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El dinamismo del sector agroalimentario español: radiografía de las exportaciones en 2024

30 April 2025
Comercio Exterior
Economía Agroalimentaria
La quinta edición del informe sobre exportaciones agroalimentarias de Cajamar pone el foco en los resultados de 2024, pero incorpora series históricas para extraer conclusiones estructurales sobre el papel del sector como columna vertebral de la internacionalización de la economía española
Informe Exportaciones Agro 2024

30 April 2025

El informe 'Análisis de las exportaciones agroalimentarias. Año 2024' proporciona un exhaustivo análisis del comportamiento exportador del sector, con su evolución por productos y destinos, y una comparativa con los principales países competidores. 

La publicación pone el foco en los resultados del año 2024, pero lo hace con una mirada amplia, incorporando series históricas a 5, 10 y hasta 20 años. De esta forma, no solo se interpretan los datos de coyuntura, sino que se extraen también conclusiones estructurales sobre el papel del sector agroalimentario como columna vertebral de las exportaciones españolas.

 

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Las exportaciones agroalimentarias: una pieza clave del comercio exterior español

Según los datos provisionales del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Tributaria (Aduanas), en 2024 las exportaciones agroalimentarias alcanzaron los 74.231 millones de euros, lo que representa cerca del 20 % del total de las exportaciones españolas de bienes. Este dato es especialmente destacable si se considera que el conjunto de las exportaciones apenas creció, en términos interanuales, un 0,1 %, mientras que las agroalimentarias lo hicieron en un sólido 5,9 %, muy por encima por tanto del promedio de las ventas exteriores de la economía española.

Este patrón se repite cuando se analizan periodos más largos. En los últimos cinco años, las exportaciones agroalimentarias han crecido un 7,8 % anual de media, frente al 5,7 % del total de bienes. Igualmente, en los últimos diez años, el agroalimentario ha crecido al 6,8 % frente al 4,8 % general

La conclusión es clara: el sector agroalimentario no solo gana peso, sino que se convierte en un pilar estructural del crecimiento exterior del país. Y lo hace pese a que ya hace diez años suponían un volumen significativo de las ventas totales: crecer año a año sobre valores que de base ya son altos es especialmente relevante.

Además, la balanza comercial agroalimentaria arrojó un superávit de 18.449 millones de euros en 2024, la cifra más elevada registrada hasta la fecha. Frente a los tradicionales sectores industriales como el automóvil, con un superávit de 8.588 millones, el agroalimentario dobla su contribución neta a la economía exterior. Por contraste, sectores como la energía, los bienes de equipo o las manufacturas de consumo presentan saldos negativos.

A lo largo de los últimos veinte años, esta evolución ha sido constante. Aunque cueste recordarlo hace veinte años, el saldo comercial agroalimentario español era prácticamente neutro, hasta 2009 no superó los 1.000 millones de euros positivos y fue en 2016 cuando superó por primera vez los 10.000 millones de superávit

En 2004, las exportaciones agroalimentarias apenas superaban los 20.000 millones de euros. Hoy casi cuadruplican esa cifra

 En paralelo, el peso del sector en el conjunto de las exportaciones ha pasado del 12 % al 19 %. Este avance no es casual, sino fruto de un proceso sostenido de modernización, profesionalización y por supuesto internacionalización del tejido agroalimentario. 

Por comunidades autónomas, destacan Andalucía, Cataluña y la Comunitat Valenciana como líderes en valor exportado. Sin embargo, territorios como Aragón, Región de Murcia, Castilla-La Mancha o Galicia han ganado peso en los últimos años, mostrando un patrón de crecimiento más equilibrado.

El crecimiento en 2024, apoyado tanto en volumen como en precios

Uno de los aspectos más interesantes del crecimiento exportador de 2024 es que se sustenta tanto en el aumento de las cantidades exportadas como en la mejora de los precios unitarios

Durante muchos años, el incremento del valor de las exportaciones españolas se apoyó tan solo en un aumento de los volúmenes exportados. Más recientemente, en los años 2022 y 2023, la caída de la producción española por la sequía hizo que el crecimiento del valor se apoyara exclusivamente en el incremento de los precios, en el marco de una situación de inflación global.

Por el contrario, 2024 trajo una recuperación del 4,5 % en volumen global exportado. Este repunte es relevante en sí mismo, pero lo es aún más al observarse junto a la evolución de los precios.

Productos como el aceite de oliva, con un aumento del 12 % en volumen y del 48 % en valor, ilustran cómo la recuperación cuantitativa ha ido acompañada de una revalorización importante. El precio medio del aceite de oliva exportado alcanzó los 7,48 €/kg, frente a los 3,72 €/kg de solo dos años antes. 

En frutas y hortalizas también se produjo un aumento del 6 % en volumen, acompañado de subidas moderadas de precios en algunas categorías como frutos rojos o hortalizas de invernadero. 

