
02 October 2025
Las abejas llevan millones de años garantizando la reproducción de plantas y la producción de alimentos. Sin embargo, la agricultura moderna enfrenta un desafío silencioso pero decisivo. En las últimas décadas, la disminución de las poblaciones de abejas y otros polinizadores ha encendido todas las alarmas.
Seguro que alguna vez has escuchado la frase: "si las abejas desaparecen, la humanidad también lo hará". Aunque no sea una cita literal de Einstein, lo cierto es que no le falta razón. Nuestra alimentación depende en buena medida de estos pequeños insectos.
Ante este declive, ingenieros e instituciones desarrollan micro-robots polinizadores y sistemas autónomos, conocidos como abejas robóticas, que puedan replicar esa polinización.
Estos dispositivos buscan imitar, con distintas tecnologías, el trabajo esencial de las abejas: transportar polen de una flor a otra para garantizar frutos y semillas. Pero la pregunta central sigue abierta: ¿pueden las abejas robóticas sustituir o al menos complementar a los polinizadores naturales?
La crisis de los polinizadores
En Europa, las poblaciones de polinizadores silvestres incluyendo abejas, mariposas, sírfidos (moscas que polinizan) y polillas, han sufrido un declive marcado en las últimas décadas. Aproximadamente 1 de cada 3 especies está en retroceso y una de cada diez está en peligro de extinción.
Organismos como la FAO estiman que tres de cada cuatro especies de cultivos alimentarios (75 %) dependen, en alguna medida, de la polinización animal.
Además, esta polinización, sostiene en torno al 35 % del volumen de la producción agrícola mundial e influyen en el rendimiento de 87 de 115 cultivos clave.
Según los datos de Statista, en apenas una década, el planeta ha perdido cerca de la mitad de sus mariposas, escarabajos y abejas. El declive afecta en promedio al 41 % de las especies de insectos.
En Europa, un indicador robusto, el Grassland Butterfly Index, muestra una caída de algo más del 50 % desde 1991 hasta 2023, reflejando pérdida y degradación de hábitats agrarios.
Estas disminuciones se deben a factores como el cambio climático, pérdida de hábitats naturales, el uso excesivo de pesticidas, la contaminación, etc.
Para el sector agroalimentario, esto se traduce en un riesgo económico directo: mayor coste de producción y menor rendimiento de cultivos.
En este contexto, ha ido creciendo el interés por abejas robóticas y robots de polinización capaces de complementar a los polinizadores naturales, no ha dejado de crecer.
Qué son las 'abejas robóticas'
Cuando hablamos de abejas robóticas o robots de polinización, no nos referimos a una única tecnología, sino a un diverso conjunto de enfoques que buscan imitar, o al menos complementar, la labor de los insectos.
No se trata de una única solución, sino de un abanico de dispositivos en distintas fases de desarrollo, desde micro-robots insecto a escala que aletean como una abeja, hasta drones que dispensan polen, robots de invernadero que vibran flores y dispositivos mecánicos terrestres que aplican polen con carga electrostática o vibración.
Tipos de polinizadores robóticos
- Micro-robots tipo insecto: inspirados en la morfología y el vuelo de los insectos, proyectos como RoboBee del Wyss Institute (Universidad de Harvard) han logrado crear diminutos robots con alas batientes capaces de volar, aterrizar y realizar maniobras complejas.
- Drones con sistemas de polinización: en paralelo, varias universidades y startups han probado drones equipados con sistemas de dispersión de polen. Algunos utilizan descargas electrostáticas para adherir y transferir polen, mientras que otros ensayan métodos innovadores, como burbujas jabonosas cargadas de polen.
- Robots de invernadero: son plataformas autónomas que recorren pasillos y estimulan mecánicamente la flor, como el robot Polly+, desarrollado por Arugga AI Farming, que sustituyen a los abejorros en los cultivos de tomate y ya se usa en Reino Unido.
- Polinización mecánica terrestre: incluyen dispositivos portátiles o montados que colectan y depositan polen con carga electrostática o vibración (útiles en arándano y aguacate donde la biología floral complica la polinización).
Sin embargo, vamos a centrarnos en aquellos proyectos más enfocados en simular a los insectos polinizadores. Los prototipos más avanzados, desarrollados por instituciones como MIT y UC Davis, exploran enjambres de micro-robots, capaces de volar de forma coordinada, evitando colisiones y optimizando la cobertura de las flores.
Beneficios y ventajas de la polinización con abejas robóticas
El uso de abejas robóticas y sistemas de polinización artificial no pretende sustituir a los polinizadores naturales, sino aportar soluciones complementarias allí donde las abejas no alcanzan o directamente sus poblaciones han disminuido. Entre los principales beneficios destacan:
- Seguridad alimentaria garantizada: permiten mantener las cosechas en campañas críticas, evitando pérdidas económicas cuando hay escasez de abejas.
- Mayor control en entornos agrícolas: en invernaderos y cultivos intensivos, los robots ofrecen una polinización precisa, en el momento y lugar adecuados.
- Resiliencia frente al cambio climático: las abejas robóticas no dependen de condiciones ambientales como lluvias, olas de calor o floraciones desincronizadas.
- Optimización de recursos: algunos sistemas integran sensores e inteligencia artificial que no solo polinizan, sino que también recogen datos sobre salud vegetal, humedad o apertura floral.
- Operación en condiciones adversas: en ambientes donde los polinizadores naturales fallan, por exceso de humedad, temperaturas extremas o presencia de mallas protectoras, estas innovaciones podrían mantener la polinización.

