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Alimentos funcionales, clave para una vida más saludable

02 May 2025
Nutrición y Salud
Biotecnología
Se trata de productos que ofrecen beneficios específicos, desde mejorar la digestión hasta fortalecer el sistema inmunológico
Alimentos funcionales.

02 May 2025

En los últimos años, hemos visto como cada vez hay más problemas de salud relacionados con la alimentación y los malos hábitos alimenticios.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo II y los trastornos cardiovasculares, que afectan a millones de personas cada año, podrían reducirse mediante una dieta equilibrada.

Estos problemas se deben en gran parte debido al incremento en el consumo de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares, grasas y aditivos. 

Sin embargo, el ritmo de vida actual, cargado de estrés, prisas y opciones alimenticias cada vez menos saludables, dificulta poder adoptar hábitos que beneficien nuestra dieta diaria.

Por ello, los alimentos funcionales se posicionan como una alternativa innovadora que promueve el bienestar nutricional. Más que simples alimentos, estos productos están diseñados para aportar beneficios adicionales a nuestra salud.

 

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Qué son los alimentos funcionales

El concepto de alimentos funcionales, que surgió en Japón durante la década de 1980, ha ido ganando popularidad en el mundo por su capacidad de mejorar la calidad de vida de las personas. 

Estos alimentos, además de aportar nutrientes básicos, se caracterizan porque han demostrado ser beneficiosos para una o varias funciones específicas del organismo, ayudando a mejorar la salud y reduciendo factores de riesgo de ciertas enfermedades.

Son alimentos que, por ejemplo, ayudan a mejorar la digestión, reforzar el sistema inmunológico, reducir el colesterol, o incluso ayudan en el manejo de condiciones crónicas como la diabetes o la hipertensión. Por ejemplo: la avena, el yogur con probióticos, los alimentos enriquecidos con omerga-3, etc.

Los alimentos funcionales se consideran una herramienta clave para ciencias como la nutrigenómica, que estudia la relación entre los nutrientes que consumimos y nuestro ADN, analizando cómo los alimentos pueden influir en nuestros genes y nuestra salud para desarrollar opciones personalizadas que se ajusten a las necesidades individuales de cada persona.

Principales tipos de alimentos funcionales

Los alimentos funcionales pueden clasificarse en varias categorías dependiendo de los ingredientes activos que contienen, su origen y los beneficios específicos que ofrecen. 

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El Instituto Omega 3, realizó una 'Guía de Alimentos Funcionales', en la cual se menciona que la clave para que estos alimentos sean más eficaces radica en su formulación. 

Esta combina ingredientes naturales con compuestos bioactivos diseñados para cumplir funciones específicas en el organismo.

En España se comercializan actualmente alrededor de 200 tipos de alimentos funcionales. Una amplia variedad de productos que satisfacen necesidades específicas de salud, divididos en dos categorías principales:

– Alimentos funcionales naturales

Son aquellos que, por su propia composición, ya poseen beneficios adicionales para la salud más allá de los nutrientes básicos. No necesitan modificaciones, ya que contienen compuestos bioactivos de forma natural

Ejemplos destacados incluyen: avena, yogur y frutos secos.

Por otro lado, las macroalgas también pueden clasificarse como alimentos funcionales naturales, ya que, por su propia composición, poseen beneficios adicionales para la salud más allá de los nutrientes básicos de cualquier otro alimento.

– Alimentos funcionales diseñados o modificados

Incluyen aquellos productos que han sido diseñados o modificados para tener beneficios específicos para la salud.

Ejemplos de este tipo de alimentos incluyen: leche enriquecida con calcio, margarinas con esteroles vegetales y zumos con omega-3 añadido.

Beneficios de los alimentos funcionales y su impacto en la salud

Los alimentos funcionales incorporados a nuestra dieta diaria, tienen la capacidad de prevenir problemas de salud y cuidar de nuestro cuerpo. Algunos de sus beneficios son:

