
17 June 2025
Resumen Ejecutivo
La campaña 2024/2025 de frutos secos se enmarca en un contexto de recuperación y expansión tanto a nivel global como nacional. La producción mundial ha retomado la senda del crecimiento tras varios años de descensos, destacando el caso de la almendra, que alcanza los 1,93 millones de toneladas, un 2,9 % más que en la campaña anterior. En paralelo, el pistacho ha registrado un notable aumento del 8,3 %, situándose en 1,39 millones de toneladas, su segundo mayor volumen histórico, lo que refleja el dinamismo y consolidación de estos cultivos en el ámbito internacional.
En línea con esta tendencia, España ha experimentado un importante impulso en su producción, con un crecimiento del 15 % en el conjunto de frutos secos. La almendra ha sido el principal motor de este avance, con un incremento del 24 % en 2024 y previsiones aún más optimistas para 2025, que apuntan a un aumento adicional del 11 %. Por el contrario, el pistacho ha sufrido una caída del 25 %, si bien mantiene su potencial como cultivo emergente, con una superficie plantada que ya alcanza las 83 mil hectáreas, aunque solo el 21 % de ellas está actualmente en producción. Esta diferencia entre superficie y rendimiento anticipa un margen considerable de crecimiento para los próximos años.
Esta expansión productiva ha ido acompañada de un incremento sostenido en el consumo global. La demanda internacional de almendras ha crecido un 6,3 %, hasta alcanzar los 1,62 millones de toneladas, mientras que el consumo de pistacho se ha incrementado un 6,2 %, llegando a 1,07 millones. Esta evolución confirma la consolidación de ambos frutos como opciones saludables, tanto en su consumo directo como en la industria alimentaria. En este contexto, la Unión Europea se posiciona como el mayor consumidor de almendra, y Turquía lidera el consumo mundial de pistacho.
El buen comportamiento del mercado también se ha reflejado en el comercio exterior español. Las exportaciones de almendra han aumentado un 28 % en volumen y un 30,6 % en valor, al tiempo que las importaciones han descendido, generando un superávit comercial de 295 millones de euros, lo que supone un incremento del 220 %. En cambio, el pistacho sigue presentando un saldo negativo, con un déficit de 14.864 toneladas y 105 millones de euros, aunque sus exportaciones han crecido un 31,75 %, lo que indica una creciente presencia en los mercados internacionales.
Este contexto de recuperación y dinamismo también ha impactado en los precios. La almendra ha mostrado una tendencia alcista en 2025, especialmente en la variedad Comuna, cuyo precio ha subido un 36,6 %. No obstante, la almendra ecológica continúa mostrando síntomas de estancamiento, sin grandes variaciones. En el caso del pistacho, el precio se ha mantenido estable en torno a los 5,15 €/kg, consolidando la subida iniciada en la campaña anterior. En conjunto, estos datos apuntan a una campaña marcada por la recuperación del sector y el fortalecimiento de su posición tanto en los mercados nacionales como internacionales.
En este análisis del sector de los frutos secos se va a analizar en detalle la situación de la almendra y el pistacho por la importancia y la proyección económica de estos cultivos en España.
Evolución de la disponibilidad mundial de almendra y pistacho: campaña 2024/2025 y tendencias de fondo
En la campaña 2024/2025, ambos productos muestran incrementos aunque en diferentes magnitudes.
En el caso de la almendra, se registra una ligera recuperación tras un período de tres campañas consecutivas de descenso. La disponibilidad mundial —que incluye tanto la producción como las existencias iniciales— alcanza en 2024/25 los 1,93 millones de toneladas, lo que supone un incremento del 2,9 % respecto a la campaña anterior.
Por otro lado, el pistacho continúa mostrando un notable dinamismo. La disponibilidad mundial para 2024/2025 se sitúa en 1,39 millones de toneladas, un 8,3 % más que en la campaña anterior, marcando así su segundo máximo histórico consecutivo. Este comportamiento confirma la consolidación del cultivo en una fase expansiva.
Si se amplía el intervalo temporal para tener una imagen de fondo entre las campañas 2010/2011 y 2024/2025, se puede ver como la disponibilidad mundial de almendra (sin cáscara) ha crecido un 75,7 %, pasando de 1,10 a 1,93 millones de toneladas. Esta expansión ha sido liderada por Estados Unidos —especialmente California— y acompañada por el desarrollo del cultivo en países como Australia, España y Chile. El máximo histórico se alcanzó en 2020/2021 con más de 2 millones de toneladas disponibles.
En cuanto al pistacho, el crecimiento ha sido aún más pronunciado: la disponibilidad mundial ha pasado de 637.000 toneladas en 2010/2011 a casi 1,39 millones en 2024/2025, lo que representa un incremento del 118 %. Tras una caída puntual en 2015/2016, el cultivo ha experimentado un desarrollo sostenido, especialmente a partir de 2016/2017. Si bien Irán y Estados Unidos han sido históricamente los principales productores, en los últimos años se ha producido una notable expansión en Turquía, España y Siria. Este fenómeno responde a la buena adaptación del pistacho a climas semiáridos, así como a su creciente atractivo comercial.
