
Con más de 1.600 colegiados, la agricultura intensiva de la provincia reúne a la mayor concentración mundial de ingenieros técnicos por hectárea, lo que en buena medida ha hecho posible llevar a la práctica la cultura de la innovación que define el Modelo Almería.
¿Qué es la Ingeniería Agronómica?
La ingeniería agronómica es una profesión multidisciplinar que combina conocimientos científicos, tecnológicos y económicos para optimizar los procesos productivos en el sector agroalimentario.
Su propósito fundamental es aplicar los principios de la ingeniería para resolver problemas asociados a la producción vegetal, la producción animal y la industria agroalimentaria, garantizando la sostenibilidad y eficiencia de la cadena de valor agroindustrial.
Y como tal, busca maximizar la productividad del campo e incorporar criterios ambientales, económicos y sociales para asegurar una producción responsable y adaptada a las exigencias del mercado y la normativa vigente.
El agente de la innovación en el campo
El ingeniero agrícola o agrónomo desempeña un papel crucial en la modernización del sector agropecuario, ofreciendo soluciones innovadoras y adaptadas a los nuevos desafíos derivados del cambio climático, la globalización de los mercados y las crecientes demandas de sostenibilidad. Por tanto, puede indicarse que es el principal agente de la innovación.
Para ello, este agente debe realizar un uso racional de los principios de la biología aplicada, la química, la física y otras ciencias básicas, combinándolos con tecnologías avanzadas, como la agricultura de precisión, la automatización de procesos, la gestión eficiente de los recursos hídricos y la implementación de energías renovables en el sector agrícola.
Según las órdenes CIN del Ministerio de Universidades, que regulan las competencias profesionales de los ingenieros agrícolas e ingenieros agrónomos, esta disciplina se estructura en cuatro grandes especialidades:
- Producción vegetal
- Producción animal
- Industria agroalimentaria
- Construcción y mecanización
El ingeniero agrónomo ostenta todas las competencias. El conocimiento del ingeniero agrónomo no se limita únicamente a los aspectos técnicos de cada especialidad, sino que también requiere una visión holística del sector agroalimentario.
Es fundamental que domine conceptos de economía agraria, sociología rural, legislación agroambiental, comercialización de productos y políticas agrícolas, con el fin de diseñar estrategias de producción viables y competitivas en un mercado globalizado.
El papel de los ingenieros agrícolas y agrónomos en la horticultura almeriense
A lo largo de las últimas seis décadas, los ingenieros técnicos agrícolas e ingenieros agrónomos han desempeñado un papel fundamental en el desarrollo de la agricultura protegida en Almería. Gracias a su labor, se han incorporado innovaciones que han permitido transformar una de las regiones más áridas de Europa en una de sus principales huertas.
Para comprender el papel del ingeniero en este proceso, es necesario remontarse al origen de la agricultura protegida en la provincia. Se puede afirmar que Almería no sería lo que es hoy sin la figura del ingeniero y, a su vez, los ingenieros de la provincia no serían lo que son sin la agricultura bajo invernadero. Se trata de una relación interdependiente y bidireccional que ha beneficiado a múltiples generaciones de almerienses.
A partir de 1956, el Instituto Nacional de Colonización (INC) comenzó a asentar a agricultores en diversas parcelas de regadío del Campo de Dalías y Níjar. En este contexto, los ingenieros agrónomos destinados a la zona, como Leandro Pérez de los Cobos (director provincial del INC) y Bernabé Aguilar Luque, implementaron las innovaciones disponibles en la época y lograron superar las condiciones áridas del terreno.
Para ello, realizaron recomendaciones técnicas para la implementación del enarenado, una técnica ancestral de origen musulmán que optimizaba la retención de agua y la productividad de los cultivos. Además, llevaron a cabo diversos ensayos que culminaron con el desarrollo del primer invernadero en 1963.
Fue entonces cuando Leandro Pérez de los Cobos y Bernabé Aguilar Luque apoyaron a Francisco Fuentes —conocido popularmente como Paco el Piloto— en la instalación de un rudimentario invernadero experimental en Roquetas de Mar, permitiéndole cultivar hortalizas bajo plástico. Este experimento resultó ser un éxito rotundo y marcó el inicio de la expansión del modelo de invernadero en la provincia.

