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Análisis de suelo y agua como piezas angulares en la aplicación del Real Decreto sobre Nutrición Sostenible

Manejo de Cultivos
Suelo
El objetivo de la nueva legislación es, a través de unas normas básicas, conseguir un aporte sostenible para aumentar la productividad disminuyendo el impacto ambiental
El agua de riego debe ser analizada para conocer su contenido en unidades fertilizantes.


02 March 2023

Introducción 

El análisis de suelo y agua en una explotación agronómica son, sin duda, las herramientas más adecuadas para la toma de decisiones. 

Con su interpretación y diagnóstico, seremos capaces de aplicar los efectos correctores más adecuados para alcanzar una agricultura sostenible, conservar de forma más adecuada los suelos e, incluso, recuperar la degradación de estos, que a su vez repercutirán en una alimentación saludable para el consumidor. 

En el Real Decreto 1051/2022, de 27 de diciembre, por el que se establecen normas para la nutrición sostenible en los suelos agrarios, se señala que los planes de abonado son obligatorios, para ahorrar insumos, mantener los suelos y disminuir el impacto ambiental sin perjudicar la producción de los cultivos. 

Los agricultores deberán contar con esos planes a partir del 1 de septiembre de 2024, con el objetivo añadido de mantener o amentar el carbono orgánico en suelo. 

Para la realización de ese plan de abonado se requiere disponer de análisis de suelo cada cinco años en regadío y diez en secano, salvo que existan datos específicos de los mapas de suelo. También deberán considerarse los aportes fertilizantes del agua de riego.

De la misma manera, la Comisión Europea refleja en el Pacto Verde Europeo la estrategia 'De la granja a la mesa', en donde se busca diseñar un sistema alimentario justo, saludable y ecológico.  

Esta estrategia impone unos objetivos ambientales ambiciosos destacando el referido a la fertilización y buen estado agronómico de los suelos. Establece como meta reducir, al menos a la mitad, las pérdidas de nutrientes, sin deteriorar la fertilidad

Tenemos que ser conscientes de que la única manera que puede existir de alcanzar todos los objetivos anteriores es sustentando la toma de decisiones de una explotación en base al conocimiento resultante del análisis, diagnostico e interpretación en suelo y agua. 

Cajamar pone al servicio del agricultor herramientas predictivas y de recomendación climáticas, riego y fertilización en Plataforma Tierra, que se convierten en un gran aliado para facilitar el cumplimiento de este Real Decreto. 

A su vez, para sacar su máximo rendimiento en recomendaciones, es necesario alimentarla con los análisis para establecer un diagnóstico a escala personalizada a una finca concreta.

Figura 1. El análisis de una muestra de suelo, obligatorio en el Real Decreto, empieza con la toma de muestras del suelo.

Figura 1. El análisis de una muestra de suelo, obligatorio en el Real Decreto, empieza con la toma de muestras del suelo.

Toma de muestras de agua y suelo para cumplir el Real Decreto de Nutrición sostenible

Para realizar un correcto análisis y diagnostico con el análisis de suelos y aguas, quizás lo más importante a considerar es la toma de muestra en ambos casos. Por esta razón queremos daros unas recomendaciones importantes para asegurarnos un buen muestreo.

  • La toma de muestra del suelo se debe realizar en los primeros 30 cm, eliminando primero malas hierbas y hojas secas de la parte superficial. Se elegirán distintos puntos de la parcela que sean representativos de la misma, siguiendo 2 diagonales o en forma de zigzag. 

La muestra se puede tomar con una azada o incluso mejor si se dispone de una barrena de extracción de suelo, de los diferentes puntos se realiza una mezcla y con quedarnos con 1,5 kg de tierra puede ser suficiente

La mejor época para la toma de muestra suele ser finales del invierno, antes de haber iniciado cualquier programa de fertilización, y al menos 2 meses después del último abonado. En aquellos cultivos con un sistema radicular más profundo será interesante una segunda cata a una profundidad de 30 a 50 cm, que será entregada al laboratorio como otra muestra.

  • La toma de muestra del agua es más sencilla, para lo cual es aconsejable dejar correr el agua por la acequia o por la tubería de conducción durante unos minutos y posteriormente con unos 250 cm3 en un envase de plástico limpio es suficiente para poder enviar dicha muestra al laboratorio, bien cerrada e identificada. 

Es conveniente realizar dicha analítica, antes de iniciar la campaña y la periodicidad va a depender de la posible variabilidad de esa agua, aunque, en general, suele ser suficiente un análisis al año. 

¿Qué parámetros de análisis son los fundamentales en análisis de suelos y aguas alineados con el Real Decreto de Nutrición Sostenible? 