Este notable incremento del pistacho se refleja en la evolución del peso relativo entre ambos cultivos, evidenciando un cambio en el equilibrio entre el pistacho y la almendra a lo largo del tiempo.
Esta evolución de la oferta mundial se ha visto condicionada considerablemente por las existencias con las que se empieza cada campaña. Durante la campaña 2024/2025, las existencias iniciales mundiales de almendras y pistachos han experimentado una evolución dispar, reflejo de las dinámicas particulares de cada cultivo y de los cambios recientes en la oferta y la demanda global.
En el caso de las almendras (sin cáscara), se ha registrado una fuerte contracción de los inventarios disponibles al inicio de la campaña, situándose en 279.797 toneladas, lo que supone una caída del 33,1 % respecto al año anterior. Este descenso se suma a la reducción del 9,6 % ya observada en 2023/2024, consolidando una tendencia a la baja tras el máximo histórico alcanzado en 2022/2023.
Por el contrario, las existencias iniciales de pistachos (con cáscara) han experimentado una recuperación notable. En 2024/2025 alcanzan las 211.066 toneladas, lo que representa un incremento del 19,6 % en comparación con la campaña anterior. Este repunte se produce tras una caída del 17,8 % en 2023/2024 y se enmarca en el comportamiento típicamente alternante de este cultivo, en el que años de alta producción son seguidos por años de menor rendimiento, y viceversa.
Estas cifras más recientes adquieren mayor significado cuando se enmarcan en la evolución observada a lo largo de la última década, concretamente entre las campañas 2015/2016 y 2024/2025. Durante este período, las existencias iniciales de almendras han seguido una trayectoria en tres etapas. Entre 2015 y 2019, los niveles se mantuvieron relativamente estables, con pequeñas variaciones en torno a las 225.000 toneladas, reflejo de un mercado en equilibrio. A partir de la campaña 2020/2021 comenzó una fase de fuerte crecimiento, con incrementos anuales superiores al 30 %, hasta alcanzar el récord de 462.559 toneladas en 2022/2023. Sin embargo, en las dos campañas siguientes, los inventarios se redujeron de forma significativa, reflejando un proceso de corrección del mercado.
En cuanto a los pistachos, el comportamiento ha sido más volátil, en gran parte debido a la naturaleza propia del cultivo, que presenta una alternancia bianual en la producción. Entre 2015 y 2018, las existencias mostraron fuertes fluctuaciones, con una caída notable en 2016/2017 y un repunte importante en 2017/2018. Esta alternancia se mantiene a lo largo del periodo, pero a partir de 2019/2020 se identifica una tendencia general al alza. Las existencias iniciales pasaron de 105.926 toneladas en 2019/2020 a un máximo de 214.862 toneladas en 2022/2023, duplicándose en apenas tres campañas. Este crecimiento responde tanto al aumento de la superficie cultivada como a cosechas particularmente abundantes. No obstante, tras este pico, las existencias de pistachos descendieron un 17,9 % en 2023/2024, para luego recuperarse parcialmente en 2024/2025 con un incremento del 19,6 %.
Si se estudia cómo se distribuye a nivel mundial la producción de almendra y pistacho en 2024 se puede ver una marcada concentración geográfica, con un pequeño grupo de países que dominan el mercado global de cada uno de estos frutos secos.
En lo que respecta a la producción mundial de almendra, el liderazgo absoluto es de Estados Unidos, ya que es, con diferencia, el principal productor mundial de almendra, con una producción de 1.270.060 toneladas, lo que representa aproximadamente el 77 % del total mundial. Esta hegemonía se debe principalmente al cultivo en el estado de California, donde se concentran las condiciones climáticas, infraestructuras y conocimientos técnicos necesarios para una producción a gran escala.
Entre el resto de productores, de menor envergadura pero también relevantes, está en primer lugar Australia, que con 160.000 toneladas representa un 10 % del total mundial, situándose como una alternativa emergente y competitiva, especialmente en los mercados del sudeste asiático. Seguida muy de cerca por la Unión Europea (principalmente España), que en conjunto aporta 150.000 toneladas (9 %), consolidando su posición como tercer productor global. Por último cabe mencionar otros países como India, Chile y China, que en conjunto suman 39.650 toneladas, pero con potencial de crecimiento en el medio plazo.
Por otro lado, la producción mundial de pistacho muestra una distribución más repartida entre varios actores clave, lo que genera un entorno más competitivo y diversificado.
Estados Unidos también lidera en este cultivo con 503.230 toneladas, aunque su cuota relativa es mucho menor que en la almendra (43 %). Turquía le sigue muy de cerca con 385.000 toneladas (33 %), reflejando su larga tradición en el cultivo del pistacho y su creciente profesionalización. Irán, con 200.000 toneladas (17 %), continúa siendo un actor relevante, aunque con menor peso que en décadas anteriores debido a factores como sanciones internacionales, problemas hídricos y limitaciones logísticas. Siria mantiene una producción estimada de 55.000 toneladas (4,7 %), pese al contexto sociopolítico adverso. Por último, la Unión Europea, con 35.000 toneladas (3 %), se perfila como un productor menor pero creciente, gracias al auge del cultivo en España.
