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Las mujeres se convierten en referentes para el futuro de la pesca

17 September 2025
Emprendimiento
Economía Agroalimentaria
Pese a las dificultades que afectan directamente a la falta de relevo generacional, las pescadoras se abren camino en un mundo que tradicionalmente ha estado capitaneado por los hombres
Alba Aguilera, la pescadora más joven de Cataluña, durante una entrevista con EFE en Barcelona. EFE/ Marta Pérez
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17 September 2025

Martina Castells González | EFEAGRO - A las tres de la madrugada, mientras la ciudad aún duerme, Alba ya está en el puerto de la Barceloneta preparando las redes para salir a la mar. Tiene 24 años y es la pescadora y armadora más joven de Cataluña.

"Si con 24 años soy la más joven, ¿qué relevo hay?", se pregunta con resignación mientras camina por el puerto de pescadores hacia su barca, una de las últimas que aún se dedica a la pesca de trasmallo, una técnica tradicional que se trabaja de forma manual.

Alba Aguilera pertenece a la cuarta generación de pescadores de su familia y explica a EFE que, aunque antes trabajaba de camarera en una discoteca de Barcelona —donde, admite, cobraba más—, desde pequeña sabía que se quería dedicar a la pesca: "Para mí es mi vida, paso más de la mitad de mi tiempo en la mar", afirma.

Según datos del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat, la flota pesquera se ha reducido a la mitad en los últimos 20 años, lo que evidencia una pérdida de embarcaciones que va acompañada de la falta de relevo generacional, que amenaza con dejar en desuso este oficio del sector primario.

"Los mismos padres, los armadores, no quieren que sus hijos se dediquen a esto. Es que, directamente, se lo prohíben", lamenta Alba, que añade: "Nos dicen que estudiemos, que es mejor estar en una oficina, sentados trabajando ocho horas, que no pasar el día en la mar sin saber si vas a ganar algo o no".

Además, Aguilera argumenta que a las condiciones laborales se suma la carga burocrática: "Nos matan con los papeles. Nosotros somos pescadores, no administrativos", protesta la joven.

La flota pesquera se ha reducido a la mitad en los últimos 20 años en Cataluña

Marcar el rumbo

Pese a las dificultades, las pescadoras se abren camino en un mundo que tradicionalmente ha estado capitaneado por los hombres, un cambio que a los mayores "les cuesta", asume Alba, que igualmente apunta que mantiene una muy buena relación con todos sus abuelos, como llama ella a los armadores jubilados.

De hecho, Aguilera dice con convicción que "la mar no tiene nombre de hombre, sino de mujer".

Aunque asegura que nunca ha sentido rechazo en su entorno, sí reconoce que hay barreras: "A lo que a mi pareja le cuesta un 1  %, a mí me cuesta un 20  %. Pero con esfuerzo, se puede", y eso, insiste, es lo que intenta transmitir con su ejemplo.

Formación y más referentes

Por otro lado, Cristina Caparrós, armadora y formadora, también confirma a EFE el diagnóstico y sostiene que en pocos años ya no habrá patrones ni armadores, "porque la falta de estabilidad, de reconocimiento y de proyección del sector alejan a los jóvenes".

Por eso, Caparrós, que da charlas en escuelas, así como cursos y talleres de cocina, insiste en la importancia de fomentar la formación y despertar vocaciones desde edades tempranas para que los niños "aprendan a comer pescado y reconozcan el entorno del mar".

Asimismo, acompaña a los jóvenes cuando deben decidir qué camino seguir para ayudarles a "descubrir nuevas pasiones o dirigir las que ya tienen hacia la pesca".

Caparrós forma parte de la asociación ‘Dones amb Sal’, un colectivo de pescadoras y armadoras que dan apoyo a mujeres que están entrando en el mundo marítimo, "muchas veces sin referentes cercanos", para que ese camino sea "lo más satisfactorio posible, y para que puedan llegar donde ellas quieran".

En este sentido, la armadora también es miembro de la Associació Catalana de Dones de la Mar, que cuenta con más de 160 mujeres que se dedican a visibilizar el papel de las que ya integran el sector: "Creemos que haciendo red y acompañándonos las unas a las otras podemos llegar mucho más lejos", asevera.

 

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Valorar el producto

Ambas mujeres coinciden en que a la crisis de relevo se suma la falta de valorización del producto: "Aquí en Barcelona nos compran el pescado más barato", lamenta Aguilera, que cree que la entrada masiva de producto de fuera es parte del problema.

Caparrós insiste en que la solución pasa por informar al consumidor: "Sería ideal que la gente pudiera saber qué pescado es de aquí y elegirlo. Eso ya sería una forma de ayudarnos y reconocernos".

Con todo, Alba continuará saliendo de madrugada a la mar a pescar, aunque piensa con incertidumbre en el futuro del oficio. "A este paso, dentro de 20 años mis hijos me preguntarán: ‘Mamá, ¿qué era ser pescador?’", expresa con tristeza.

Caparrós, en cambio, mantiene la esperanza y dice que, aunque existen grandes retos a solucionar, "en cinco o diez años puede haber una pesca más sostenible y valorada", junto con unos pescadores "mejor remunerados y bien reconocidos" para que el sector sea "un orgullo para la sociedad".

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