valores de la serie, estabilizándose alrededor de las 26.000 toneladas.

El repunte está siendo más visible en los aceites de mayor calidad (AOV y AOVE), los cuales están empujando con fuerza la recuperación del consumo total de aceite de oliva. Si ponemos el foco en los datos disponibles segmentados por campaña, entre octubre de 2024 y julio de 2025, el consumo promedio del total de aceites de oliva en los hogares fue un 37 % superior al obtenido durante el mismo periodo de la campaña anterior, pero en el caso de los AOV y AOVE, el promedio fue un 58 % superior. Es decir, mientras que en la fase de caída de la producción y con ella del consumo, todas las categorías fueron afectadas, en la actual fase de recuperación de producción y existencias, el descenso de los precios ha favorecido que el consumidor recupere los niveles de consumo de aceites de mayor calidad, siendo el resto los que en mayor proporción estarían incrementando las existencias.

En paralelo, el precio medio por litro que se desprende del panel ha descendido con fuerza entre marzo de 2024 y julio de 2025, ya que pasó de 9€/l en abril de 2024 a situarse sobre los 4,35€/l en julio de 2025, esto supone una caída del 51 %.  Y si combinamos el volumen de consumo con los precios medios, el gasto total de los hogares en aceite de oliva fue desde unos 160 millones de euros en marzo de 2024 hasta unos 120 millones en julio de 2025.

Por tanto, la caída en el precio medio, pese al aumento del volumen consumido, ha supuesto una caída en el gasto de los hogares en aceite de oliva durante el periodo estudiado.

 

Comercialización internacional

En lo que respecta al mercado exterior, en comparación con la campaña anterior, el volumen exportado ha sido superior en todos los meses analizados, con especial intensidad en la segunda mitad de la campaña. Además, en conjunto, se sitúa un 8 % por encima de la media de las últimas 5 campañas.

Analizando los principales destinos de las exportaciones españolas, destaca de forma muy clara el notable incremento de las ventas a Italia, que crecen en volumen un 89 % interanual hasta alcanzar las 288 mil toneladas entre octubre de 2024 y julio de 2025. Este aumento pone de manifiesto por un lado la dependencia de Italia del aceite de oliva español como complemento a su oferta nacional, especialmente baja en esta campaña.

En el entorno comunitario, el volumen de las exportaciones a Francia (+1 %), Portugal (+50 %) y Bélgica (+74 %) muestran un comportamiento positivo, mientras que Alemania (-8 %) registra una evolución negativa, posiblemente como consecuencia de las dudas sobre su economía, aunque han mejorado con respecto a las previsiones que se tenían a principios de año, cuando la caída acumulada hasta el momento rondaba el 18 %.

Si miramos fuera de las fronteras europeas, vemos como Estados Unidos, pese a la situación geopolítica, finalmente ha aumentado sus compras de aceite de oliva español con respecto al año pasado, debido posiblemente a los mejores precios, los cuales más que compensan el incremento arancelario impuesto por la administración Trump o el debilitamiento del dólar frente al euro. Cabe destacar también el aumento de las exportaciones a mercados terceros de menor volumen, pero creciente interés estratégico, como China (+91 %) ó Australia (+43,6 %), que, aunque aún representan cuotas pequeñas del total, reflejan un potencial de diversificación en destinos no tradicionales.

 

 

Volviendo al caso de EEUU, este representa cerca de una quinta parte de las importaciones mundiales, y sus importaciones proceden principalmente de 4 productores. El primer puesto lo ocupa España, que entre octubre de 2024 y julio de 2025 vendió 111 mil toneladas aproximadamente, un 18 % más que en el mismo periodo del año anterior. En segundo lugar, está Italia, cuyas compras alcanzaron las 95 mil toneladas (+6 %). A continuación, está Túnez, con 52 mil toneladas, que es además quien más ha incrementado sus ventas en términos relativos, un 44 % si lo comparamos con las ventas de octubre a julio de la campaña anterior. Por último, Turquía, que también tiene un puesto relevante en el suministro de aceite de oliva a Estados Unidos, ha visto mermadas sus ventas un 2,8 %, situándose en torno a las 22 mil toneladas.