Situación en España
Según los datos publicados en marzo de 2025, la producción total de frutos secos en España alcanzó las 579 mil toneladas en 2024, lo que supone un incremento del 15 % respecto a 2023 (502 mil t). (Es importante señalar que sólo se dispone de previsiones para 2025 en el caso de la almendra; para el resto de cultivos, la última comparación posible es entre 2023 y 2024.)
La almendra, cultivo dominante, no sólo lideró el crecimiento en 2024 (+24 %) sino que mantiene una previsión positiva del +11 % para 2025, con vista a alcanzar las 409 mil toneladas. Esta evolución creciente consolida su liderazgo en el sector de los frutos secos, impulsada por su rentabilidad, elevada demanda y buena adaptación agroclimática.
En 2024, otros cultivos como la nuez y la castaña también mostraron signos de crecimiento, con aumentos del +16 % y +4 % respectivamente, alcanzando 20 mil y 182 mil toneladas. En sentido contrario, la avellana y el pistacho registraron caídas productivas en 2024, del -56 % y -25 % respectivamente. Con producciones de 3 mil y 5 mil toneladas aproximadamente.
En conjunto, el sector de frutos secos mantiene una tendencia positiva, aunque concentrada principalmente en la almendra, que representa cerca del 65 % del total en 2024.
Estos cultivos de frutos secos están evolucionando de manera diferente en España según los datos del Esyrce 2024, reflejando tanto la madurez de algunos sectores como el auge de nuevas apuestas agrícolas. El análisis de la superficie cultivada en sus distintos estados permite identificar tendencias clave. Siguiendo con la línea de este informe, se presenta un análisis detallado, centrado especialmente en el almendro y el pistacho, aunque considerando también el comportamiento del resto de cultivos.
El almendro se consolida como el cultivo de fruto seco dominante en España, con una superficie total aproximada de unas 750 mil hectáreas, lo que representa supone la mayor proporción entre los cultivos analizados. De esta superficie, unas 605 mil hectáreas se encuentran ya en producción, es decir, el 81 %, lo que evidencia su madurez como sector productivo. Sin embargo, la presencia de casi 126 mil hectáreas en plantación joven y 16 mil hectáreas en primer año revela que continúa la expansión del cultivo, con inversiones importantes en nuevas superficies.
Por otro lado, el pistacho se posiciona como el cultivo de frutos secos con mayor dinamismo y proyección de crecimiento. En 2024, ronda las 83 mil hectáreas, una cifra todavía modesta en comparación con el almendro, pero con una estructura muy distinta: solo unas 18 mil hectáreas (21 %) están en producción, mientras que cerca de 59 mil hectáreas (70 %) están en plantación joven y otras 6 o 7 mil hectáreas (8 %) en su primer año. Este perfil indica que el pistacho se encuentra en una fase temprana de desarrollo y es objeto de un proceso de fuerte inversión. Las perspectivas de rentabilidad futura, impulsadas por una demanda creciente a nivel nacional e internacional, han generado un notable interés por parte de los agricultores, especialmente en regiones del centro y sur peninsular.
Para finalizar y por completar el análisis de frutos secos, el resto de cultivos presentan un perfil más estabilizado. El castaño cuenta con 23.273 hectáreas, de las cuales 20.748 se encuentran en producción, con una inversión mínima en nuevas plantaciones. Esto sugiere que se trata de un cultivo asentado, con poco crecimiento previsto. Algo similar ocurre con el nogal (13.688 hectáreas totales, de las cuales 10.468 están en producción), aunque con un ligero interés renovador en forma de plantaciones jóvenes. Finalmente, el avellano, con 11.347 hectáreas, también muestra un sector maduro, donde casi el 90 % de la superficie está ya en producción, y con escasa renovación.
A continuación, y con el fin de complementar el análisis de las superficies cultivadas por estado de producción, se examina la evolución de cada cultivo diferenciando entre superficie en secano y en regadío.
Según los datos del ESYRCE, en 2004 la superficie cultivada en secano alcanzaba las 637.043 hectáreas, mientras que la de regadío era mucho menor, con solo 35.007 hectáreas. Durante los primeros años, la superficie de almendro en secano mostró una tendencia a la disminución, llegando a un mínimo aproximado de 525.827 hectáreas en 2014. No obstante, a partir de ese momento, se observa una ligera recuperación y estabilización, con una superficie que en 2024 alcanza las 574.558 hectáreas.
Por el contrario, la superficie destinada a almendro en regadío ha crecido de manera constante y notable, pasando de 35.007 hectáreas en 2004 a 183.045 hectáreas en 2024. Este aumento representa un crecimiento de más del 400 % y refleja una clara tendencia hacia la intensificación y modernización del cultivo, impulsada por la incorporación de tecnologías de riego más eficientes y la búsqueda de mayores rendimientos.