Aunque la dispersión de productos dificulta comparaciones homogéneas, el dato agregado muestra que los mercados internacionales están dispuestos a pagar más por los productos españoles

Este fenómeno refuerza la tesis de que la internacionalización del agroalimentario español no debe basarse en competir por precios bajos, sino en una propuesta de valor que combine calidad, seguridad alimentaria, trazabilidad y sostenibilidad

La presencia creciente de sellos de calidad diferenciada, denominaciones de origen y certificaciones medioambientales en los productos exportados y la fortaleza de algunas marcas a nivel internacional apuntala esta evolución. 

No es un fenómeno exclusivo: el sector agroalimentario del conjunto de la UE compite en los mercados mundiales por valor, no por precio. La UE es el principal exportador agroalimentario a nivel mundial, fruto de un saldo comercial positivo muy elevado en productos diferenciados y transformados y un saldo negativo en materias primas y commodities. España apunta, felizmente, en la misma dirección. 

Además, el mayor protagonismo de productos transformados (como conservas vegetales y de pescado, productos de panadería, zumos o alimentación animal) contribuye a elevar el valor añadido de las exportaciones, y reduce la vulnerabilidad ante los cambios de precios en los mercados de materias primas.

España frente a sus competidores europeos 

En la comparación con sus vecinos europeos, España se posiciona en 2024 como el cuarto mayor exportador agroalimentario de la UE. Solo la superan Países Bajos, Alemania y Francia. En términos de saldo, tan solo Países Bajos, con algo más de 31.000 millones de euros supera el saldo exportador español.

En el caso de Francia, la brecha de exportaciones se ha reducido a poco más de 5.500 millones de euros. De mantenerse los actuales ritmos de crecimiento, España podría adelantar a Francia en apenas dos años. Este posible sorpasso sería un hito relevante, teniendo en cuenta que tradicionalmente Francia ha liderado el agroalimentario europeo junto a Alemania. El fuerte dinamismo de España en la última década (+6,8 % anual) y el estancamiento relativo francés (+3,5 %) refuerzan esta posibilidad.

Aun así, existen diferencias relevantes. España mantiene una elevada concentración de sus ventas en la Unión Europea: dos tercios de sus exportaciones agroalimentarias se dirigen a socios comunitarios. En cambio, Francia e Italia han diversificado más, con solo el 58 % dirigido a la UE. 

Esta menor diversificación geográfica puede ser una debilidad en contextos de bajo crecimiento en Europa. No obstante, las exportaciones agroalimentarias españolas, que habían venido concentrándose en los últimos años en la UE (desde el 62,9 % en 2020, que fue el año en que menos representaron, hasta el 67, 3% de 2023), crecieron en 2024 con más fuerza fuera de la UE (9,5 %) que dentro de la UE (4,1 %).

Por sectores, Países Bajos lidera en flores y productos hortícolas reexportados; Alemania en bebidas y procesados; e Italia en vino, pasta conservas vegetales o café. España ha ganado posiciones en aceite de oliva, frutas y hortalizas, porcino y productos de panadería, consolidando un portfolio exportador más variado que en el pasado

En cuanto al liderazgo en productos individuales, España es el primer exportador europeo de frutas y hortalizas frescas, aceite de oliva y porcino y se mantiene entre los tres primeros en pescados y mariscos, vino y productos de panadería y pastelería.

Estados Unidos: un mercado especialmente relevante en el año 2024 

El caso de Estados Unidos merece un análisis específico. En 2024, las exportaciones agroalimentarias a este país crecieron un notable 21,4 %, alcanzando los 3.570 millones de euros. Esto lo convierte en el sexto destino global de nuestras exportaciones, el segundo extracomunitario tras Reino Unido, y el mercado con mayor crecimiento absoluto después de Italia. De hecho, el incremento de las ventas en EEUU supuso el 29 % del aumento de las exportaciones a terceros países en 2024.

El impulso vino principalmente del aceite de oliva, cuyas ventas superaron los 1.000 millones de euros (+58 %). También crecieron con fuerza otros productos como el vino (335 millones), aceitunas y conservas vegetales (247 millones), artículos de confitería (156 millones) y quesos (121 millones).

La balanza comercial agroalimentaria con Estados Unidos es positiva en más de 1.500 millones de euros, mientras que el saldo total de bienes es deficitario. A medio y largo plazo, las exportaciones agroalimentarias españolas han crecido a ritmos del 10 % anual desde 2014, lo que confirma una tendencia sólida.

A pesar de ello, seguimos por detrás de Italia (7.831 millones) y Francia (5.693 millones) en valor exportado. Esto sugiere todavía un amplio margen de crecimiento, especialmente en segmentos de alto valor donde los productos españoles pueden competir en calidad y autenticidad. 

