
20 October 2025
Introducción
Cada año se generan en el mundo 413 millones de toneladas de plástico del cual se recicla menos de un 10 % y, además, 11 millones de toneladas terminan en lagos, ríos y mares. En Europa se consumen 54,6 toneladas, que supone un 12 % de la producción mundial y un 3,4 % de la demanda europea se destina a la agricultura.
Del volumen de plásticos generado anualmente, dos tercios lo componen productos de un solo uso como vasos y botellas o pajitas para beber, que se convierten en muy poco tiempo en desechos y que, mal gestionados, terminan llegando a los océanos e incluso a la cadena alimentaria.
La recogida sigue siendo la clave del reciclado de los plásticos, donde una correcta clasificación es esencial para optimizar el proceso. En los últimos años se ha experimentado una mejora en la recogida a través de los contenedores amarillos, en relación con la fracción correspondiente a los residuos domésticos. Esto ha propiciado que la producción de plásticos circulares en Europa haya aumentado en los últimos años, alcanzando el 15,4 % en 2024.
Los plásticos han ayudado a aumentar la producción agrícola, mejorando la calidad y los rendimientos en todo el mundo. La utilización de los films agrícolas se estima en 7,4 millones de toneladas, principalmente para cubiertas de invernaderos y acolchados de suelo.
El uso generalizado de los plásticos y una inadecuada gestión, en algún caso, está provocando una preocupante contaminación por plásticos abandonados que amenaza la salud del medio ambiente. Se estima que la tasa de reciclaje a escala mundial es del 9 %, lo que provoca contaminación del suelo, cursos de agua y presencia de microplásticos, que pueden alterar las propiedades del propio suelo, afectando a su fertilidad, e incluso entrando en la cadena alimentaria, amenazando el ecosistema y la salud humana. Es inconcebible no tener en cuenta la contaminación por plásticos no gestionados adecuadamente, que ocupan un destacado papel mediático.
La plasticultura se enfrenta a grandes retos, entre ellos su contribución a la producción de alimentos. Por eso es importante dar a conocer las diferentes tecnologías con soluciones, como los plásticos biodegradables.
Conciliar la plasticultura con el medio ambiente es garantizar un futuro sostenible, para lo que se requiere que sea más circular, siendo el reciclaje una herramienta esencial para su gestión.
La utilización de los films agrícolas se estima en 7,4 millones de toneladas
Uso de plásticos en agricultura y ganadería
A continuación exponemos una serie de casos en los que se recurre al uso del plástico en el ámbito agroganadero:
- En ganadería se utilizan para las lonas del ensilado y encintado de fardos de forraje.
- En relación con el suministro de fertilizantes es utilizado en ensacado, big-bags, contenedores, depósitos y garrafas.
- En cuanto a las infraestructuras de riego, se utiliza en la conducción de agua por medio tuberías generales, laterales (tuberías portagoteros) y elementos en los cabezales de riego.
- Cubiertas de invernaderos, plásticos para solarización, dobles cubiertas y mallas para cubrir las ventilaciones en invernadero y como cubierta de invernaderos, túneles y macrotúneles con cubierta de malla y plástico. Mallas antigranizo, cortaviento, mallas mosquiteras para evitar polinizaciones indeseadas y barreras contra plagas.
- Envases de fitosanitarios, fertilizantes líquidos, biostimulantes, etc.
- Cuerdas, hilos de entutorado, clips, ganchos, macetas, bolsas para sustratos, protectores de árboles contra animales, materiales para conducción en sistemas de cultivos hidropónicos.
- Plásticos de acolchado, microtúneles, cubiertas flotantes, telas de protección antihierbas.
- Para el control biológico y biotecnológico de plagas, se recurre cada vez más al uso de plásticos: botes para reparto de bichos, mosqueros para captura masiva de plagas, difusores de feromonas, cajas, palots para recolección, sacos, mallas y materiales de envasado de la industria alimentaria.


Recogida de plásticos
Cuando los plásticos se recogen de forma adecuada, separados del resto de residuos, la tasa de reciclado mejora notablemente.
El sector agrícola puede acercarse a su objetivo de establecer un sistema circular de cero residuos. La Estrategia Europea de la Plasticultura (EPS), diseñada en el seno de APE Europe, proporciona los principios generales que se están aplicando en cuanto a sistemas de recogida existentes.