Esta evolución implica que, aunque el almendro sigue siendo mayoritariamente un cultivo de secano, la proporción bajo regadío ha pasado de representar apenas un 5 % del total en 2004 a cerca del 24 % en 2024. Este cambio responde a diversos factores, entre los que destacan la necesidad de asegurar la producción ante condiciones climáticas más adversas, la mejora en los sistemas de riego y la creciente demanda del mercado internacional, que incentiva a los productores a apostar por cultivos más tecnificados y productivos.
Por otro lado, el cultivo de pistacho en España ha experimentado un crecimiento notable durante los últimos veinte años. Según los datos de superficie cultivada en hectáreas, hasta el año 2008 no se registraban plantaciones de pistacho ni en secano ni en regadío, lo que evidencia que su implantación en el país es relativamente reciente.
A partir de 2009, comienza una expansión progresiva que se acelera especialmente desde 2015, con un aumento significativo tanto en las zonas de secano como en las de regadío. Durante los primeros años, la superficie cultivada en secano supera claramente a la de regadío, lo que indica que inicialmente el pistacho se adaptó principalmente a cultivos sin riego suplementario. Sin embargo, esta tendencia cambia a partir de 2018, cuando el cultivo en regadío crece de forma mucho más rápida, reduciendo la brecha con el secano y casi igualando la superficie cultivada para 2024, con aproximadamente 40.000 hectáreas en regadío frente a unas 44.000 en secano.
Estas evoluciones individuales junto con la del resto de cultivos de frutos secos ha derivado en la siguiente situación en 2024:
Distribución Territorial
A modo de conclusión para este apartado y con idea de tener una imagen completa de la situación nacional, se muestra a continuación la distribución provincial de la superficie de los cultivos de almendra y pistacho.
En el primer mapa se puede ver que el cultivo de almendro en España presenta una notable expansión y una distribución territorial muy desigual, reflejo de factores agroclimáticos, económicos y de evolución del sector agrícola. Según los datos del Esyrce 2024, las mayores concentraciones de superficie se localizan en el sureste peninsular, especialmente en las provincias de Murcia (111.484 ha) y Granada (101.823 ha), que lideran con claridad el ranking nacional. Le siguen de cerca Albacete (68.783 ha), Zaragoza (47.787 ha) y Almería (47.720 ha), consolidando un eje productivo en zonas semiáridas donde el almendro se adapta muy bien a condiciones de baja pluviometría. En el interior peninsular, destacan también las provincias de Toledo (30.387 ha), Cuenca (35.569 ha) y Ciudad Real (25.958 ha), lo que sitúa a Castilla-La Mancha como una de las grandes regiones productoras.
La Comunidad Valenciana y Cataluña también muestran una implantación destacada, con cifras como las de Valencia (39.380 ha), Castellón (30.595 ha), Alicante (19.512 ha), Lleida (22.846 ha) y Tarragona (15.023 ha). Estas regiones combinan tradición y modernización del cultivo, incluyendo explotaciones tanto en secano como en regadío.
De igual modo, para el cultivo del pistacho, el análisis de su distribución provincial pone de manifiesto una alta concentración territorial, especialmente en determinadas zonas del centro y sur peninsular.
La implantación de este cultivo es claramente desigual, con un fuerte dominio de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, que aglutina más del 79 % de la superficie nacional. Las provincias de Toledo (22.292 ha), Ciudad Real (16.950 ha), Albacete (13.289 ha) y Cuenca (10.137 ha) se sitúan a la cabeza del ranking, concentrando conjuntamente el 77 % del total. Esta región presenta condiciones agroclimáticas idóneas para el desarrollo del pistachero, tales como inviernos fríos y veranos largos y secos, además de disponer de amplias superficies de secano tradicionalmente destinadas a cultivos extensivos de menor rentabilidad.
A continuación, se sitúan provincias como Badajoz (3.868 ha) y Granada (3.115 ha), que representan núcleos de expansión importantes dentro de Extremadura y Andalucía, respectivamente. En estas regiones, el pistacho está ganando protagonismo como alternativa a cultivos leñosos más exigentes en agua, como el almendro o el olivar, especialmente en contextos de creciente escasez hídrica.
Demanda Mundial
Durante la campaña 2024/2025, el consumo mundial de frutos secos ha alcanzado cifras récord, consolidando la tendencia positiva observada en los últimos años. En particular, el consumo de almendras se sitúa en torno a los 1,62 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento del 6,3 % respecto a la campaña anterior, en la que el consumo había permanecido relativamente estable en torno a los 1,5 millones de toneladas. Este repunte marca una recuperación clara tras dos campañas de estancamiento y confirma que la demanda global de almendras vuelve a situarse en una trayectoria ascendente.