El potencial es claro: según datos del USDA, el consumo de productos mediterráneos y orgánicos sigue creciendo en el mercado estadounidense, abriendo puertas a una mayor presencia española.

Principales subsectores exportadores

Las frutas y hortalizas siguen siendo el principal sector exportador, con 18.375 millones de euros (25 % del total agroalimentario). España mantiene el liderazgo europeo, aunque cada vez con menos margen respecto a Países Bajos, que la sigue muy de cerca. Cítricos, pimientos, fresas, frutas de hueso y tomates son los principales productos. 

Sin embargo, las cifras reflejan cambios significativos: los cítricos han reducido su peso en el total exportado (del 32 % en 2004 al 19 % en 2024), mientras que productos como fresas y frutos del bosque han duplicado su importancia.

El 93 % de las exportaciones hortofrutícolas españolas van a la UE y Reino Unido, lo que revela una fuerte concentración geográfica. El informe sugiere explorar una mayor diversificación siguiendo los modelos de otros países del hemisferio sur, si bien las características del sector, perecedero, y la evolución de competidores como Países Bajos sugiere que quizás sea mejor estrategia concentrar los esfuerzos en ampliar el mercado objetivo a costa de otros productos en países cercanos. En todo caso, el debate está servido.

El informe sugiere explorar una mayor diversificación geográfica siguiendo los modelos de otros países del hemisferio sur

El aceite de oliva protagonizó en 2024 uno de los mayores crecimientos del sector. Con 6.580 millones de euros exportados (+46 %), vuelve a ser la primera partida arancelaria agroalimentaria por valor exportado. Además, el volumen exportado aumentó un 12 %, consolidando una recuperación tras años difíciles.

España lidera el mercado mundial, con más del 50 % de las exportaciones de la UE, por delante de Italia y Grecia. El incremento de precios, impulsado por la reducción de cosechas y la presión de la demanda, ha sido absorbido por el mercado internacional sin frenar las ventas. Estados Unidos se confirma como primer destino extracomunitarios. También destacan México, Australia, Corea del Sur o Colombia como mercados en expansión.

El porcino, segundo sector exportador con 8.793 millones de euros, retrocedió un 2 % en 2024, rompiendo una tendencia ascendente de una década. A largo plazo, sigue mostrando un crecimiento medio del 9 % anual, con Asia como principal destino. La moderación de la demanda china y los ajustes de precios explican este pequeño bache coyuntural. Sin embargo, el sector mantiene su papel clave en el equilibrio de la balanza comercial agroalimentaria.

Las exportaciones de vino alcanzaron los 3.136 millones de euros en 2024, con crecimiento modesto, del 2 %, pero que contrasta con la caída del 3 % del año 2023. A largo plazo, la evolución también ha sido más discreta que en otros sectores, con una media del 2 % anual en la última década por debajo no solo de otros sectores sino también de nuestros competidores franceses e italianos. Alemania es nuestro principal mercado con 381 millones de euros seguido de Estados Unidos, primer destino extracomunitario, Reino Unido y Francia. 

El vino afronta un importante el reto de competir con productos de mayor valor añadido, y una mayor diferenciación entre producciones que permita desterrar nuestra imagen de productor de vinos económicos reflejada en el precio medio, el más bajo de todos los principales países productores europeos, casi dos veces y media inferior al de Italia y casi seis veces inferior al de Francia.

Conclusión: un sector fuerte, diverso y en crecimiento

El balance de 2024 confirma que el sector agroalimentario español no solo resiste, sino que lidera. Su evolución es robusta en términos de volumen, valor, diversificación de productos y presencia internacional. Su contribución al saldo exterior es insustituible y su dinamismo lo convierte en uno de los sectores más resilientes y dinámicos de la economía española.

Sin embargo, también se enfrentan desafíos importantes: necesidad de diversificación geográfica, dependencia de determinados productos estrella, exposición a riesgos climáticos, aumento de costes energéticos y nuevas exigencias regulatorias ligadas al Pacto Verde Europeo.

Para abordar estos retos, será fundamental reforzar políticas de innovación, digitalización, sostenibilidad y promoción y marketing internacional. La colaboración entre Administraciones públicas, organizaciones de productores, cooperativas, industria y centros de investigación y resto de agentes del sector será clave para sostener el crecimiento. 

Inversión, innovación e integración son claves presentes en las conclusiones de los diferentes estudios que realiza Cajamar sobre el sector agroalimentario y, cómo no, afloran también al analizar la capacidad futura de las exportaciones agroalimentarias. 

El informe de 2024 no solo analiza cifras, sino que transmite un mensaje claro: el agroalimentario español tiene futuro si sigue apostando por calidad, apertura y adaptación. Un mensaje que conviene escuchar y, sobre todo, poner en práctica.


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