Entre las recomendaciones para conseguir una agricultura circular para una gestión integrada de los plásticos, hay que tener en consideración los siguientes aspectos:
- Establecer sistemas de control para recopilar datos fiables sobre plásticos comercializados, recogidos, reciclados e integrados en los nuevos productos, siguiendo requisitos de trazabilidad.
- Identificación y tratamiento de la contaminación por plásticos agrícolas, puesto que pueden ser una fuente potencial de contaminación si no se gestiona adecuadamente su fin de vida.
- Mejorar la calidad, para una agricultura sostenible y circular de los plásticos agrícolas usados.
- Los sistemas nacionales de recogida deben encaminarse hacia un 100 % de plásticos agrícolas reciclados. Sin recogida no hay circularidad. Los sistemas nacionales de recogida deben ser obligatorios.
- Desarrollar una buena capacidad de reciclaje para garantizar la circularidad sostenible de los plásticos agrícolas.
El reglamento sobre envases y residuos de envases es importante desde el punto de vista comercial, social y medioambiental. Como ejemplo merece la pena citar el caso de éxito 'SIGFITO', que es el Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) autorizado a nivel nacional para la recogida de todos los envases, tanto comerciales e industriales, y trampas de captura de insectos, que se usan exclusivamente en el sector agropecuario e industrias conexas.
Todas las empresas envasadoras pueden ya adherir todo su catálogo de productos a SIGFITO, desde los envases de fitosanitarios, fertilizantes, bioestimulantes, nutricionales, abonos, semillas, semilleros y trampas de captura, hasta los envases que se usan en ganadería, en concreto, los destinados a la sanidad (envases de producto veterinario) y a la alimentación animal (piensos).
Además, pueden también adherir sus envases secundarios y terciarios, como plástico film usado para embalaje, flejes, cajas que contienen lotes de productos y palets.
El SCRAP, con más de 20 años de experiencia en el sector, ha reciclado más 67.000 toneladas de residuos de envases. SIGFITO Agroenvases es una sociedad limitada, sin ánimo de lucro, en la que participan organizaciones que agrupan a envasadores de distintos tipos de productos usados en el sector agropecuario y forestal como son los fitosanitarios, fertilizantes, semillas y otros insumos.
Los envases recogidos son transportados por el gestor a las plantas de tratamiento. Allí, los envases plásticos se lavan y se trituran para convertirlos en granza, que es usada para la fabricación de objetos plásticos de uso industrial.
El reciclado de plásticos
Los fabricantes de filmes agrícolas apuestan cada vez más por el reciclaje y la incorporación de materiales reciclados a sus productos. El reciclaje es claramente una alternativa estratégica a la incineración y el vertido, en términos de menor emisión de carbono y de un mejor uso del suelo.
Existen dos grandes familias de tecnología para reciclar los residuos de plásticos: el reciclado mecánico y el reciclado químico. Juntos podrán reciclar una gran variedad de plásticos, consiguiendo que el ecosistema europeo pase de ser lineal a circular.
- El reciclado mecánico se encarga de dar solución al 99 % de los residuos plásticos. Para el reciclado de los filmes agrícolas, se han desarrollado protocolos que incluyen las etapas de pretratamiento: triturado, eliminación de impropios, líneas de lavado, de extrusión, filtración y granulación, con los que producen pellets de alta calidad para su reutilización por los transformadores. Estos avances hacen que los productos reciclados sean más competitivos frente a los materiales vírgenes. Esta tecnología tiene sus limitaciones, puesto que no permite separar los polímeros de sus aditivos, por lo que es difícil que cumplan con las especificaciones más estrictas, como la aptitud para el contacto con alimentos o productos médicos.
- El reciclado químico utiliza tecnologías capaces de descomponer los polímeros en sus moléculas básicas, permitiendo producir plásticos reciclados con las mismas cualidades que los plásticos vírgenes. Podrían ser la solución a los residuos que actualmente se incineran o que se depositan en vertederos. En el reciclado químico existen 2 tipos de tecnologías:
- Los procesos térmicos (pirólisis y gasificación) calentándolos a más de 400 ºC. Estos procesos se pueden utilizar para reciclar polietileno, polipropileno y poliestireno.
- La despolimerización (solvólisis y reciclado enzimatico), solo aplicable al PET plástico (polietileno tereftalato) es muy utilizado en envases de bebidas y textiles, que pertenece al grupo de materiales sintéticos denominados poliésteres.