Por su parte, el pistacho continúa mostrando un notable dinamismo. En 2024/2025, se espera que el consumo mundial alcance los 1,07 millones de toneladas, lo que supone un incremento del 6,2 % con respecto a la campaña anterior. Este crecimiento se suma al fuerte aumento ya registrado en 2023/2024 (+25,7 %), lo que refuerza la idea de que el pistacho está ganando protagonismo en el consumo mundial de frutos secos.
Si se analiza la evolución a largo plazo, desde la campaña 2010/2011, el crecimiento de la demanda de almendras y pistachos ha sido sostenido y significativo. El consumo mundial de almendras (sin cáscara) ha pasado de 891 mil toneladas a 1,62 millones en 2024/2025, lo que supone un incremento del 81,4 %. Este aumento se ha producido de forma relativamente constante, con episodios de crecimiento más intenso, como entre 2015/2016 y 2016/2017 (+16 %) y entre 2019/2020 y 2020/2021 (+17,3 %). No obstante, entre 2021/2022 y 2023/2024 se produjo una estabilización del consumo, que parece superada con el crecimiento observado en la campaña actual.
El comportamiento del consumo de pistachos (con cáscara), aunque más irregular, también ha sido claramente positivo. En 2010/2011, se consumían unas 530 mil toneladas a nivel global, cifra que se ha duplicado hasta alcanzar los 1,07 millones de toneladas en 2024/2025, lo que equivale a un crecimiento del 100,7 %. Tras una etapa de estancamiento hasta 2015, el consumo comenzó a aumentar con más fuerza, con subidas especialmente destacadas en 2020/2021 (+41,7 %) y en la reciente campaña 2023/2024 (+25,7 %), lo que revela un proceso de consolidación más reciente, pero también más acelerado que en el caso de las almendras.
A lo largo del periodo analizado, las almendras han mantenido un volumen de consumo claramente superior al de los pistachos. Sin embargo, la diferencia relativa entre ambos productos se ha reducido de forma significativa dado el avance relativo del pistacho en la dieta global.
El crecimiento del consumo de ambos frutos secos ha estado impulsado por varios factores comunes: la popularización de los snacks saludables, el auge de dietas basadas en grasas buenas y proteínas vegetales, y la diversificación de sus usos industriales en sectores como el de las bebidas vegetales, la repostería, las barritas energéticas o los helados. Aun así, mientras que las almendras parecen haber alcanzado una fase de madurez en determinados mercados, los pistachos siguen mostrando un amplio potencial de desarrollo en nuevos segmentos y geografías.
En la campaña 2024/2025, Estados Unidos alcanzó las 375.000 toneladas, un incremento del 3,9 % respecto al año anterior, impulsado por una sólida demanda interna y su condición de principal productor mundial, que facilita el acceso al producto en el mercado doméstico.
La Unión Europea, que también presenta una evolución positiva en esta última campaña, consolida su liderazgo global como mayor consumidor, con 410.000 toneladas previstas para 2024/2025, superando las 383.000 t del año anterior (+7 %). Este crecimiento refleja la estabilidad de un mercado maduro donde las almendras están bien integradas en los hábitos de consumo, especialmente vinculadas al interés por la alimentación saludable.
En Asia, India confirma su papel como motor emergente del mercado, con 185.830 toneladas previstas en esta campaña, tras los 182.610 t registrados en 2023/2024. Este crecimiento sostenido se apoya en el aumento del poder adquisitivo y la preferencia por productos naturales. China, aunque con una evolución más irregular, registra un consumo de 154.000 toneladas, una recuperación respecto a las 130.000 t del año anterior (+18 %), pero todavía por debajo de los niveles de 2022/23 (180.800 t), lo cual puede ser consecuencia de la sensibilidad de este mercado a factores externos como aranceles y políticas comerciales.
Australia mantiene una línea ascendente y llega a 35.000 toneladas, continuando la recuperación tras un descenso en 2022/2023 (30.600 t). Por su parte, Corea del Sur y Turquía también muestran progresos, con 30.000 t y 52.000 t respectivamente en 2024/2025, reforzando la incorporación de la almendra en nuevos segmentos de consumo.
Japón, con un perfil de mercado más estable, alcanza las 43.000 toneladas, consolidando un crecimiento moderado, mientras que los Emiratos Árabes Unidos registran un nuevo pico de consumo con 80.000 toneladas, confirmando su rol como hub regional de distribución además del consumo interno.
Si se amplía la mirada a la evolución de los últimos 15 años, el crecimiento global del consumo de almendras ha sido significativo. Estados Unidos ha incrementado su demanda un 56,8 %, pasando de 239.156 t en 2010/2011 a las 375.000 t actuales. La Unión Europea, por su parte, ha crecido un 45,7 % en el mismo periodo. En India y China, el aumento ha sido aún más pronunciado: un 223 % y 219 % respectivamente, aunque con trayectorias diferentes, marcadas por mayor estabilidad en India y más volatilidad en China.
Australia ha más que duplicado su consumo (+115 %), mientras que Turquía y Corea del Sur han registrado incrementos del 88,4 % y 111 %, respectivamente. Japón crece un 68 %, y los Emiratos Árabes Unidos, a pesar de sus oscilaciones, prácticamente duplican su consumo en el periodo (+87,7 %).