No obstante, en los orígenes de la agricultura protegida almeriense también participaron otros ingenieros agrónomos ilustres, como Manuel Mendizábal Villalba. Doctor ingeniero agrónomo, llegó a Almería en 1934 y fue precursor de la Estación Experimental de Zonas Áridas (CSIC) en la provincia.
En la década de 1950, promovió la implantación del enarenado y la plasticultura, contribuyendo significativamente a la consolidación del modelo agrícola intensivo. Su labor, junto con la de Bernabé Aguilar Luque y otros técnicos del INC, allanó el camino para que la idea del invernadero prosperara. Todos ellos suponen el germen del agente de la innovación.
Para finales de la década de 1960, Almería ya contaba con cientos de hectáreas de invernaderos rudimentarios, sentando las bases de lo que, años después, se convertiría en el mar de plástico, símbolo de la agricultura intensiva y del desarrollo económico de la provincia.
La intensificación de la profesión en Almería...
El crecimiento sostenido de la agricultura protegida en Almería ha impulsado de manera significativa el desarrollo y la especialización de los profesionales dedicados a este sector. En particular, los ingenieros técnicos agrícolas han desempeñado un papel clave en:
- La optimización de los sistemas productivos
- La adopción de nuevas tecnologías
- La mejora de la eficiencia en el uso de los recursos
Para evidenciar esta evolución, se analizará la superficie de invernaderos gestionada por ingenieros técnicos agrícolas, un indicador que puede ser representativo de la profesionalización del sector. Este indicador se obtiene al calcular el cociente entre la superficie de invernaderos suministrada por la Junta de Andalucía y el número de colegiados proporcionado por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Almería (COITAAL).
La colegiación es un requisito obligatorio para el ejercicio de la profesión, lo que convierte este dato en un reflejo del número de profesionales en activo y su evolución a lo largo del tiempo. Sin embargo, es importante señalar que estas cifras no incluyen a los ingenieros agrónomos, cuyo desempeño también es relevante en la mejora de los sistemas agrícolas, pero que forman parte de otro colectivo profesional.
El análisis del número de ingenieros técnicos agrícolas por hectárea de invernadero permite entender la relación entre la oferta de profesionales y la demanda generada por la expansión del sector.
En 1970, cada profesional colegiado gestionaba, en promedio, 28 hectáreas de invernadero. Sin embargo, en las décadas siguientes, esta cifra experimentó un crecimiento vertiginoso debido a dos factores principales:
- La expansión exponencial de la agricultura bajo invernadero
- La dificultad para formar un número suficiente de especialistas en la provincia
En aquel momento, Almería aún no contaba con una estructura universitaria plenamente desarrollada, por lo que la capacitación de nuevos profesionales dependía de universidades situadas en otras provincias, lo que limitaba la disponibilidad de técnicos agrícolas en el territorio.
El punto crítico de esta evolución se produjo en 1980, cuando la carga de trabajo por profesional alcanzó su pico máximo: 123 hectáreas gestionadas por cada ingeniero técnico agrícola. Esta cifra refleja el enorme desafío que enfrentó el sector en ese periodo, con una demanda de asesoramiento técnico muy superior a la oferta de especialistas disponibles.
Durante esta etapa, la presión sobre los profesionales del sector se hizo evidente, lo que aceleró la necesidad de crear una infraestructura educativa local que permitiera la formación de ingenieros técnicos agrícolas dentro de la provincia.
A partir de la década de 1990, con la creación de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola de Almería y, posteriormente, la Universidad de Almería, la formación de especialistas comenzó a equilibrarse con la demanda del sector. Como resultado, se produjo una reducción progresiva en la superficie gestionada por cada ingeniero técnico agrícola, hasta alcanzar el valor actual de 20,9 hectáreas por profesional colegiado.
No obstante, esta reducción en la superficie gestionada por profesional no implica una menor relevancia del asesoramiento técnico. Al contrario, la especialización y diversificación del trabajo de los ingenieros técnicos agrícolas ha ido en aumento, impulsada por los retos crecientes que enfrenta el sistema productivo.
La adopción de nuevas tecnologías, la optimización del uso del agua y los insumos agrícolas, el cumplimiento de normativas medioambientales más estrictas y la creciente demanda de producción sostenible han hecho que el papel del ingeniero técnico agrícola sea más relevante que nunca.

