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Sobre la sequía en España: un acercamiento a las potenciales soluciones

11 August 2025
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La actual situación del país subraya la importancia de medidas que ya se se implementan, como la desalación y la reutilización de agua para asegurar un suministro hídrico sostenible, pero que necesita de más esfuerzos en planificación y regulación
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11 August 2025

España, con su clima mediterráneo y su intensa actividad agrícola, enfrenta constantes desafíos relacionados con la disponibilidad de recursos hídricos. La sostenibilidad futura de los embalses nacionales requiere del impulso de fuentes alternativas de agua para garantizar la resiliencia hídrica del país.

Según el WWF (World Wide Fund for Nature), el estrés hídrico afecta anualmente alrededor del 20 % del territorio europeo y al 30 % de su población, causando considerables daños económicos estimados en 9.000 millones de euros al año. 

Con el aumento de las temperaturas globales, estos costos podrían elevarse a 45.000 millones de euros con un incremento de 3 °C. 

Adicionalmente, las sequías impactan en las tierras de cultivo, con un promedio de 62.000 km² afectados anualmente, el doble del tamaño de Bélgica. Mientras el sur de Europa enfrenta un estrés hídrico continuo, en otras regiones se presentan puntos críticos de manera ocasional. 

Las proyecciones científicas advierten de una reducción significativa de los recursos hídricos a escala global, estimándose una disminución del 40 % para el año 2030 según las Naciones Unidas. Este escenario implica un acceso menos predecible al agua en el futuro.

Principales causas y consecuencias de la sequía

La sequía, un fenómeno que amenaza la estabilidad de los ecosistemas y la seguridad hídrica, tiene múltiples causas que van desde cambios en las condiciones climáticas hasta prácticas humanas insostenibles. Entre las principales causas se incluyen:

  • Cambios en las condiciones climáticas: variaciones en los patrones de precipitación y temperatura pueden provocar periodos prolongados de sequía.
  • Sobreexplotación de acuíferos: la extracción excesiva de agua subterránea agota los recursos hídricos subterráneos, contribuyendo a la sequía.
  • Políticas ineficaces de gestión del agua: la falta de planificación y regulación adecuadas puede llevar a un uso ineficiente y desigual del agua.
  • Sobreexplotación de tierras agrícolas: la agricultura intensiva y el cultivo de monocultivos pueden agotar los recursos hídricos disponibles.
  • Utilización de fertilizantes y pesticidas químicos: el uso indiscriminado de productos químicos puede contaminar fuentes de agua, afectando su calidad y disponibilidad.
  • Uso ineficiente del agua: prácticas de riego ineficientes y el desperdicio de agua contribuyen al agotamiento de los recursos hídricos.
  • Incendios forestales: la deforestación y los incendios pueden alterar los ciclos hidrológicos y aumentar la erosión del suelo, exacerbando la sequía.
  • Despoblación y envejecimiento en zonas rurales: la migración de población rural a áreas urbanas puede provocar una disminución en la gestión sostenible del agua en las áreas agrícolas.
  • Abandono del territorio y falta de gestión: la falta de cuidado y mantenimiento de los ecosistemas naturales puede aumentar la vulnerabilidad a la sequía.

Estas causas, a su vez, desencadenan una serie de consecuencias devastadoras, que incluyen:

  • Pérdida de la biodiversidad: provoca la pérdida de hábitats y la extinción de especies.
  • Migración humana y de especies animales fuerza a las comunidades humanas y animales a buscar nuevas fuentes de agua y alimentos.
  • Desertificación y erosión de los suelos: implica en el deterioro de la calidad del suelo.
  • Inseguridad alimentaria y problemas de salud: afecta a la producción de alimentos y aumentar el riesgo de enfermedades relacionadas con la falta de higiene y la contaminación del agua.
  • Mayor riesgo de aparición de enfermedades zoonóticas: altera los ecosistemas y aumenta el contacto entre humanos y animales, aumentando el riesgo de enfermedades transmitidas por vectores.
  • Disminución de las reservas de agua potable: reduce la disponibilidad de agua potable, afectando la salud y el bienestar de las comunidades.
  • Pérdidas económicas: afecta a la agricultura, la industria y el turismo, causando pérdidas económicas significativas a nivel local y nacional.

Panorama actual de la gestión del agua en España

Según El Orden Mundial (EOM), actualmente España tiene una capacidad de agua embalsada de 56.000 hectómetros cúbicos, vital para abastecer agricultura, población e industria; además de su red de desalinizadoras, con cerca de 900 plantas.

Las 25 demarcaciones hidrográficas en España operando al 69,7 % de su capacidad total, con 39 073 hectómetros cúbicos almacenados. A continuación, se presenta el estado de las reservas hídricas de cada una de estas demarcaciones, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

 

Reserva hídrica en España.

 

No obstante, según la Aquae Foundation, España enfrenta la amenaza de la desertificación, con hasta el 75 % de su territorio en riesgo de convertirse en desierto para finales de siglo debido a la sequía y al cambio climático. Concretamente, el 20 % del territorio nacional ya está catalogado como 'degradado'.