Es interesante ver como a partir de mayo de 2024, los altos precios y las buenas expectativas de cosecha en países como España, Turquía y Túnez provocaron una desaceleración en las compras, que se mantuvo hasta principios de 2025. A partir de ese momento, las importaciones repuntaron con fuerza, impulsadas por la bajada de precios y el temor a la posible imposición de nuevos aranceles.

 

 

En los últimos meses, el impacto de los aranceles sobre el consumo de aceite de oliva en Estados Unidos parece haberse diluido, posiblemente porque la fuerte caída de los precios ha contribuido a mantener la demanda en el mercado estadounidense. También llama la atención como Italia, pese a su bajo volumen de producción en la última campaña, habría elevado sus ventas. El mercado norteamericano es un mercado premium para el que el AOVE italiano es un producto totalmente diferenciado, y esta sería una explicación de por qué, en un contexto generalizado de mayor producción, el AOVE italiano habría podido extender sus precios récords a la campaña 24/25 desvinculándose por completo de los descensos de España o Grecia.

Niveles de stock y dinámica de precios

En octubre, las existencias iniciales se situaban en 141.500 toneladas, un volumen notablemente bajo que apenas representaba el 35 % del promedio de los últimos cuatro años. Esta marcada reducción fue el resultado directo de dos campañas consecutivas con producciones especialmente limitadas, lo que derivó en una escasez significativa de producto disponible al inicio del nuevo ciclo.

No obstante, durante los primeros meses de la campaña se observó una recuperación sostenida de los niveles de existencias, con un ritmo de crecimiento acelerado. Gracias a esta tendencia, en febrero de 2025 el volumen acumulado alcanzó su valor pico de 1.120.100 toneladas. A partir de ese punto, las existencias comenzaron a descender de manera gradual hasta situarse en 405 mil toneladas en agosto, una cifra muy próxima al promedio de las últimas cuatro campañas. Este equilibrio se logró en buena medida gracias al dinamismo de las exportaciones durante la segunda mitad del ciclo, que contribuyó a absorber el elevado volumen producido y evitar un exceso de oferta.

Por su parte, los stocks finales mundiales se estiman en torno a 580 mil toneladas, un nivel que también se encuentra alineado con la media del último lustro.

En conjunto, estos resultados sitúan al mercado en una posición de partida que aleja las preocupaciones iniciales sobre un posible exceso de existencias.

 

 

En lo que respecta a los precios, la primera parte de la campaña 2024/25 estuvo marcada por una tendencia descendente progresiva. Esta evolución respondió a las buenas perspectivas de cosecha que se generaron tras las lluvias primaverales de 2024, las cuales contribuyeron a mejorar notablemente el estado de los olivares y, con ello, las expectativas de producción. Las lluvias de otoño del 24, sumadas a cómo los datos reales de producción iban apuntando mes a mes a una producción superior a la aforada fueron acelerando la caída de precios.

Posteriormente, las lluvias de la primavera de 2025 reforzaron nuevamente la percepción de abundancia, ejerciendo una presión adicional a la baja sobre los precios. Sin embargo, a partir de junio de ese año, la evolución favorable de las exportaciones y la canícula de agosto —que aparentemente redujo el rendimiento de la cosecha, especialmente en el olivar de secano— comenzaron a modificar la dinámica del mercado. El buen desempeño del comercio exterior contribuyó a disipar los temores de que el ciclo concluyera con niveles de existencias excesivos, lo que favoreció la estabilización de los precios y, finalmente, una ligera recuperación en los últimos meses de la campaña.

Como resultado, el precio del aceite de oliva virgen extra pasó de alcanzar su mínimo en mayo de 2025, con 346 €/100 kg, a situarse en torno a 430 €/100 kg en septiembre. Este repunte supone un incremento del 20 % al 25 % en el tramo final del ciclo, reflejando una mejora moderada pero significativa en las cotizaciones tras varios meses de ajuste a la baja.

 

 

En el balance general de la campaña 2024/25, los precios medios acumulados reflejan con claridad el fuerte ajuste que ha experimentado el mercado. El aceite de oliva virgen extra (AOVE) registró un precio promedio de 448 €/100 kg, mientras que el aceite de oliva virgen (AOV) se situó en 338 €/100 kg. Estas cifras suponen una caída de entre el 45 % y el 50 % en ambos casos respecto a la campaña anterior, marcando uno de los descensos más pronunciados de los últimos años.