Innovaciones y proyectos actuales de abejas robóticas
Aunque la idea de reemplazar o complementar la labor de los polinizadores naturales puede sonar futurista, en los últimos años varias instituciones de investigación y startups han logrado avances notables.
– Harvard: el famoso proyecto RoboBee
Desde hace más de una década, la Universidad de Harvard trabaja en el desarrollo de RoboBee, un microrrobot volador del tamaño de un insecto que pesa apenas 80 mg y tiene un tamaño de 3 centímetros. Uno de los prototipos más conocidos de abejas robóticas.
Está construido con una micro-estructura ultraligera y alas batientes accionadas por actuadores piezoeléctricos, capaces de aletear a muy alta frecuencia para generar sustentación y maniobrar en espacios reducidos. La plataforma nació como proyecto de investigación y abre aplicaciones futuras en inspección, rescate… y, a largo plazo, polinización asistida en entornos controlados
En abril de 2025, el equipo presentó un tren de aterrizaje inspirado en la típula (crane fly) que permite posadas suaves y estables, acompañado de mejoras en el controlador de vuelo. El nuevo diseño añade patas largas y articuladas que absorben vibraciones y facilitan la transición aire-suelo
– MIT: Abejas robóticas más ágiles y resistentes
El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha desarrollado una nueva generación de robots inspirados en insectos, diseñados para realizar tareas de polinización en entornos donde los polinizadores naturales no pueden sobrevivir, como invernaderos con iluminación ultravioleta o incluso en futuras colonias en Marte.
En enero de 2025, presentaron un nuevo modelo de insecto robótico capaz de realizar maniobras más rápidas y precisas que versiones anteriores, con un gran potencial de transformar la agricultura de interiores.
En pruebas de laboratorio, estos robots pueden mantenerse en vuelo por 1.000 segundos, mientras realiza acrobacias complejas, como dar varios giros en el aire, con mayor rapidez y control que prototipos previos. Esto abre opciones para polinización mecánica en ambientes controlados (invernaderos, granjas verticales), donde la navegación es más predecible y las condiciones son estables.
Diseñado para funcionar en enjambres que partirían de 'colmenas mecánicas', este prototipo mejora la durabilidad y agilidad de vuelo. Los propios científicos, sin embargo, reconocen que todavía está lejos de igualar la eficiencia de una abeja real en términos de resistencia, orientación y autonomía.

– UC Davis: Enjambres de microdrones polinizadores
En California, el equipo de la Universidad de UC Davis presentó a la competición NASA Gateways to Blue Skies 2025 un sistema de polinización basado en mini drones que imitan patrones de vuelo de abejorros para asistir la polinización a gran escala.
Se trata de una propuesta de enjambre cuyos mini drones están equipados con probóscides electrostáticas o boquillas especiales para transferir polen en cultivos de alto valor, como almendros y frutales.
Plantean dos herramientas de polinización:
- Rociadores de polen: incorporan un micro spray o difusor capaz de liberar pequeñas dosis de polen en suspensión.
- Polinización por contacto (probóscide electrostática): cada dron está equipado con un brazo flexible que imita la probóscide de un insecto y una punta electroestática para recoger y depositar polen flor a flor.
La idea es operar en entornos agrícolas con rutas planificadas y coordinación de flota, como complemento cuando falten polinizadores o en cultivos bajo condiciones controladas. La flota está formada por microdrones multirrotor equipados con cámara y marcadores de visión por computador para localizar flores y posicionarse con precisión.

– BionicBee de Festo
El BionicBee es un proyecto de la Bionic Learning Network de Festo, presentado en 2024 como el robot volador más pequeño desarrollado hasta ahora por la compañía. Se trata de una 'abeja' artificial de unos 22 cm de largo, 24 cm de envergadura y 34 g de peso, con alas batientes que imitan la biomecánica de un insecto real.
Es capaz de volar en enjambre de manera autónoma. Equipadas con un mecanismo de alas batientes y un sistema GPS, las BionicBees pueden comunicar su posición y coordinar su comportamiento como un enjambre real.
Aunque no está diseñado específicamente para polinización agrícola, su importancia radica en los avances en robótica biomimética, replicando el movimiento de las alas, la coordinación en enjambre y la comunicación entre unidades. Estos logros tecnológicos permiten comprender cómo controlar robots voladores ultraligeros con precisión y eficiencia, capacidades que podrían trasladarse en el futuro al desarrollo de robots polinizadores para la agricultura.
Perspectivas de futuro
El horizonte de la polinización robótica se mueve entre la promesa tecnológica y la necesidad urgente. Aunque los avances son notables, aún persisten retos técnicos, económicos y ecológicos.
Por un lado, la investigación avanza hacia enjambres coordinados de micro-robots capaces de trabajar como un ecosistema artificial. Con mejoras en autonomía energética, navegación y miniaturización, podrían desempeñar un papel importante en agricultura de precisión, invernaderos y granjas verticales.
De cara al futuro, la mayoría de especialistas coinciden en que la polinización robótica será un complemento, no un sustituto. Su papel se orientará a reforzar la seguridad alimentaria en escenarios críticos, mientras la prioridad global debe seguir siendo la restauración de hábitats, reducción de pesticidas y transición a modelos agrícolas más sostenibles.
En definitiva, el futuro no se decidirá solo en los laboratorios, sino en nuestra capacidad de equilibrar la innovación con la protección de la biodiversidad.