Plásticos biodegradables y compostables
Los bioplásticos biodegradables, pueden constituir una alternativa viable al uso de plásticos agrícolas convencionales, cuando estos no se pueden gestionar adecuadamente. Los bioplásticos son compostables o biodegradables y están fabricados con materiales de origen biológico.
Se puede considerar que un plástico es biodegradable si los microorganismos lo trasforman en CO2, agua y biomasa en un plazo de tiempo específico y bajo condiciones determinadas de temperatura, humedad, tipo de suelo y compostabilidad.
Los materiales compostables son biodegradables en condiciones de temperaturas determinadas para que el producto se desintegre sin efectos ecotóxicos, presencia limitada de metales pesados y flúor, siguiendo la normativa europea.
Una de las posibilidades es la del uso de acolchados, que terminarán en el suelo gracias a su biodegradabilidad. Estos films biodegradables representan una fuente de carbono orgánico para la microbiota del suelo, pero son pobres en otros nutrientes.

En esa línea, el ácido poliláctico (PLA) puede ser una solución desde su producción hasta el reciclaje, junto con otros plásticos de origen biológico y compostables, podrían ser una alternativa viable y sostenible a largo plazo, por su capacidad de sustituir a alguno de los materiales tradicionales de origen fósil.
El PLA se produce como resultado de la fermentación y transformación de materias primas agrícolas en ácido láctico, que puede polimeralizarse, es decir, transformarse en un plástico. Este producto es de origen biológico y por eso tiene una huella de carbono muy baja. Compostable industrialmente o biodegradable, es reciclable y se puede transformar mecánica o químicamente.
El PLA tiene una amplia gama de usos potenciales como sustituto de los plásticos tradicionales utilizados en agricultura, como los films para acolchados, mallas para forrajes o clips. Este material se considera compostable industrialmente, pero mezclado con otros productos biodegradables como PHA o PBAT, se le puede alargar la vida útil y mejorar sus propiedades mecánicas.
Hay empresas con capacidad de reciclar químicamente el PLA, para volver a la molécula original y conseguir un producto de calidad similar a cuando se utiliza esa materia prima virgen.
Como ya se ha indicado, el enterramiento de plásticos biodegradables compuestos principalmente de elementos orgánicos presenta una fuente de alimento para la microbiota del suelo.
El ácido poliláctico (PLA) puede ser una solución desde su producción hasta el reciclaje
En el Centro Experiencias Cajamar en Paiporta (Valencia), después de numerosas experiencias con este tipo de plásticos, hemos optado por utilizar acolchados plásticos biodegradables para muchos de los cultivos hortícolas, principalmente los desarrollados al aire libre y algunos bajo invernadero.
El acolchado es una solución eficaz para reducir el uso de herbicidas, mejora de condiciones de temperatura, ahorro de agua, reduce la erosión y mejora de la estructura del suelo.
Generalmente recurrimos a los de color negro, para plantaciones de invierno y primavera, y de color blanco para aquellas que se desarrollan durante final de primavera y verano, con el objeto de evitar escaldado y desarrollo inadecuado de las plantas que se plantan en esas fechas.
Los materiales proporcionados mantienen buenas características mecánicas, que permiten la instalación con aperos y la posibilidad de mecanizar su colocación. Generalmente se produce una buena sincronización entre la duración del cultivo y su proceso de biodegradabilidad.
Cuando posteriormente es incorporado en el suelo, pasados unos meses ya no se aprecian los restos y trozos de plástico. Y para algunos cultivos y en zonas de producción, los agricultores los incluyen su coste para aprovechar los fondos operativos, a fin de contrarrestar el sobrecoste de estos materiales y así garantizar una menor presencia de plásticos y microplásticos en el suelo, siendo una alternativa viable a la del uso de plásticos de acolchado convencionales.

Referencia bibliográficas
- Normas EN 13432 y EN 14995 para la compostabilidad industrial. EN 17427 para la compostabilidad doméstica EN 17033 para los films de acolchado.
- https://plasticseurope.org/sustainability/circularity/recycling/chemical-recycling/
- htpps://plasticseurope.org/es/kwowledge-hub/plastic-the-fast-2024/
- https://sigfito.es
- www.cipaplasticulture.com
- www.fao.org/family-farming/detail/fr/c/1711611/