
20 November 2025
En el Centro de Experiencias Cajamar en Paiporta (Valencia), el investigador Alfonso Giner Martorell nos explica los detalles acerca de un proyecto clave para el futuro de la citricultura mediterránea: el estudio comparado del comportamiento de distintas cubiertas vegetales en parcelas de cítricos.
Su objetivo es claro: evaluar qué combinaciones de especies aportan mayores beneficios agronómicos, ambientales y biológicos al suelo y al cultivo.
Cubiertas vegetales: mucho más que una cuestión estética
Giner explica que las cubiertas vegetales desempeñan un papel crucial en la sostenibilidad del cultivo. No solo actúan como reservorio de enemigos naturales, facilitando el control biológico de plagas, sino que además:
- Protegen el suelo frente a la erosión, especialmente frente a lluvias intensas y escorrentías
- Mejoran la infiltración del agua, algo cada vez más relevante en escenarios de lluvias torrenciales
- Funcionan como sumideros de carbono, captando CO₂ atmosférico
- Potencian la actividad de la microbiota del suelo, mejorando su calidad física, química y biológica
Para medir todos estos parámetros, los investigadores del Centro han instalado sensores a distintas profundidades, además de realizar analíticas periódicas de suelo que permiten evaluar la evolución de cada cubierta vegetal en el tiempo.
Las cubiertas vegetales en estudio
El proyecto analiza diferentes estrategias de implantación vegetal para comparar su comportamiento, su mantenimiento y sus beneficios agronómicos.
1. Festuca arundinácea
Una de las cubiertas más prometedoras es la festuca arundinácea, una gramínea que destaca por:
- Su gran capacidad para reducir la erosión,
- su bajo requerimiento de mantenimiento y
- su capacidad para actuar como reservorio de fitoseidos, claves en el control de la araña roja en cítricos
2. Mezcla con gramíneas, leguminosas y plantas de flor
Otra de las cubiertas evaluadas es una mezcla comercial de Intersemillas que incluye gramíneas, leguminosas y un componente floral con especies como:
- Lobularia marítima,
- caléndula y
- Rúcula (predominante en la parcela)
Esta cubierta está diseñada expresamente para favorecer la presencia de polinizadores y potenciar la biodiversidad funcional.
3. Mezcla de gramíneas y leguminosas sin flor
Similar a la anterior, pero sin especies florales, esta cubierta destaca por el papel de las leguminosas, capaces de:
- Fijar nitrógeno atmosférico en el suelo,
- aportarlo posteriormente al cultivo y
- mejorar la fertilidad y reducir la dependencia de abonos externos
4. Cubierta espontánea
Consiste en dejar crecer la flora adventicia natural de la parcela. Entre sus ventajas:
- No requiere coste de semilla ni implantación y
- las especies están ya bien adaptadas al entorno
No obstante, Giner también subraya sus riesgos:
- Puede favorecer la aparición de especies indeseadas,
- O actuar como reservorio de plagas, lo que obligaría a realizar controles manuales o tratamientos herbicidas puntuales
5. Suelo desnudo (tratamiento testigo)
Como referencia comparativa, se mantiene una zona de suelo desnudo, libre de cualquier cubierta vegetal mediante el uso de herbicidas autorizados. Este tratamiento sirve como base para contrastar el impacto real de las distintas cubiertas en estudio.

Compostaje: cerrando el ciclo de la materia orgánica
Además del estudio de cubiertas, el Centro de Experiencias Cajamar trabaja en la generación de compost propio mediante el aprovechamiento de los restos vegetales que se producen durante la actividad agronómica.
El proceso, explica Giner, consiste en triturar, amontonar y compostar estos residuos hasta obtener un material:
- Nutritivo,
- rico en materia orgánica,
- capaz de mejorar las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo,
- y que actúa como fuente natural de nutrientes para los cultivos
En la zona de compostaje pueden observarse varias pilas en diferentes fases del proceso: desde las más recientes hasta otras prácticamente curadas y listas para aplicar.
Un paso adelante hacia la citricultura sostenible
El trabajo desarrollado en Paiporta ofrece datos concretos y comparativos que permitirán orientar al sector hacia prácticas más sostenibles, eficientes y alineadas con la protección del suelo y la biodiversidad.
Las cubiertas vegetales y el compostaje se consolidan así como herramientas fundamentales para una citricultura resiliente ante los nuevos desafíos climáticos y productivos.