  • Alimentos como los yogures enriquecidos con probióticos o los cítricos con vitamina C potencian la capacidad del cuerpo para defenderse de infecciones y enfermedades.
  • Los probióticos y prebióticos, presentes en productos como kéfir o alimentos con fibra añadida, equilibran la flora intestinal, favoreciendo la digestión y ayudando a prevenir trastornos como el estreñimiento o el síndrome del intestino irritable.
  • Ingredientes como los ácidos grasos Omega-3, presentes en alimentos enriquecidos o de origen natural como el pescado azul, contribuyen a mantener niveles saludables de colesterol y a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • Alimentos ricos en fibra funcional ayudan a prolongar la sensación de saciedad, regulando el apetito y favoreciendo un control más efectivo del peso corporal.
  • Los antioxidantes, como los polifenoles en el té verde o las frutas ricas en vitamina E, combaten el estrés oxidativo, asociado con el envejecimiento y enfermedades crónicas como el cáncer o la diabetes.
  • Algunos alimentos funcionales, como aquellos con ácidos grasos esenciales y vitaminas del complejo B, están relacionados con la mejora del estado de ánimo y el funcionamiento cerebral.

 

Alimentos funcionales.

Cómo incorporar los alimentos funcionales a tu dieta

  1. Introduce alimentos funcionales en tus comidas habituales: por ejemplo, añade yogures con probióticos al desayuno o como snack, sustituye el pan blanco por versiones integrales ricas en fibra funcional, utiliza aceites enriquecidos con Omega-3 en tus ensaladas y recetas. 
  2. Elige opciones fortificadas para cubrir deficiencias alimenticias: los alimentos fortificados son ideales para compensar los déficits nutricionales. Por ejemplo, la leche con calcio añadido es excelente para personas con riesgo de osteoporosis, mientras que los cereales enriquecidos con hierro pueden ser útiles para prevenir la anemia.
  3. Experimenta con recetas saludables: incorpora ingredientes funcionales como té verde o frutos rojos en batidos, postres o infusiones, combinando sabor y beneficios antioxidantes.

Quién puede consumir alimentos funcionales y quién no

Los alimentos funcionales son aptos para cualquier persona, pero son especialmente beneficiosos para diversos grupos con necesidades específicas: embarazadas, niños, personas con carencias nutricionales, intolerancias alimentarias, riesgo de enfermedades (cardiovasculares, gastrointestinales, osteoporosis, diabetes, etc.) y personas mayores.

Por ejemplo, personas con condiciones crónicas como diabetes o hipertensión pueden gestionar mejor su salud a través de productos enriquecidos con nutrientes específicos, como los omega-3 para mejorar la salud cardiovascular. 

El mercado actual de los alimentos funcionales

El mercado de los alimentos funcionales ha experimentado un continuo crecimiento durante estos últimos años, impulsado por la creciente demanda de productos más saludables y personalizados. 

Según un informe de Statista, el valor global del mercado de alimentos funcionales superó los 23.500 millones de dólares en 2023, con expectativas de un crecimiento sostenido en la próxima década Como podemos ver en el siguiente gráfico, este mercado podría llegar a alcanzar los 38.500 millones de dólares en 2033.

 

 

Con respecto a su regulación, los alimentos funcionales cumplen las mismas normas de higiene y seguridad que otros alimentos, y los nuevos ingredientes están sujetos a una normativa específica.

La legislación exige que los productos enriquecidos incluyan etiquetado nutricional detallado. Además, la información en envases y publicidad no puede atribuir propiedades de prevención, tratamiento o curación de enfermedades. 

La Unión Europea, a través del organismo FUFOSE (Functional Food Science in Europe), regula las alegaciones sanitarias, exigiendo que estén respaldadas por evidencia científica.

Con el avance de la investigación y  la biotecnología, los alimentos funcionales están en camino de convertirse en un componente esencial de nuestra dieta diaria.

 

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Algunos proyectos innovadores, como el reaprovechamiento de subproductos agrarios para crear ingredientes funcionales, están transformando el mercado. Esta tendencia no solo promueve una alimentación más saludable, sino también una producción más sostenible. Por ejemplo, iniciativas recientes están convirtiendo residuos agroalimentarios en ingredientes clave para nuevos alimentos, un avance que combina sostenibilidad y nutrición.

Además, la exploración del potencial de los postbióticos abre nuevas puertas de investigación, ya que estas moléculas derivadas de microorganismos, que no requieren cultivos vivos, están siendo investigadas como herramientas para enriquecer alimentos con beneficios específicos para la salud.

Este enfoque no solo redefine cómo consumimos, sino que también garantiza que las soluciones del futuro sean accesibles, sostenibles y adaptadas a las necesidades de la sociedad.


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