Por su parte, el aceite lampante mostró una evolución aún más desfavorable con un precio medio de 348 €/100 kg, lo que representa una reducción de cerca del 50 %. Este comportamiento confirma la debilidad general de los precios a lo largo de la campaña, en un contexto marcado por la recuperación de la producción y la normalización progresiva de los niveles de oferta.

 

 

En Europa, los otros dos grandes productores, Grecia e Italia, han mostrado evoluciones de precios dispares según la categoría. En Grecia se observan descensos muy parecidos a los de España, con reducciones superiores al 40 % en las tres categorías.

En cambio, Italia presenta una dinámica distinta según el tipo de aceite: el AOVE incluso ha subido alrededor de un 4 % respecto a la campaña anterior, y el AOV apenas ha caído alrededor de un 16 %; ambos, no obstante, se mantienen en niveles históricamente altos. Esta resistencia a la baja se explica por la fuerte contracción de la producción nacional, que ha reducido drásticamente la oferta y ha convertido a estos aceites en productos de gama alta, claramente diferenciados de los procedentes de España o Grecia.

No ocurre lo mismo con el aceite lampante italiano, cuya lógica es distinta: al ser un producto más estandarizado y destinado principalmente a la refinación, su cotización responde más al mercado global. Por eso se ha comportado como una commodity y ha registrado descensos similares a los del lampante en España y Grecia.

 

Perspectivas campaña 2025/26

A escala mundial, el USDA prevé una contracción del 10 % en la producción global, que pasaría de 3,356 millones de toneladas en la campaña 2024/25 a 3,016 millones de toneladas en 2025/26.

Los principales responsables de esta caída serían, en primer lugar, la Unión Europea, cuya producción se reduciría un 6 %, desde 2,104 millones a 1,98 millones de toneladas. También destaca la previsión negativa de Túnez, con un descenso cercano al 20 % (de 340.000 a 275.000 toneladas), y la de Turquía, donde se espera una reducción del 39 %, pasando de 450.000 a 275.000 toneladas.

En contraste, algunos países productores presentan perspectivas de crecimiento, como Marruecos (+45 %) y Argelia (+11 %), aunque su peso relativo en la producción mundial sigue siendo limitado, por lo que su expansión apenas compensará las caídas de los grandes productores.

A nivel nacional, la primera estimación del Ministerio de Agricultura, elaborada a partir de los aforos de la Junta de Andalucía y datos complementarios de otras comunidades, sitúa la producción española de aceite de oliva en 1,372 millones de toneladas, un 3 % menos que en la campaña anterior (1,416 millones). De este modo, queda descartada la necesidad de activar el mecanismo de retirada que había empezado a tramitarse por el Ministerio a petición del sector, pues el cual se aplicaría únicamente si la suma de las existencias iniciales y la producción prevista superase el 120 % del promedio de las seis campañas anteriores.

En todo caso, es necesario subrayar la provisionalidad de estos primeros datos, en una campaña especialmente difícil de estimar, por las bajas producciones de las anteriores, las elevadas precipitaciones, pero también las sucesivas olas de calor. Así, los aforos de ESYRCE hasta agosto indicaban que, con el 24 % de los aforos realizados respecto a los finales previstos de ejecutar, el secano tendría un rendimiento un 10 % superior, pero el regadío (31 % de los aforos realizados) presenta una caída del 11 %. La falta de precipitaciones y la ausencia de previsión de lluvias al inicio del otoño en Andalucía vendrían a respaldan las estimaciones comunicadas por la Junta y el Ministerio.

Esta disminución a nivel nacional se explica principalmente por el retroceso en Andalucía, donde la producción baja un 5 %, con una caída especialmente pronunciada en Jaén (–15 %). Castilla-La Mancha, segunda productora, sufre una contracción aún mayor (–17 %). En cambio, otras comunidades registran incrementos notables: Aragón (+56 %), Cataluña (+111 %), Comunidad Valenciana (+261 %), mientras que Extremadura se mantiene prácticamente estable (+3 %) y el conjunto de las demás comunidades crece un 28 %. El volumen previsto supera ampliamente la media de las últimas cinco campañas (1,157 millones de toneladas), la cual viene afectada por las bajas cosechas de 2022/23 y 2023/24. 

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