En conjunto, estos datos muestran que el crecimiento del consumo de almendras se apoya tanto en mercados tradicionales consolidados como en nuevos destinos con gran potencial, especialmente en Asia. Aunque el dinamismo futuro dependerá en parte de factores externos como el comercio internacional y la situación económica global, la tendencia general apunta a una expansión sostenida del mercado global de almendras.
Pasando al pistacho, la campaña 2024/2025 confirma la consolidación del pistacho como uno de los frutos secos con mayor expansión global, aunque con comportamientos desiguales según los países.
En esta campaña, Turquía ha registrado el mayor crecimiento relativo, alcanzando las 260.000 toneladas, lo que representa un incremento de más del 60 % respecto al año anterior (162.200 t). Este aumento la sitúa como el mayor consumidor a nivel mundial. La subida podría estar relacionada con una producción interna particularmente elevada, lo que habría impulsado también un mayor consumo, especialmente en productos de repostería, donde la demanda se mantiene tradicionalmente alta.
Le sigue Estados Unidos, con 185.000 toneladas, que sigue siendo uno de los mayores consumidores, pese a que esta campaña el consumo se ha visto resentido respecto a la cifra del año anterior, con una caída del 17 %.
En la Unión Europea, el consumo estimado para 2024/2025 es de 181.000 toneladas, una ligera corrección del 4 % respecto al máximo del año anterior, pero muy por encima de los niveles históricos. El pistacho se ha consolidado como producto habitual, tanto en consumo directo como en aplicaciones gastronómicas.
China, con una estimación de 170.000 toneladas, continúa siendo uno de los mercados más relevantes. Tras una caída del 48 % en 2022/2023, el país ha experimentado una fuerte recuperación en las dos últimas campañas, acercándose de nuevo a su récord. El aumento del poder adquisitivo y la consolidación de una clase media urbana siguen impulsando la demanda.
Por el contrario, Irán continúa su tendencia negativa, con solo 30.000 toneladas estimadas para 2024/2025, muy por debajo de sus niveles iniciales. Factores como una menor producción, las sanciones, el deterioro económico interno y la reducción del poder adquisitivo explican este retroceso.
India se perfila como un mercado emergente de gran potencial, con un consumo estimado de 45.000 toneladas, un 10 % más que la campaña anterior. Aunque partía de cifras modestas, su crecimiento sostenido refleja un cambio de hábitos alimentarios y un mayor consumo en festividades y entornos urbanos.
En el mundo árabe, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos alcanzan cifras históricas, con 22.000 y 28.000 toneladas respectivamente. En ambos casos, la demanda está vinculada a tradiciones culturales y un aumento del consumo durante celebraciones como el Ramadán. Iraq, aunque en volúmenes más modestos, también muestra una tendencia ascendente con 17.000 toneladas.
Siria, en cambio, ha visto su consumo reducido a 42.800 toneladas, lejos de las cifras previas al conflicto (59.400 t en 2010/2011). Aun así, el consumo se ha estabilizado en los últimos años pese a la inestabilidad interna.
Comercio Exterior
Durante la última campaña, el comercio exterior de almendra y pistacho en España ha mostrado dinámicas claramente diferenciadas para cada producto, reflejando el grado de desarrollo y posicionamiento internacional de ambos sectores.
En el caso de la almendra, España ha experimentado un notable crecimiento de sus exportaciones. El volumen exportado alcanzó las 418.204 toneladas, lo que supone un incremento del 27,99 % respecto a la campaña anterior. Este aumento se ha traducido en un valor económico de 653,19 millones de euros, un 30,62 % más que en el ejercicio precedente. Paralelamente, las importaciones de almendra han descendido significativamente: en volumen se situaron en 130.209 toneladas, lo que representa una caída del 16,06 %, mientras que el valor importado fue de 357,92 millones de euros, un 12,26 % menos que el año anterior.
Como resultado, el saldo comercial de la almendra fue claramente positivo, con un superávit de 287.995 toneladas, un 67,83 % más que en la campaña previa. En términos económicos, el saldo alcanzó los 295,27 millones de euros, lo que equivale a un impresionante aumento del 220,46 % respecto al saldo conseguido en el ejercicio anterior. Estos datos reflejan un fortalecimiento del sector de la almendra en España, que consolida su posición como potencia exportadora neta.
Por el contrario, el comercio exterior del pistacho muestra una realidad aún en desarrollo. Las exportaciones españolas de pistacho ascendieron a 7.026 toneladas, lo que supone un crecimiento del 31,75 %, con un valor asociado de 50,11 millones de euros, un 14,15 % más que en la campaña anterior. Sin embargo, las importaciones continúan siendo muy superiores, alcanzando las 21.890 toneladas, con un aumento interanual del 31,15 %, y un valor económico de 155,75 millones de euros, lo que representa un 16,18 % más.
