
28 October 2025
La salud del suelo se ha convertido en una cuestión estratégica para el futuro del campo europeo. Más allá de la ideología, expertos reclaman soluciones basadas en conocimiento y cooperación.
La degradación del suelo no es solo un problema ambiental: tiene consecuencias económicas y sociales que afectan directamente a la competitividad del sistema agrario. Así lo han puesto de manifiesto los participantes del podcast Efeagro Punto de Encuentro, que ha abordado los desafíos y oportunidades en torno a la salud de los suelos.
Un problema de 50.000 millones de euros
Según datos comunitarios, el deterioro de los suelos en Europa genera pérdidas superiores a los 50.000 millones de euros al año. "No es un capricho medioambiental, es una realidad agronómica", se ha subrayado durante el encuentro, moderado por Laura Cristóbal, directora de Efeagro.
Voces del campo y la ciencia
Entre los participantes, Pablo Resco (Plataforma Tierra), Jordi Domingo Calabuch (Fundación Global Nature), el agricultor y sociólogo Marcos Garcés y Arturo Larena (Efeverde) han coincidido en la necesidad de superar la polarización ideológica y apostar por el diálogo entre todos los actores implicados.
Resco ha destacado la diversidad de realidades que conviven en el suelo agrario español, todas ellas afectadas por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. "Las prácticas beneficiosas pueden desencadenar mejoras económicas y ambientales si se apoyan en ciencia y transferencia de conocimiento", ha afirmado.

El suelo como ecosistema vivo
Garcés ha defendido un enfoque regenerativo: "Quiero dejar de abonar las plantas y empezar a alimentar a los microorganismos del suelo para que ellas estén mejor". Una visión que conecta con la idea de que el suelo no es un sustrato inerte, sino un ecosistema vivo, como ha señalado Calabuch.

Retos culturales y educativos
La falta de conocimiento sobre el papel del suelo en la producción de alimentos y en la lucha contra el cambio climático es otro de los obstáculos. "España es uno de los países más vulnerables a la desertificación, y proteger el suelo es tan esencial como cuidar el aire o el agua", ha advertido Larena.

Tiempo, rentabilidad y política
El podcast también ha abordado las diferencias de ritmo entre las necesidades del planeta, las exigencias de rentabilidad del agricultor, las políticas públicas y los ciclos de los cultivos. Un desfase que complica la implementación de soluciones sostenibles.
La transición hacia un modelo más consciente de producción está en marcha, pero requiere tiempo, formación y voluntad política. Mientras tanto, el suelo sigue siendo uno de los pocos elementos sobre los que el agricultor puede influir directamente.