Suelo: para realizar una interpretación y diagnóstico, los parámetros básicos son:

  1. Textura, que se determina en función del porcentaje de arena, arcilla y limo y nos clasificará el suelo en tres categorías básicas: ligero (arenoso), medio (francos) y pesado (arcillosos). Afecta a la capacidad de retención de agua y, considerando el balance de agua en el suelo, afectará a la frecuencia.
  2. Densidad aparente del suelo para poder hacer una cuantificación de la capacidad de almacenar nutrientes y la tasa de mineralización de la materia orgánica. Es fundamental para cuantificar propiedades físicas e hidrológicas que aportan una información muy valiosa para optimizar el riego.
  3. El pH indicará el carácter ácido, básico o neutro. 
  4. Conductividad eléctrica, que se suele expresar en mS/cm (mili siemens por centímetro), nos da una idea de la salinidad y por tanto de la posible limitación de cultivar especies que sean sensibles a dichos niveles de salinidad, necesidades de lavado y de riego. 
  5. Materia orgánica: nos da una idea de la riqueza del suelo y de la necesidad de realizar cualquier enmienda orgánica para mantener los niveles adecuados, y a así poder recurrir a una fuente de aportación de distintos nutrientes para las plantas, que asegurarán una liberación paulatina de todos los macro y micro que la componen, al tiempo que favorece la riqueza y diversidad microbiana, estructura del suelo y sanidad de este. 
  6. Fósforo, potasio (asimilables) y nitrógeno total (Norg + N inorg.). Son la base de cualquier plan de abonado que ahorre insumos teniendo en cuenta los que puede suministrarnos el suelo.
  7. Cationes de cambio y capacidad de intercambio catiónico (CIC). Ayudará a conocer el reservorio nutricional que tiene cualquier suelo, evaluado juntamente con la materia orgánica. Además de si con el tiempo va mejorando su calidad o va empeorando como consecuencia de un manejo agronómico o tipo de cultivo.
  8. Metales pesados, porque directamente excluirían suelos de cultivo con concentraciones que sobrepasen las establecidas en cadmio, cobre, níquel, plomo, zinc, mercurio y cromo.
Figura 2. El agua de riego debe ser analizada para conocer su contenido en unidades fertilizantes.

Figura 2. El agua de riego debe ser analizada para conocer su contenido en unidades fertilizantes.

 

Agua:

  1. Salinidad: medida con el parámetro de conductividad eléctrica, que se puede expresar en dS/m (deciSiemens por metro), que en algunos casos puede ser limitante para el cultivo y afecta a la dosis de riego por las cuestiones de considerar el lavado de las mismas.
  2.  RAS (relación de absorción de sodio), que viene a indicar la capacidad de tiene el agua a dosificar en el suelo, e incluso afectar a su estructura. Por lo tanto, a provocar falta de aireación debido a su compactación y encharcamiento, por falta de infiltración, en la que puede influir también niveles bajos de calcio y magnesio. Por esa razón, esa relación puede quedar contrarrestada con niveles adecuados de estos dos últimos iones. 
  3. Dureza, que depende de los niveles de calcio y magnesio, y determinará también la facilidad en obturar emisores (goteros) o incluso tuberías de riego, por la formación de carbonatos.
  4. El pH indicará el carácter ácido, básico o neutro del agua. 
  5. Riqueza en nutrientes fundamentalmente N, P2O5, K2O, Na+ y Cl-.
Figura 3. Los resultados del análisis de agua y de suelo ayudan a desarrollar el Plan de Abonado que se exige en el Real Decreto de nutrición sostenible de suelos.

Figura 3. Los resultados del análisis de agua y de suelo ayudan a desarrollar el Plan de Abonado que se exige en el Real Decreto de nutrición sostenible de suelos.

¿Cómo nos ayuda a la toma de decisiones el análisis de suelo y agua?

  • Se impone la obligación de partir de un análisis de suelo para poder elaborar un programa de fertilización en cualquier cultivo agrícola, conocer cualquier posible estado de degradación para realizar las correcciones oportunas y acompañarlo de un manejo adecuado y en las condiciones óptimas para evitar problemas de posible degeneración de su estructura. Es la única manera de cuantificar la reducción de insumos aplicados al mismo teniendo en cuenta el reservorio nutricional. Y para finalizar todas estas medidas contribuirán a una buena salud de nuestros suelos que repercutirá directamente en la nuestra.
  • Es necesario partir de un análisis de agua para poder elaborar un programa de fertilización en cualquier cultivo agrícola, conocer cualquier posible estado de degradación, para realizar las correcciones oportunas y acompañarlo de un manejo adecuado y en las condiciones óptimas para evitar problemas de toxicidad, desarrollo del cultivo o incluso posible degeneración de la estructura. Y para finalizar, todas estas medidas contribuirán a una buena salud de nuestros suelos que repercutirá directamente en la nuestra.

Conclusiones

Estos análisis, que se establecen como obligatorios en Real Decreto 1051/2022, introducen normas para la nutrición sostenible en los suelos agrarios, y son esenciales para el balanceo de nutrientes aportados por el sustrato y el agua de riego, que maximizan la eficiencia de las herramientas de fertilización y riego, como la de Plataforma Tierra.  

El análisis de suelo y agua es la piedra angular para el establecimiento de unas normas básicas para conseguir un aporte sostenible de suelos cuya finalidad sea aumentar la productividad disminuyendo el impacto ambiental, reducir gases de efecto invernadero y contaminantes, evitar contaminación de aguas superficiales y subterráneas preservar y mejorar las propiedades biológicas, evitar la contaminación por metales pesados y contaminantes. En definitiva, preservar la biodiversidad ligada a los suelos.

Acceso a Real Decreto 1051/2022