Los datos del Panel de Consumo Alimentario en los Hogares del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación permiten analizar cambios en las pautas y modelos de consumo de los españoles debido al importante número de años para los que se ofrece información. La última actualización de datos llega hasta marzo de 2025. Habida cuenta de la importancia del sector de Frutas y Hortalizas en nuestra agricultura y de la importancia de sus productos para una dieta sana hemos querido aprovechar los datos disponibles para analizar en qué medida la evolución de su consumo d en los hogares españoles difiere significativamente de otros tipos de alimentos. Para ello se han tomado los datos anuales móviles abril-marzo de los últimos diez años.
En el último año (abril24-marzo25 respecto al mismo periodo del año anterior), el consumo de frutas de los hogares españoles subió de 3.657 millones de kilogramos a 3.755, mientras que el de hortalizas y patatas descendió de 3.155 a 3.138. Ligera subida para las frutas (+2,7 %) y ligero descenso para las hortalizas (-0,5 %). Pero en todo caso queremos en esta nota hacer un análisis más de tendencias de una década que ha conocido fenómenos inusuales como la pandemia o la reciente fase de fuerte inflación.
Para contextualizar y poder interpretar esta evolución, partimos de la evolución total de la alimentación en los hogares. Entre 2015 y 2025 los españoles han reducido su consumo de alimentos y bebidas en un 8,9 %, descenso del 12,6 % en términos per capita, ya que la población ha aumentado. Pero durante ese mismo periodo han aumentado su gasto en alimentos y bebidas un 27,7 %, arrojando por tanto un incremento del precio medio de los productos adquiridos del 40,3 %.
Curiosamente, la variación acumulada del IPC entre las fechas consideradas (marzo 2015 a marzo 2025) ha sido del 26,2 % y la del IPC de alimentos y bebidas no alcohólicas del 45,8 %. Primera conclusión: durante la última década los precios de la alimentación subieron muy por encima del IPC general (46 % vs 26 %, casi el doble) y ante esa subida los hogares españoles tendieron a comprar más de aquellos productos más baratos o que menos se encarecieron, de ahí que el Panel refleje un aumento de solo el 40 %. Refugiarse en productos de precio más bajo en etapas de inflación es un comportamiento que ya hemos detectado y analizado en algunos informes sectoriales, como el publicado a finales de 2024 sobre el vino.
En Frutas y Hortalizas frescas, la tendencia ha sido la misma, pero con efectos mucho más acusados: mayor caída del consumo en volumen, mayor aumento del precio medio de los productos, mayor incremento del gasto en valor. En 2025 los hogares españoles gastaron mucho más en frutas y hortalizas frescas (un 36 % más) para adquirir mucho menos producto (un 17 % menos), debido a que el precio medio de las frutas y hortalizas adquiridas se incrementó un 63 %.
En concreto, el consumo de frutas bajó un 17,5 % (-20,9 % per capita), pero su precio aumentó un 66,9 % arrojando un incremento del gasto en frutas del 37,6 %. En el caso de hortalizas y patatas, el consumo bajó un 16,1 % (-19,5 % per capita), pero su precio aumentó un 66,9 % arrojando un incremento del gasto en frutas del 33,2 %. Si nos detenemos en algunos productos emblemáticos del consumo de este grupo, los cítricos fueron los más damnificados: cae el consumo un 33,5 %, sube el precio un 66,6 % y aumenta el gasto un 10,8 %.
Por el contrario, el consumo de tomate habría resistido mejor, descendiendo un 13,7% pese a incrementar sus precios un 60,1 % (incrementándose el gasto un 38,3 %). Y mayor aún habría sido el incremento del precio de las patatas frescas, un 105,7% (es decir, han más que duplicado su precio en diez años), pero resistiendo mejor su consumo (-18,8 %) a costa de un fuerte incremento del gasto (+67,1 %).
Finalmente, queremos analizar a modo de contraste otros productos en los que el consumo se ha resentido menos o incluso aumentado, a veces incluso pese a la inflación, como recientemente analizábamos para carnes y huevos. Así, el consumo de carne de pollo solo ha caído un 4,7 % incrementándose su precio un 40 %. Más llamativo es el consumo de huevos, que ha subido un 12 % pese a que los precios han aumentado un 51 % especialmente alcistas en el último año. Por último, un grupo significativo de los cambios de hábitos de consumo es el de los platos preparados: entre 2015 y 2025 los hogares españoles han incremento su consumo un 45 %, su precio ha aumentado un 35 % y como consecuencia el gasto en estos productos casi se ha duplicado (+97 %).
En definitiva, a lo largo de la última década hemos asistido a un fuerte proceso de inflación del precio de los alimentos que ha llevado a los hogares a refugiarse en productos de menor precio o menor subida. En este contexto, el consumo de frutas y hortalizas se habría resentido especialmente por el mayor incremento de precios sufrido por estos productos frescos. En todo caso, las variaciones de precio pueden explicar la tendencia general de reducción del consumo (a la que se suman otros factores, como los cambios en los hábitos de consumo, el menor consumo de alimentos frescos o el ajuste del volumen adquirido a las necesidades del hogar), pero no son los únicos factores que influyen como hemos ido viendo a lo largo de los productos concretos utilizados como contraste en esta nota de análisis. Finalmente, veremos en los próximos meses si la moderación de los precios observada en el último año permite consolidar los datos más recientes que apuntarían a una ruptura de esta larga tendencia decreciente de consumo de frutas y hortalizas.
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