Como consecuencia, el saldo comercial del pistacho permanece en terreno negativo, con un déficit de 14.864 toneladas, aumentando este un 30,87 % respecto al año anterior. En términos de valor, el déficit fue de 105,64 millones de euros, un 17,17 % más que el año anterior. Estos datos indican que, aunque el pistacho español está ganando presencia en los mercados exteriores, la producción nacional todavía no es suficiente para cubrir la demanda interna, lo que obliga a mantener un volumen elevado de importaciones y con él un persistente saldo negativo.
En resumen, mientras que la almendra confirma su posición como motor exportador dentro del sector agroalimentario español, el pistacho continúa con su tradicional balanza comercial negativa. Ambos productos, sin embargo, reflejan el dinamismo del sector de frutos secos en España y apuntan a oportunidades claras de consolidación y expansión en el mercado internacional.
Es importante señalar que las exportaciones españolas de almendra y pistacho presentan perfiles distintos en cuanto a sus principales destinos. En el caso de la almendra, el mercado está bastante diversificado, destacando Alemania, Italia y Francia como los principales destinos, con volúmenes similares en torno a las 27 mil toneladas cada uno. Además, el grupo de “Otros” países representa una parte significativa, lo que refleja una distribución amplia. Países Bajos y Portugal tienen una participación menor.
Por otro lado, las exportaciones de pistacho están ligeramente más concentradas en Italia, que absorbe más del doble del volumen que cualquier otro país, con casi 1800 toneladas. Le siguen Países Bajos, Polonia y Francia, aunque con cantidades mucho menores.
De nuevo, replicando el análisis anterior pero para las importaciones de almendra y pistacho, España revela una clara dependencia de Estados Unidos como principal proveedor de ambos productos. En concreto, Estados Unidos ha aportado 72 mil toneladas de almendra y 18 mil toneladas de pistacho, representando más del 65 % del total importado en el caso de la almendra y un 90 % en el pistacho. Esta concentración en un solo origen implica que España podría estar expuesta a riesgos derivados de posibles fluctuaciones en la oferta, precios o políticas comerciales de dicho país.
En el caso de la almendra, la ligera diversificación de proveedores es más notable. Portugal destaca como segundo origen más importante, con 29 mil toneladas, seguido por Australia, que aporta una cantidad más modesta de 5 mil toneladas.
De los proveedores de pistacho, tras Estados Unidos, los siguientes son Irán, con mil toneladas, y Alemania, con 587 toneladas, no obstante, estas cifras son significativamente menores a las de EEUU.
Por último, y con intención de dar una visión global de la evolución del comercio se analizan a continuación las exportaciones e importaciones de almendra y pistacho, tomando como referencia el año 2018 con un índice base de 100.
En primer lugar, las exportaciones de almendra mostraron una evolución moderada y con cierta volatilidad en los años previos a 2018, con valores que oscilaron entre un 62 % y un 94 % respecto al índice base. A partir de 2019, se observa un repunte significativo, alcanzando un máximo relativo de 129 % en 2021. Sin embargo, este crecimiento experimentó fluctuaciones en años posteriores, con una leve caída en 2023, seguida de una recuperación en 2024, donde se alcanzó un índice de 137 %. Esto indica que, aunque el mercado de la almendra está en expansión, su crecimiento es gradual y presenta ciertas oscilaciones, reflejo de un mercado más maduro o condiciones externas cambiantes.
Por otro lado, las exportaciones de pistacho presentan una trayectoria notablemente diferente y mucho más dinámica. Desde 2018, el pistacho ha experimentado un crecimiento acelerado y sostenido, pasando de un índice base de 100 a alcanzar un 428 % en 2024. Este aumento explosivo implica que las exportaciones se han más que cuadruplicado en tan solo seis años. Este comportamiento sugiere un aumento considerable de la demanda internacional, acompañado por una expansión en las áreas de cultivo, mejoras en la calidad del producto y una mejor capacidad competitiva en los mercados globales.
Comparativamente, mientras que la almendra crece de manera estable pero moderada, el pistacho se posiciona como un producto de alto crecimiento dentro de las exportaciones del sector agroalimentario.
Replicando el análisis anterior pero esta vez aplicado a las importaciones, en el caso de la almendra, las importaciones estuvieron por debajo del nivel de referencia hasta 2016, fluctuando entre aproximadamente el 70 % y el 104 % del índice base. A partir de 2016 se observa un repunte que se mantiene hasta 2022, alcanzando un 136 % respecto a 2018. Sin embargo, en los años posteriores, 2023 y 2024, las importaciones muestran una caída significativa, situándose nuevamente cerca de los niveles de 2018.
Por otro lado, el pistacho presenta una dinámica diferente y más agresiva. Si bien en los años previos a 2018 las importaciones mostraron fluctuaciones con mínimos notables en 2014 (60 % del índice base), desde 2018 experimentan un crecimiento acelerado y constante. Destacan especialmente los aumentos en 2019 y 2024, este último con un incremento excepcional que alcanza casi el 176.5 % del índice base.