La desertificación, causada por la degradación de la tierra en áreas áridas, semiáridas y subhúmedas, afecta gravemente al medio ambiente, la sociedad y la economía. La falta de lluvias y el aumento de las temperaturas están aumentando la aridez del país, provocando un incremento del 30 % en la frecuencia e intensidad de las sequías en los últimos 20 años. 

En este contexto, España se sitúa en tercer lugar en la Unión Europea en términos de estrés hídrico, con un nivel alrededor del 42 %. El sector agrario es el más afectado, ya que consume entre el 70 % y el 80 % del agua disponible. 

A raíz de este problema, según el Green Peace, se proyecta que 27 millones de españoles podrían enfrentar escasez de agua para 2050. 

A pesar de ello, el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos señala que la inversión en el sector hídrico nacional es un 60 % inferior a la de otros países de la Unión Europea, con un déficit estimado en 20.000 millones de euros. Más del 40 % de la infraestructura de abastecimiento y alcantarillado se encuentra próxima a la obsolescencia, y la inversión en su reposición ha disminuido un 40 %

La diversidad climática de España requiere un reequilibrio efectivo entre las cuencas excedentarias y deficitarias, junto con una mayor inversión en fuentes alternativas de agua para uso agrícola y consumo humano. Esta medida es fundamental para enfrentar las crecientes repercusiones del cambio climático y asegurar un abastecimiento hídrico sostenible.

Posibles alternativas de fuentes de agua para mitigar los efectos de la sequía

Según Asociación Española de Desalación y Reutilización (ARDyR), la agricultura en España emplea las siguientes fuentes de agua alternativas.

 

- Desalinización 

La desalinización o desalación de agua se ha consolidado como una solución fundamental, empleando procesos como la ósmosis inversa para convertir agua salada en apta para el consumo humano. Antes de su consumo, el agua desalada debe someterse a un proceso de remineralización y ajuste de pH mediante la adición de anhídrido carbónico y carbonato cálcico.

Aunque el agua desalada tiene un costo superior al agua de embalses, con un precio que oscila entre 0,5 y 1,0 € por metro cúbico, sigue siendo una opción accesible, especialmente en el caso del agua salobre, que resulta aún más económica. 

En cuanto al consumo energético, una planta desaladora utiliza alrededor de 3 kWh por metro cúbico, comparable al de un refrigerador doméstico. Además, las nuevas desaladoras pueden incorporar fuentes de energía renovables, lo que disminuye aún más su impacto ambiental. 

Los países que más utilizan la desalinización son principalmente aquellos ubicados en regiones áridas o con escasez de recursos hídricos naturales. Arabia Saudita es el líder mundial, representando el 17 % de la capacidad de desalinización global

España se posiciona como el cuarto país a escala mundial en capacidad de desalinización, empleando esta tecnología tanto para el abastecimiento de agua en zonas agrícolas como en áreas costeras vulnerables a la escasez hídrica.

De acuerdo con la AEDyR, el país produce alrededor de 5 millones de m³/día de agua desalada, utilizada para abastecimiento, riego e industria. Las plantas desaladoras de agua de mar con capacidad superior a 10.000 m³/día representan el 51% de esta producción, ubicadas principalmente en el arco mediterráneo y las Islas Canarias. 

Por otro lado, las plantas de agua salobre aportan otro 26 %, alcanzando en conjunto el 77 % de la capacidad total de desalación. Las principales instalaciones están en Alicante, Murcia y Barcelona, con la planta de Torrevieja siendo la más grande, capaz de producir 240.000 m³/día, con planes de expansión a 300.000 m³/día. 

En este contexto, el Gobierno de la Generalitat de Catalunya planea adquirir desalinizadoras móviles y flotantes para garantizar el suministro de agua en zonas afectadas por la sequía. Entre las nuevas infraestructuras, destaca una desalinizadora flotante en el puerto de Barcelona que aportará 40,000 m³ diarios al Área Metropolitana de Barcelona, prevista para operar en caso de emergencia a partir de octubre de 2024. Además, se adquirirán 12 desalinizadoras móviles para la Costa Brava, cada una con capacidad para producir 1,000 m³ diarios, cubriendo el 35 % de la demanda de agua en la zona.

- Reutilización de aguas grises

De manera complementaria, la reutilización de las aguas grises, obtenidas tras la depuración de aguas residuales, se perfila como una alternativa eficaz para optimizar el uso de este recurso. 

Las aguas grises, que provienen de fuentes como duchas, lavanderías y cocinas, se distinguen de las aguas negras, las cuales derivan de baños y sanitarios y pueden contener materia fecal y orina.

Su aprovechamiento es seguro y puede destinarse al riego de parques y jardines, a la limpieza urbana y a diversas aplicaciones industriales y agrícolas que no requieren agua potable, además de emplearse para la recarga de acuíferos.

España, líder en la reutilización de agua en Europa, gestiona un tercio del total reutilizado en la Unión Europea. Esta tecnología es crucial en la agricultura, especialmente en regiones como Murcia y el sureste andaluz, donde el 95 % del agua regenerada se destina a este sector, ayudando a mitigar la escasez hídrica. 

El éxito del país en este ámbito se debe a la inversión en infraestructuras, investigación y una gestión eficiente. 

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