...no sería posible sin la Universidad de Almería
Tal y como se ha indicado anteriormente, en 1980 la provincia de Almería enfrentaba un problema crítico: una demanda creciente de profesionales correctamente formados para asesorar en la gestión y optimización de los invernaderos.
La rápida expansión de la agricultura intensiva bajo plástico generó la necesidad urgente de contar con expertos capaces de proporcionar soluciones técnicas, mejorar la eficiencia productiva y garantizar la sostenibilidad del modelo agrícola emergente.
Ante esta situación, en 1987 se creó la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola de Almería, una institución clave en la profesionalización del sector agrícola de la provincia. Su objetivo principal era claro: formar un mayor número de asesores especializados.
Este avance marcó un hito en la historia de la agricultura almeriense, permitiendo la consolidación de un sector que, hasta entonces, dependía de profesionales formados en otras regiones. Los primeros ingenieros técnicos agrícolas formados íntegramente en Almería comenzaron a ejercer en la campaña 1990/91, incorporándose al tejido productivo local en un momento de transformación y modernización del sector.
El crecimiento de egresados especializados en ingeniería agrícola en la Universidad de Almería fue notable en los primeros años. Una década después del inicio de la formación de ingenieros técnicos agrícolas en la provincia, se graduaban alrededor de 90 profesionales al año, lo que permitió cubrir la demanda del sector y garantizar una asesoría técnica más especializada y eficiente. Con el tiempo, esta cifra experimentó un leve descenso debido a la estabilización del mercado laboral y la evolución de los planes de estudio.
Los cursos 2003/04 y 2016/17 marcaron los picos más altos de egresados, una tendencia que puede atribuirse a la extinción de los antiguos planes de estudio y a la necesidad de adaptación a las nuevas titulaciones en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior.

La mayor concentración de ingenieros agrónomos del mundo
En la actualidad, los ingenieros agrícolas e ingenieros agrónomos desempeñan un papel fundamental en el desarrollo y la consolidación del sector agrícola en Almería. Su labor no solo ha impulsado la modernización de los sistemas productivos, sino que también ha sido clave en la adopción de tecnologías innovadoras, la optimización del uso de los recursos naturales y la mejora de la eficiencia en la producción agroalimentaria.
Gracias a su trabajo, la provincia ha logrado posicionarse como un referente internacional en agricultura intensiva y sostenible.
La provincia de Almería ha logrado posicionarse como un referente internacional en agricultura intensiva y sostenible
Es innegable que Almería se ha convertido en la "cuna" de esta disciplina, dado su alto nivel de innovación en el sector agrícola. Para respaldar esta afirmación, es imprescindible analizar el número de colegiados registrados en distintas entidades oficiales, como:
- La ventanilla única del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Almería
- El Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Técnicos Agrícolas de España
- El Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Andalucía
Los datos reflejan una realidad contundente:
Estas cifras son especialmente significativas, teniendo en cuenta que las mayores concentraciones de profesionales suelen estar agrupadas en colegios regionales que abarcan varias provincias.
Entre estos colegios destacan:
- El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Centro, que agrupa a los profesionales de Albacete, Ávila, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Segovia, Soria, Toledo y Madrid
- El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados en Ingeniería Agrícola de Andalucía Occidental, que engloba a los colegiados de Cádiz, Huelva y Sevilla
- El Col·legi Oficial d'Enginyers Tècnics Agrícoles de Catalunya, con sedes en Barcelona, Tarragona y Tortosa
¡Y Almería es solo una provincia!
Aun así, su impacto en el sector agrícola es excepcional, superando en concentración de profesionales a muchas comunidades autónomas enteras. Este hecho no solo reafirma el papel estratégico de la ingeniería agrícola en la provincia, sino que también pone de manifiesto que el éxito del modelo agrícola almeriense no habría sido posible sin el conocimiento y la labor de estos agentes de la innovación.
Por tanto, podemos reafirmar con rotundidad que Almería no sería lo que es hoy sin la figura del ingeniero agrícola y agrónomo, y, de la misma manera, los ingenieros de la provincia no serían lo que son sin la agricultura bajo invernadero.
La sinergia entre el conocimiento técnico, la innovación y el desarrollo sostenible ha convertido a Almería en un epicentro de referencia mundial en producción hortofrutícola, garantizando su liderazgo en el sector agroalimentario.