En términos comparativos, mientras la almendra tuvo un crecimiento importante después de 2018 pero con una posterior estabilización, el pistacho muestra un crecimiento más fuerte y sostenido, consolidándose como un producto con una demanda creciente.
Precios
Durante la primera mitad de 2025, el mercado de la almendra en España ha mostrado signos claros de reactivación, con un repunte generalizado en los precios respecto a los dos ejercicios anteriores. Este comportamiento contrasta con la tendencia bajista que predominó desde 2022, especialmente acusada en las variedades de mayor valor añadido como la Marcona y la almendra ecológica.
La variedad Comuna ha protagonizado el mayor crecimiento en esta última campaña, con un precio medio a fecha de hoy de 4,40 €/kg, lo que supone un incremento del 36,6 % respecto a la media del año anterior. Este ascenso posiciona a la Comuna como la única variedad que no solo ha recuperado, sino que ha superado ampliamente los niveles de 2022.
En el caso de la Largueta, el precio se ha situado en 4,70 €/kg, con una subida del 17,2 % frente a 2024. Este dato marca un punto de inflexión tras dos campañas consecutivas de descensos. Aunque sigue por debajo del nivel de 2022, la Largueta comienza a mostrar signos de recuperación, posiblemente por su revalorización en determinados nichos de mercado.
Por su parte, la Marcona, tradicionalmente considerada una de las variedades de mayor calidad y valor comercial, ha alcanzado hasta ahora un precio medio de 5,30 €/kg en esta primera mitad de 2025. Aunque representa un 7,3 % más que en 2024, se encuentra aún un 23,6 % por debajo de su cotización en 2022.
En cuanto a la almendra ecológica, su evolución refleja una situación de estancamiento. El precio medio se ha situado en 4,87 €/kg, apenas un 2,4 % más que en 2024 y muy lejos de los 7,11 €/kg registrados en 2022. Esta caída acumulada de más del 31 % evidencia un desequilibrio estructural entre oferta y demanda en el segmento ecológico, probablemente motivado por una sobreproducción en un mercado que aún no ha madurado lo suficiente en términos de consumo.
En resumen, la campaña 2025 ha traído una mejora en los precios de la almendra en casi todas sus variedades, destacando la fuerte recuperación de la Comuna como la gran protagonista del semestre.
Para comprender bien el comportamiento de los precios de la almendra es necesario recordar que, tal y como se ha visto a lo largo de este informe, el mayor productor mundial de almendra con diferencia es EEUU, es por esto que si se compara la evolución de los datos del precio de la almendra común española y la producción de almendra en Estados Unidos entre 2012 y 2024 se puede ver una relación estrecha entre ambos factores.
En cuanto al precio de la almendra española, observamos que en 2012 se situaba en 3,63 €/kg, experimentando un fuerte incremento hasta alcanzar un máximo de 7,6 €/kg en 2015. Sin embargo, a partir de 2015, el precio inició una tendencia descendente sostenida, estabilizándose en torno a valores más bajos que oscilan entre 3,05 y 3,38 €/kg durante el periodo 2021-2023. Para 2024 se puede ver una leve recuperación, con un precio estimado en 3,23 €/kg, aunque aún distante del máximo alcanzado en 2015.
Paralelamente, la producción estadounidense de almendra, que en 2012 era de aproximadamente 1,045 millones de toneladas, mostró una reducción hasta un mínimo en 2014 con 848 mil de toneladas. A partir de ese año, la producción creció de forma constante, alcanzando su punto máximo en 2020 con más de 1,4 millones de toneladas. Posteriormente, se observa una ligera disminución en los años siguientes, situándose en torno a las 1.120-1.180 millones de toneladas entre 2021 y 2023, con una recuperación proyectada para 2024 de 1.270 millones de toneladas.
La evolución de estos dos indicadores evidencia una relación inversa clara: el pico del precio español en 2015 coincide con niveles bajos de producción estadounidense, mientras que el aumento significativo en la producción de Estados Unidos a partir de 2015 coincide con la caída sostenida del precio en España. Esta dinámica sugiere que la creciente oferta mundial, impulsada por la expansión productiva de Estados Unidos, ha presionado a la baja los precios internacionales, afectando directamente a los mercados europeos.
En definitiva, el mercado global de almendra muestra una dependencia significativa de la producción estadounidense, lo que implica que el seguimiento continuo de las tendencias en Estados Unidos es esencial para anticipar movimientos en los precios y adaptar estrategias comerciales y productivas en España.
Por último, la evolución del precio del pistacho en España durante la última campaña (2024/2025) refleja un comportamiento estable en niveles relativamente altos. Desde principios de enero de 2025 hasta finales de mayo, el precio se ha mantenido de forma constante en torno a los 5,15 €/kg. Este valor representa una consolidación de la tendencia ascendente iniciada en el último trimestre de 2024.
Al observar el comportamiento de campañas anteriores, se ve que los precios solían estabilizarse en torno a los 4,50 €/kg durante gran parte del año, con subidas puntuales en los últimos meses (campaña 2023) o un leve incremento sostenido desde principios de año (campaña 2024).